(Esto lo empecé a escribir ayer)
He decidido anular mi voto o no ir a votar, sé que muchos me van a criticar y a señalar por ello, no me importa, finalmente el voto es libre y secreto, pero yo abiertamente declaro que no votaré por nadie, en justo ejercicio de mi libertad.
He decidido anular mi voto o no ir a votar, sé que muchos me van a criticar y a señalar por ello, no me importa, finalmente el voto es libre y secreto, pero yo abiertamente declaro que no votaré por nadie, en justo ejercicio de mi libertad.
¿Porqué tomé esa decisión? Para empezar, como lo he dicho en innumerables ocasiones en este espacio y en otros, incluyendo las aulas, no creo en la Democracia. Las Democracias han fracasado siempre, a lo largo de la Historia y siempre terminan en desastre: Las Democracias de las Ciudades-Estado griegas sumieron a la Hélade en el caos y el enfrentamiento que las debilitó, empobreció y hasta devastó, hasta que del norte llegaron los Macedonios, que mantenían la forma de gobierno de los Tiempos Micénicos y establecieron la unidad a sangre y fuego, tras Filipo II y Alejandro Magno, las Pólis no recobraron su autonomía y sus débiles regímenes democráticos sucumbieron, aplastados por las grandes Monarquías Helenísticas que fusionaron el Despotismo Oriental con esquemas aristocráticos y militaristas helenos. La República Romana degeneró en conflictos entre caudillos y demagogos que precipitó contiendas civiles en el seno de Roma, una vez ésta había conquistado el Mediterráneo; así fue hasta que los líderes guerreros más poderosos: Julio César y después Octavio Augusto, establecieron la Monarquía Imperial como solución, lo que llevó a la Pax Romana y fijarían un sistema que, con todo y sus crisis y luchas dinásticas, duraría hasta 1453, destruido por los sables musulmanes de los Otomanos.
Las ciudades-estado italianas medievales y renacentistas, igualmente, terminarían bajo el dominio de tiranos, todo ello confirma las teorías de Aristóteles y Polibio respecto a los cambios cíclicos de forma de gobierno, y todo ello confirma que las masas no saben gobernarse, se dejan dominar por la retórica y los medios de la mercadotecnia y las promesas de los demagogos. Los ejemplos más claros y recientes del fracaso de la Democracia han sido el ascenso de Hitler al poder en Alemania y el ascenso de Hugo Chávez al poder en Venezuela.
Pero aparte de esas conclusiones a las que he llegado tras haber estudiado la Historia, hay otras más prácticas o cercanas:
- Ningún candidato, ni ningún partido me convence: Aquí en Tlajomulco ninguno de los candidatos que aspiran a la Presidencia Municipal me convence, así mismo, los cuatro partidos grandes tienen en común su corrupción, su demagogia y su inoperancia para resolver los problemas, pues los cuatro han elevado a militantes al puesto y han sido fracasos, salvo para aquellos tan ciegos que todo lo ven de maravilla, pero el municipio está cada vez más abandonado, con más problemas, más inseguridad y deterioro en su nivel de vida. Y en cuanto a los partidos chicos, no quiero contribuir a que permanezcan registrados ante las autoridades electorales una bola de parásitos, empezando por Andrés Manuel López Obrador y su MORENA.
- No existe el "menos peor": Lo de siempre: dicen que hay diferencias entre los partidos y hay unos "menos peores" que otros, que hay que fijarse en el candidato, la realidad es que, como en la película de Alien Vs. Predator, no importa quien gane, todos perdemos, estamos ante una misma élite fraccionada en partidos que supuestamente compiten entre sí, la realidad es que se trata de especies de "clanes" o grupos todos ellos parte de lo mismo: una oligarquía que únicamente busca el aval del electorado, como un "cheque en blanco" para seguir perpetuándose en el poder y vivir parasitariamente de los recursos que genera la sociedad.
- No se resolverá nada: Lejos de que el voto sea el ejercicio de un "poder ciudadano" resulta un mero trámite para nuestra clase política, el voto ni castiga ni premia, simplemente es algo que deben recabar para hacerse con los puestos que usarán en provecho personal: ninguna administración de ningún partido ha resuelto los problemas presentes en nuestra sociedad, al contrario, cada vez se agravan más gracias a que los partidos se encuentran alejados de los gobernados y sólo ejercen el poder para sus intereses.
- El poder de la propaganda y las emociones: Los partidos están aprovechando las emociones de los electores, de la masa, como lo he dicho muchas veces antes, las masas no razonan, sólo sienten, y candidatos que explotan las emociones de las masas, en el caso actual, claro que los partidos de oposición aprovechan la coyuntura de la violencia, la mala situación económica, las cobardías y malas decisiones del Gobierno de Peña Nieto, y local de Aristóteles Sandoval, para sus campañas, convenciendo a los electores... aunque lo que ofrezcan no sea muy diferente y también estén llenos de escándalos similares de corrupción. De aquí a tres años, la gente nuevamente estará quejándose y renegando de aquellos que eligieron para luego, volver a ser engatuzados y volver a votar por los mismos partidos y hasta las mismas personas, recicladas.
Y todo, tras la peor campaña electoral que se ha vivido en México, que nos muestra liderazgos de espanto, propaganda de pésimo gusto y dirigida a retardados mentales, violencia y asesinatos de candidatos, motines, rebeliones e inestabilidad en los problemáticos estados del Sureste, todo lo que nos indica que la Democracia mexicana se encuentra, a apenas dieciocho años de establecerse --si se toma como parteaguas la elección de 1997 en que el PRI perdió la mayoría en el Congreso federal,-- en crisis, cuesta abajo, con un sistema de partidos altamente corrompido y viciado, mientras el Estado se dirige a ser fallido y la sociedad luce también en proceso de disolución.
Como la Historia nos lo demuestra, cuando las Democracias se derrumban, son sustituídas por las Tiranías, como fuertes y amargos correctivos ante el caos que se extiende por las sociedades. El problema está que la Tiranía puede ser ex defectu tituli, y tendremos a un gobierno autoritario, pero benevolente que restaurará orden y reconstruirá un Estado de Derecho, como lo hicieron desde Octavio Augusto en Roma, Francisco Franco en España o Pinochet en Chile, o bien, nos puede tocar un Tirano ex parte principi; entonces, tendremos que soportar el yugo de un Hitler, un Chávez o un Maduro.
Insisto, la mejor forma de gobierno es la Aristocracia, el gobierno de los más aptos, de los más capaces, como sucede en China... ¿algún día tendremos algo similar?... con el sistema educativo que tenemos, lo dudo...
3 comentarios:
Lamentablemente la democracia no sirve de nada si la sociedad no esta capacitada para ello. Como en México se puede manejar la democracia si el pueblo vive en la ignorancia y la mayoria de la poblacion sin estudios o educación alguna
¿En China un gobierno de los mejores bajo el Partido Comunista tiránico?
Solo es tiranico con la oposición, si tu eres un civil que se dedica a lo suyo que es trabajar no debe de haber ni el mas minimo problema
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