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27 de noviembre de 2012

"DALLAS" Y LARRY HAGMAN O LA REVOLUCION DE LA TV


Haciendo un paréntesis en los intensos días de política internacional y nacional en México (con el inminente cambio de Gobierno el próximo sábado) he de hablar ahora acerca de otro de los fallecimientos ilustres que han salpicado este año 2012 que se acerca a su fin: Larry Hagman, el conocido actor por su encarnación del  empresario petrolero John Ross "J.R." Ewing en la serie de TV Dallas durante los años ochenta y que ocurrió el pasado fin de semana.

Dallas y el personaje que fue magistralmente interpretado por Hagman sentaron sin duda, un parteaguas en la Historia de la televisión mundial, antes de dicha producción: fundamentalmente una telenovela que giraba en torno a la vida de una familia dedicada a la industria petrolera y los negocios agrícolas y ganaderos en Texas, los Ewing, sus intrigas familiares y empresariales, la televisión era un medio de entretenimiento sin que se buscara realmente hacer una producción que ofreciese algo más que pasar el rato; ciertamente, ya había intentos de hacer algo más y de utilizar a la TV como un medio de expresión quizá más profundo o con más trascendencia: Star Trek en los sesenta había puesto de moda la ciencia ficción a tono con los inicios de la exploración espacial expresada en la carrera hacia la Luna librada entre norteamericanos y rusos. A inicios de los setenta, Columbo se presentaba como la primera serie policíaca en manejar el suspenso y el procedimiento detectivesco, ya antes, a fines de los años 50, la serie de reconstrucción histórica Los Intocables, que mostraba la lucha del legendario grupo de investigadores del FBI encabezado por Eliott Ness en contra del Crimen Organizado de Chicago, encabezado por Al Capone y Frank Nitti.

Sin embargo, la TV seguía siendo vista como un género menor, los salarios de los actores de TV eran bajos, y generalmente eran vistos como mediocres o poco importantes, en mucho, en la pantalla chica, desde los años 50 se presentaban actores de bajo nivel o principiantes que buscaban dar el salto después a la pantalla grande, el cine del Holywood de los grandes estudios era el máximo anhelo de los histriones. Los argumentos de las series de TV eran generalmente ligeros, mediocres y no exigían mucho de los intérpretes, encajonados en papeles monodimensionales y con escasas variaciones, en historias lineales y sin giros o vuelos extremos.

Pero Dallas cambiaría eso: lejos de ser el melodrama ligero y barato característico de las soap operas, llamadas así porque en sus inicios, durante los años 50, se presentaban en horarios matutinos, dirigidas a las amas de casa y patrocinadas por marcas de jabón o detergentes, ofreció una historia con muchos giros o subtramas, y personajes realmente complejos; sin ánimos de crítica social ni política, la serie mostraba con toda crudeza la amoralidad, cuando no la enorme inmoralidad, de los grandes negocios y de las corporaciones, en este caso, petroleras, en la más descarnada competencia capitalista por la ganancia y el poder. La fórmula tuvo éxito inmediato y además, mundial, mientras el culto de Star Trek fue creciendo con los años, la fama de la serie texana fue instantánea, y gran parte de ello se debió al extraordinario y épico trabajo actoral de Hagman, encarnando a uno de los personajes principales: "J.R".

J.R. es ya un personaje icónico, y que como ninguno labró una simbiosis con el actor que le interpretaba. Larry Hagman, hijo de una reconocida actriz teatral, ya había logrado la fama en los años 60 al lado de Barbara Eden con la serie cómica Mi Bella Genio, encarnado a un despistado astronauta, el Mayor Anthony Nelson que se encuentra a una genio encerrada en una botella y que le mete en las más hilarantes situaciones; en el cine, Hagman no pasó de desempeñar papeles secundarios o menores, aunque en algunos casos, excelentemente, como en la película Fail Safe al lado de Henry Fonda, donde interpreta a un joven intérprete encargado de mantener la comunicación abierta entre Washington y Moscú en medio de una crisis nuclear, pero encontraría en la televisión el marco para su consagración.

Hacia 1977, la productora Lorimar esbozó la serie, le ofrecieron el papel principal a Hagman, quien lo aceptó por consejo de su esposa de toda la vida, la diseñadora sueca Mag Axelsson, y fue un personaje que le vino como anillo al dedo, al ser texano de nacimiento pudo asumir fácilmente la personalidad audaz y los gustos entre caros, rancheros y extravagantes del personaje.

JR más que un villano era un antihéroe, podía ser un maquiavélico y carecer de escrúpulos por obtener el control de la empresa familiar o destruir a sus competidores, igualmente amorales como él, y también podía ser un esposo infiel para quien las conquistas amorosas eran un deporte, pero al final, JR salvaba a su familia de sus enemigos y a sus negocios de la ruina o de caer en manos de sus rivales, muchas veces puestos en peligro por la ingenuidad y buena fe de su hermano menor Bobby.

La complejidad y ambigüedad moral se JR le convirtieron en un personaje odiado y amado a la vez por el público, y sin duda sirvió de inspiración en adelante a la creación de muchos personajes que igualmente han sido complejos y cuestionables, pero muy del gusto de las audiencias, con él nació la era del antihéroe que llega hasta nuestros días con el Dr. House y otros personajes similares.

Dallas provocó una verdadera revolución en la TV, no sólo porque inspiró a producciones similares como Dinastía o Falcón Crest, sino que demostró que la pantalla chica podía ser escenario para grandes actuaciones y guiones más profundos y elaborados, que además podían desarrollarse durante largo tiempo, así, en el caso de este serial se prolongaría por 13 temporadas, desde 1977 hasta 1991, quizá ya las dos últimas fueron innecesarias y el rating descendió sensiblemente, lo mismo que la calidad de las historias,así que decidió cancelarse la serie con el suicidio de JR atormentado por sus culpas. Sin embargo, el personaje regresó en algunas películas para TV (su presunto suicidio quedó reducido a haber sido una pesadilla) y se hablaba de continuar con la serie durante los noventa, finalmente, en este 2012 la serie reinició centrando el conflicto ahora entre los hijos de JR, Bobby Ewing y el eterno rival Cliff Barnes,donde Hagman reaparecía con su personaje, como el titiritero que mueve los hilos detrás de los conflictos por el poder dentro de la compañía y la actividad petrolera.

La nueva continuación de la serie pintaba ponerse interesante con un JR anciano, pero no menos ambicioso e intrigante y dotado de una vejez imponente, donde se incluía también ya los nexos corruptos entre política y empresas a través de la campaña de Sue Ellen la sufrida ex-esposa de JR para ser gobernadora de Texas y las más que probables manipulaciones a hacer por el magnate petrolero a través de su hijo (a través del cual, además, se tocaron otros puntos sensibles políticamente, como sus nexos con ciertos petroleros venezolanos ligados al régimen de Chávez en un plan por quedarse con la hacienda familiar para convertirla de un paisaje campirano en un campo de explotación de los yacimientos de hidrocarburos encerrados en su subsuelo), sin embargo, creo yo que el deceso repentino de Hagman lleva necesariamente a la conclusión final del serial que ha perdido a su principal personaje. Sin J.R. , Dallas carece de sentido.

Hagman nunca se sintió encasillado en el papel, por el contrario, estaba agradecido con el mismo, y no era para menos, le volvió rico, siendo el primer actor en TV en cobrar un millón de dólares por episodio, y le dio fama mundial, sabía también que había revolucionado la televisión para siempre, le había dado dignidad a los actores de la pequeña pantalla que de súbito se convirtieron en estrellas, abrió la puerta para el desarrollo de mejores producciones con más presupuesto, calidad y capacidad de expresión, tan es así que hoy en día podemos ver a actores consagrados del cine migrar a la televisión ante los cada vez menos originales y más superfluos guiones cinematográficos: Gary Sinise, Forrest Whithaker, Laurence Fishburne, Alec Baldwin, Glenn Close, John Goodman, Ted Danson, Kiefer Sutherland, James Claviezel, Kate Beckinsale, y ahora Kevin Bacon son algunos ejemplos, las producciones televisivas son ahora más cuidadas y dirigidas como películas de cine, con la oportunidad además de poder desarrollar las historias por largas temporadas en vez de dos horas justas, además de que cada vez hay más series que consisten ahora en verdaderos retos para las capacidades actorales de sus elencos.

Que descanse en paz Larry Hagman y lo mismo J.R., quizá sea tiempo de cerrar la era del antihéroe y volver, con urgencia, a retomar los héroes y los valores, en esta era de confusión moral y de incertidumbre, aunque quizá este personaje no fue sino un reflejo del salvaje capitalismo norteamericano ahora en crisis, quizá, después de todo, ya no haya lugar para J.R. en el mundo de hoy.

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