Tras haberse realizado el referéndum para votar a favor o en contra de la independencia de Escocia, el electorado de la Nación Celta votó en contra de separarse del Reino Unido en su mayoría: un 55% en contra y un 45% a favor de retomar la vida independiente del país truncada en 1707.
El resultado no fue tan apretado como se pensaba días antes de celebrarse el ejercicio, en que se hablaba hasta de un empate técnico y hasta los mercados reaccionaban con pesimismo ante la perspectiva de que el Reino Unido se desmembrase y eso significara la reducción de la influencia y capacidad geopolítica de Londres en el panorama internacional.Tampoco fue un resultado en que hubiese una aplastante mayoría favorable a que la antigua Alba quedase bajo el poder anglosajón de la corte de Buckingham, lo que seguramente debe tener satisfecho y confiado a Alexander Salmond, jefe del gobierno local escocés y líder de los Nacionalistas.
Las razones por las cuales los Celtas decidieron permanecer en el Reino Unido son claras: la cuestión económica, ya lo hemos dicho antes en este espacio: Escocia es la parte más pobre de la isla de la Gran Bretaña; si bien puede contar con petróleo y una gran riqueza natural e histórica que la vuelve un imán para el turismo, existe una enorme dependencia económica respecto al sur de la isla, ya que las industrias, las finanzas y el comercio entero se realizan a través de Londres o provienen de Inglaterra; la realidad geográfica igualmente pesa, ya que la isla es una sola masa de tierra sin grandes fronteras naturales y la existencia de Escocia y Gales se explica más bien por una cuestión histórica y étnica antes que por diferencias marcadas entre el norte y sur de la Gran Bretaña: se trata de enclaves de la población autóctona que resistieron los embates primero de los Romanos, quienes crearon una frontera visible entre la Provincia de Britannia, que coincide con la actual Inglaterra y la entonces llamada Caledonia, con la muralla levantada por el emperador Adriano; posteriormente la resistencia se llevo a cabo contra las invasiones Anglosajona, Danesa y Normanda, siendo ese el motivo por el cual el caudillo Picto Kenneth McAlpin unificó a las tribus y clanes de los pueblos celtas de Pictos y Escotos para fundar el Reino de Escocia en el siglo IX; la posterior Historia de dicho Estado medieval fue una permanente lucha para evitar ser sometido o absorbido por los Anglosajones del sur, algo que tarde o temprano iba a ocurrir por simple cuestión económica: en aquella época agrícola, Inglaterra poseía las tierras más fértiles y estaba más poblada: Escocia con su clima húmedo, gélido y ventoso, al ser el extremo norte de la isla, no podía generar una riqueza suficiente para mantener un Estado cada vez más complejo en su administración y fuerza, finalmente, tras la caída de los Estuardo en 1707, el exilio de Jacobo II, (VII de Escocia) las deudas, los sobornos al Parlamento Escocés (más antiguo que el inglés, conformado por representantes de las tribus célticas) y un imposible proyecto colonizador escocés en Centroamérica llevaron a la aceptación del yugo inglés.
Hoy en día, como bien apunto el historiador español Don Pío Moa, Inglaterra nuevamente usó el chantaje económico para atemorizar a los escoceses con las consecuencias de la independencia, y seguramente eso pesó en el ánimo de los electores, lo que no quiere decir que en realidad todos los escoceses que hayan votado a favor de la unión aman a sus históricos enemigos del sur o están a favor de la desaparición de su identidad nacional; para nada, tomaron una decisión pragmática y muy probablemente lo que estamos viendo es un aplazamiento de un proceso disgregador que ha comenzado no solo en la Gran Bretaña, sino en Europa Occidental y que no había sido notorio sino hasta ahora, lo que nos ha mostrado este caso es que las diferencias étnicas y regionalistas no fueron o son propias y exclusivas de Europa Oriental y todo el antiguo Bloque Comunista, como sucedió en Yugoslavia, la separación de Checoslovaquia o el desmembramiento de la URSS donde las fronteras no han quedado definidas aún, como lo demuestra lo que acontece en Ucrania recientemente, sino que también en la aparentemente desarrollada y estable Europa Occidental muchos de estos problemas han permanecido larvados o latentes. Debemos recordar que muchos de estos conflictos tienen su origen en razones históricas que enlazan con el mismo origen de Europa como tal tras la caída del Imperio Romano y la llegada de diferentes pueblos de los que surgirían las naciones europeas actuales, basta ver la siguiente animación para entender cómo han cambiado las fronteras en el Viejo Continente y entender lo que ha sucedido:
Claro, la diferencia con lo que ocurre en el este del continente es que aquí se decidió --temerariamente, eso sí, en la probablemente, peor de las resoluciones tomadas por David Cameron en su ejercicio como Primer Ministro-- someterlo a una consulta popular y no irse a las manos como ha ocurrido en el ámbito eslavo, con espantosos genocidios y limpiezas étnicas, después de todo, la relación entre anglosajones y celtas ya ha conocido episodios igualmente sangrientos y horribles.
De cualquier manera, el resultado tendrá consecuencias: esto no significa la derrota definitiva del Nacionalismo Escocés, por el contrario, el Reino Unido tendrá que pasar por diversas transformaciones para hacerle frente y también al problema de Irlanda del Norte, donde los separatistas se sentirán fortalecidos por lo acontecido con sus hermanos de raza en la isla vecina, o incluso en Gales, donde aparentemente los deseosos de restaurar el antiguo principado celta de Cymru han aumentado en número y fuerza. Salmond, quien seguramente preveía un resultado adverso a la independencia se veía confiado, pues sabía que esto serviría para medir la fuerza de su movimiento, ya vio que es mucha y que cuenta con el peso necesario para obligar a la Corona a otorgarle mayor autonomía a Escocia y quién sabe, ir arrancando concesiones a fin de dotar al país de la autonomía económica mínima necesaria. Muy probablemente el Reino Unido deberá pasar por un cambio radical en su constitución instituyendo un Federalismo o algo similar a las Autonomías en España para dar cabida a los nacionalismos, con todo y que resulta peligroso como se demuestra en la monarquía ibérica y los casos Catalán y Vasco.
El mismo Artur Más, jefe del gobierno local catalán lo ha dicho: el que el resultado haya sido contra la independencia escocesa no detendrá a Cataluña en la búsqueda de la independencia; en este caso, y por las tensiones que liberaron los Gobiernos posteriores a Franco en España, y que se expresan no solo en los nacionalismos Vasco y Catalán, sino también en Galicia, o increíblemente en Andalucía donde permanece el mito del Islam tolerante y originario, pese a que los Musulmanes fueron expulsados y la población actual es netamente de origen castellano aunque tenga el inevitable mestizaje con Judíos y elementos norteafricanos, como gran parte de los españoles y aun más, de los habitantes del Mediterráneo, sí existe peligro de violencia e inestabilidad, provocado por la débil presencia de Juan Carlos I, tan proclive a la concesión y temeroso de perder sus credenciales democráticas por el origen franquista de su trono, y ahora por un Felipe VI que igualmente aparece como un cobarde rehén de las Izquierdas.
Más allá del caso español, habrá que ver qué tanto influye esto en el caso de otras regiones separatistas de Europa, sobre todo en el norte de Italia, donde permanece latente el deseo de independencia, lo cual ha sido alentado por la asfixiante burocracia comunitaria y la crisis generada por el Euro, en lo que ha sido una tendencia por huir de la integración globalizadora para centrarse en una búsqueda por recuperar la identidad propia y la toma de decisiones independiente.
Entre tanto, quien de cualquier modo resulta beneficiado, aunque no como esperaba, es Putin, que puede alegar el cómo en Occidente se reconocen los resultados del referéndum escocés mientras que el de Crimea es desconocido y atacado. Si quería exhibir el doble rasero occidental usado en su contra, le dieron el pretexto idóneo para ello.
Pero quizá, el más gran ganador del referéndum es EUA, que mantiene unida a su antigua metrópoli con la que ahora ha trocado los papeles y controla, el Reino Unido es el principal instrumento de su política europea y el medio por el cual influye en el bloque continental, la pérdida de Escocia hubiera representado el debilitamiento de Inglaterra y su reducción a la inutilidad para los planes europeos de la (decadente) política imperial de Washington; por lo menos, el resultado le dio un respiro y eso significa un revés para el Kremlin, por el momento.
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El Huracán Odile y la fragilidad del Estado Mexicano:
El embate del huracán Odile en Los Cabos, zona metropolitana del estado de Baja California Sur formada por las ciudades conurbadas de San José del Cabo y Cabo San Lucas, una de las supuestamente, ciudades más prósperas de México y con mayor nivel de vida, puso en evidencia la situación de debilidad de las instituciones del Estado Mexicano y cómo a éste le es cada vez más difícil brindar la función esencial de todo Estado: la seguridad.
Hace poco, el Gobernador del estado norteamericano de Texas, Rick Perry, señaló que su decisión de militarizar la frontera ante las oleadas de migrantes se debían al "fracaso mexicano" y por supuesto, patrioteros de este lado de la frontera se le echaron encima, el Secretario de Relaciones Exteriores Jose Antonio Meade, el Gobernador de Chihuahua y los Senadores declararon que no hay ningún fracaso y achacaron al político republicano que los motivos de su declaración radicaban en su racismo, mismo que según el Partido Demócrata, es connatural al Great Old Party.
Yo creo que si la práctica anulación del gobierno estatal en Michoacán, la violencia endémica en Tamaulipas, el poder de facto de los maestros de la CNTE en Oaxaca, las autodefensas crecientes en Guerrero, la incapacidad de controlar el paso en la frontera sur y para proteger los derechos básicos de los migrantes de los propios agentes de migración, y ahora los saqueos y escenas de anarquía visibles en Baja California Sur, no son imágenes o pruebas del fracaso de las instituciones y de que nos encontramos en un peligroso tobogán cuesta abajo, no se lo que sean entonces. Para mi es evidencia de que hemos pasado por 20 años en que, rotos los controles verticales que mantenían cohesionada las estructuras formales e informales de la sociedad y el Estado Mexicanos en pro de la "Democracia", se abrió la puerta o se pusieron las condiciones para dirigirnos al "Estado fallido" y se demuestra que las reformas no bastan, además de que la creación de más órganos de control por parte del Estado una burocracia monumental no ha redundado en una presencia de mayor poder, sino por el contrario, su atomización y debilidad.
En Nueva Orleans los saqueos o la situación anárquica después del paso del Katrinna no significó la práctica anulación del Estado como sí ocurrió aquí, donde la policía, el ejército y la marina desaparecieron como si el ciclón se los hubiese tragado, donde las autoridades se hicieron humo y dejaron que todo pasara como en una película tipo Guerra Mundial Z, y ahora los vecinos han seguido el ejemplo michoacano y guerrerense y han formado guardias vecinales para proteger sus casas de los saqueos ante la ausencia de autoridad. Peligroso, muy peligroso, como también lo es el espejismo de nuestros centros turísticos de lujo como Los Cabos, donde la aparente riqueza y prosperidad y los precios caros para los turistas ocultaban una realidad de desigualdad social y marginación que finalmente estalló aprovechando el desastre natural: los botones, los meseros y camareras finalmente se desquitaron saqueando de las oportunidades negadas y salarios de hambre que viven a diario. Otro fracaso más que también genera migración.
Así que, yo coincido con el Gobernador Perry.