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16 de febrero de 2021

SHINGIEKI NO KOJIN, O EL ODIO COMO MOTOR DE LA HISTORIA

 Resultado de imagen para Attack on Titan

Ante la práctica muerte de Hollywood y de la cultura popular occidental palpable en TV, cine y cómics, me he volcado, cuando quiero ver algo de mero entretenimiento, hacia el anime o animación japonesa, y últimamente, he podido ver en Youtube a algunas producciones televisivas rusas actuales, de las cuales hablaré más adelante, para mi sorpresa, en la Rusia de Putin continúan más o menos en las misma tendencia de la TV soviética, de la cual, siendo niño, tuve oportunidad de ver algunas miniseries que eran pasadas en México por Imevisión, televisora pública que ahora es TV Azteca, y que, contrario a lo que pudiera parecerse, buscaban ser instructivas sobre la historia rusa, antes que adoctrinar en el Marxismo, y lo conseguían, con una enorme calidad, además. En cambio, las series televisivas norteamericanas actuales son realmente insoportables, cargadas de la ideología de la Escuela de Frankfurt y globalismo, como, por ejemplo, Batwoman, serial que destaca por su carga ideológica feminista, LGBTQ, racial, y también por su pésimo guión, espantosas actuaciones y bajísimo presupuesto que sólo la lleva a ser una verdadera autoparodia y a generar el pitorreo y las burlas de varios críticos en Youtube, mientras que tiene una audiencia paupérrima de apenas 500,000 espectadores por episodio en promedio, en una población de 300 millones de personas, (compárese con los 89.4 millones de espectadores por episodio que tenía la mítica y excelente telenovela Dallas, con el gran Larry Hagman en 1985, gracias a un potente guión que mezclaba el melodrama amoroso con una aguda crítica al capitalismo salvaje y la falta de escrúpulos de los grandes consorcios petroleros estadounidenses) la decisión de prolongarla, pese a que tras la primera temporada, la titular del rol protagónico, la actriz australiana Ruby Rose, alegando, ciertamente, que sufrió un accidente en la filmación debido a la falta de medidas de seguridad y que la colocó en situación grave, abandonó el programa, aunque probablemente pensó también en salvar su carrera y no ser identificada con un show que será visto siempre como un fracaso, sólo se explica por el fanatismo ideológico de sus creadores y la esperanza de que la Administración Biden, como todo gobierno de Izquierda, comience a subvencionar a los medios del espectáculo convertidos en propagandistas y se tejan redes de corrupción y aprovechamiento de recursos públicos, que permitan hacer proyectos carentes de audiencia pero que justifiquen los millones de dólares regalados para la manutención de un gremio decadente y holgazán, carente de creatividad y calidad para hacer algo que capture al público.

Entre las series de animación japonesas más interesantes en la actualidad, destaca Shingieki no Kojin, título traducido al inglés como Attack on Titan, y al español como Ataque a los Titanes, aunque su más correcta traducción sería El Gigante de Ataque, recordando que el concepto de "titán" es propio de la mitología grecorromana, completamente ajena a la tradición japonesa. Es una obra maestra, tanto en la calidad de su animación como en su argumento.

Lo que sorprende de los japoneses es la capacidad creativa que tienen para imaginar mundos distópicos perfectamente lógicos, sin contradicciones internas ni huecos, y que son comprensibles para los espectadores. En ese sentido, continúan con la idea de la "subcreación" de la que hablaba J.R.R. Tolkien. En este caso, el serial, creado por el mangaka Hajime Isayama, primero en el formato de manga o cómic nipón, y luego llevado a la pantalla chica, nos regala una fábula inquietante sobre la Historia, la manipulación de masas y la ingeniería social que pega directamente a un Occidente que cada vez se muestra más hostil contra la creatividad nipona, ajena a la corrección política y que rechaza audiencias pasivas, a las que proporciona material para pensar y cuestionar la realidad que vivimos hoy y que se encuentra reflejada muchas veces en historias en apariencia meramente fantásticas, como en este caso. No es de dudarse porqué Estados dominados por el progresismo como Australia o bajo un régimen autoritario como Rusia, busquen censurar o prohibir las animaciones llegadas del Imperio del Sol.

Pero sobre todo, Shingieki no Kojin es una historia que gira alrededor del odio. Quizá eso la haga tan original, que no es una historia de amor, sino una historia de odio, las primeras, han sido contadas en innumerables ocasiones, pero las historias de odio son escasas e incómodas (otras que puedan considerarse como tales son Oldboy, en su versión coreana, Irreversible de Gaspar Noé, o El Tigre Blanco, película rusa sobre el enfrentamiento entre tanques a fines de la Segunda Guerra Mundial), quizá porque son mucho más reales. En este serial, no hay romances, Mikasa puede sentir algo por Eren Jaeger, el protagonista, pero es sólo su condicionamiento, propio de su familia, los Ackerman, a ser esclavos y protectores de quienes poseen el poder titánico; está la extraña fijación lésbica entre Historia (el nombre de este personaje no es gratuito) e Ymir, a la que Isayama no deja de presentar como algo patológico, producto de la necesidad de atención de la primera y de los remordimientos de la segunda, pero fuera de eso, no hay amor que valga en esta narración.

Ojo: Spoilers.

Es una espiral de odio que comienza, en un distante futuro distópico de nuestro mundo, cuando la reina de Eldia, Ymir Fritz, consigue de los dioses el poder de transformarse ella y los miembros de su pueblo en seres gigantescos y deformes, con una fuerza extraordinaria, y algunos con otro tipo de poderes, llamados titanes, con los que se lanzan a la conquista de un imperio mundial. El Imperio de Eldia subsiste por 2,000 años hasta que es derrotado por una alianza liderada por su principal rival, la dictadura militar del país de Marley. 

Los Eldianos se convierten desde entonces en parias, su entonces rey, Fritz y parte de su pueblo son enviados al exilio en la isla de Paradis, correspondiente al actual Madagascar, donde son además encerrados en una zona circuncidada por tres enormes murallas, por ser un peligro para el mundo, rodeados además, constantemente por titanes que les devoran, a la población se le manipula y se le hace creer que son los últimos sobrevivientes de la humanidad, que ha sido víctima de un cataclismo provocado por los propios titanes. En realidad, lo que pasa es que la isla es un gueto, y los titanes que les atacan son eldianos castigados por los marleyenses, convertidos en titanes y enviados como mecanismo de control para evitar que la población principal de los eldianos y sus reyes regresen a sus andadas imperiales.

Porque en el seno de Marley (mismo que se ubicaría en África, pese a contar con una población blanca) continúan viviendo muchos eldianos, segregados en campos de concentración y guetos... --en un gesto irónico o sarcástico, los personajes eldianos, que son segregados y discriminados por Marley, en el que existe un régimen muy similar al nacionalsocialista o fascista, ostentan apariencias, nombres y apellidos germánicos en su gran mayoría-- a los que únicamente se les da una salida para ser incluidos en la sociedad y ganar cierto respeto: sirviendo como carne de cañón en las fuerzas armadas marleyenses o convirtiéndose en titanes subordinados al alto mando en sus aventuras expansionistas.

A los Marleyenses se les induce desde niños el odio hacia los Eldianos como demonios temibles, dispuestos a cada momento a rebelarse y atacarles con sus poderes diabólicos de titanes, a éstos a su vez, se les adoctrina para considerar que se merecen el castigo y que la culpa de todo la tienen los "Eldianos malos" de la isla, a los que hay que acabar para asegurar que al fin se ganen un lugar en la sociedad marleyense. Aunque, como se puede ver en la última temporada, actualmente en emisión, puede surgir cierta amistad entre militares marleyenses y jóvenes cadetes eldianos, entre los que surge inevitablemente la simpatía y el respeto, como ocurriera en Sudáfrica al enfrentarse en conjunto a las aventuras imperialistas bélicas cubanas en Angola, entre negros y blancos, algo que contribuyó mucho más que las prédicas de Mandela al fin del Apartheid. Es ahí cuando encuentra explicación el comportamiento de Gabi, personaje que se ha ganado el odio de la audiencia, pero que no es más que una niña, por un lado  adoctrinada al odio hacia la isla y que, por otro , se encuentra más identificada y cercana con sus compañeros de armas marleyenses, de quienes además sólo ha recibido muestras de afecto y reconocimiento, que con sus hermanos de raza venidos del mar.

Pero cuando una operación para recuperar a favor de Marley los poderes principales de los titanes de la isla sale mal, surge la figura de Eren Jaeger, quien encarna al Titán de Ataque que da título a la obra, que rompe por completo con los planes y la vida de eldianos, marleyenses y del mundo en general.

La expansión de Eldia provocó el odio de Marley en su contra, los Eldianos de la isla, al darse cuenta de la realidad, reaccionan con odio contra los marleyenses, aunque algunos descubren que estos no son monstruos, y viceversa; pero eso no pasa con Eren, él no busca la liberación de los eldianos y la reconstrucción del Imperio, él solo busca venganza por la muerte de su madre y la destrucción que presenció siendo niño. El odio lo impulsa y lo mueve, es su motivo y su objetivo, sin escatimar pérdidas o muertes. Eren solo vive para satisfacer su odio, solo quiere muerte.

Shingieki no Kojin nos lleva a reflexionar acerca de la espiral de manipulación y odio en la que nos encontramos cada vez más inmersos, lo hemos visto a lo largo de este año; la Pandemia ha generado un clima en que el odio se ha convertido en el principal factor de división. En EUA, las celebridades claman por el odio contra quienes apoyaron a Trump o no se pliegan a las ideas progresistas, del otro campo, lo vimos con las tesis conspirativas difundidas por Q-Anon, cunden las demonizaciones y el odio hacia figuras del ámbito político, cinematográfico o empresarial; en México, el actual Presidente llegó al poder impulsando el odio del pobre contra el rico, el resentimiento y la envidia. 

El odio es la herramienta de los políticos y poderosos para manipularnos, el odio al pasado, a la realidad, al igual que los reyes eldianos, pretenden falsificar la Historia y presentarnos una Ana Bolena negra, una jugadora de ajedrez que derrotó a un campeón del mundo soviético, en vez de la heteropatriarcal y real historia de Bobby Fisher, una precuela de la Isla del Tesoro, clásico de Robert Louis Stevenson, con piratas del siglo XVIII que actuaban impulsados por defender su homosexualidad, y otro montón de hechos y contextos imposibles o inexistentes, para generar odio contra quienes no crean estas versiones. 

El odio nos rodea, nos envuelve y se respira, cada vez más intenso, justo como ha ido incrementándose temporada tras temporada en el anime; aún faltan algunos episodios para que termine la cuarta y última temporada, así como todavía faltan 1 o 2 tomos en el manga, me parece que el desenlace no será un final feliz, muy posiblemente Eren desate una especie de armagedón: el Retumbar de la Tierra, y lleve su odio contra contra todos a un estallido máximo... esperemos que, en la realidad, no ocurra algo similar.

En conclusión, Shingieki no Kojin nos deja abierta una inquietante pregunta: ¿es el odio, y no el amor, el motor de la vida humana? 

Véanla, es muy recomendable y no los dejará indiferentes.

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Pueden ver otras críticas y análisis de la trama de este serial, hechos por el crítico Kristoff Raczynski y por uno de los Youtubers pensantes más sensatos de México: Esquizofrenia Natural.

14 de febrero de 2021

BIDEN: FIJANDO RUMBO HACIA EL DESASTRE

 Joe Biden firmó 17 órdenes ejecutivas y otras directivas. ¿En qué  consisten? - The New York Times

Apenas ingresado al Despacho Oval de la Casa Blanca, el Presidente Biden empezó a emitir decretos -órdenes ejecutivas- con las que comenzó a demoler lo hecho por Donald Trump tras cuatro años en la Presidencia de la República de EUA.

Lo que está haciendo, parecen políticas tan similares a las propias de un Presidente mexicano o de cualquier otra parte de Hispanoamérica anclado en la demagogia y la socialdemocracia, recetas que se han comprobado como responsables del subdesarrollo conocido por generaciones desde la Independencia, pero ahora, extendidas a EUA, ¿porqué? Porque el Tercermundismo, como ya lo mencioné aquí al hablar del caso de California, es más redituable para muchos intereses de las élites que la prosperidad. 

Finalmente, hay que pagar favores y apoyos recibidos durante la campaña y el conflicto postelectoral, y para ello, hay que actuar de conformidad con los intereses que intervinieron, y que ahora, descaradamente, y con un cinismo completo, vienen a reconocer una serie de maquinaciones dirigidas a asegurar el triunfo del Demócrata, en lo que es casi poco menos que reconocer el fraude electoral, tal y como salió publicado en la revista Time.

Las decisiones de Biden --quien, en un audio, parece (no está del todo claro) decir que en realidad, no sabe lo que está firmando, lo cual certificaría su carácter de títere-- parecen encaminadas a empobrecer a los norteamericanos, dividirlos y debilitarlos, y si no son medidas tomadas por él, lo son algunas de las que sus adláteres en el Partido Demócrata toman, o las élites que le apoyaron, veamos algunas de ellas:

1.- La Política Energética de Biden:

Entre las primeras medidas, el nuevo Presidente decidió cancelar la obra del oleoducto Keystone XL destinado a transportar el combustible de Canadá a EUA, lo cual dejó al Primer Ministro Justin Trudeau en una situación de desconcierto, (quien por cierto, viene de sortear un escándalo interno provocado por la conducta abusiva y despótica de la Gobernadora General --representante de la Reina Isabel II en su dominio norteamericano-- contra personal de su oficina y de la residencia oficial, lo que provocó su renuncia); esto se hace, expresamente, por las medidas de defensa del Medio Ambiente y de rechazo a las energías contaminantes, como son los hidrocarburos; igualmente, prohibirá el fracking.

Se puede decir que con esto castiga a la industria petrolera que apoyó a Trump y a los Republicanos, que, fiel a la agenda Globalista, se suma de nuevo a los Acuerdos de París y se busca beneficiar al Planeta con la búsqueda de energías limpias, lo que contribuye al avance tecnológico... está bien, pero hoy por hoy, no existen formas de energía más eficientes que los hidrocarburos: las llamadas energías limpias han probado, hasta el día de hoy, no ser todavía lo suficientemente eficientes como para sostener el modo de vida actual y su voraz hambre de energía; de ahí que en California sean constantes los cortes de energía, o que en Alemania, la tarifa eléctrica haya aumentado a la par que aumentan las centrales solares y eólicas, y se busca cerrar tanto las centrales termoeléctricas y las nucleares por nocivas.

Pero en realidad, si le buscamos, podemos encontrar otras razones mucho menos altruistas y más terrenales: Trump había logrado, con la técnica del fracking, que EUA fuera no solamente autosuficiente en el terreno energético, sino que hasta llegara a ser exportador del "oro negro"; ¿pero qué pasa si Biden renuncia a esta forma de extracción del combustible? Evidentemente, la eficiencia de las energías alternativas no se alcanzará en este año, ni el próximo, ni en el cuatrienio de Biden, es algo a largo plazo, por lo que, EUA tendrá que recurrir a fuentes externas del preciado insumo. Así que preguntémonos, ¿quién se beneficia?

Podemos responder: Arabia, y la Casa de Saud, que de esta manera mantiene la alianza especial que ha labrado con Washington desde el mandato de Bush Jr. y en especial, tras el 11 de septiembre de 2001 y las posteriores invasiones de Afganistán e Irak, y que fue el decidido aliado de EUA en Medio Oriente durante el mandato de Obama en detrimento de Israel, lo que le sirvió para crecer su posición en la región, y provocar las guerras de Siria y Yemen para frenar el expansionismo de Irán y sus grupos extremistas franquiciatarios.

¿Y qué tal si además, se trata de "pagarle el favor" a Maduro --si es cierto que detrás de la empresa Dominion, que proveyó de urnas electrónicas y software electoral al proceso del 03 de noviembre se encuentra el régimen Chavista-- y permitirle de nueva cuenta las ventas de petróleo a EUA y sostener el régimen dictatorial venezolano con una inyección de recursos frescos, cuando las sanciones implantadas por Trump amenazaban con estrangularlo, puesto que sus aliados China y Rusia sólo le proveen de armas y le sacan más recursos de los que invierten en el quebrado país caribeño?

Entre tanto, se están destruyendo, de un plumazo, miles de empleos...

2.- Desatar la Migración:

El pretender una política de "fronteras abiertas" no tiene que ver con compromiso alguno con la defensa de los derechos humanos de los migrantes, ni con la "no-discriminación", tiene que ver, principalmente, con obtener votantes para asegurar la permanencia del Partido Demócrata en la Casa Blanca y con la mayoría en el Congreso, e incluso, cambiar la tendencia de estados como Texas, tradicionalmente volcados al Partido Republicano, con una nueva camada de votantes que serán estómagos agradecidos al Gobierno Demócrata que los mantendrá con asistencia social, otorgamientos de nacionalidad y demagogias populistas de discursos reivindicativos, de inclusión y explotación del resentimiento contra los W.A.S.P. pintados como explotadores y racistas.

También, por supuesto, permitirá mantener abierto el negocio del tráfico de personas, disfrazado de caravanas de migrantes que exigen respeto a sus derechos, pero que implica el orquestado traslado de masas de migrantes para surtir las necesidades de mano de obra, sobre todo, en el agro norteamericano.

Sin embargo, cabe preguntarse ¿cómo pretenden solucionar la situación que se genera cuando, a raíz de la pandemia del coronavirus, y las medidas implementadas por Biden tendientes a la protección del ambiente, el desempleo crece en EUA? ¿Acaso simplemente pretende el nuevo mandatario ponerse a imprimir billetes para pagar los subsidios, becas y ayudas de alimentación a las masas de inmigrantes que, evidentemente, no encontrarán trabajo, y a cambio, conseguir sus votos? La receta ideal para una devaluación y otros problemas económicos, así como para la creación de masas resentidas, no en contra de las élites que alientan el fenómeno migratorio y al Partido Demócrata, y que concentran en sus manos un porcentaje altísimo de la riqueza, pero sí contra las clases medias y trabajadoras anglosajonas del país, mismas que apoyan al Partido Republicano y han sido la base de apoyo a Donald Trump durante sus campañas electorales y sus cuatro años de mandato.

3.- El Impeachment y la "caza de brujas":

El Partido Demócrata, y las élites detrás de éste, se están desgastando y dando razón a quienes han señalado la existencia de una conspiración en contra de Trump, no solamente por el reconocimiento expreso de parte de la revista Time del que hablé al principio; aparte de ello, se están revelando como contrarios a libertades tan esenciales como la libertad de pensamiento y de expresión, que han desatado una grosera persecución abierta en contra de la disidencia.

En primer lugar, el procedimiento de Juicio Político o Impeachment dirigido por segunda ocasión en contra del empresario neoyorkino, ahora ya fuera de la Presidencia de la República, fue planteado por los Demócratas, y buena parte de los Republicanos, partes ambos de la Clase Política, como la manera de inhabilitarlo políticamente y evitar que nuevamente, en cuatro años, pueda volver a lanzarse como candidato para recuperar el Despacho Oval, pues claramente le perciben como una amenaza a su posición privilegiada.

Realmente, desde un principio no parecía que la propuesta procedería, los Demócratas necesitaban hacerse con el apoyo de 17 senadores Republicanos, y sólo contaban con siete; ¿porqué equivocaron dicha visión? Quizá pensaron que, por las declaraciones vertidas el mismo 06 de enero por Lindsey Graham y por Mitch McConell, consideraron que los Republicanos estaban lo suficientemente divididos y existía un gran sector decidido hacia deshacerse de Trump, mas no era el caso: si bien es cierto que existe una facción anti-Trump en la que se encuentran McConell y Romney, y que por supuesto votaron a favor de condenar al ahora ex-mandatario, Graham, por el contrario, y así lo dijo en una entrevista dada a Fox News, --también indudablemente con unas buenas dosis de pragmatismo-- señala no haber estado de acuerdo con las afirmaciones de fraude electoral por no haberse exhibido pruebas fehacientes de ello, pero tampoco encontraba medios de convicción que acreditasen que Trump efectivamente azuzara a las masas para asaltar el Capitolio y que por tanto, se le hiciese responsable, además, de algo que hubiera podido impedir la transmisión de los poderes constitucionales a Biden, y por tanto, de dar una insurrección que culminase en un Golpe de Estado; igualmente, considera que Trump es el máximo líder con el que el "partido del elefante", cuenta en la actualidad.

Y es que, finalmente, los Republicanos no podían ponerse en contra de su principal activo político y más cuando resulta que es más popular que el propio partido, simplemente, podían prever que ante la inminente absolución del neoyorkino, que ya la predecía Ted Cruz, éste se fortalecería, visto ahora como víctima de una persecución política, y sería estúpido no aprovecharlo y continuar en alianza con él.

Pero además, la absolución de Trump en el proceso, bien puede costarle el puesto a Nancy Pelosi al frente del Congreso de EUA, toda vez que parece más bien que todo fue un encaprichamiento de la veterana política demócrata que al final, termina por perjudicar a su propio partido... es probable que veamos ahora a Kamala Harris, la verdadera dueña del poder, lanzársele a su yugular cuando se vean las consecuencias contraproducentes de su actuar, que han redundado al fortalecimiento de la figura de Trump 

Por otro lado, el ejercicio de la censura por parte de Facebook, Twitter o Youtube, molesta cada día a más y más gente, lo peor, es que está motivando a diversos Estados a plantear medidas de censura estatal, con el pretexto de controlar a las empresas tecnológicas que dirigen las redes sociales, como ya se apunta de parte del régimen de la 4T en México. Los planteamientos de algunos miembros de las élites, como por ejemplo, de las celebridades de Hollywood de elaborar listas negras, de amenazar a quienes disientan e insultar a los que hayan votado por Trump, implica generar una mayor división social, que es contraproducente a los mensajes a favor de la unidad nacional por parte del novel mandatario. 

El caso del despido por Disney de la actriz y ex-luchadora profesional Gina Carano de la producción de Mandalorian por haber hecho un comentario en Twitter en que comparaba la persecución y demonización de los militantes o simpatizantes Republicanos a la situación de los Judíos bajo la Alemania Nazi, ha contribuido a generar más antipatía contra las élites mediáticas y a generar más animadversión contra el monopolio del ratón. Creciendo, por tanto, la división social y contribuyendo poco a la unidad y al restañar las heridas abiertas tras el conflicto electoral.

Y es que, en realidad, el impeachment a lo que ha llevado es a acrecentar la figura de Trump de nueva cuenta, quien sigue siendo quien dicta la agenda política en nuestro vecino del norte y se erige en un verdadero líder opositor que incluso, resulta mucho más carismático y seguido, aunque sea para denostarle, por los medios, que el propio Joe Biden; éste, no acaba de agarra color, sigue desdibujado y gris, con una administración que no apunta a tener un objetivo claro y que, se percibe, por el contrario, con unas decisiones autoritarias y tendientes a aplicar una socialdemocracia que debilitará internamente a EUA favoreciendo a poderes externos: China y las instituciones globales, así como a las grandes corporaciones tecnológicas, financieras y mediáticas que consolidarán sus monopolios transnacionales medrando sobre sus despojos.

Concluyendo con este mero panorama de algunos de las primeras pinceladas de la Administración Biden, podemos señalar que se dirige a un oscuro futuro: Biden poco a poco se está dejando ver como un Presidente débil, sin personalidad, con un Gobierno que ya muestra algunos indicios de escándalos, como lo ocurrido entre el subsecretario de Prensa y una periodista, que tuvo que renunciar cuando ésta le preguntó acerca de una relación personal que le lleva a favorecer a otra reportera y obtuvo a cambio, una amenaza... además se ha mostrado abierta y descaradamente su sometimiento a los intereses de las grandes corporaciones quienes pretenden moldear opiniones, conciencias y voluntades, dictando lo que es lícito opinar, pensar o expresar, mostrando no solamente una voluntad liberticida y autoritaria, sino la debilidad del Estado ante el poderío económico y mediático, lo que pone en peligro a los derechos de las personas y a las comunidades intermedias, como la familia o las iglesias, ante la dictadura del capital y la farándula.

Esto apenas inicia, la presencia de Trump liderando una poderosa oposición, sin duda irá moldeando la agenda de Biden, sin que puedan atreverse en adelante a actuar algo contra él, con el riesgo de convertirlo en mártir y hacerlo así, agrandando su figura y ahora así elevarlo a la figura de "titán" como lo ven algunos de sus seguidores. Sin duda, serán cuatro años muy interesantes...