Hablaba en uno de mis últimos posts acerca del papel de Arabia Saudita como la "potencia en la sombra" y la verdadera ganadora del largo conflicto de veinte años desatado el 11 de septiembre de 2001 y concluido con la toma de Kabul por las fuerzas de los Talibán. Cada vez me convenzo más de que, efectivamente, existe una estrategia, perfectamente planeada y dirigida, probablemente desde la década de los noventa, desde la Corte de Riyadh, y a la que se han sumado, además de sus evidentes satélites: las petromonarquías del Golfo Pérsico, estas son Bahrein, Qatar, Omán, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, además de Rusia y China. Lo cual parece bastante tenebroso y que, si bien es cierto, se podría calificar como una teoría de la conspiración, creo que mi apreciación cuenta a favor que no estoy hablando de algo planteado por un conciliábulo en las sombras de una secta esotérica o satánica conformada por potentados occidentales... ellos podrían tener algún papel, pero quizá más que cerebros pensantes de la estrategia, bien podrían ser peones, alfiles o caballos dirigidos por manos mucho más hábiles que les manipulan gracias a su codicia, su soberbia y su adscripción a desvaríos ideológicos utópicos en los que piensan encontrar un sustento para ejercer un poder perpetuo y una posición en la cúspide social inamovible, pero que en realidad parecen ser el serrucho con el que, como el personaje de Wile E. Coyote de los Looney Tunes, están cortando la rama --la Civilización Occidental-- en la que se encuentran encaramados.
Por el contrario, estamos no ante la búsqueda de convertir a los seres humanos en memorias informáticas grabadas en la nube, ni en seres producidos en laboratorios en castas de esclavos como lo predijera Huxley, como lo quisieran algunos chalados que desde lo alto de sus fortunas esperan comprar inmortalidad y supremacía eterna a la vez, sino simplemente, ante lo de siempre: objetivos políticos de hegemonía y control; en este sentido, posiblemente la Casa de Saud ha encontrado la vía para lograrlo, y esto es a través del control de la fuente de energía más eficiente e incluso, barata que existe hasta ahora: los hidrocarburos.
Veamos por qué:
Primero: ¿Es China realmente la Gran Potencia que parece? Es decir, es indudable que la China de Xi Jinping es infinitamente más poderosa y próspera que la de Mao en los años setenta, sin embargo, cuenta con una enorme y propia burbuja inmobiliaria, en la que está a punto de tronar la principal inmobiliaria, Evergrande, y precipitar con ella hacia abajo todo el tinglado del poderío económico chino; mismo que además, se encuentra estrechamente relacionado con EUA, puesto que la prosperidad china, en buena medida se debe a las inversiones que, desde el inicio del mandato de Deng Xiao Ping a fines de los 70, realizaron las empresas norteamericanas en el Celeste Imperio; así, la política que asumía Trump en que pretendía restaurar la producción industrial en EUA resultaba peligrosa para Pekín, pues podía perder las fuentes de empleo y de ingresos que representan las plantas industriales de empresas norteamericanas en su territorio; afortunadamente para Xi, las élites norteamericanas se oponían a eso como a todo lo propuesto por el neoyorkino, pues no querían perder la mano de obra barata china.
Así, por un lado, es prácticamente imposible que exista un conflicto escalado entre China y EUA, estando tan interdependientes las economías de ambas potencias, y es más, teniendo en todo caso el país americano la ventaja, puesto que sus empresas, cuando así lo consideren, pueden retirar sus inversiones del Imperio de los Dragones y colocarlos en otros países que les ofrezcan más o menos similares ventajas: la India o Brasil, es más, dentro del esquema propuesto por el dócil AMLO --quien no exige disculpas a los gringos por 1847, pero sí a España por 1521, cuando México no existía-- de un Tratado de Libre Comercio que englobe a todo el continente americano (incluyendo a los regímenes izquierdistas, para con los que el actual Partido Demócrata tiene cierta cercanía ideológica), en cualquier otra parte del Nuevo Mundo, lo que además, le quedaría más cercano.
Además, China no es un productor de energías, sino el mayor consumidor de las mismas, con lo que depende de las potencias islámicas, como Irán, Arabia misma, o también de Rusia, para surtirse de combustibles. Con lo que tenemos una economía dependiente del extranjero tanto en la necesidad de percibir inversiones de fuera, como insumos.
Internamente, la actual administración de Xi se ha lanzado a una campaña para asegurar la obediencia de magnates como Jack Ma, o de estrellas de la farándula china, tratando de evitar el "culto a las celebridades", esto puede leerse que, ante el peso que puede advertir, tienen este tipo de personajes sobre las sociedades occidentales, y que son producto de la economía capitalista, quiere evitar que algo similar ocurra en China, lo que pondría en riesgo el régimen hegemónico y control exclusivo del poder que ejerce el Partido Comunista Chino, lo que ilustra que existen tensiones sociales internas que, ante una crisis económica de grandes proporciones, que puede ocurrir si revienta la burbuja inmobiliaria, puedan generar en exigencias de cambio o incluso, en un estallido contra el aristocrático partido de herederos de Mao.
Segundo.- Arabia tras bambalinas: Como lo dije en un post anterior, la Casa de Saud ha buscado, desde el siglo XVIII, en que apareció en la convulsa política de la decadencia del Califato Otomano enarbolando el Wahabismo-Salafismo, la preeminencia en el Mundo Islámico, y quizá más allá; hoy por hoy, se le considera la segunda familia más rica del mundo detrás de los banqueros Rothschild, pero yo me atrevo a creer que son la primera, después de todo, ellos son propietarios de bienes físicamente reales y existentes, empezando por todo un país y sus reservas petroleras, mientras los anglo-austro-judíos, dependen de movimientos financieros y por tanto, de montos virtuales que existen como meros asientos contables electrónicos.
Además del petróleo, los miembros de la familia Saud, por ellos mismos, o por medio del Estado que, en realidad, es un feudo o posesión personal, o igual sus satélites, constituidos de manera tan similar, controlan aerolíneas, clubes deportivos, y financian federaciones atléticas internacionales, aerolíneas, navieras e inmobiliarias, todo lo necesario tanto para lavar su imagen, comprarse impunidad y también, desaparecer, ser invisibles.
Así, nadie cuestionó la nacionalidad saudita de la mayoría de los perpetradores de los ataques del 11 de septiembre, finalmente, todo se achacó a Al-Qaeda y a Osama Bin Laden, personaje perteneciente a la aristocracia saudita y líder de un movimiento cocinado entre Arabia y EUA en los años 80 para luchar contra la URSS en Afganistán, que se había salido de control, presuntamente, o se había rebelado ante la presencia norteamericana en la Tierra Santa del Islam... ¿será? ¿No habrá sido, el 11-S, un verdadero golpe mediante el cual la Casa de Saud sometió, a partir de ese momento, al Gobierno Norteamericano a su voluntad, convirtiéndolo en su sicario? ¿No habrá sido la política seguida por Trump de buscar la independencia energética de EUA la que selló tanto la andanada de medios y fuerzas políticas en contra de su presidencia durante cuatro años, que culminó con el fraude electoral en el mes de noviembre pasado?.. junto, claro, las medidas que amenazaban la interrelación económica entre China y las grandes empresas estadounidenses.
Arabia no podía permitirse la pérdida de un mercado tan importante como el norteamericano para la venta de su petróleo; la estrangulada Venezuela Chavista, aliada y patrocinada por Moscú, Teherán y Pekín, sólo puede encontrar en el petróleo su única esperanza para seguir sosteniendo el régimen; lo mismo Cuba, que revende lo que le envía Caracas. ¿Qué hizo Biden nomás llegar a la Presidencia? Canceló los proyectos de fracking y la inversión en ello con pretexto ambientales y canceló su acuerdo con Canadá para la construcción de un oleoducto...
Tercero: La estafa de las energías limpias: Greta Thunberg hace su tour en Europa para sermonear a gobiernos y audiencias acerca del cambio climático; en Alemania, la, al fin, ya ex-Canciller Angela Merkel dejó un legado consistente, entre otras cosas, en la prohibición de la energía nuclear y de las plantas termoeléctricas alimentadas con carbón mineral. Se apuesta por las energías limpias o renovables, como la solar o la eólica, y Elon Musk promueve el vehículo eléctrico con el interés de expandir las ventas de sus lujosos vehículos eléctricos Tesla... aunque las consecuencias no estén siendo las esperadas.
Aquí en México, el Gobierno de AMLO ha planteado hacer una contrarreforma eléctrica que vuelve a concentrar en manos del Estado la generación de electricidad, rechazando la co-generación por particulares, por un lado, y por otro, se cierra la puerta para las energías limpias... las explicaciones de la Administración morenista han sido infantiles: "que no se genera energía en los días nublados", por ejemplo; mas esto hay que entenderlo que son dirigidas a su público, la gente de las clases más bajas y, muchas veces, más ignorantes, de la población, existe, por supuesto, la intención de revivir a un muerto como es PEMEX, la empresa estatal petrolera, y para ello, el no cometer el error de apostar por energías limpias que impidan aprovechar el momento... si tuviéramos todavía petróleo qué explotar, como cree el tabasqueño.
La realidad es que tanto la energía solar como la eólica, o la que aprovecha las fuerzas de las mareas o el oleaje son muy ineficientes, puesto que se necesita de enormes áreas sembradas con paneles solares o la instalación de altas torres en las que se sostienen los coloquialmente llamados molinos de viento, y la hidroeléctrica necesita de ríos caudalosos con caídas de agua con la suficiente fuerza como para impulsar los dínamos o turbinas, cosa que no siempre se da, a fin de generar los kilovatios suficientes para poder ser aprovechados; además, no son tan inocuas para el ambiente: los campos en los que se instalan celdas solares quedan inutilizados para cualquier otro uso, incluso en lugares desérticos, alteran el ecosistema, pues debajo de ellas todo queda bajo sombras, y cuando las celdas terminan su vida útil, se convierten en desechos contaminantes. Los molinos o generadores eólicos, por su parte, generan corrientes de aire que alteran el vuelo de las aves, incluso, causarles la muerte, además de que, por su puesto, impiden que los terrenos en los que se instalen puedan servir para la agricultura o ganadería con el cableado subterráneo que une los generadores a la red eléctrica, la hidroeléctrica, modifica los cursos de los ríos y afecta las migraciones de los peces y demás animales fluviales.
Por ello, resulta que en los lugares donde se han adoptado estos métodos de energía, ésta se ha encarecido, y además, ha terminado con la independencia energética: el caso de Alemania es paradigmático, sin centrales termoeléctricas, ni nucleares, sólo queda importar gas natural de Rusia, y no sólo pasa con la potencia germana, toda Europa se encuentra ahora a merced de Moscú, que vende de esta manera el combustible a precio de oro, más cuando se empieza a enfriar el ambiente y se prevé un invierno crudo. Para colmo, la administración Biden retiró las sanciones económicas establecidas por el gobierno de Trump a los rusos por la anexión de Crimea, que impedían la terminación del gasoducto Nordstream, mismo que además, afectará negativamente a Ucrania, pues el gas no pasará ya por la antigua provincia fronteriza del gigante eslavo y Kiev disminuirá sus ingresos por peaje al gas.
Así, detrás de la histeria del calentamiento global y de las energías limpias existe otra intención que no tiene nada de noble: beneficiar a los países productores de energéticos como Arabia Saudita, Rusia o Irán, en vez de reducir el consumo de los combustibles fósiles, éste aumentará, pero sobre todo, se fortalecerá el acaparamiento del mercado energético por unos cuantos productores, que así, obtendrán un poder mayor, eliminando que los consumidores obtengan energía por medios alternos que sí son efectivos, como la instalación de centrales nucleares, o bien, a través del fracking, la obtención de petróleo en lugares donde aparentemente éste es inexistente. Así, existirá una dependencia de los países industrializados a los países productores de energía.
Cuarto: La Destrucción de la Industria del Entretenimiento Occidental: Además del control de la energía, también el control de la información es vital, más cuando la misma se emplea para difundir ideas políticas o relativas a la concepción de la sociedad, la familia y el propio ser humano.
En este sentido, la inundación que ha estado sufriendo cada vez más Hollywood, y la industria editorial de los cómics estadounidenses sobre superhéroes, en particular los casos de las dos mayores editoras: DC y Marvel, en sus contenidos desde hace unos diez años a la fecha, del credo progresista: "inclusión y diversidad", de LGTBQ, cambios de razas y el otorgamiento a personajes femeninos de papeles propios de personajes masculinos, por ejemplo, supuestamente es para difundir la tolerancia y la aceptación de los "diferentes", pero esto no es así, las ventas de los cómics norteamericanos de ambos colosos del género se hunden, y producciones audiovisuales que se han centrado en este mensaje, como la serie Batwoman, caen en los ratings... nadie las ve, como ya lo hemos dicho anteriormente.
Lo último, ha sido la creación de un nuevo Superman, Jonathan Kent, hijo de Clark Kent/Kal-El, al cual no solamente lo hacen bisexual y enamorado de un reportero de origen asiático y de cabello teñido de rosa, sino que además, protesta contra el cambio climático y otros "problemas del mundo real"...
El problema aquí, es que se pretende la utilización de personajes tradicionales y ya más que establecidos para difundir este tipo de mensajes, en vez de crear nuevos personajes, o, como sucede en el manga/anime japonés, un género exclusivo para tratar estos temas de los gustos sexuales diversos, pero además, de que en el contexto fantástico en el que se mueven los personajes creados, en este caso por DC, los problemas que vivimos en la realidad no tendrían cabida, veamos esta ilustración:
Primero: uno de los que protestan junto a este nuevo Superman, trae una pancarta en que dice "No hay un Planeta B", lo cual contradice uno de los principios básicos de DC que le permitió, durante décadas, antes de la imposición del discurso ideológico de la agenda del Partido Demócrata, brindar a sus guionistas y dibujantes una enorme libertad creativa: el multiverso, según el cual, existe una pluralidad de universos y por tanto, de mundos paralelos en los que tienen lugar las aventuras de diferentes versiones de los personajes; aparte de que, en cada universo, la existencia de multitud de planetas en los que existe la vida es algo real, conocido y aceptado por los habitantes de esas Tierras ficticias, así que hay más que un abecedario de planetas...
En segundo lugar, pensemos el caso de la contaminación de los mares. Tanto en el contexto de las historias de DC como en el de Marvel, el reino sumergido de Atlantis existe y es reconocido por los Estados de la Comunidad Internacional que se encuentran en la superficie de la Tierra, gobernado ya sea por Arthur Curry/Aquaman en un caso o por Namor/Submariner en el otro; si los Estados de la superficie arrojan desechos al mar, esto le causaría daños a estas sociedades de las profundidades, por lo que, se podría tratar el tema, inteligentemente con historias en que crece la tensión entre el mundo sumergido y el de tierra firme, con la amenaza de una guerra, sanciones decretadas por los héroes marinos o la llegada a un acuerdo para el tratamiento de residuos, y en el caso del cambio climático, vamos, si en DC existe el uso de tecnologías avanzadísimas por genios como Luthor o Bruce Wayne/Batman y sus empresas, o alienígenas todavía más avanzados en contacto con la humanidad, y hasta la magia con personajes como Raven o Zatanna, o héroes con poderes capaces de alterar la estructura atómica de la materia como Firestorm, el problema se resolvería de esa manera y no con marchas exhibiendo carteles.
Esta estupidez y falta de lógica, así como la forzada alteración de personajes, además de la sobreexplotación del género en los medios y el hartazgo de las audiencias es lo que está tronando a la industria del cómic, pero también de la TV y del cine, junto con la falta de originalidad; aún así, las empresas continúan con estos contenidos y produciéndolos, sabiendo conscientemente, que esto les hunde, pero siguen en ello ¿porqué?
No creo que se trate, salvo en el caso de algunos dibujantes y guionistas, de un fanatismo ideológico, y ahí, puede que se trate de tontos útiles; creo más bien, que se trata de un suicidio planificado y dirigido para lograr la quiebra de las principales empresas de medios y entretenimiento de EUA, incluyendo a un coloso aparentemente invencible como Disney. ¿Para qué? Probablemente para que le salga barato a chinos e islámicos el comprarlas, y también, para que los contenidos producidos en Occidente dejen de ser atractivos y sean rechazados, mientras que los contenidos asiáticos, por ejemplo, pasen a difundirse y ser absorbidos por los Occidentales.
¿O acaso es mera coincidencia el éxito de una serie coreana como El Juego del Calamar, el arrasamiento del mercado del cómic por parte del manga Demon Slayer, y la cada vez mayor demanda por el anime nipón?
Concluyendo: estamos en un punto de inflexión, en el que el predominio Occidental se derrumba y es sustituido por el predominio de otros centros de poder, todos situados en Asia: Rusia, el Islam, China, Japón y Corea, algunos por su control sobre las fuentes de energía, otros por su influencia cultural. No cabe duda que el mundo, en algunas décadas, será muy diferente a como lo hemos conocido hasta hoy.