Tal parece que la Guerra Civil Libia se acerca a su fin con el derrocamiento del Dictador Muammar Al Gaddafi, en un movimiento repentino favorable a los rebeldes que sólo puede explicarse por os efectos de los constantes ataques aéreos realizados por aviones de la OTAN y por las armas que la misma alianza le brindó a los insurgentes, así como su asesoramiento en tácticas y estrategias, la proscripción del mismo mandatario, señalado como posible responsable de crímenes de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional que ha emitido orden de aprehensión en su contra y de sus hijos, y la retención de fondos por parte de los gobiernos europeos y norteamericano pertenecientes al Estado norafricano, y que fueron dados al "Consejo Nacional de Trancisión", dirigencia colegiada de la difusa insurgencia, fueron factores fundamentales para destrabar las acciones militares, situadas en un virtual empate, y el logro de importantes victorias por parte de los rebeldes, que consiguieron cercar y capturar finalmente, a Trípoli, la capital.
Sin embargo, aunque esto augura la caída del extravagante y cruel Gaddafi, esto no significará la transformación del país en un paraíso democrático y justo de corte occidental, ni el cese de la violencia; para empezar, el que se crea que la intervención de la Alianza Atlántica es para difundir la libertad y la democracia es porque también cree en el ratón de los dientes, más cuando ha quedado demostrada la hipocresía más cínica y vil de parte de líderes occidentales como Nicolás Sarkozy, José Luis Rodríguez Zapatero y Silvio Berlusconi, quienes hasta hace unos pocos meses recibían o se reunían con el líder libio al que trataban de igual, negociaban con él, invertían en su país y viceversa, y como ya lo hemos mencionado en otras entradas, le perdonaron hasta el atroz crimen de Lockerbie y el avión de Panam (lo cual fue sin duda fundamental para el derrumbe de la mítica aerolínea) o su patrocinio de los movimientos terroristas más disimbolos y más feroces, y todo ¿porqué? Porque Libia se volvió en un atractivo socio comercial por su petróleo y su gas, posibles alternativas al monopolio ruso en ese rubro sobre Europa, y por sus productos agrícolas, mucho más baratos que los latinoamericanos, y la familia Gaddafi como una importante firma de socios empresariales de Jefes de Estado del viejo continente, como la familia real inglesa o Berlusconi. Un excelente retrato de esa conveniencia e hipocresía, sobre todo de Europa lo leemos en la columna de Pablo Hiriart del diario "La Razón".
¿Entonces qué pasó? Sería aventurado pensar que se busca el control del petróleo y gas únicamente como lo dice Hugo Chávez, además de que los norteamericanos, debilitados y sin dinero, han tenido un papel de comparsa muy secundario en una aventura cuyo caudillo ha sido Sarkozy en su papel de Napoleón de pacotilla, hay que recordar que el Senado rechazó un mayor envolvimiento en la expedición como lo quería Obama, después de todo, la explotación del petróleo y gas ya se encontraba concesionada en buena parte a empresas occidentales, quizá tuvo que ver tanto la gran cantidad de dinero invertido en Europa tanto en fondos públicos Libios como en fondos privados de la familia del dictador, y quizá las debilitadas economías de Francia, Italia y España vieron en ellos una tabla de salvación, quizá también, no quisieron pagar los favores recibidos de Gaddafi, como el rumor de la financiación de la campaña presidencial de Sarko con dinero libio, y los negocios, probablemente sucios, compartidos entre el extravagante libio y el extravagante Berlusconi, casi su alma gemela. Quizá el coronel quiso cobrar, y un precio muy alto, además.
Pero ahora, viene lo preocupante, ¿y ahora qué? Los rebeldes y su famoso Consejo son un conjunto heterogéneo de posturas políticas, además de la misma composición compleja de Libia; cuando hablamos de la historia de ese país, narré cómo los libios nunca conformaron un Estado o una Nación reconocible, siempre vivieron bajo la sombra de otros: Egipcios, Fenicios, Griegos y Cartagineses, llegados del Mediterráneo Oriental como "Pueblo del Mar", se convirtieron en seminómadas, beduinos en el desierto y diferenciados en dos regiones claras y enfrentadas: la Cireniaca y la Tripolitana, que sigue hasta nuestros días y que tuvo que ver mucho con el alzamiento. Hace poco, los rebeldes se enfrentaron entre sí y eliminaron a uno de sus generales, entre ellos, además de las diferencias tribales, existe también la presencia de un importante sector islamista radical, los mandos, además, han demostrado gran ineptitud política y aún militar, que fue subsanada por la asesoría de la OTAN y su apoyo aéreo. Poco tardarán en darse cuenta que Gaddafi sólo podía mantener la cohesión y la unidad del país mediante la mano dura, sólo manteniéndose él a la cabeza de todo el Estado, sin oposición ni alternativas podía garantizarse la unidad nacional, hace falta que los dirigentes occidentales lean a Ibn Khaldún, o estudien a fondo las Historias del Imperio Otomano, de los Califatos Arabes y de los Imperios Persa y Asirio, a fin de entender cómo es el sistema y el esquema de organización política de los pueblos de Medio Oriente, pero dudo que frívolos como Sarkozy, payasos como Berlusconi, fanáticos ideológicos como Zapatero y mediocres como Obama o Merkel tengan la cultura necesaria para ello y la capacidad de entender porqué en esa región es imposible que funcione una Democracia al estilo Occidental.
Aparte, la situación es confusa: se anunció la captura del hijo favorito: Seif Al Islam, mas luego él apareció anunciando que era falsa esa noticia y que su padre seguía resistiendo y contando con partidarios. El paradero del Coronel Gaddafi, por otro lado, resulta ser hasta el momento, una incógnita, incluso se habla que abandonó Trípoli en un movimiento estratégico, entregando a los caóticos rebeldes la capital, obligando a la OTAN a ocupar el país y hacerse cargo del país, mientras él, huyendo al desierto y reuniéndose con tribus partidarias, inicia un movimiento de resistencia que convierta a Libia en un nuevo Afganistán o Irak, eternizando la guerra y obligando a las potencias occidentales a permanecer ahí en combate permanente, lo que implicaría una fuerte sangría de recursos económicos, lo que ante la situación de crisis de Europa actual, se vislumbra como algo fatal: quizá a Sarko le faltó hacer un adecuado cálculo de costos-beneficios de la aventura.
Si es así, quizá Gaddafi ha planeado algo similar a lo que una leyenda apócrifa atribuye al general romano-oriental Narsés, quien, disgustado ante la ingratud que para con él tuvo el Emperador Justino II, sobrino y sucesor del gran Justiniano, y que dada su condición de eunuco, fue despedido en forma burlona, entregándosele una bola de estambre, para que se dedicara a labores femeninas, a lo que él respondió que "iba a enredar el estambre de tal manera que nadie lo pudiera desenredar" y al efecto empezó a intrigar con los enemigos de Constantinopla para provocar guerras e invasiones, según dice la leyenda; es posible, entonces, que el Coronel haya dicho lo mismo, y apueste al caos y divisiones entre sus opositores para formar un verdadero y nuevo gobierno, al ascenso del islamismo, que él, pese a todo, mantuvo al margen, al dispendio de recursos por parte de los países miembros de la Alianza Atlántica y a una guerra de guerrillas, no para recuperar el poder, sino simplemente, obtener su venganza, en su retorcida mente... ya lo veremos, por lo pronto, creo que Europa se acaba de meter en un avispero, y lejos de que la caída de Trípoli sea un evento esperanzador, será el inicio de un futuro lleno de sombras.
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La caída de Gaddafi muestra un episodio más del fracaso del "Kemalismo" (llamado así por Mustafá Kemal Atatürk") y su mezcla de laicismo, occidentalización y socialdemocracia en los países musulmanes, uniéndose así a sus vecinos Túnez y Egipto, a Siria, Yemen y a la propia Turquía, donde Erdogan está demoliendo el sistema desde dentro; de todo esto no surgirán sociedades democráticas y respetuosas de los derechos humanos, sí, me temo, surgirán esquemas parecidos al iraní, habrá que ver si el contagio de las rebeliones se extiende ahora a Marruecos y Argelia.
Igualmente, estemos atentos a los manejos de Qatar, verdadero maquiavelo detrás de estas rebeliones...
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Los lamentables sucesos en el Estadio Corona de la ciudad de Torreón, Estado de Coahuila refrendan la imagen de derrumbe de las instituciones en México y el fracaso estrepitoso de la estrategia y del Gobierno de Calderón... tal parece que hay partes del país que se aproximan mucho al miedo, la anarquía y poder de los "Señores de la Guerra" propios de Somalia, Yemen, o Libia, precisamente...
Sin embargo, aunque esto augura la caída del extravagante y cruel Gaddafi, esto no significará la transformación del país en un paraíso democrático y justo de corte occidental, ni el cese de la violencia; para empezar, el que se crea que la intervención de la Alianza Atlántica es para difundir la libertad y la democracia es porque también cree en el ratón de los dientes, más cuando ha quedado demostrada la hipocresía más cínica y vil de parte de líderes occidentales como Nicolás Sarkozy, José Luis Rodríguez Zapatero y Silvio Berlusconi, quienes hasta hace unos pocos meses recibían o se reunían con el líder libio al que trataban de igual, negociaban con él, invertían en su país y viceversa, y como ya lo hemos mencionado en otras entradas, le perdonaron hasta el atroz crimen de Lockerbie y el avión de Panam (lo cual fue sin duda fundamental para el derrumbe de la mítica aerolínea) o su patrocinio de los movimientos terroristas más disimbolos y más feroces, y todo ¿porqué? Porque Libia se volvió en un atractivo socio comercial por su petróleo y su gas, posibles alternativas al monopolio ruso en ese rubro sobre Europa, y por sus productos agrícolas, mucho más baratos que los latinoamericanos, y la familia Gaddafi como una importante firma de socios empresariales de Jefes de Estado del viejo continente, como la familia real inglesa o Berlusconi. Un excelente retrato de esa conveniencia e hipocresía, sobre todo de Europa lo leemos en la columna de Pablo Hiriart del diario "La Razón".
¿Entonces qué pasó? Sería aventurado pensar que se busca el control del petróleo y gas únicamente como lo dice Hugo Chávez, además de que los norteamericanos, debilitados y sin dinero, han tenido un papel de comparsa muy secundario en una aventura cuyo caudillo ha sido Sarkozy en su papel de Napoleón de pacotilla, hay que recordar que el Senado rechazó un mayor envolvimiento en la expedición como lo quería Obama, después de todo, la explotación del petróleo y gas ya se encontraba concesionada en buena parte a empresas occidentales, quizá tuvo que ver tanto la gran cantidad de dinero invertido en Europa tanto en fondos públicos Libios como en fondos privados de la familia del dictador, y quizá las debilitadas economías de Francia, Italia y España vieron en ellos una tabla de salvación, quizá también, no quisieron pagar los favores recibidos de Gaddafi, como el rumor de la financiación de la campaña presidencial de Sarko con dinero libio, y los negocios, probablemente sucios, compartidos entre el extravagante libio y el extravagante Berlusconi, casi su alma gemela. Quizá el coronel quiso cobrar, y un precio muy alto, además.
Pero ahora, viene lo preocupante, ¿y ahora qué? Los rebeldes y su famoso Consejo son un conjunto heterogéneo de posturas políticas, además de la misma composición compleja de Libia; cuando hablamos de la historia de ese país, narré cómo los libios nunca conformaron un Estado o una Nación reconocible, siempre vivieron bajo la sombra de otros: Egipcios, Fenicios, Griegos y Cartagineses, llegados del Mediterráneo Oriental como "Pueblo del Mar", se convirtieron en seminómadas, beduinos en el desierto y diferenciados en dos regiones claras y enfrentadas: la Cireniaca y la Tripolitana, que sigue hasta nuestros días y que tuvo que ver mucho con el alzamiento. Hace poco, los rebeldes se enfrentaron entre sí y eliminaron a uno de sus generales, entre ellos, además de las diferencias tribales, existe también la presencia de un importante sector islamista radical, los mandos, además, han demostrado gran ineptitud política y aún militar, que fue subsanada por la asesoría de la OTAN y su apoyo aéreo. Poco tardarán en darse cuenta que Gaddafi sólo podía mantener la cohesión y la unidad del país mediante la mano dura, sólo manteniéndose él a la cabeza de todo el Estado, sin oposición ni alternativas podía garantizarse la unidad nacional, hace falta que los dirigentes occidentales lean a Ibn Khaldún, o estudien a fondo las Historias del Imperio Otomano, de los Califatos Arabes y de los Imperios Persa y Asirio, a fin de entender cómo es el sistema y el esquema de organización política de los pueblos de Medio Oriente, pero dudo que frívolos como Sarkozy, payasos como Berlusconi, fanáticos ideológicos como Zapatero y mediocres como Obama o Merkel tengan la cultura necesaria para ello y la capacidad de entender porqué en esa región es imposible que funcione una Democracia al estilo Occidental.
Aparte, la situación es confusa: se anunció la captura del hijo favorito: Seif Al Islam, mas luego él apareció anunciando que era falsa esa noticia y que su padre seguía resistiendo y contando con partidarios. El paradero del Coronel Gaddafi, por otro lado, resulta ser hasta el momento, una incógnita, incluso se habla que abandonó Trípoli en un movimiento estratégico, entregando a los caóticos rebeldes la capital, obligando a la OTAN a ocupar el país y hacerse cargo del país, mientras él, huyendo al desierto y reuniéndose con tribus partidarias, inicia un movimiento de resistencia que convierta a Libia en un nuevo Afganistán o Irak, eternizando la guerra y obligando a las potencias occidentales a permanecer ahí en combate permanente, lo que implicaría una fuerte sangría de recursos económicos, lo que ante la situación de crisis de Europa actual, se vislumbra como algo fatal: quizá a Sarko le faltó hacer un adecuado cálculo de costos-beneficios de la aventura.
Si es así, quizá Gaddafi ha planeado algo similar a lo que una leyenda apócrifa atribuye al general romano-oriental Narsés, quien, disgustado ante la ingratud que para con él tuvo el Emperador Justino II, sobrino y sucesor del gran Justiniano, y que dada su condición de eunuco, fue despedido en forma burlona, entregándosele una bola de estambre, para que se dedicara a labores femeninas, a lo que él respondió que "iba a enredar el estambre de tal manera que nadie lo pudiera desenredar" y al efecto empezó a intrigar con los enemigos de Constantinopla para provocar guerras e invasiones, según dice la leyenda; es posible, entonces, que el Coronel haya dicho lo mismo, y apueste al caos y divisiones entre sus opositores para formar un verdadero y nuevo gobierno, al ascenso del islamismo, que él, pese a todo, mantuvo al margen, al dispendio de recursos por parte de los países miembros de la Alianza Atlántica y a una guerra de guerrillas, no para recuperar el poder, sino simplemente, obtener su venganza, en su retorcida mente... ya lo veremos, por lo pronto, creo que Europa se acaba de meter en un avispero, y lejos de que la caída de Trípoli sea un evento esperanzador, será el inicio de un futuro lleno de sombras.
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La caída de Gaddafi muestra un episodio más del fracaso del "Kemalismo" (llamado así por Mustafá Kemal Atatürk") y su mezcla de laicismo, occidentalización y socialdemocracia en los países musulmanes, uniéndose así a sus vecinos Túnez y Egipto, a Siria, Yemen y a la propia Turquía, donde Erdogan está demoliendo el sistema desde dentro; de todo esto no surgirán sociedades democráticas y respetuosas de los derechos humanos, sí, me temo, surgirán esquemas parecidos al iraní, habrá que ver si el contagio de las rebeliones se extiende ahora a Marruecos y Argelia.
Igualmente, estemos atentos a los manejos de Qatar, verdadero maquiavelo detrás de estas rebeliones...
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Los lamentables sucesos en el Estadio Corona de la ciudad de Torreón, Estado de Coahuila refrendan la imagen de derrumbe de las instituciones en México y el fracaso estrepitoso de la estrategia y del Gobierno de Calderón... tal parece que hay partes del país que se aproximan mucho al miedo, la anarquía y poder de los "Señores de la Guerra" propios de Somalia, Yemen, o Libia, precisamente...
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