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27 de julio de 2012

ARRANCAN LOS OLIMPICOS



Arrancaron los Juegos Olímpicos con una ceremonia inaugular bastante irregular, a mi parecer, con orgullo, puedo decir que la ceremonia inaugural de los Juegos Panamericanos celebrados en Guadalajara, hace unos meses, fue indudablemente muy superior; quizá tuvo que ver que la situación económica de México, a pesar de todos nuestros problemas políticos, no se encuentra, en proporción, tan golpeada como la de los países europeos, arrastrada por la crisis del Euro, y aunque el Reino Unido no se encuentra dentro de la unión monetaria, sí se encuentra ligada al resto del continente, además de lo que ya hemos mencionado acerca de los escándalos financieros protagonizados por instituciones de la isla.

La ceremonia inaugural, diseñada por el cineasta Danny Boyle, constó de varias partes: la primera, en la que apareció el laureado actor Kenneth Branagh, mostró un repaso sobre la historia de Inglaterra, que se centró únicamente en el paso de la economía agraria a la Revolución Industrial, por supuesto, sin tocar temas espinosos como el papel clave del colonialismo en el proceso, hubiera sido mucho menos proclive a la  si se hubieran centrado en la evolución de la riquísima cultura británica en vez de hacer alusión a su desarrollo económico --cosa que al llegar al presente, si hubiesen sido sinceros, habría culminado con la llegada de Chinos, Musulmanes, Hindúes y Rusos adueñándose de las industrias-- lo cual hoy está en una situación de crisis.

La aparición de James Bond, encarnado por Daniel Craig escoltando a la Reina Isabel II y un fingido salto en paracaidas tanto de la monarca como del actor, a mi parecer resultó un tanto irrespetuosa para la figura de una anciana, en primer lugar, y después, de la Jefe del Estado, aparte de que, el personaje del MI-6 no tuvo otro papel dentro de la ceremonia... habiendo tanta materia en la abundante y excelente literatura británica, el personaje al que se le diera más importancia fuera al espía de ficción de las novelitas, de calidad de "pulp" de Ian Flemming, más hecho para el cine (y del que soy fan) que para los libros; sin embargo, esto es entendible, se buscó hacer un homenaje a la cultura popular británica, hoy por hoy de una enorme influencia en el mundo: pudimos ver a Lord Voldemort, Mary Poppins, J.K. Rowling y el excelente momento de humor británico con la presencia de Rowan Atkinson y su personaje Mr. Bean que se llevó la noche: fue el momento más emotivo, sobre todo por el homenaje a la película "Carros de Fuego" de 1982, filme oscarizado que a su vez recuerda la gran odisea del equipo de atletismo de la Gran Bretaña en los Juegos Olímpicos de 1924 celebrados en París, y un homenaje a la música compuesta por el Griego Vangelis. Por otro lado, la figura de la Reina, goza de popularidad entre sus súbditos debido, precisamente, a que es un ícono de la cultura pop, algo que ella ha comprendido muy bien desde los inicios de su reinado, y de ahí la alianza monarquía-farándula que ha llevado a la elevación del estatus social de la segunda, lo que ha permitido la sobrevivencia del sistema político monárquico y que el republicanismo no sume apoyos, por ello era peligrosa la figura de Diana Spencer que podía incentivar el sentimiento antimonárquico con un gran apoyo de la farándula y del pueblo.

Se hizo un repaso a la historia de la música británica desde los sesenta, aunque, la verdad, hizo falta lucir más ciertos momentos y ciertos géneros: no hubo la presencia de los artistas más importantes del momento o considerados mejores,-- imposible, la lista sería inmensa-- pero sí resultó inconcebible la falta de referencias a algo tan importante como el Heavy Metal o Rock Pesado para la cultura popular británica y mundial. La musicalización de buena parte de la ceremonia corrió a manos de Mike Oldfield, uno de los mejores instrumentistas reconocido, por ejemplo, por su labor en la banda sonora de la película "el Exorcista", al final, igualmente se rindió un homenaje a grupos fundamentales como "The Who" y "Pink Floyd".

En definitiva, Gran Bretaña muestra la voluntad de hacer unos juegos memorables en época de crisis, con una austeridad forzada pero que no demerite la espectacularidad, (a pesar de todo, lo hecho por los Chinos hace 4 años es imbatible) finalmente, lo importante es la labor de los atletas en la cancha, por encima de detalles ceremoniales o formales extradeportivos, como el polémico vestuario de la delegación mexicana, que, a mí en lo particular, no me gustó nada pese a sus reclamos étnicos; estamos por ver a los mejores del mundo: Michael Phelps en sus últimos juegos, con toda seguridad, y su rival y compatriota Ryan Lochte, o el polémico serbio Miroslav Cadic que le ha acusado de ser favorecido por intereses extradeportivos, Usain Bolt y su enfrentamiento con su compatriota Yohan Blake, Roger Federer, el consagrado mejor tenista de la Historia conseguirá otro oro, seguramente, aunque también veremos nacer nuevos ídolos y figuras.

China buscará refrendar su posición como dominante campeón de los juegos conseguida hace 4 años en casa, ante un EUA que buscará regresar a su primer lugar en el medallero, aunque habrá que ver si Rusia logra recuperar el poderío habido en tiempos soviéticos, las dudas serán si Alemania, Cuba, Canadá o Brasil  mantienen o recuperan su alto nivel o continúan un lento declive.

México mantiene sus puntos fuertes en clavados y tae kwon do, aunque se sigue ilusionando, sin fundamentos, con el fútbol, los refuerzos mayores a la selección olímpica han resultado más un lastre, mientras Brasil sigue exhibiendo la imparable decadencia de su balompié, inversamente proporcional a su bonanza económica.

Vemos igualmente que los países islámicos, por primera vez en la Historia, traen consigo mujeres, pero no nos engañemos, la verdad es que no es un triunfo del feminismo, sino del Islam, pues la Shari'a se hará presente en la cancha con atuendos que cubrirán a las atletas, finalmente, el cada vez más resurgente y poderoso Islam, que en Inglaterra cuenta con una comunidad fuerte y con presencia económica, política y social, ha logrado influir en el Comité Olímpico Internacional, las petromonarquías se saben ricas e influyentes y saben que ante los problemas económicos cada vez mayores de Occidente, la oportunidad de adueñarse del negocio deportivo y de sus máximos eventos es también cada vez mayor.

Tendremos 15 días de emociones y de sueños a decidirse o realizarse en los deportes, dos semanas para olvidarnos un poco de política y de crisis, esperemos que, pese a fallos en la organización, como un transporte público colapsado, vialidades congestionadas, confusiones de banderas y el enorme negocio del deporte, esto no sea óbice para que podamos honrar a los héroes deportivos y que nada empañe a la máxima justa del deporte mundial.

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