Lapidaria. Así es la columna que escribió el otro día Don Jacobo Zabludovsky, decano del periodismo televisivo en México en "el Universal", podrá decirse que el legendario reportero y conductor de noticieros de origen judío fue durante los años del Priísmo uno de sus agentes de relaciones públicas más efectivos, pero no puede dudarse de su experiencia y su buen juicio al escribir, sin medias tintas ni hipocresías, sobre la situación actual del país y el fracaso rotundo, absoluto, que han representado los 10 años seguidos que tiene el Partido Acción Nacional en el poder.
La impresión que comparte el viejo periodista es, sin duda, común a toda la gente de su generación con la que he podido hablar, empezando por mi madre, que viviera su adolescencia y juventud durante las décadas de los 50 y 60, y que conoció por tanto el apogeo del Priísmo y del "Desarrollo Estabilizador" que fue la tónica de las presidencias de Miguel Alemán, Adolfo Ruíz Cortines y Adolfo López Mateos. Resulta increíble oirle recordar sus anécdotas de cómo ella y sus amigos iban los domingos a jugar en el paraje del Bosque de Chapultepec conocido como "Molino del Rey" (por un molino de pólvora perteneciente al ejército real español en la Colonia, y que después fuera escenario de una de las últimas batallas entre los norteamericanos invasores y las fuerzas mexicanas en 1847) y ahí andaban en patines, patinetas primitivas, saltaban la cuerda o hacían carreras de "soap boxes", ya saben esos carritos que bajan por gravedad las pendientes, y celebraban días de campo; la zona de Molino del Rey se encuentra a espaldas de la Residencia Presidencial, "Los Pinos", hoy en día, ante la inseguridad sería imposible que dejasen llegar a familias a un lugar alto desde el cual puede verse todo el complejo habitacional y de oficinas de la sede del Poder Ejecutivo, pero en aquel entonces, únicamente había un par de soldados en cada puerta del complejo, que hasta se ponían a platicar con los transeúntes y mostraban una disciplina relajada.
Es cierto, el régimen del PRI se caracterizó por su corrupción y por una gran desigualdad social, pero a decir de las personas como mi mamá o Zabludovsky que rondan entre los 70 y los 80 años de edad, esos males no eran nada a lo que se aprecia ahora. Al menos, los años 50 y 60 se caracterizaron por un muy apreciable crecimiento económico, mejoras en el nivel de vida y sobre todo, el mayor logro del Priato, que sirvió como un bálsamo para un país agotado tras los brutales y sangrientos años de la Revolución: la PAZ SOCIAL. Los mismos testimonios de personas más jóvenes, recogidos en la vapuleada ciudad de Monterrey, por la agencia noticiosa Reuters muestran la enorme decepción que existe en torno al "cambio" que hace 11 años llegó con bombos y platillos y que demostró como decía un maestro mío, Efraín González Morfin, irónicamente, hijo de uno de los cofundadores del PAN, Efraín González Luna, y desencantado con el instituto político fundado por su padre, que hablar meramente de "cambio" era un eslogan, pero que no necesariamente todo cambio era bueno: "se puede cambiar para empeorar", decía en clase, y así ocurrió.
Todos los rubros muestran fallas, fracasos, errores garrafales, ineptitud o desinterés por parte de sus responsables: en educación, no hace falta la prueba PISA, el examen ENLACE o las siglas que quieran, es patente el descenso del nivel educativo en el país, sea en las escuelas públicas o en las privadas, laicas o religiosas, lo que va aparejado a un crecimiento del poder económico y político del sindicato de maestros, en el caso de la educación pública, representado por la Maestra Elba Esther Gordillo, en rangos nunca vistos bajo el priato: a la monstruosa mujer no le preocupa la preparación de los profesores, ni que cumplan éstos con sus obligaciones, le interesa, única y exclusivamente, el trabar alianzas de tipo electoral y apoyar a tal o cual candidato o a tal partido, como en el caso actual de Calderón, para obtener beneficios a cambio: puestos para su gente, amigos y familiares, y sobre todo, dinero. Es cierto, el sindicato de maestros y su poder corporativo es creación del PRI, pero ahora, salido de control y convertido en omnipotente instrumento político es efecto de la virtual anarquía que se vive en el Gobierno y las relaciones mafiosas tejidas dentro del mismo para la sobrevivencia de grupos y personajes que medran con el erario.
La economía se hunde, como recuerda Zabludovsky, al llegar Calderón a Los Pinos, el tipo de cambio era de $1.00 USD por $9.00 pesos mexicanos, hoy en día el dólar está a $12 aproximadamente, y eso que la divisa norteamericana, ante las igualmente irresponsables e ineptas administraciones consecutivas de Bush Jr. y Obama se ha devaluado y se tambalea, hace 2 años, el dólar llegó a estar a $15.00, no puede bajar a los 9 originales porque evidentemente el clima de inestabilidad y de violencia impide el crecimiento económico. ¿Cómo puede seguir siendo Monterrey un foco del desarrollo si la gente tiene miedo de salir a la calle? ¿Cómo poner un negocio ante el temor de que alguna banda mafiosa: los Zetas o el hermano del Presidente Municipal, panista por cierto, llegue a extorsionar y a pedir su "mochada" a cambio de protección?
A pesar de ello, los Panistas siguen con el cuento, tanto los políticos del partido como sus apologetas (hay que reconocer que a veces, por ejemplo, el economista Macario Schettino, que es muy atinado con sus críticas la más de las veces a cómo fue gestionada tradicionalmente la economía mexicana de la Revolución y hasta el fin del régimen priísta, muestra sus colores blanquiazules con descaro y casi desvergüenza) de que ellos son los buenos, tienen la receta mágica para resolver los problemas del país y han hecho mucho y logrado enormidades, nos dicen que han construido más carreteras que nadie, pero nadie sabe dónde están esas vías, que han construido hospitales, que han mejorado los servicios, y nadie, mas que ellos, parecen ver esos logros. La culpa de todos los males de México radica en otros, especialmente en el PRI.
La verdad, es que los Panistas siempre han visto el mundo desde esa manera, y así tiene que ser, después de todo, y como ya lo dije en otra ocasión, el PAN viene de los derrotados de la Historia que no han buscado construir una verdadera opción inteligente de gobierno, sino siempre han actuado desde su resentimiento: herederos de los liberales porfiristas-juaristas que fueron desplazados del poder por los revolucionarios, liberales también, del norte en la Revolución, se fusionaron con sus otrora némesis: los restos del conservadurismo católico decimonónico, fusión que se ilustra con la unión de Manuel Gómez Morín, que había colaborado con Calles y Obregón, los fundadores del sistema priísta, y el mencionado González Luna, intelectual católico, posiblemente el último, junto al malogrado y mártir Anacleto González Flores, de alto nivel que tuvo este país.
El PAN no es un verdadero partido conservador, ni tampoco es un verdadero partido liberal, el catolicismo de muchos de sus miembros, como el de Emilio González Márquez y otros personajes de su administración aquí en Jalisco, es histriónico, falso, y sobre todo, propio de la fe del carbonero o del rancho perdido en el campo o del que sólo aparece en bodas, bautizos y primeras comuniones, pero dista de ser de bases intelectuales y culturales fuertes, de miras elevadas o de conciencia social clara. El PAN tampoco ha demostrado ser un verdadero vehículo para llegar y ejercer el Poder, es un mero instrumento de oposición, pues así nació ante un PRI imbatible y así, aún desde el poder, así se ha seguido conduciendo, como partido opositor al PRI que pareciera, sigue siendo inamovible en lo alto y ejerciendo el poder y dirigiendo la vida política nacional.
El PAN siguió siendo siempre un partido cerrado y cuando se abrió, lo hizo a los oportunistas como Vicente Fox, el propio Emilio, Francisco Barrio y otros personajes salidos del ámbito empresarial, y que vieron en el partido la forma de llegar a la influencia política y al dinero público, entre tanto, se descuidó la formación de panistas de base, de cuadros y de liderazgos, como resultado, cuando el PAN llegó al poder, lo hizo conducido por verdaderos grupos de corruptos y sinvergüenzas que han elevado la corrupción a cotas tan escandalosas que a comparación, un personaje del régimen priísta como Arturo Durazo, que fuera jefe de la policía de la Ciudad de México a fines de los años 70 resulta un hombre honesto, a pesar de sus mansiones construidas con dinero decomisado al narcotráfico o producto de sobornos y con los propios policías como mano de obra, aunque hay que decir en su descargo que "el Negro", como se le apodaba dada su tez morena, logró mantener bajo control a la delincuencia en la ya por entonces ciudad más grande del mundo, cosa que no han logrado ahora los Panistas ni siquiera en municipios rurales aunque han progresado financieramente en lo personal mucho más que aquel jefe policiaco.
Ante todo esto, ¿cómo esperan ganar las elecciones? Ni con Creel, autor de la proliferación de casinos en el país, ni con Emilio, verdadero demente, ni con el desconocido de Ernesto Cordero, ni con Josefina Vázquez Mota, con quien se verá cómo el PAN mostrará su verdadera cara de falso conservadurismo, manejando un discurso feminista sacado de la ideología de género más fanática, "libaral" y "progresista", ganaría las elecciones, si tuvieran tantita autocrítica y tantita vergüenza, no contenderían en los próximos comicios, o lo harían sólo por requisito para conservar el registro, pero no para buscar el triunfo que no se merecen, y se concentrarían en hacer una profunda reflexión y reestructuración al interior del partido, urge que el PAN tenga una verdadera refundación para convertirse, ahora sí, en una verdadera esperanza de cambio ante una clase política que, más allá de siglas y colores, se encuentra en profunda decadencia; mientras siga así, no tendremos alternativas reales a un gobierno honesto, eficiente y capaz.
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