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15 de enero de 2022

KAZAKHSTÁN

 Icono De La Bandera De Kazajistán Stock de ilustración - Ilustración de  naturalizado, mundo: 99009413

Kazakhstán, o Kazajistán, es uno de los rincones aparentemente más remotos del planeta y sobre los que menos sabe alguien de este lado del Atlántico, quizá, el mayor contacto que muchos en México, EUA y América entera tengan con ese nombre o sepan de ese país, sea por las películas satíricas del comediante británico Sacha Baron Cohen con su personaje Borat, quien, se supone, es un periodista proveniente de dicho país centroasiático, una ex-república soviética, (al que se retrata como un muladar aislado y miserable) y antes, parte integrante del Imperio Zarista.

Como la mayoría de las partes integrantes de la URSS, salvo los países bálticos, Armenia o Georgia, no existió antes de la llegada del poder imperial ruso como un Estado independiente ni como asiento de entidad política reconocida alguna. Se trata de una enorme estepa en el Centro de Asia, donde pulularon en el pasado numerosas tribus y etnias de vida nómada; de ahí viene el nombre, precisamente del país, del turco Kazak, que significa "vagar" o "nómada" y que es el mismo origen del gentilicio cosaco; Así, en el país, convivían tribus cosacas y eslavas, mongolas o tártaras, túrquicas, persas y hasta semitas o árabes, pero jamás había existido una entidad política en el lugar. 

Fue el Imperio Ruso el que, desde el siglo XVIII, comenzó a penetrar en la zona y terminó por conquistar a las diversas tribus que rondaban en las inmensas estepas y las pocas ciudades-estado que igualmente existían en la región, y se convirtió en parte integrante del Imperio Ruso, permaneciendo como tal hasta la Revolución Rusa de 1917 y la Guerra Civil subsecuente, que culminó con la constitución de la URSS, siendo Kazakhstán una de las 15 entidades federativas en que se subdividió el territorio del inmenso imperio, con el nombre de República Socialista Soviética de Kazakhstán. Cabe señalar que se dieron diversos cambios en su estatus, al principio, fue una entidad federativa de la República Federativa Socialista Soviética de Rusia, que era a su vez, la mayor de las entidades federativas de la URSS y que correspondía a la Rusia propiamente dicha, al menos con sus fronteras anteriores a las conquistas de los siglos XVIII y XIX, esto es, a la muerte de Pedro el Grande, y no fue sino hasta 1936 que se le dio autonomía respecto de la Rusia propiamente dicha.

Durante los años del régimen comunista, nada hacía presuponer el separatismo de los Kazajos, finalmente, una etnia o una nacionalidad Kazaja tampoco había existido nunca, más cuando, como hemos dicho, la población del enorme país, aunque no muy grande en número, sí era muy diverso racial, cultural y lingüísticamente; realmente, la división de la URSS, o su concepción como una federación de Estados que de alguna manera habían sido independientes y se habían unido mediante el Tratado de la Unión de 1922 era una mera ficción jurídica, --salvando distancias y circunstancias, así ha sido el caso de la mayoría de los casos de los Estados que han adoptado el régimen federal, como México y su Acta Constitutiva de la Federación Mexicana de 1824; salvo el caso de las 13 colonias recién independizadas de Inglaterra que formaron Estados Unidos de América con la Constitución de 1787, y el surgimiento del Imperio Alemán, con la Constitución de 1871, Suiza y los Países Bajos, en todos los demás casos se ha hecho algo similar, el fingir la existencia de entidades independientes previas a la creación de un Estado compuesto por ellas-- para justificar una cierta descentralización administrativa, en este caso, justificable por la extensión territorial y la diversidad étnica, a fin de hacer más eficiente la maquinaria gubernamental, ya sea para la atención de asuntos locales o la ejecución de directivas venidas del Gobierno central. Aún así, era evidente que las etnias no rusas de lugares como Kazakhstán, a lo largo de 200 o más años de dominación moscovita se habían rusificado, adoptado la lengua eslava como propia o bien, se habían hecho bilingües, sobre todo en el caso de sus élites, si bien podían conservar como fe mayoritaria, al Islam, en vez del Cristianismo Ortodoxo.

Sin embargo, en diciembre de 1991, vino el desmembramiento de la Unión Soviética, Kazakhstán fue la última de las 14 repúblicas que se desprendieron de Rusia, lo que evidenciaba la indecisión de sus autoridades y la falta de voluntad real de separarse; recordemos que pocos meses antes había habido un referéndum sobre el Nuevo Tratado de la Unión, siendo en el país centroasiático uno de los lugares en que más se votó a favor de mantener la Federación, sin embargo, por inercia, o por presiones internacionales, el entonces Presidente --equivalente en realidad a un Gobernador Estatal-- de la República Kazaja, Nursultán Nazarbayev, proclamó la independencia; siendo igualmente el primer Presidente del nuevo Estado; como colofón, fue en la entonces capital de Kazakhstán: Alma-Ata o Almaty, que se suscribió el acta de defunción de la URSS, con los llamados Acuerdos de Alma-Ata, estableciendo que Rusia sería la sucesora directa (reconociendo la Historia) y devolviéndosele a ésta los arsenales nucleares, resolviendo cuestiones de nacionalidad, deudas y reparto de bienes que habían pertenecido al Gobierno Federal. Así, Rusia mantuvo el control sobre el Centro Espacial o Cosmódromo de Baikonur, lugar de los grandes hitos de la carrera espacial soviética.

A continuación, y en la misma tónica que sucedería en el resto de las Repúblicas ex-Soviéticas Islámicas, en que los otrora gobernantes locales, convertidos en Jefes de Estado, desataron a su alrededor una verdadera orgía de culto a la personalidad, corrupción, derroche, extravagancia y tiranía, Nazarbayev echó a andar su imaginación, sintiéndose con derecho a moldear a la antes provincia rusa a su leal saber y entender y sus propios gustos y delirios de grandeza de sentirse como un "Padre de la Patria" de algo que jamás antes había existido: al estilo de Constantino, abandonó Alma-Ata y convirtió a un poblado de origen cosaco: Akmola en tiempos zaristas, luego llamado Tselinogrado bajo el régimen bolchevique, en la ciudad de Astana, designánola como capital del nuevo país, a la que pronto llenó de una arquitectura monumental y extravagante que no coincide con la renta propia de un país dedicado a la producción de materias primas como gas y petróleo, pero no en las cantidades de las monarquías del Golfo Pérsico y abocado igualmente a actividades pecuarias, principalmente la ganadería.

Basta ver imágenes de la urbe, que parece salida de una novela, o película, de Ciencia Ficción:

Astana al descubierto: 8 razones para visitar la flamante capital de  Kazajistán - Lonely Planet

Para mayor INRI, cabe señalar que, tras el retiro de Nazarbayev de la Presidencia de la República, la ciudad fue renombrada (siguiendo a Constantino o Ramsés II, Alejandro Magno o aún Pedro el Grande que le puso a su ciudad el nombre de su santo patrono) como Nursultán, es decir, se le puso su nombre como homenaje perenne a quien se ostenta como el creador de una Nación inexistente hace apenas 30 años.

De esta manera, el polémico caudillo estructuró un régimen que se entreveró con sus relaciones familiares, según nos narra el profesor Óscar Vara, y se mantuvo en el poder durante más de 30 años, ya que desde los años ochenta, Nazarbayev ocupó altos cargos en el gobierno local kazajo y se convirtió en dirigente del Partido Comunista local. A pesar de la virtual dictadura unipersonal que este primer presidente ejerció, de sus excesos y corrupción, sí se abocó a la creación de una conciencia nacional en su país y en modernizarlo, digamos que incluso, buscó colocar a Kazakhstán en el mapa; no en balde, por ejemplo, lanzó un equipo de ciclismo de ruta profesional patrocinado por el Estado al que denominó Astana como la nueva capital kazaja. De igual manera, y buscando la separación respecto de Rusia, buscó acercarse tanto a Europa como a China, a través de sus relaciones económicas y comerciales, a fin de crear una identidad y una política propias, también regresar a las raíces túrquicas e islámicas de la región e identificarse con los proyectos de una integración entre todos los pueblos turcomanos; y quizá finalmente, esto es lo que está provocando los recientes movimientos políticos y sociales que hemos estado viendo en los últimos días.

Como decíamos, Nazarbayev se retiró en 2019, dejando la Presidencia en manos de su anterior Ministro de Asuntos Exteriores y Primer Ministro: Kasim-Yomart Tokaev, quien resultara electo como abanderado del partido Nur-Otán (Gran Patria) fundado por el caudillo. Tokaev es un tecnócrata, y al parecer, busca ya crear su propio estilo de gobierno con independencia de las directivas e intereses de su antecesor; por eso, es que hay que leer las protestas que se suscitaron en el país centroasiático como el choque de diversos intereses:

  • En primer término, muchos ven en las protestas un movimiento orquestado desde arriba, o que fue aprovechado por Tokaev, para purgar a la clase política kazaja, eliminar los hilos de poder que conserva Nazarbayev y crear así, su propio equipo, así se explica, por ejemplo, la detención, bajo la acusación de alta traición, del anterior Jefe de los Servicios de Inteligencia, parte importante del grupo de poder del anterior presidente. Puede que esto sea parte de cierto.
  • Tokaev está virando de regreso a Moscú, y de ahí el haber solicitado la intervención de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, una alianza formado por varias repúblicas ex-Soviéticas en 1992, encabezada por Rusia, alegándose que los disturbios, suscitados por la subida del precio del gas, en realidad habían sido causados por alguna intervención extranjera. La realidad es que los disturbios estuvieron principalmente focalizados en Alma-Ata, y que las fuerzas de seguridad kazajas, que desataron una brutal represión, ordenada por el propio Mandatario, habrían podido manejar el asunto; sin embargo, de aquí puede que inicie un proceso similar al bielorruso, de reintegración de Kazakhstán a Rusia.
  • No es de descartarse que lo ocurrido en Kazakhastán tenga su origen en intereses externos al país, resulta curioso que tras la tensión creciente entre Ucrania y la OTAN por un lado, y Rusia, por el otro, haya aparecido el caso de las manifestaciones violentas en el centro de Asia, con todos los elementos propios de las Revoluciones de Colores que se dieron en otras ex-Repúblicas Soviéticas: Ucrania en 2014, Georgia, en 2003 que derribaron al ex-ministro de Relaciones Exteriores Soviético Eduard Shevardnadze de la Presidencia, las protestas que derribaron al gobierno en Kirguistán en 2004, y el intento de derrocar a Lukashenko en Bielorrusia tras su enésima reelección. Aquellos movimientos que triunfaron terminaron por aupar al poder a gobiernos pro-Occidente, por lo que es inevitable pensar que se intentó dar un golpe que llevara al poder a una administración pro-occidental y le causara a Putin la pérdida de un aliado regional, finalmente, se busca aislar a Rusia con un cinturón de Estados que ingresen en la esfera de influencia occidental, y le generen contención, a la vez de que se busca que, siguiendo el ejemplo de lo que ocurra en las ex-repúblicas soviéticas, se genere inestabilidad al interior de Rusia contra Putin.
Sin embargo, el efecto parece haber sido el contrario: Putin puede haber obtenido, por un lado, un causus belli para intevenir en Ucrania y lanzarse contra la OTAN si cuenta con pruebas de una intervención descarada de las potencias occidentales en Kazakhstán y que esto fue generado con la obvia intención de distraer a Moscú de sus líos en Ucrania y abrirle una especie de "segundo frente"; por otro lado, esto vuelve a insertar al país en la órbita de Rusia, cuando no, esto iniciará un proceso de reintegración en ésta. Tokaev, por su parte, ha apuntalado su gobierno, se ha diferenciado de Nazarbayev y sentado las bases para su propia dictadura personal, contando además, con el espaldarazo tanto de Moscú como de Pekín.

De esta manera, el problema kazajo se agrega a un escenario muy delicado en el espacio post-soviético y una tensión creciente que parece hacer inevitable ya, lo que no pasó durante la Guerra Fría desde 1945 hasta 1991: el enfrentamiento entre Rusia y Occidente. La verdad, parece que ahora, contra todo lo que parece, las tornas están a favor de Moscú, que actuará secundada por China. Tal parece que después de 30 años, quien ríe al último, ríe mejor... en el próximo post, hablaré acerca de lo que puede pasar y las razones que puede tener Putin para actuar.

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