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23 de julio de 2012

EL TORTUOSO CAMINO A LONDRES

A unos días de que inicien los Juegos Olímpicos de Londres, aparecen ciertos nubarrones sobre el sistema financiero del país organizador, esto es, el Reino Unido; algo que enturbiará los ya de por sí desangelados juegos, a diferencia de hace 4 años cuando la espectación sobre lo que los Chinos iban a ofrecernos, e incluso hace 8, cuando todo mundo sentía el ambiente festivo de Atenas, que sentía que regresaban los juegos a su casa ancestral, --aunque, claro, los "Dánaos" no sabían que estaban, como su héroe Ayax, arrojándose a la espada clavada en la arena de la playa-- o de hace 12 años en que Australia se presentaba al mundo tras ser un eterno desconocido.

Desde que tengo memoria, al acercarse la celebración de los juegos olímpicos u "olimpiadas", como popularmente se les llama, (aunque el último término se refiere a los periodos de cuatro años entre cada edición de los juegos y era la forma en que los Griegos contaban el tiempo, a partir de la primera edición registrada en el 776 a.C., aunque ellos aducían que la instauración de los Juegos Olímpicos había iniciado con el mismísimo Hércules, a quien los mitólogos, arqueólogos e historiadores, ubican en plena época Micénica, hacia el siglo XIV a.C.) las tiendas se llenaban de souveniers, camisetas con las banderas de los países participantes o con los logotipos de los juegos, las mascotas y demás, ahora no es así, parece que no se van a llevar a cabo, o no sé si sea debido a que la euforia vivida hace un año en esta ciudad con los Juegos Panamericanos, o por que los espacios noticiosos siguen ocupados con nuestro interminable y estéril conflicto postelectoral.

Hoy no se ve eso, quizá porque en 4 años la crisis económica se ha agravado, o porque, a diferencia de las ediciones recientes anteriores, con excepción a los Juegos de Atlanta, EUA, en 1996, (considerados los peor organizados y seguridad más débil, donde hasta un atentado terrorista hubo) aquí no se trata del regreso de una vieja potencia al club "de los ricos" como España en Barcelona 1992, o la presentación en sociedad, por así decirlo de potencias emergentes como Corea del Sur en 1988 o Australia en el 2000, y la clara manifestación de poder y grandeza de la más emergente China; por el contrario, ahora vemos a Londres que organiza, por tercera vez, los Juegos Olímpicos, y por tanto, vemos a una vieja potencia que organiza los juegos enmedio de una situación complicada y muy diferente a las ediciones anteriores en que la capital británica fue la sede: en 1908, bajo el cetro de Eduardo VII, Gran Bretaña seguía en apogeo y era la capital de un Imperio que abarcaba 1/4 de la superficie terrestre, y era, por tanto, la primer potencia mundial en todos los términos: industria, comercio, marina mercante y de guerra, cuando organizó los cuartos Juegos Olímpicos de la Historia moderna, que fueron bastante modestos, en una época en que el deporte profesional estaba en ciernes y que debido a las ilusiones y utopías del Barón De Coubertain ni se pensaba en que alguna vez el deporte movería millones de dólares, libras o euros, ni contaría con tantos países o atletas individuales participantes, por lo que la organización era austera; en 1948, Inglaterra, bajo Jorge VI, se encontraba desvastada tras la Segunda Guerra Mundial, la India abandonaba el Imperio, Canadá y Australia, eran ya totalmente independientes con la ficción de la corona compartida, la situación económica en ruinas, pero fueron unos juegos que estimularon la reconstrucción de la ciudad tras los bombardeos, y sobre todo, el restablecimiento de la voluntad de los Británicos -- y del mundo-- por volver a empezar tras la pesadilla de 1939-1945.

Aun así, en 1948 el deporte no era lo que es hoy, y los Juegos Olímpicos no se convertirán en el negocio multibillonario que es ahora sino hasta Los Angeles 1984, con la presencia de Juan Antonio Samaranch y de Mario Vázquez Raña al frente del máximo organismo deportivo mundial: el Comité Olímpico Internacional, por lo que ahora, en 2012, Gran Bretaña se enfrenta ante la organización y el desarrollo de un evento que fundamentalmente es un reto económico en plena crisis financiera.


Por ello, no es de extrañarse que en las instalaciones que conforman el Parque Olímpico de Londres (en la imagen) hayan primado los materiales reciclados o incluso, estructuras desmontables, como es el propio estadio, que no es más que un conjunto de gigantescas graderías y armazones atornillados y ensamblados entre sí que, al terminar el evento, podrá ser desarmado y reutilizado, lo cual en modo alguno es un demérito, sino que representó un inmenso avance en ingeniería y tecnología para la fabricación y montaje de este tipo de estructuras, sin embargo, las razones para hacerlo así, más que ecológicas, son económicas, pues resulta menos oneroso hacer un estadio así, cuyas partes puedan ser reutilizadas, que un monumento como el "Nido de Pájaro" en Pekín, que además, tras los juegos del 2008, ha sido subutilizado, incluso, el equipo local de fútbol de la capital del Celeste Imperio, y con todo y que el fútbol soccer ha crecido en popularidad y en nivel en China últimamente, no lo lograba llenar, por lo que regresó a su sede tradicional del Estadio de los Trabajadores pekinés, que es menor aforo, ante eso, los ingleses, inteligentemente no quisieron crear un "elefante blanco" que sólo sea usado en eventos especiales, como el estadio chino que no volverá a mostrarnos su esplandor sino hasta que sea sede del próximo campeonato mundial de atletismo.

Aún así, la inversión completa de la organización de los juegos asciende a $17,250 millones de dólares, que comaparados a los $33 millones que costaron los juegos de 1948 nos muestran el cambio en el volúmen de dinero que se maneja en este tipo de eventos deportivos, que ya están muy lejanos de las buenas intenciones de Pierre de Coubertain, hombre de ideales casi propios de un santo pedagogo como San Felipe Neri o San Marcelino Champagnat, que no tienen cabida en el mundo de hoy en que el deporte es el negocio más rentable de todos.

¿De dónde va a salir el dinero para financiar todo esto? Como he dicho, parece que a nivel internacional no hay tanta "fiebre olímpica" como en ocasiones anteriores, e incluso, se han dado noticias un tanto preocupantes, como el hecho de que el viernes pasado había todavía un enorme volumen de 500,000 boletos sin venderse... la verdad, espero que estas olimpiadas sean exitosas, sobre todo por una leyenda del deporte como Sir Sebastian Coe, el gran corredor de fondo a quien de pequeño ví triunfar en los juegos de Los Angeles en 1984, y que con mucha ilusión y empeño ha venido encabezando al comité organizador; sin embargo, parece enorme el contraste entre la bonanza económica de un imperio en ascenso como China, con las austeridades de un Imperio en decadencia como el Reino Unido.

Bueno, ya en un post anterior hablé de cómo Inglaterra se ha transmutado en un paraíso fiscal y su fortaleza económica se ha concentrado actualmente en las instituciones financieras localizadas en la "City" o centro de Londres, de esta forma, han buscado captar capitales, cuando la mayor parte de las actividades de la otrora poderosa economía británica se encuentran en manos de extranjeros: los Chinos y los Hindúes tienen la industria, Norteamericanos y Rusos tienen los medios de comunicación, los Musulmanes controlan el comercio y el deporte, a los Ingleses, como ya lo hemos dicho, sólo les queda la música y la especulación financiera como fuente de riqueza nacional propia.

Cuando se trata de ingresar capitales, y más cuando se tiene un área libre de impuestos como la "City", e instituciones financieras globalizadas como el Hong kong and Shangai Bank of Commerce, mejor conocido por sus siglas HSBC, banco de capital mayoritario británico, pero también chino, cuando se tiene uno de los mercados bursátiles de mayor volumen y cuando se cuenta con una moneda de reserva muy utilizada para ello, como es la libra esterlina, sin tener otras actividades que te asegure la generación de riqueza, estarás dispuesto a lo que sea por atraer dinero qué inyectarlo a la economía nacional.

Y ahí tenemos los últimos escándalos, hace unas semanas, saltó a la palestra que la tasa LIBOR, esto es la tasa de interés para las transacciones monetarias interbancarias de Londres, estaba manipulada, intencionalmente, era más alta de lo que debía ser, pero así, los bancos ingleses, principalmente Barclay's y la propia Banca Central, el Banco de Inglaterra, maximizaban sus ganancias y recibían más inversiones, el escándalo llegó a decapitar varias cabezas tanto del poderoso banco privado como de la banca Central, con comparecencias ante el Parlamento y cuestionamientos al exceso de libertad de la que gozan las instituciones de crédito en el oasis medieval londinense.

Pero después vino lo mayor, en EUA, un comité del senado anticorrupción desveló las operaciones de lavado de dinero en HSBC a nivel mundial, de dinero proveniente del narcotráfico-- lo cual ha afectado a México--, de organizaciones terroristas, y de Irán, todo ello, empieza a correr el velo sobre las prácticas poco limpias dentro del reino de Isabel II y que han permitido que la isla medio libre la crisis europea sin recibir el fuerte impacto de otros países europeos, como España o Italia. Lo curioso es que se estén revelando estas cosas justo cuando están a punto de iniciar los Juegos Olímpicos, y hace sospechar de que falta mucho más por descubrirse, por lo que este año de cuento de hadas, que comenzó con la boda del Príncipe Guillermo y Kate Middleton, continuó con el Jubileo de Diamantes de la Jefe del Estado británico, y tendría como colofón la celebración de los Juegos Olímpicos puede terminar en un estallido financiero con graves consecuencias, recordemos los disturbios del año pasado.

Sinceramente, espero que los Juegos sean un éxito y signifiquen un remanso en los tormentosos tiempos actuales, pero yo, si fuera Sebastian Coe, no dormiría tranquilo...

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