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23 de agosto de 2024

ALIEN ROMULUS: CINE RECICLADO

 Alien: Romulus | 20th Century Studios Latinoamérica

OJO: SPOILERS.

Pues tuvimos oportunidad de ver el filme Alien: Romulus, una nueva entrega en la saga creada por el antes genial director británico Ridley Scott sobre el espectacular y terrorífico monstruo espacial (creo que ninguna otra criatura ficticia representa mejor los conceptos de violencia, agresión y ferocidad como este monstruo lo hace, en toda la historia del arte)  creado por el pintor, escultor y diseñador suizo H.R. Giger en 1979. Después de las dos precuelas creadas por el propio Scott, quien tiene desde la década de los 90 debatiéndose entre la senilidad que le ha hecho hacer bodrios con los que pretende quedar bien con el discurso "políticamente correcto" del wokismo, pensemos por ejemplo, en Thelma & Louise, o El Último Duelo, con chispazos de genialidad como La Caída del Halcón Negro o The Martian, y algunas obras sobrevaloradas pero que son en realidad, bastante mediocres, como Gladiador, prácticamente estuvo a punto de destruir su propia obra con Prometheus y Alien: Covenant, filmes en los que pretendió narrar los orígenes del xenomorfo, pero que terminó contando una historia incoherente, apenas ligada a la saga con alfileres y que no sé entendió cuál era el mensaje que quería dar, más allá de dar pábulo a las teorías exageradas y poco serias de los alienígenas ancestrales como creadores de la vida en la Tierra y la civilización humana. En pocas palabras, parece que al final, no tuvo idea de qué quería hacer.

En esta nueva entrega, que rompe con las pretendidas y fracasadas precuelas, y que se une a la continuidad de la Tetralogía original: Alien, el Octavo Pasajero, Aliens, Alien 3 y Alien: Resurrection, protagonizada por la gran actriz Sigourney Weber, quien supo construir una heroína de acción creíble, sin basarse en el Feminismo radical, como lo fue la Teniente Ellen Ripley, pero que no constituye una secuela, sino un spin off o línea paralela, ubicada inmediatamente después de los acontecimientos presentados en la primera de las entregas, filmada por Scott en 1979, y que fue producida precisamente por Scott, así como Disney a través de los estudios 20th Century Fox a los que adquirió hace pocos años, pero, afortunadamente, no decidieron contaminar la saga con la ideología de género ni otras cosas progres, sino que se mantuvieron fieles a la historia y contexto originales, bajo la dirección del uruguayo Federico Fede Álvarez, quien también participó en la escritura del guión.

La película es muy buena, la verdad, rescata la estética de las cuatro películas originales, con computadoras de pantallas de cinescopio en vez de planas, la atmósfera oscura y asfixiante, claustrofóbica, con la mezcla de Ciencia-Ficción Ciberpunk, y Espacial; incluso con la crítica a un sistema económico y político dominado por las grandes corporaciones y al transhumanismo--un guiño a los contenidos de muchas teorías de la conspiración,-- como lo es la Weyland-Yutani, y en lo que se da continuidad a la crítica o a la distopía que Scott insertaba en Blade Runner, yendo más allá de la novela de Dick, de donde, sin embargo, se mantiene la idea de la existencia de androides robots que son casi indistinguibles de los seres humanos, razón de que se hable que ambas historias se encuentran en el mismo "universo".

Incluso, el uso de efectos prácticos para la representación de los monstruos alienígenas en sus distintas etapas de desarrollo es un acierto, y contribuye a mantener la estética ochentera que mantiene la película.

El trabajo actoral del joven elenco es bastante bueno, sobre todo de parte de la protagonista, la actriz norteamericana Caileen Spaeny, aunque quien, a mi gusto, se lleva la película por su excelente interpretación del robot androide Andy, es el afrobirtánico David Jonsson, La película devueleve el suspenso y el terror de la película original, así como el espíritu de acción y aventura propia de la segunda, una de las mejores películas de James Cameron. Un punto bastante acertado, y de actualidad, es precisamente el contraste entre la Inteligencia Artificial de los androides con respecto a los humanos. Su limitación a seguir programas implantados por quienes sean los propietarios o tengan su control, y eso, en plena explosión de dicha nueva tecnología, no deja de llevarnos a reflexionar al respecto.

Sin embargo, el problema que se nota en esta película y que creo, refleja un síntoma del cine hollywoodense actual: la falta de originalidad y el reciclaje de elementos de películas anteriores, cierto que mucho se puede tomar como un homenaje, como lo es la recuperación, vía efectos de Inteligencia Artificial, de la imagen y voz del fallecido actor inglés Ian Holm, que en la primer película interpretara al robot Ash y aquí a otro mecano de nombre Rook, gracias a la tecnología, en una forma mucho más desarrollada que en la "resurrección" de Peter Cushing y su personaje de Moff Tarkin en la única película de Star Wars valiosa en la era Disney: Rogue One. Lo cual es además de sorprendente, algo inquietante.

Pero toda la película está llena de repetición de imágenes, clichés y conceptos de las cuatro originales, desde escenas como ver al androide arrastrarse por un ducto, el xenomorfo casi besando a la protagonista, la aparición del híbrido humano-alienígena, las armas de fuego y la instrucción para su uso contra los enemigos, y únicamente se rescata de las precuelas de Scott al famoso fluido negro que contiene los patógenos mutantes que dan origen a las bestias; todo esto, más que homenajes o tributos a las obras de Scott, Cameron, Fincher y Jeunet, es un recicle de ideas, que se pegan en un collage, donde es de notar, eso sí, la maestría del Diurector Álvarez al saber tomar de uno y otro filme tal o cual elemanto y aprovecharlo para la narración de su película, aunque se observa la incapacidad de generar algo nuevo: de entrada, se repite la premisa de la heroína mujer, la pelea a bordo de la nave tras escapar, a manera de epílogo, la no eliminación del enemigo final, sino su expulsión y el escape definitivo durmiendo en animación suspendida con un final abierto sobre el futuro de los personajes sobrevivientes.

Ahora, definitivamente es una buena película, entretenida y visualmente interesante, que a los nostálgicos nos regresa a la Ciencia Ficción que veíamos de niños en las pantallas, todo en lo cual coincido con la crítica de Kristoff Raczinsky, sin embargo, lo que es preocupante es la falta de originalidad, y la falta de desarrollo de nuevas historias, nuevos personajes, o incluso, de aprovechamiento de todo el "universo" que se realizó mediante la publicación de cómics sobre todo en los años 90 y primer década del 2000 que desarrollaron con gran creatividad y profundidad a la historia de los monstruos gigerianos. Si el cine norteamericano se va a centrar en repetirnos una y otra vez las mismas historias, como Televisa lo hace con sus telenovelas, como industria, e incluso como arte, está condenado.

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