Buscar este blog


15 de agosto de 2011

100 AÑOS DE CANTINFLAS



El discurso anterior pertenece a la película "Su Excelencia", como bien es sabido; y a mi parecer, es uno de los discursos más sensatos que he escuchado, mejor que el de ningún político y claramente aplicable a la época en la que se hizo esa película, en los años sesenta, después de darse tanto la construcción del Muro de Berlín como la Crisis de los Misiles Cubanos, era la etapa más caliente de la Guerra Fría y el genial cómico mexicano decidió hacer un filme en el que parodia y se burla de las dos grandes potencias del momento: EUA y la Unión Soviética y de su intervención en el llamado "Tercer Mundo", la manipulación de la política internacional y el manejo de eslógans y propaganda a favor de las ideologías.

Mario Moreno Reyes, "Cantinflas", fue un hombre genial, de origen humilde, nacido, según algunas versiones en Cotija de la Paz, Michoacán pero avecidado desde pequeño en la capital del país, o bien nació en la propia Ciudad de México, en el barrio de Tepito, según otros. Ahí, en la gran ciudad, se inició en la comedia tras intentar ser boxeador o torero dentro de uno de los foros que desde el Porfiriato y hasta mediados de los años 50 fue fundamental para el desarrollo del mediio del espectáculo en México y que fuente de muchos talentos naturales: las carpas. En ellas, se presentaban los más diversos espectáculos, como el teatro de revista, cantantes, musicales y también sketches cómicos. Gracias a las carpas, talentos como Cantinflas, pero también Germán Valdés "Tin Tan", Adalberto Martínez "Resortes", "Clavillazo", "Borolas", "Mantequilla" y otros más se hicieron famosos, siendo una camada de comediantes insuperable en la historia de los espectáculos en nuestro país, siendo, en la actualidad, los únicos que quedan con vida de esa generación el señor Gaspar Henaine "Capulina" y el hermano menor de "Tin Tan": Manuel "el Loco" Valdés.

Cantinflas tomó su modo de hablar incoherente y rebuscado de las parodias que hacía de los políticos fundadores del sistema priísta como el líder sindical Luis M. Morones, su apariencia: con los pantalones a la cadera sujetos por un mecate, una camiseta de manga larga remendada y un pedazo de tela colgado del hombro al que llamaba "gabardina", la tomó de un cómic referente a un "peladito" o vago típico de barrio que se titulaba "Chupamirto" muy de moda a fines de los años 20.

La carrera de Cantinflas se puede dividir en 3 etapas: la primera fue su paso de la carpay teatro popular al cine, y se dió durante los años 30 de la mano del director ruso Arkady Boytler y haciendo pareja con Manuel Medel, su compañero también en los escenarios en la época; sin embargo, las ataduras quizá ideológicas del ruso y sus pretensiones artísticas (fue discípulo de Einsenstein) impidieron que el mimo luciera. No fue sino hasta 1940 que inicia su mejor etapa, con el estreno de "Ahí está el Detalle", una de las mejores películas de la Historia del cine mexicano, y alternando con otras grandes figuras como Joaquín Pardavé y Sara García. El éxito del filme lo colocó en el estatus de estrella y siguió una serie de películas exitosas y verdaderas obras maestras de la comedia: las parodias de Romeo y Julieta y Los tres Mosqueteros, "El Gendarme Desconocido", primera de su trilogía sobre la policía, pues seguirían "el Bombero Atómico", donde hace tanto de apagafuegos como retoma su papel de gendarme, y el "Patrullero 777", su penúltima aparición en la pantalla grande, entre otras muchas. Su tercera etapa, a partir de los años 60, reconocible por ser películas a color, aunque mantiene una alta calidad, es señalada por la crítica por buscar en cada filme una enseñanza moral abiertamente; sin embargo, es muy interesante por ser la etapa en la que Cantinflas interpreta distintos tipos sociales: el sacerdote, el médico, el abogado, el barrendero o el conserje.

De cualquier modo, en todas sus películas, Cantinflas critica a la sociedad mexicana: al esnobismo de las clases altas y la franqueza de las bajas, pero también lo tramposo, abusivo y aprovechado del mexicano en cualquier condición, aunque también sus virtudes: amable, solidario y empático. Sin ocultar tampoco, que a su personaje lo mueve siempre la búsqueda de mejorar su condición, algo que él, en lo personal, hizo: autodidacta, leyó muchos libros y refinó sus modales, además de que poseía talento para los negocios al igual que sus hermanos, que prácticamente administraron sus negocios en una empresa familiar, lo que sería el origen de los actuales conflictos entre el hijo adoptivo del cómico y sus primos, su compromiso social, por su parte, le llevó a formar y dirigir los sindicatos de actores y de la industria cinematográfica en el país, así como participar en diversas obras de caridad. Entre tanto, su fama cruzaba fronteras e incluso llegó al mundo anglosajón pese a la barrera idiomática, protagonizando "Pepe" al lado de frank Sinatra, con quien trabó amistad y al lado de otro gigante del celuloide, el británico David Niven, co-estelarizó "La Vuelta al Mundo en 80 Días", donde interpretó con originalidad y gracia a Paspartout, mientras el inglés representó magistralmente a un Phileas Fogg fielmente calcado de las páginas de Julio Verne.

Es curioso que entre los años 1936-1969 el cine mexicano viviera su edad de Oro y a la vez Holywood también la viviese, si aquí Cantinflas y los otros grandes comediantes reinaban, en la industria de nuestro vecino del norte triunfaban Bob Hope, los Hermanos Marx, los Tres Chiflados, Laurel y Hardy, y por supuesto: Charles Chaplin, salvo que al iniciar Cantinflas su carrera cinematográfica, el mimo británico era ya más que un consagrado y estaba por las nubes, había cruzado con éxito la barrera del cine mudo al sonoro y hacía, en su última etapa, grandiosas obras maestras: "Tiempos Modernos", "El Gran Dictador", "Monsieur Bordieux", "Candilejas" y "Un Rey en Nueva York". Tanto el mexicano como el inglés se admiraban mutuamente y elogiaban sus respectivos trabajos, y no cabe duda que la obra de Chaplin fue fuente de inspiración para nuestro gran mimo.

Las carreras de ambos parecen ser paralelas, ambos gigantes salieron de las clases populares, crecieron en barrios bajos y bebieron directamente del sentido de la gente común; sus personajes son muy similares, salvo que Charlot es siempre la víctima inocente de un mundo cruel y de los abusos de los poderosos, mientras que Cantinflas se sobrepone a ellos y con su particular ingenio y trampa termina más o menos bien librado, --no siempre, por supuesto, pues en más de una termina con el corazón roto--y saca provecho o abusa a su vez del otro, y en los filmes de ambos subyace la crítica a la sociedad; ambos se sintieron comprometidos con la sociedad y procuraron ayudar a los pobres, a los obreros y mostrar un retrato de su realidad; a Chaplin eso le costó, en la paranoia de la Guerra Fría, ser expulsado de EUA por la cruzada desatada por el Senador McCarthy que le tildó falsamente de Comunista.

No cabe duda que Cantinflas se inspiró en él, pueden encontrarse ecos de Chaplin en varios de sus filmes: así, en una de sus obras maestras "El Bolero de Raquel" se encuentran rasgos similares a "el Chico", en "Si yo Fuera Diputado", película que descarnadamente hace burla de las prácticas electorales chapuceras del priísmo, hay algunas semejanzas entre él y el Charlot peluquero de "el Gran Dictador"; pero sobre todo, hay enormes similitudes entre esa película y "Su Excelencia", ambas critican la realidad internacional del momento en que fueron filmadas, la primera, los antecedentes inmediatos de la Segunda Guerra Mundial, el totalitarismo y la megalomanía de Hitler, la segunda, la Guerra Fría y el papel de peones en ella de los países del Tercer Mundo. Ambas, además, terminan de una forma similar: con un discurso serio pronunciado, no por Cantinflas ni por Charlot, sino por Mario Moreno y por Charles Chaplin en que dan su punto de vista, su sentir, como personas, como hombres salidos del pueblo, comunes, ante el drama de la Historia y las decisones de los poderosos.

Veamos ahora el discurso de Chaplin con el que cierra "el Gran Dictador":



¡Qué discursos más sensatos ambos! ¡Qué claridad de ambos sobre lo que es la paz y la libertad! Estos actores cómicos, en su profunda humanidad, supieron ver mejor que los políticos esas grandes verdades y nos demostraron que, los verdaderos payasos, son los políticos. Tras ver estos discursos y recordar sus películas, sólo pienso en cómo se burlarían de nuestro mundo actual, del Internet y redes Sociales, crisis económicas y globalizaciones, cambios climáticos y multiculturalismos...

¡Qué grande era Cantinflas! ¡Qué grande era Chaplin! Qué lástima que hoy en día no queden más que enanos...

No hay comentarios: