Ya había dicho en su momento que el atentado de Boston fue apenas el inicio de una oleada de ataques de "bajo perfil" dirigido por células radicales islámicas en EUA y sus aliados; así, el viernes pasado apenas se registró el asesinato de un soldado británico que había prestado su servicio en Afganistán hasta hace poco; lo peor, es que el asesinato, cometido con particular cobardía y saña, se verificó a plena luz del día en una concurrida calle de Londres, con plena intención de captar la atención de los medios y de los transeúntes.
El homicida, como puede verse en el vídeo con el que se abre la entrada, confrontó a las cámaras y adujo que aquello era una operación de venganza por la muerte de civiles inocentes en el mundo islámico a causa de las intervenciones occidentales: es clara la referencia a lo que ocurre en Irak, en Afganistán, en Yemen o Somalia y Siria, donde los norteamericanos y sus aliados, como los ingleses, han realizado los famosos ataques con aviones robot o drones, los cuales frecuentemente se llevan a víctimas colaterales aparte de los blancos, ejecutados sin juicio previo, ni derecho a la audiencia y defensa, por órdenes del Presidente (¿islámico?) Barry Soetoro/Barack Obama de EUA.
Al igual que en el incidente del Maratón de Boston, los perpetradores del ataque fueron capturados tras ser heridos por la policía, y en mucho, gracias a una valiente pasajera de un autobús que pasaba por la calle al momento de ocurrir el crimen, y a otros transeúntes, pero también parece que era lo que esperaban los atacantes, que se entretuvieron ya sea con esos testigos presenciales o las cámaras y reporteros de TV, a los que dieron una amplia explicación de sus motivaciones. Ese mismo día, un avión de pasajeros proveniente de Pakistán fue interceptado por cazas británicos que le obligaron al aterrizaje forzoso, cuando se pretendió ingresar a la cabina de pilotaje del avión. Un día después, un militar francés fue también herido con una daga por al parecer un islamista que huyó.
Como puede verse, esto apenas comienza, mucho me temo que seguiremos viendo estos ataques esporádicos e imprevisibles en EUA y Europa: alguna pequeña bomba en un café, en un evento, el asesinato de algún policía o de un soldado, esto, la imprevisibilidad y lo pequeño del ataque, que además será realizado por alguien perteneciente a las minorías de inmigrantes provenientes del mundo islámico, ya residentes en el país, es lo que generará un verdadero terror, además de que pondrá a prueba a las autoridades, que, preparadas para crisis gigantes y hechos espectaculares como el 11 de septiembre del año 2001 o lo sufrido por el transporte público londinense en 2007 o el bombazo del tren de cercanías el 11 de marzo del año 2004 en España, habrán de buscar más que responder, cómo prevenir los posibles ataques de este tipo, pues los mismos tienen más posibilidad de crear pánico en la población y una permanente sensación de inseguridad que una acción a gran escala, enfrentándose además a la forma en que deban hacer la detección de los posibles terroristas, más cuando el asesino fue invitado a incorporarse al MI-5, organismo de Inteligencia británico enfocado a los riesgos internos a la seguridad nacional, como agente, por lo que es de estimarse que dicha agencia tenía pleno conocimiento sobre el asesino: Michael Adebolajo, sus antecedentes y sus actividades, en algo extrañamente similar a lo ocurrido en Boston, EUA, con los Tsarnaev.
Entre tanto, en Suecia, el paraíso de "Estado del Bienestar" que desde 1815 construyeron los Bernardotte y sus Ministros socialdemócratas parece empezar a tambalearse ante los disturbios callejeros que protagonizan los inmigrantes provenientes de Medio Oriente y Africa, principalmente, que no tuvieron cabida en el carísimo sistema de beneficiencia establecido por el Estado, pero que fueron admitidos en el país escandinavo como mano de obra barata ante la baja natalidad de los otrora vikingos, que ahora viven plenamente dedicados al hedonismo y a extraños experimentos sociológicos a cuenta y riesgo de la Corona, mientras todo es costeado precisamente por el trabajo de estos inmigrantes, que viven en muchas veces en situación de marginalidad sin que haya posibilidad para ellos de participar del paraíso artificial construido en el país nórdico. Esto es caldo de cultivo para el islamismo, así que habrá que estar atentos.
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La Otra Ofensiva:
Entre los muchos problemas a los que se encuentra enfrentando EUA en estos momentos, que va desde el conflicto en Siria donde no acierta a envolverse ni a alejarse, hasta a los desastres naturales como el tornado que devastó la población de Moore, cercana a la ciudad de Oklahoma, capital del estado homónimo, una infraestructura avejentada y una situación económica que luce estancada y no mejora, el peligro del terrorismo y el problema migratorio, se suma una verdadera oleada de ataques de opinión pública contra tres de sus más grandes multinacionales: Coca-Cola, McDonalds y Monsanto.
Es cierto, beber el refresco negro y comer hamburguesas quizá no sean actividades de lo más sanas, pero tampoco lo es comer tacos o tamales en México o basar la alimentación solo a ello, o qué tal pasársela comiendo empanadas o pastes en Argentina o Inglaterra y embutidos en España. Cierto, se necesita una alimentación balanceada, pero de ahí a considerar que la refresquera o la famosa cadena de comida rápida son las mayores o casi únicas responsables de la verdadera plaga de obesidad que se extiende hoy en día por el mundo, hay una enorme distancia: la obesidad actual es consecuencia de nuestro hedonismo y la pereza y un mundo tecnológico que se ha sustentado en la Ley del menor esfuerzo.
Anteriormente, por ejemplo, los niños podían comer cuanta golosina quisieran, pero todavía, los que fuimos niños en los 80 podíamos salir a la calle a jugar fútbol, andar en triciclo o bicicleta, juegos de correr como "las traes" o los quemados, ir a la resbaladilla, la patineta, etc. Hoy en día, las madres prefieren, ante la creciente inseguridad y la desaparición o robo de infantes para el infame mercado de la trata con el que revive la esclavitud antigua, ahora para nutrir los instintos bajos de un creciente número de pervertidos, que los hijos se queden dentro de casa, y tienen la gran ayuda de la tecnología para lograrlo: los videojuegos, el Internet y las redes sociales se encargan de que los niños y adolescentes se mantengan sentados todo el día, lo mismo, nuestros trabajos de oficina rara vez nos exigen algún esfuerzo físico; no en balde, en la Edad Media la gordura era signo de prosperidad, pues implicaba que el obeso, además de tener alimento en abundancia, no desarrollaba grandes trabajos físicos.
Así, la obesidad no es tanto producto de las bebidas gaseosas azucaradas o de la comida rápida, es producto de nuestro sedentarismo y nuestra gula, aún así, ya hay países como Japón, en los que el azúcar se está prohibiendo, y se aduce que la misma es tan dañina como la heroína; sin embargo, en el colmo de las incoherencias, la tendencia es que los Gobiernos se planteen la prohibición de ciertos alimentos o bebidas por su alto contenido en grasas o azúcar, o drogas muy blandas como el tabaco, por ser todos estos productos nocivos para la salud, mientras que se debate la licitud de sustancias estupefacientes, que son igual o más nocivas que las otras. Seguramente, nos quieren a todos los hombres con la figura --y la dieta-- de Jason Statham, pero con los vicios de Jim Morrison, o a las mujeres cumpliendo los cánones estéticos de Gwyneth Paltrow, pero entregadas a las adicciones de Janice Joplin, me parece que más bien, nuestros democráticos gobiernos, en un avance mayor al totalitarismo, ahora desean meterse en nuestra mesa y nuestros vasos, indicándonos qué debemos comer y beber, alegando que es por nuestro bien, mientras promueve vicios que sirven para mantener bajo control y con pasividad a la población.
El otro caso es Monsanto, empresa favorita de los conspiranóicos de uno y otro signo: para unos, la compañía agrícola es instrumento de los Iluminati, el Club Bildelberg o los Judíos o la CIA para controlar la alimentación de la población humana, con productos fabricados en laboratorio y que son cancerígenos o venenosos; para otros, las protestas en contra de esta corporación son por el contrario una vía para evitar que se difundan variedades de comestibles más resistentes a las plagas, sequías y con mayor rendimiento, para así, (los mismos colectivos listados del imaginario conspirativo) provocar hambrunas y manipular los precios de los productos agrícolas naturales, mucho más frágiles ante la acción de los elementos.
El maíz transgénico, emblema de Monsanto, ha sido criticado por "genios" y "sabios" como el actor Gael García Bernal que dijo en una ocasión que esta nueva variedad del cereal era mala porque las tortillas ya no son tan sabrosas como antes, según su muy particular sentido del gusto, no es más que una nueva variedad de hibridación de maíz, que en vez de realizarse por controlar la polinización de la planta, es hecha a nivel celular mediante la combinación de cromosomas en un laboratorio, esto no implica ninguna afectación a la vida o a la salud humana; pues el maíz sigue siéndolo, por el contrario, es un cereal más resistente ante la sequía, ciertas enfermedades y produce un mucho mayor rendimiento, ya que cada planta produce más mazorcas que el maíz "natural" y más grandes, además. Y pongo lo de "natural" porque el maíz en sí mismo, es un transgénico, un híbrido producido, como las mulas, en tiempos primigenios de la civilización por los primeros agricultores americanos, que injertaron varios vegetales y obtuvieron al maíz, planta que demuestra su origen artificial al no poder reproducirse en forma espontánea, a diferencia del trigo silvestre, que cuando madura, la espiga misma se desgrana y las semillas son dispersadas para brotar por sí mismas; la mazorca de maíz en cambio, no puede liberar el grano y se encuentra envuelta por varias capas de hojas; esto implica que desde un principio el maíz ha tenido una relación simbiótica con el ser humano, quien es el que debe deshojar la mazorca y luego desgranarla para utilizar los granos, sea como alimento o como semilla.
El maíz, a diferencia de los cereales del Viejo Mundo, no existe en la naturaleza, cierto, se habla del teocinte, pero éste es solo una planta precursora, tal y como se ha desprendido de estudios genéticos practicados al cereal actual, pero que combinada artificialmente con otras dio origen al maíz, las otras fueron otros pastos o gramíneas, algunas de ellas extintas en la actualidad, según nos lo relata Carles C. Mann en su excelente obra en torno al desarrollo de las civilizaciones indígenas americanas 1491.
Con esto no me erijo en defensor de Monsanto y señalo que la empresa sea en realidad un grupo de benefactores, para nada; la persona jurídica constituida en Missouri, EUA es bastante voraz al explotar su creación, y sucede que desea que los dueños de terrenos agrícolas accidentalmente polinizados por el transgénico le paguen como si le hubieran comprado las semillas, además de que se pone en riesgo por ese mismo fenómeno la supervivencia de muchas variedades de maíz, como las que se siembran en México: el maíz azul, el rojo, el amarillo, el palomero, etc. o plagas que tienen alguna utilidad, piénsese en el hongo conocido en México como Cuitlacoche, y en el resto del mundo como "Carboncillo" que es una delicia gastronómica y que además, es un producto caro. Evidentemente, esto debe regularse, pero tampoco puede negarse que el maíz transgénico tiene sus beneficios y no son pocos.
En realidad, creo que las protestas y medidas que se anuncian contra Coca-Cola, McDonalds o Monsanto, a las que podríamos añadir muchas otras empresas más, todas ellas multinacionales y de origen norteamericano, no tienen como finalidad la búsqueda de la salud pública, sino asestar un golpe económico, bastante fuerte, contra EUA y también menoscabar cierta influencia cultural: piénsese lo ocurrido en Irán al momento de darse la invasión a la vecina Mesopotamia en 2003: la coyuntura política y la rivalidad con EUA permitió a una marca local persa: Zam Zam-Cola, arrebatarle mercado a las poderosas refresqueras norteamericanas Coca Cola y Pepsico, que incluso quebraron en el país y perdieron muchos consumidores en el resto del Medio Oriente a favor del refresco iránio, aunque posteriormente han intentado pelear por regresar al gusto de los consumidores persas e islámicos en Medio Oriente.
Así que, en cierta medida, si nos encontramos detrás de una especie de conspiración... ¿Quién la promueve? Tal vez el BRIC, cuyos integrantes desean desplazar de muchos mercados a las corporaciones norteamericanas con las propias, en esto, resulta curioso que la India sea cuna del veganismo y del trato a los animales como seres sagrados, aunque ello haya provocado hambrunas, desnutrición y un medio poco higiénico, propio para desarrollar grandes epidemias, y parece que Occidente quiere volverse algo así, solo falta que los Rusos promuevan lo nefasto que es beber refrescos carbonatados, pero que el vodka es altamente beneficioso, después de todo, un medio ruso: RT Noticias, ha sido el mayor atacante contra Monsanto, Mc Donalds y Coca-Cola.
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El Cine Mexicano en Cannes:
No dudo del talento de directores, productores y actores mexicanos que ahora han triunfado en el famoso festival de Cannes (mismo que, sin embargo, se ha convertido de un evento fílmico en una costosa orgía para la poderosa y libertina elite del espectáculo mundial) tampoco dudo de su pericia técnica ni de su calidad, lo que me parece lamentable es que desde la década de los noventa, en que empezó a darse una pretenciosa "Nueva Era del Cine Mexicano" por contraste con las décadas de los 70 y 80 en que las películas fueron de calidad ínfima y dirigidas a un público de una cultura baja, y desde los noventa, pretendiendo tomar aires de intelectualismo, la temática de los filmes hechos en México sea tan terriblemente pesimista, negativa y oscura: el maltrato a las mujeres, el crimen organizado, la espantosa realidad del tránsito de los migrantes rumbo a EUA, violencia, tristeza, desesperanza y caos se respira en los títulos exhibidos, con honrosas excepciones, como la recientemente estrenada Nosotros los Nobles, un hilarante y bien hecho "remake" del divertidísimo filme El Gran Calavera del maestro Luis Buñuel.
¿Qué imagen dan nuestros realizadores de lo que es nuestro país? ¿Que no tenemos nada de lo qué sentirnos orgullosos o simplemente bien? ¿El cine forzosamente tiene que ser espacio de reflexión de presuntuosos y soberbios intelectuales pagados por el Gobierno sobre los problemas que todos ya sabemos y conocemos? ¿Tenemos forzosamente que revolcarnos perpetuamente en nuestras miserias? ¿No podemos aspirar a hacer un cine de entretenimiento de alta calidad como lo que se hace en nuestro vecino del Norte y otros lados, o como el que se hizo aquí desde los años 30 a los 60 del siglo pasado?
Ahí les dejo esas preguntas al aire...
Como puede verse, esto apenas comienza, mucho me temo que seguiremos viendo estos ataques esporádicos e imprevisibles en EUA y Europa: alguna pequeña bomba en un café, en un evento, el asesinato de algún policía o de un soldado, esto, la imprevisibilidad y lo pequeño del ataque, que además será realizado por alguien perteneciente a las minorías de inmigrantes provenientes del mundo islámico, ya residentes en el país, es lo que generará un verdadero terror, además de que pondrá a prueba a las autoridades, que, preparadas para crisis gigantes y hechos espectaculares como el 11 de septiembre del año 2001 o lo sufrido por el transporte público londinense en 2007 o el bombazo del tren de cercanías el 11 de marzo del año 2004 en España, habrán de buscar más que responder, cómo prevenir los posibles ataques de este tipo, pues los mismos tienen más posibilidad de crear pánico en la población y una permanente sensación de inseguridad que una acción a gran escala, enfrentándose además a la forma en que deban hacer la detección de los posibles terroristas, más cuando el asesino fue invitado a incorporarse al MI-5, organismo de Inteligencia británico enfocado a los riesgos internos a la seguridad nacional, como agente, por lo que es de estimarse que dicha agencia tenía pleno conocimiento sobre el asesino: Michael Adebolajo, sus antecedentes y sus actividades, en algo extrañamente similar a lo ocurrido en Boston, EUA, con los Tsarnaev.
Entre tanto, en Suecia, el paraíso de "Estado del Bienestar" que desde 1815 construyeron los Bernardotte y sus Ministros socialdemócratas parece empezar a tambalearse ante los disturbios callejeros que protagonizan los inmigrantes provenientes de Medio Oriente y Africa, principalmente, que no tuvieron cabida en el carísimo sistema de beneficiencia establecido por el Estado, pero que fueron admitidos en el país escandinavo como mano de obra barata ante la baja natalidad de los otrora vikingos, que ahora viven plenamente dedicados al hedonismo y a extraños experimentos sociológicos a cuenta y riesgo de la Corona, mientras todo es costeado precisamente por el trabajo de estos inmigrantes, que viven en muchas veces en situación de marginalidad sin que haya posibilidad para ellos de participar del paraíso artificial construido en el país nórdico. Esto es caldo de cultivo para el islamismo, así que habrá que estar atentos.
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La Otra Ofensiva:
Entre los muchos problemas a los que se encuentra enfrentando EUA en estos momentos, que va desde el conflicto en Siria donde no acierta a envolverse ni a alejarse, hasta a los desastres naturales como el tornado que devastó la población de Moore, cercana a la ciudad de Oklahoma, capital del estado homónimo, una infraestructura avejentada y una situación económica que luce estancada y no mejora, el peligro del terrorismo y el problema migratorio, se suma una verdadera oleada de ataques de opinión pública contra tres de sus más grandes multinacionales: Coca-Cola, McDonalds y Monsanto.
Es cierto, beber el refresco negro y comer hamburguesas quizá no sean actividades de lo más sanas, pero tampoco lo es comer tacos o tamales en México o basar la alimentación solo a ello, o qué tal pasársela comiendo empanadas o pastes en Argentina o Inglaterra y embutidos en España. Cierto, se necesita una alimentación balanceada, pero de ahí a considerar que la refresquera o la famosa cadena de comida rápida son las mayores o casi únicas responsables de la verdadera plaga de obesidad que se extiende hoy en día por el mundo, hay una enorme distancia: la obesidad actual es consecuencia de nuestro hedonismo y la pereza y un mundo tecnológico que se ha sustentado en la Ley del menor esfuerzo.
Anteriormente, por ejemplo, los niños podían comer cuanta golosina quisieran, pero todavía, los que fuimos niños en los 80 podíamos salir a la calle a jugar fútbol, andar en triciclo o bicicleta, juegos de correr como "las traes" o los quemados, ir a la resbaladilla, la patineta, etc. Hoy en día, las madres prefieren, ante la creciente inseguridad y la desaparición o robo de infantes para el infame mercado de la trata con el que revive la esclavitud antigua, ahora para nutrir los instintos bajos de un creciente número de pervertidos, que los hijos se queden dentro de casa, y tienen la gran ayuda de la tecnología para lograrlo: los videojuegos, el Internet y las redes sociales se encargan de que los niños y adolescentes se mantengan sentados todo el día, lo mismo, nuestros trabajos de oficina rara vez nos exigen algún esfuerzo físico; no en balde, en la Edad Media la gordura era signo de prosperidad, pues implicaba que el obeso, además de tener alimento en abundancia, no desarrollaba grandes trabajos físicos.
Así, la obesidad no es tanto producto de las bebidas gaseosas azucaradas o de la comida rápida, es producto de nuestro sedentarismo y nuestra gula, aún así, ya hay países como Japón, en los que el azúcar se está prohibiendo, y se aduce que la misma es tan dañina como la heroína; sin embargo, en el colmo de las incoherencias, la tendencia es que los Gobiernos se planteen la prohibición de ciertos alimentos o bebidas por su alto contenido en grasas o azúcar, o drogas muy blandas como el tabaco, por ser todos estos productos nocivos para la salud, mientras que se debate la licitud de sustancias estupefacientes, que son igual o más nocivas que las otras. Seguramente, nos quieren a todos los hombres con la figura --y la dieta-- de Jason Statham, pero con los vicios de Jim Morrison, o a las mujeres cumpliendo los cánones estéticos de Gwyneth Paltrow, pero entregadas a las adicciones de Janice Joplin, me parece que más bien, nuestros democráticos gobiernos, en un avance mayor al totalitarismo, ahora desean meterse en nuestra mesa y nuestros vasos, indicándonos qué debemos comer y beber, alegando que es por nuestro bien, mientras promueve vicios que sirven para mantener bajo control y con pasividad a la población.
El otro caso es Monsanto, empresa favorita de los conspiranóicos de uno y otro signo: para unos, la compañía agrícola es instrumento de los Iluminati, el Club Bildelberg o los Judíos o la CIA para controlar la alimentación de la población humana, con productos fabricados en laboratorio y que son cancerígenos o venenosos; para otros, las protestas en contra de esta corporación son por el contrario una vía para evitar que se difundan variedades de comestibles más resistentes a las plagas, sequías y con mayor rendimiento, para así, (los mismos colectivos listados del imaginario conspirativo) provocar hambrunas y manipular los precios de los productos agrícolas naturales, mucho más frágiles ante la acción de los elementos.
El maíz transgénico, emblema de Monsanto, ha sido criticado por "genios" y "sabios" como el actor Gael García Bernal que dijo en una ocasión que esta nueva variedad del cereal era mala porque las tortillas ya no son tan sabrosas como antes, según su muy particular sentido del gusto, no es más que una nueva variedad de hibridación de maíz, que en vez de realizarse por controlar la polinización de la planta, es hecha a nivel celular mediante la combinación de cromosomas en un laboratorio, esto no implica ninguna afectación a la vida o a la salud humana; pues el maíz sigue siéndolo, por el contrario, es un cereal más resistente ante la sequía, ciertas enfermedades y produce un mucho mayor rendimiento, ya que cada planta produce más mazorcas que el maíz "natural" y más grandes, además. Y pongo lo de "natural" porque el maíz en sí mismo, es un transgénico, un híbrido producido, como las mulas, en tiempos primigenios de la civilización por los primeros agricultores americanos, que injertaron varios vegetales y obtuvieron al maíz, planta que demuestra su origen artificial al no poder reproducirse en forma espontánea, a diferencia del trigo silvestre, que cuando madura, la espiga misma se desgrana y las semillas son dispersadas para brotar por sí mismas; la mazorca de maíz en cambio, no puede liberar el grano y se encuentra envuelta por varias capas de hojas; esto implica que desde un principio el maíz ha tenido una relación simbiótica con el ser humano, quien es el que debe deshojar la mazorca y luego desgranarla para utilizar los granos, sea como alimento o como semilla.
El maíz, a diferencia de los cereales del Viejo Mundo, no existe en la naturaleza, cierto, se habla del teocinte, pero éste es solo una planta precursora, tal y como se ha desprendido de estudios genéticos practicados al cereal actual, pero que combinada artificialmente con otras dio origen al maíz, las otras fueron otros pastos o gramíneas, algunas de ellas extintas en la actualidad, según nos lo relata Carles C. Mann en su excelente obra en torno al desarrollo de las civilizaciones indígenas americanas 1491.
Con esto no me erijo en defensor de Monsanto y señalo que la empresa sea en realidad un grupo de benefactores, para nada; la persona jurídica constituida en Missouri, EUA es bastante voraz al explotar su creación, y sucede que desea que los dueños de terrenos agrícolas accidentalmente polinizados por el transgénico le paguen como si le hubieran comprado las semillas, además de que se pone en riesgo por ese mismo fenómeno la supervivencia de muchas variedades de maíz, como las que se siembran en México: el maíz azul, el rojo, el amarillo, el palomero, etc. o plagas que tienen alguna utilidad, piénsese en el hongo conocido en México como Cuitlacoche, y en el resto del mundo como "Carboncillo" que es una delicia gastronómica y que además, es un producto caro. Evidentemente, esto debe regularse, pero tampoco puede negarse que el maíz transgénico tiene sus beneficios y no son pocos.
En realidad, creo que las protestas y medidas que se anuncian contra Coca-Cola, McDonalds o Monsanto, a las que podríamos añadir muchas otras empresas más, todas ellas multinacionales y de origen norteamericano, no tienen como finalidad la búsqueda de la salud pública, sino asestar un golpe económico, bastante fuerte, contra EUA y también menoscabar cierta influencia cultural: piénsese lo ocurrido en Irán al momento de darse la invasión a la vecina Mesopotamia en 2003: la coyuntura política y la rivalidad con EUA permitió a una marca local persa: Zam Zam-Cola, arrebatarle mercado a las poderosas refresqueras norteamericanas Coca Cola y Pepsico, que incluso quebraron en el país y perdieron muchos consumidores en el resto del Medio Oriente a favor del refresco iránio, aunque posteriormente han intentado pelear por regresar al gusto de los consumidores persas e islámicos en Medio Oriente.
Así que, en cierta medida, si nos encontramos detrás de una especie de conspiración... ¿Quién la promueve? Tal vez el BRIC, cuyos integrantes desean desplazar de muchos mercados a las corporaciones norteamericanas con las propias, en esto, resulta curioso que la India sea cuna del veganismo y del trato a los animales como seres sagrados, aunque ello haya provocado hambrunas, desnutrición y un medio poco higiénico, propio para desarrollar grandes epidemias, y parece que Occidente quiere volverse algo así, solo falta que los Rusos promuevan lo nefasto que es beber refrescos carbonatados, pero que el vodka es altamente beneficioso, después de todo, un medio ruso: RT Noticias, ha sido el mayor atacante contra Monsanto, Mc Donalds y Coca-Cola.
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El Cine Mexicano en Cannes:
No dudo del talento de directores, productores y actores mexicanos que ahora han triunfado en el famoso festival de Cannes (mismo que, sin embargo, se ha convertido de un evento fílmico en una costosa orgía para la poderosa y libertina elite del espectáculo mundial) tampoco dudo de su pericia técnica ni de su calidad, lo que me parece lamentable es que desde la década de los noventa, en que empezó a darse una pretenciosa "Nueva Era del Cine Mexicano" por contraste con las décadas de los 70 y 80 en que las películas fueron de calidad ínfima y dirigidas a un público de una cultura baja, y desde los noventa, pretendiendo tomar aires de intelectualismo, la temática de los filmes hechos en México sea tan terriblemente pesimista, negativa y oscura: el maltrato a las mujeres, el crimen organizado, la espantosa realidad del tránsito de los migrantes rumbo a EUA, violencia, tristeza, desesperanza y caos se respira en los títulos exhibidos, con honrosas excepciones, como la recientemente estrenada Nosotros los Nobles, un hilarante y bien hecho "remake" del divertidísimo filme El Gran Calavera del maestro Luis Buñuel.
¿Qué imagen dan nuestros realizadores de lo que es nuestro país? ¿Que no tenemos nada de lo qué sentirnos orgullosos o simplemente bien? ¿El cine forzosamente tiene que ser espacio de reflexión de presuntuosos y soberbios intelectuales pagados por el Gobierno sobre los problemas que todos ya sabemos y conocemos? ¿Tenemos forzosamente que revolcarnos perpetuamente en nuestras miserias? ¿No podemos aspirar a hacer un cine de entretenimiento de alta calidad como lo que se hace en nuestro vecino del Norte y otros lados, o como el que se hizo aquí desde los años 30 a los 60 del siglo pasado?
Ahí les dejo esas preguntas al aire...