Corría el año 1981, yo tendría unos 4, casi 5 de edad, cuando, al salir del jardín de niños, acompañaba a mi mamá a comprar manzanas, un cartón de leche o una lechuga para la comida a una pequeña tienda de abarrotes situada en la entonces Avenida Cordilleras, hoy Avenida Clouthier (la tienda, por cierto, todavía existe, lo mismo que su letrero que ostenta la razón social de "el Sinaloense", cuando me llamaba la atención un revistero en el que se exhibían cómics o historietas muy diferentes, algunas, editadas por la entonces llamada Editorial Novaro, presentaban a los personajes de Disney, como el Pato Donald, Mickey Mouse y Goofy en sus aventuras, o bien, a Súperman o Batman; pero en aquél entonces, editados por Novedades Editores, la misma casa que era titular de un diario así llamado: "Novedades" empezaron a aparecer unos superhéroes muy diferentes a los antes mencionados: "El Hombre Araña", "Diabólico" (Daredevil) o "Los Vengadores", donde aparecían "Hulk", "Thor" "El Capitán América" y otros... mi mamá me preguntaba cuál quería, y en una ocasión pedí que me comprara uno en que el "Hombre Araña" se enfrentaba a un peligroso villano con traje verde y larga cola mecánica: "El Escorpión".
Aquel era el 4° número del cómic sobre la aventuras de Peter Parker, con guión escrito por Stan Lee y dibujos de Steve Ditko, que se publicaba con 19 años de diferencia, siendo reciente que Novedades Editores obtenía la franquicia para publicar las historietas de Marvel Comics en México, sustituyendo a la editora del diario La Prensa, que en los años 70 publicó, aunque en forma irregular, algunas de las sagas superheróicas de "la Casa de las Ideas", como el Arácnido y los X-Men, claro, en ese entonces yo no sabía esto, lo único que me importaba es que me llamaban la atención esas historietas, y esperaba con ansia a que por la tarde, llegado mi hermano mayor de la escuela, me las leyera, sin embargo, el Hombre Araña fue un gran impulso para aprender a leer para mí, pues muchas veces no esperaba a mi hermano, y trataba de leer yo mismo el contenido de los "cuentitos", guiado por mis libros del kinder, con los que pronto, pude leer por mí mismo las aventuras del arácnido.
Así inició mi colección de cómics: al Hombre Araña le siguieron los Avengers, y un poco Daredevil, aunque este último no me ha gustado mucho, salvo la época en que Frank Miller escribía sus guiones, a fines de los 80 e inicios de los 90, por lo demás el ciego abogado Matt Murdock me ha parecido siempre un sujeto chillón y masoquista que se la pasa lamentándose por que lo dejó la novia, por llevar una doble vida, etc. Más tarde, los X-Men, pero siempre, mi colección creció al lado de Marvel; durante mi infancia, sin embargo, coleccioné también algo de DC, editado por Novaro-- después Editorial Vid-- pero era la etapa "pre-Crisis de las Tierras Infinitas-- y notaba una enorme diferencia entre las historietas protagonizadas por Batman o Superman, sobre todo las que habían sido emitidas originalmente en los años 50 o 60, bastante inocentonas e ingenuas, o excesivamente fantasiosas, además de que la publicación hecha por Novaro no respetaba la continuidad de las historias de los personajes de DC, por lo que no me llamaban mucho la atención, en otros aspectos, como muchos de los niños en Hispanoamérica a inicios de los 80, era fanático del grupo musical infantil español "Parchis", del cual salió un comic, escrito y dubujado por Oscar González Loyo, el mítico dibujante creador de "Karmatrón y los Transformables", saga publicada a finales de esa década y que es considerada como un clásico y un parteaguas en la Historia del comic nacional. Años después, cuando entraba a la Preparatoria, me parecía ridículo conservar las historietas de Parchis, y las deseché... para mi frustración, hoy veo que en Internet, el primer número de la historieta sobre el grupo musical se cotiza hasta en $850.00... como digo, en materia de cómics, hasta el más inocente o intrascendente número de "el Pato Donald", "Condorito" (este es un clásico y un personaje fundamental para la cultura popular de los Chilenos), "Libro Vaquero" o "Sensacional de Traileros", puede convertirse en un tesoro.
El Hombre Araña o Spider-Man es un personaje fundamental en la cultura popular de la segunda mitad del siglo XX y hasta nuestros días en EUA y Occidente entero, su primera publicación, hace 50 años fue un evento fundamental que contribuyó a la elevación del comic de un pasatiempo e historias menores para niños en el "octavo arte" que conjunta tanto las artes plásticas como la literatura, piénsese en una historia de los alcances y la profundidad de "Watchmen" o una obra maestra del cine como la trilogía sobre Batman de Christopher Nolan, todo eso fue gracias a lo hecho por Stan Lee y por Ditko en 1962.
Marvel Comics existía desde 1940, pero en ese entonces se llamaba "Timely Comics", la editora había tenido éxito durante los años de la II Guerra Mundial haciendo cómics de superhéroes con mensaje propagandístico de apoyo a las tropas norteamericanas que combatían contra la Alemania Nazi y Japón: de esa época es el Capitán América y el grupo de héroes "Los Defensores", que conformaba Steve Rogers junto a su amigo Bucky Barnes, Namor el Submarinero, Príncipe de Atlantis, y una primera versión de la Antorcha Humana que no tendría nada que ver con los Cuatro Fantásticos de 20 años después. En la creación de estos personajes actuó como dibujante Steve Ditko. Al terminar la contienda, la editora mató al Capitán América haciéndolo precipitarse al Artico al intentar desactivar los explosivos de un avión teledirigido con destino a Londres enviado desde Noruega por el villano Nazi Red Skull. En los años posteriores, Timely fue languideciendo, publicando cómics sobre historias de misterio o terror, pero abandonando el género superheróico.
En pleno Macarthismo, durante los años 50, el cómic de superhéroes fue atacado por considerársele como inductor de la violencia entre adolescentes, por ello, DC tuvo que abandonar la dureza y la crítica social que presentaban las historias de Batman aunque tras una fachada edulcorada; para ofrecer historias no violentas y sin presentar homicidios ni golpizas, armas de fuego o explosiones, así, el Guasón, por ejemplo, de ser un peligroso psicópata pasó a ser un ladrón que hacía bromas pesadas; sin embargo, al caer en desgracia el Senador Mcarthy y cesar su paranóica lucha contra el Comunismo infiltrado en EUA, la traumática experiencia del asesinato de Kennedy y el inicio de la impopular y a la larga, desastrosa aventura de Vietnam, los creativos se sintieron con mayor libertad para imaginar personajes y situaciones.
Stan Lee (en la imagen) no era un Nobel de Literatura, ni tampoco tan atrevido como Alan Moore, Frank Miller o los actuales Brubaker, Jeph Loeb o Brian Michael Bendis en imaginar historias complejas y literariamente bien estructuradas, de hecho, de la lectura de los primeros cómics escritos por Lee se desprende cierta ingenuidad y torpeza, aunque, con el paso del tiempo, Lee fue ganando confianza y se fue atreviendo a argumentos con más complejidad e implicaciones: la Guerra Fría fue particularmente fértil en proveer de ideas para argumentos; igualmente, los dibujos de Ditko no eran extraordinarios, son muy esquemáticos y un tanto infantiles, pero después, Ditko se atrevería a refinar su estilo y los dibujantes posteriores resultarían ser cada vez mejores, diseñando máquinas, escenarios e imágenes cada vez más dinámicas. Timely acababa de cambiar su denominación social a "Marvel Comics" y estaba en una muy mala situación financiera, incluso, pensaba cancelar uno de sus títulos: "Amazing Fantasy" que sólo había alcanzado a emitir 15 números, en el último, editado en agosto de 1962, se publicó la idea nueva de Lee, con la creación de "El Asombroso Hombre Araña", un año antes Lee había presentado a los "4 Fantásticos", mismos que habían tenido cierta aceptación, aunque también, habían generado cierta reacción de repulsa ante el aspecto, muy lejano del originalmente planteado para la figura de los superhéroes que Lee dio a sus personajes, la realidad es que la revolución apenas iniciaba.
La genialidad de Lee radicó en que supo impregnar de realidad a un universo fantástico, al que dotó de verdaderas dosis de plausibilidad, cosa que no tenía el cada vez más complicado y a veces extravagante "universo DC": para empezar, situó a sus personajes en un ambiente real, en la ciudad de Nueva York y no en escenarios ficticios como Metrópolis o Ciudad Gótica y demás localidades inventadas de la editora rival, con las ventajas y desventajas --como el que los creativos de Marvel habrían de ceñirse religiosamente a ese apego al mundo real-- que eso representa. Pero sobre todo, lo más revolucionario de Lee fue el cambiar el paradigma del héroe, al mostrar, en el ámbito fantástico, una gran verdad: No existen héroes impolutos.
Este nuevo paradigma del "héroe" o llamado "antihéroe" contrasta con la definición del heroismo y lo heróico que hicieran en el siglo XIX el historiador británico Thomas Carlyle y el escritor norteamericano Ralph Waldo Emerson y que tanta influencia tendrían en la formación de la idea del "héroe nacional" en el esquema romántico y nacionalista de aquella época, tan fundamental para la generación de las nuevas identidades de las naciones recién independizadas tras las aventuras napoleónicas y las revoluciones americanas, es hoy cuestionado, como se puede ver en la entrada del blog "Espada de Doble Filo" donde se cuestiona porqué los malos son tan atractivos en las películas o en los cómics-- piénsese en las películas de Batman de Tim Burton o al Guasón de Heath Ledger, para hablar de historietas-- o los buenos, para ser interesantes, resultan no ser tan buenos; sí, quizá se aleja del simbolismo tradicional y del maniqueísmo, pero también nos retrata la realidad, nadie es tan malo ni tampoco es tan bueno: En "Scarface" al final, Tony Montana es muerto como consecuencia del único gesto de nobleza y de moralidad que muestra en su vida, y en la vida real, Pablo Escobar fue un magnífico padre de familia a la vez que temible capo de la mafia colombiana, por ejemplo, del otro lado: Lord Nelson, el vencedor en Trafalgar, no tenía empacho en utilizar niños-soldado, y como ya lo hemos dicho, los "Padres Fundadores" de EUA fueron esclavistas y racistas.
Incluso, los santos lo fueron tras una vida de lucha constante para superar sus defectos, vicios y errores: ejemplos claro de ello fueron San Agustín o San Felipe de Jesús, la perfección está muy lejos de lo humano y creo que es un error presentarlo como un ideal, en mucho, Súperman llegó a ser un personaje bastante ñoño ante el cúmulo de perfecciones que le sumaron y que contrastaba con su debilidad ante un mineral. En el caso de los personajes de Lee no es así, y en el caso de Peter Parker, vemos que es un jovencito de 16 años cuando adquiere sus poderes, estudioso y muy inteligente a nivel de genio, su situación económica no es buena, Parker es un tipo bueno, pero tiene innumerables defectos, en muchos casos, no es más que un sujeto mediocre, con temor a madurar y que toma decisiones a veces poco acertadas, lo cual tiene consecuencias. En una ocasión, cuestionado por sus métodos para resolver la aparición de Carnage, un asesino serial simbiótico, lo detiene tras haber engañado a Venom, uno de sus peores enemigos, el Araña responde ante la comparación que hace de él J.J. Jameson con el Capitán América: "el Cap es un héroe, yo solo soy un hombre".
Y ahí es donde radica el heroismo verdadero y que se me hace ejemplar dentro de la mitología marveliana creada por Lee y Ditko; en superar los defectos y problemas a fin de hacer lo correcto, así como a asumir las responsabilidades que conlleva la toma de decisiones, tanto en la vida personal del hombre Peter Parker como en las acciones de su alter-ego, y es lo que hizo trascendente a este personaje, que tuvo una influencia tremenda en el mundo de la historieta y más allá. Sin embargo, resulta triste comprobar que "la Casa de las Ideas" tiene unos 20 años sin saber qué hacer realmente con el personaje emblema que la convirtió de una editora pequeña y amenazada en un fenómeno global.
Así, desde inicios de los noventa quedó patente que el personaje se encuentra estancado: tras una azaroza y trágica vida amorosa, los argumentistas hicieron que Parker se casara con Mary Jane Watson, pero no hicieron que el héroe debutara como padre, se echaron para atrás, resucitaron a Norman Osborne, el Duende Verde Original, aunque la decisión quizá fue acertada al ser un personaje que ha sido bien aprovechado en sagas posteriores que han envuelto a todo el universo Marvel, aparecieron los padres de Parker, que resultaron ser androides creados por el Camaleón y Harry Osborne en un torcido plan de venganza, que al final no tuvo trascendencia, aunque aportó datos e ideas sobre el misterio de Richard y Mary Parker, que ahora son usadas en la nueva adaptación cinematográfica del personaje (mucho más respetuosa del cómic que la serie de filmes protagonizada por Tobey Maguire), después vino la saga de los clones que parecía cambiaría incluso la identidad del Arácnido, y que quedó en nada, para más tarde darse una evolución de los poderes del personaje a un nivel más orgánico, y que también serían revertidos, el destape en la Guerra Civil y la muerte de la tía May, todo aquello que podría haber llevado al personaje a una mayor evolución o desarrollo, y a que madurara con la mayor parte de sus seguidores, adultos los más, ha sido desechado, dejándolo en un estado de perpetua adolescencia.
Lo anterior ha empeorado desde que Disney compró la mayor parte de las acciones de Marvel, como ya lo he mencionado en un post anterior, se han preferido las sagas efectistas y huecas a aquellas historias que podrían tener fuerza tanto en contenidos como en mensaje, lo que ha llevado a que DC que después de muchas depuraciones y alteraciones a la continuidad de sus historias y relaciones entre personajes, aparece ahora como más atrevida, original y con historias más profundas.
Aun así, nada podrá borrar la trascendencia y el impacto de la obra de Stan Lee, que en su vejez es no solo el creador de una marca mundialmente reconocida y de un verdadero imperio empresarial, sino de un universo entero que puebla nuestra imaginación, y por ello, no queda más que decirle a Stan Lee, y a Steve Ditko (que en paz descanse): ¡Gracias por estos 50 años!
Así inició mi colección de cómics: al Hombre Araña le siguieron los Avengers, y un poco Daredevil, aunque este último no me ha gustado mucho, salvo la época en que Frank Miller escribía sus guiones, a fines de los 80 e inicios de los 90, por lo demás el ciego abogado Matt Murdock me ha parecido siempre un sujeto chillón y masoquista que se la pasa lamentándose por que lo dejó la novia, por llevar una doble vida, etc. Más tarde, los X-Men, pero siempre, mi colección creció al lado de Marvel; durante mi infancia, sin embargo, coleccioné también algo de DC, editado por Novaro-- después Editorial Vid-- pero era la etapa "pre-Crisis de las Tierras Infinitas-- y notaba una enorme diferencia entre las historietas protagonizadas por Batman o Superman, sobre todo las que habían sido emitidas originalmente en los años 50 o 60, bastante inocentonas e ingenuas, o excesivamente fantasiosas, además de que la publicación hecha por Novaro no respetaba la continuidad de las historias de los personajes de DC, por lo que no me llamaban mucho la atención, en otros aspectos, como muchos de los niños en Hispanoamérica a inicios de los 80, era fanático del grupo musical infantil español "Parchis", del cual salió un comic, escrito y dubujado por Oscar González Loyo, el mítico dibujante creador de "Karmatrón y los Transformables", saga publicada a finales de esa década y que es considerada como un clásico y un parteaguas en la Historia del comic nacional. Años después, cuando entraba a la Preparatoria, me parecía ridículo conservar las historietas de Parchis, y las deseché... para mi frustración, hoy veo que en Internet, el primer número de la historieta sobre el grupo musical se cotiza hasta en $850.00... como digo, en materia de cómics, hasta el más inocente o intrascendente número de "el Pato Donald", "Condorito" (este es un clásico y un personaje fundamental para la cultura popular de los Chilenos), "Libro Vaquero" o "Sensacional de Traileros", puede convertirse en un tesoro.
El Hombre Araña o Spider-Man es un personaje fundamental en la cultura popular de la segunda mitad del siglo XX y hasta nuestros días en EUA y Occidente entero, su primera publicación, hace 50 años fue un evento fundamental que contribuyó a la elevación del comic de un pasatiempo e historias menores para niños en el "octavo arte" que conjunta tanto las artes plásticas como la literatura, piénsese en una historia de los alcances y la profundidad de "Watchmen" o una obra maestra del cine como la trilogía sobre Batman de Christopher Nolan, todo eso fue gracias a lo hecho por Stan Lee y por Ditko en 1962.
Marvel Comics existía desde 1940, pero en ese entonces se llamaba "Timely Comics", la editora había tenido éxito durante los años de la II Guerra Mundial haciendo cómics de superhéroes con mensaje propagandístico de apoyo a las tropas norteamericanas que combatían contra la Alemania Nazi y Japón: de esa época es el Capitán América y el grupo de héroes "Los Defensores", que conformaba Steve Rogers junto a su amigo Bucky Barnes, Namor el Submarinero, Príncipe de Atlantis, y una primera versión de la Antorcha Humana que no tendría nada que ver con los Cuatro Fantásticos de 20 años después. En la creación de estos personajes actuó como dibujante Steve Ditko. Al terminar la contienda, la editora mató al Capitán América haciéndolo precipitarse al Artico al intentar desactivar los explosivos de un avión teledirigido con destino a Londres enviado desde Noruega por el villano Nazi Red Skull. En los años posteriores, Timely fue languideciendo, publicando cómics sobre historias de misterio o terror, pero abandonando el género superheróico.
En pleno Macarthismo, durante los años 50, el cómic de superhéroes fue atacado por considerársele como inductor de la violencia entre adolescentes, por ello, DC tuvo que abandonar la dureza y la crítica social que presentaban las historias de Batman aunque tras una fachada edulcorada; para ofrecer historias no violentas y sin presentar homicidios ni golpizas, armas de fuego o explosiones, así, el Guasón, por ejemplo, de ser un peligroso psicópata pasó a ser un ladrón que hacía bromas pesadas; sin embargo, al caer en desgracia el Senador Mcarthy y cesar su paranóica lucha contra el Comunismo infiltrado en EUA, la traumática experiencia del asesinato de Kennedy y el inicio de la impopular y a la larga, desastrosa aventura de Vietnam, los creativos se sintieron con mayor libertad para imaginar personajes y situaciones.
Stan Lee (en la imagen) no era un Nobel de Literatura, ni tampoco tan atrevido como Alan Moore, Frank Miller o los actuales Brubaker, Jeph Loeb o Brian Michael Bendis en imaginar historias complejas y literariamente bien estructuradas, de hecho, de la lectura de los primeros cómics escritos por Lee se desprende cierta ingenuidad y torpeza, aunque, con el paso del tiempo, Lee fue ganando confianza y se fue atreviendo a argumentos con más complejidad e implicaciones: la Guerra Fría fue particularmente fértil en proveer de ideas para argumentos; igualmente, los dibujos de Ditko no eran extraordinarios, son muy esquemáticos y un tanto infantiles, pero después, Ditko se atrevería a refinar su estilo y los dibujantes posteriores resultarían ser cada vez mejores, diseñando máquinas, escenarios e imágenes cada vez más dinámicas. Timely acababa de cambiar su denominación social a "Marvel Comics" y estaba en una muy mala situación financiera, incluso, pensaba cancelar uno de sus títulos: "Amazing Fantasy" que sólo había alcanzado a emitir 15 números, en el último, editado en agosto de 1962, se publicó la idea nueva de Lee, con la creación de "El Asombroso Hombre Araña", un año antes Lee había presentado a los "4 Fantásticos", mismos que habían tenido cierta aceptación, aunque también, habían generado cierta reacción de repulsa ante el aspecto, muy lejano del originalmente planteado para la figura de los superhéroes que Lee dio a sus personajes, la realidad es que la revolución apenas iniciaba.
La genialidad de Lee radicó en que supo impregnar de realidad a un universo fantástico, al que dotó de verdaderas dosis de plausibilidad, cosa que no tenía el cada vez más complicado y a veces extravagante "universo DC": para empezar, situó a sus personajes en un ambiente real, en la ciudad de Nueva York y no en escenarios ficticios como Metrópolis o Ciudad Gótica y demás localidades inventadas de la editora rival, con las ventajas y desventajas --como el que los creativos de Marvel habrían de ceñirse religiosamente a ese apego al mundo real-- que eso representa. Pero sobre todo, lo más revolucionario de Lee fue el cambiar el paradigma del héroe, al mostrar, en el ámbito fantástico, una gran verdad: No existen héroes impolutos.
Este nuevo paradigma del "héroe" o llamado "antihéroe" contrasta con la definición del heroismo y lo heróico que hicieran en el siglo XIX el historiador británico Thomas Carlyle y el escritor norteamericano Ralph Waldo Emerson y que tanta influencia tendrían en la formación de la idea del "héroe nacional" en el esquema romántico y nacionalista de aquella época, tan fundamental para la generación de las nuevas identidades de las naciones recién independizadas tras las aventuras napoleónicas y las revoluciones americanas, es hoy cuestionado, como se puede ver en la entrada del blog "Espada de Doble Filo" donde se cuestiona porqué los malos son tan atractivos en las películas o en los cómics-- piénsese en las películas de Batman de Tim Burton o al Guasón de Heath Ledger, para hablar de historietas-- o los buenos, para ser interesantes, resultan no ser tan buenos; sí, quizá se aleja del simbolismo tradicional y del maniqueísmo, pero también nos retrata la realidad, nadie es tan malo ni tampoco es tan bueno: En "Scarface" al final, Tony Montana es muerto como consecuencia del único gesto de nobleza y de moralidad que muestra en su vida, y en la vida real, Pablo Escobar fue un magnífico padre de familia a la vez que temible capo de la mafia colombiana, por ejemplo, del otro lado: Lord Nelson, el vencedor en Trafalgar, no tenía empacho en utilizar niños-soldado, y como ya lo hemos dicho, los "Padres Fundadores" de EUA fueron esclavistas y racistas.
Incluso, los santos lo fueron tras una vida de lucha constante para superar sus defectos, vicios y errores: ejemplos claro de ello fueron San Agustín o San Felipe de Jesús, la perfección está muy lejos de lo humano y creo que es un error presentarlo como un ideal, en mucho, Súperman llegó a ser un personaje bastante ñoño ante el cúmulo de perfecciones que le sumaron y que contrastaba con su debilidad ante un mineral. En el caso de los personajes de Lee no es así, y en el caso de Peter Parker, vemos que es un jovencito de 16 años cuando adquiere sus poderes, estudioso y muy inteligente a nivel de genio, su situación económica no es buena, Parker es un tipo bueno, pero tiene innumerables defectos, en muchos casos, no es más que un sujeto mediocre, con temor a madurar y que toma decisiones a veces poco acertadas, lo cual tiene consecuencias. En una ocasión, cuestionado por sus métodos para resolver la aparición de Carnage, un asesino serial simbiótico, lo detiene tras haber engañado a Venom, uno de sus peores enemigos, el Araña responde ante la comparación que hace de él J.J. Jameson con el Capitán América: "el Cap es un héroe, yo solo soy un hombre".
Y ahí es donde radica el heroismo verdadero y que se me hace ejemplar dentro de la mitología marveliana creada por Lee y Ditko; en superar los defectos y problemas a fin de hacer lo correcto, así como a asumir las responsabilidades que conlleva la toma de decisiones, tanto en la vida personal del hombre Peter Parker como en las acciones de su alter-ego, y es lo que hizo trascendente a este personaje, que tuvo una influencia tremenda en el mundo de la historieta y más allá. Sin embargo, resulta triste comprobar que "la Casa de las Ideas" tiene unos 20 años sin saber qué hacer realmente con el personaje emblema que la convirtió de una editora pequeña y amenazada en un fenómeno global.
Así, desde inicios de los noventa quedó patente que el personaje se encuentra estancado: tras una azaroza y trágica vida amorosa, los argumentistas hicieron que Parker se casara con Mary Jane Watson, pero no hicieron que el héroe debutara como padre, se echaron para atrás, resucitaron a Norman Osborne, el Duende Verde Original, aunque la decisión quizá fue acertada al ser un personaje que ha sido bien aprovechado en sagas posteriores que han envuelto a todo el universo Marvel, aparecieron los padres de Parker, que resultaron ser androides creados por el Camaleón y Harry Osborne en un torcido plan de venganza, que al final no tuvo trascendencia, aunque aportó datos e ideas sobre el misterio de Richard y Mary Parker, que ahora son usadas en la nueva adaptación cinematográfica del personaje (mucho más respetuosa del cómic que la serie de filmes protagonizada por Tobey Maguire), después vino la saga de los clones que parecía cambiaría incluso la identidad del Arácnido, y que quedó en nada, para más tarde darse una evolución de los poderes del personaje a un nivel más orgánico, y que también serían revertidos, el destape en la Guerra Civil y la muerte de la tía May, todo aquello que podría haber llevado al personaje a una mayor evolución o desarrollo, y a que madurara con la mayor parte de sus seguidores, adultos los más, ha sido desechado, dejándolo en un estado de perpetua adolescencia.
Lo anterior ha empeorado desde que Disney compró la mayor parte de las acciones de Marvel, como ya lo he mencionado en un post anterior, se han preferido las sagas efectistas y huecas a aquellas historias que podrían tener fuerza tanto en contenidos como en mensaje, lo que ha llevado a que DC que después de muchas depuraciones y alteraciones a la continuidad de sus historias y relaciones entre personajes, aparece ahora como más atrevida, original y con historias más profundas.
Aun así, nada podrá borrar la trascendencia y el impacto de la obra de Stan Lee, que en su vejez es no solo el creador de una marca mundialmente reconocida y de un verdadero imperio empresarial, sino de un universo entero que puebla nuestra imaginación, y por ello, no queda más que decirle a Stan Lee, y a Steve Ditko (que en paz descanse): ¡Gracias por estos 50 años!
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