Una disculpa por no haber actualizado este blog con nuevas entradas, pero es que me fui de vacaciones a la hermosa y pujante ciudad de Santiago de Querétaro (como es su nombre completo), capital del estado de Querétaro de Arteaga, (también su nombre completo, en honor de Don José María Arteaga, general liberal de la Guerra de Reforma y que fue gobernador de dicha entidad en el siglo XIX) y a esas vacaciones corresponden las fotografías tomadas por un servidor, que ilustran el post de hoy.
Aunque había viajado muchas veces a esta ciudad por motivos familiares, no había tenido oportunidad de conocer plenamente sus tesoros artísticos e históricos, que ahora visité al detalle, aunque me faltaron algunos que quedaron pendientes para un futuro viaje.
La verdad, he quedado impactado por su belleza, arriba, se puede apreciar la calle Pasteur, a unas cuadras de la Plaza de Armas, resultando visibles las torres de la Iglesia de la Congregación de la Virgen de Guadalupe, realmente, se respira tranquilidad y parece uno transportarse al siglo XVIII.
Tanto la Iglesia de Santa Clara (a la que corresponde la foto de aquí arriba) como la de Santa Rosa Viterbo son magníficas muestras del arte del retablo barroco, sin duda, este estilo tuvo su más alta representación en América, donde ya tenía una preparación en el arte indígena, baste ver lo que fueron los estilos Puuc y Río Bec entre los Mayas del Clásico, o el recargado Códice Borgia de origen oaxaqueño para ver como el arte indígena influyó directamente, junto con el Renacimiento y su última etapa, el Manierismo, para crear un nuevo estilo que en Europa además fue estimulado por la Contrarreforma a partir de fines del siglo XVI, pero que sin duda, en nuestro continente llegó a su más alta representación; si en Europa es el arte Gótico el que representa la alta espiritualidad medieval del alma europea, es el Barroco el que muestra la alta espiritualidad vivida en el Imperio Americano de España durante trescientos años.
Esa alta espiritualidad fue gracias a la obra de grandes hombres como Fray Margill de Jesús o Fray Junípero Serra, cuyos pasos se encuentran presentes en la ciudad, Querétaro fue sede de importantes conventos tanto femeninos como masculinos, que fueron centros en los que se fusionaron las culturas europea e indígena, así como difusores del saber y del arte, con Monasterios como el de San Francisco, hoy Museo Regional del Estado:
O el de San Agustín, cuyo claustro es una maravilla arquitectónica y escultórica brillante... lo que da tristeza es comprobar que México vive de sus glorias pasadas: prehispánicas y coloniales, resulta desconcertante el averiguar que en su etapa contemporánea se han edificado muy pocas obras relevantes o comparables con joyas como la Pirámide de Kukulkán o como este claustro, quizá la Ciudad Universitaria de la UNAM sea lo más relevante, o las obras de los grandes muralistas mexicanos del siglo XX hecho en el pasado reciente, fuera de ello, no hay nada que podamos elevar a tesoros culturales, o ¿creen que haya hoy en día, alguien dotado con la creatividad, la dedicación y la inteligencia para hacer algo como esto?
Querétaro está impregnada de Historia, en esa ciudad se fraguó el primer movimiento de Independencia, con las conspiraciones llevadas a cabo en la casa del Corregimiento, hoy Palacio de Gobierno del estado, y la participación, por supuesto de Doña Josefa Ortiz de Domínguez, aquí también tuvo lugar el trágico final de la aventura imperial de Maximiliano de la que ya hablamos en su momento, también resulta dramático comprobar que debido al fanatismo masónico de los Liberales de Juárez mucho de este patrimonio histórico desapareció bajo las demoliciones o el uso indigno al que se dedicaron antiguos templos, conventos, escuelas y hospitales sólo por haber sido edificios religiosos o como forma de castigar a los queretanos el apoyo dado al desgraciado príncipe austriaco, cuya capilla fúnebre en el Cerro de las Campanas también visité y que ha sido condenada al descuido por ser un monumento dedicado a los "villanos" de la Historia. Como siempre, en México la política se demuestra como el peor enemigo de nuestra sociedad, cultura y arte, todo depende del partido en el poder.
Pero aparte de todo esto, he de destacar que aprendí mucho acerca de un personaje histórico que ha sido muy soslayado fuera de Querétaro pero creo, debería ser un ejemplo de superación personal, adaptación a los cambios, capacidad empresarial y sagacidad política, me refiero a
Fernando de Tapia Conin:
El fundador de Querétaro, originalmente llamado Conin solamente, era un pochteca o comerciante indígena, antes de la llegada de los Españoles, de origen otomí, nacido al parecer en Jilotepec, en lo que hoy es el Estado de México; sin duda, antes de la Conquista era ya un hombre emprendedor y con fortuna, pues se dedicaba al comercio y llevaba sus mercancías al valle queretano, donde intercambiaba sal, semillas, textiles o cerámica con los habitantes locales, que eran bárbaros o chichimecas y también tarascos o purépechas, quienes le proporcionaban pieles, cestas y otros productos; Querétaro era zona fronteriza entre el Imperio Azteca, del cual Conin era súbdito, y el Reino tarasco de Michoacán, por lo que el intercambio comercial era intenso en el área, de hecho, la villa del Pueblito, hoy Municipio de Corregidora, entonces un pueblo llamado Tlachco, del que sobrevive su pirámide o templo principal, era un bastión fronterizo entre ambas monarquías indígenas que siempre tuvieron tensas relaciones.
Al vencer Cortés a los ejércitos imperiales aztecas, se produjo una verdadera conmoción apocalíptica en toda Mesoamérica: Conin, en 1525, y ante el pánico generalizado, abandonó su pueblo con su familia y muchas otras personas, yendo a refugiarse a la cañada del río Querétaro, donde, mostrando su capacidad emprendedora, fundó varias granjas y realizó obras de irrigación para los cultivos.
Pero aquí es donde aparece lo que debería hacer a Conin un verdadero héroe, quizá uno de los pocos que realmente existen en nuestra Historia: se dió cuenta de que la victoria de los europeos y su dominación sobre el Anáhuac era algo inevitable y lejos de lamentarse o de someterse él y su gente, y asumir la posición de vencido, decidió acercarse a los españoles y negociar con ellos de igual a igual, convenciéndose además, de las ventajas del Cristianismo y de la tecnología europea respecto a su modo de vida por lo que, al llegar las tropas españolas al valle de Querétaro en 1531 Conin se acercó a ellos, pidió el bautismo para él y su familia y adoptó el nombre de Fernando de Tapia, ofreciéndose además como mediador con los chichimecas del área, sus antiguos clientes, para lograr la paz entre hispanos e indianos.
La historia de la batalla de la loma de Sangremal, adornada por la leyenda simplemente ilustra la capacidad negociadora de Tapia-Conin, del resultado se fundó una ciudad a la que se llamó Querétaro (palabra tarasca que significa: lugar de peñas o valle del juego de pelota) y de la que Tapia fue nombrado gobernador, incluso, se le dio plaza y rango de Capitán General en el ejército español y fue ennoblecido (¿dónde queda el supuesto racismo de los españoles? ¿hicieron algo así los ingleses con los indígenas norteamericanos? ¡Ni siquiera con Pocahontas!), Conin estudió la cultura española y por ello puede verse el contraste entre su estatua a las afueras de la ciudad en la carretera a México, donde aparece vestido de manto, taparrabos, sandalias y penacho, con su estatua en la Plaza de los Fundadores, vestido a la manera renacentista, con goguera, capa, mallas, botas y gruegüescos acuchillados (los calzones bombachos que se ponían con ese diseño de tiras de colores). La ciudad fue diseñada con ayuda de un excelente ingeniero español: Juan de Alanís, inspirado en los ideales urbanísticos del renacimiento, y originalmente tenía la categoría de "pueblo de indios".
Fernando de Tapia, lejos de ser un traidor que solo sacó beneficios para él, buscó beneficiar a todos los indígenas que habitaron la ciudad: las obras de irrigación y el cultivo intensivo del valle, la apertura de caminos y la fundación de instituciones educativas bajo su gobierno con ayuda de los misioneros franciscanos hicieron pronto de Querétaro un próspero centro de desarrollo económico que atrajo a numerosos españoles y europeos que llegaron a colonizar la Nueva España en busca de fortuna, incluso, nobles españoles llegaron de Europa y tomaron residencia en la nueva ciudad; indígenas e ibéricos trabajaron juntos por sacar adelante a una ciudad que en poco tiempo era ya de las más bellas y ricas del Virreinato, y es que en el caso de Querétaro no hubo conquista, sino integración, gracias a la capacidad política y oficio de este personaje.
Al morir Conin, en 1571, fue llorado y admirado por todos los queretanos sin importar su origen y su familia considerada noble, se codeaba con duques y condes de añejos linajes de la Reconquista, pero su herencia mayor fue tanto la hermosa ciudad, fruto de su inteligencia y su ideal, el bienestar de sus habitantes y sobre todo, su ejemplo: ¿Que habría hecho Conin ante el Tratado de Libre Comercio? ¿Protestar contra la Globalización o aprovechar las oportunidades?
Pero en fin, Don Fernando de Tapia Conin es un desconocido fuera de su ciudad y estado, como es típico de los Latinoamericanos, preferimos honrar a los revoltosos y a los que propusieron el encierro respecto del exterior y que exudaron testosterona mediante su agresividad: el Ché Guevara, Salvador Allende, Juárez, Fidel Castro, etc., aquellos que propusieron el ver en el acontecer una oportunidad y no una amenaza, y que respondieron con ingenio, propuestas de desarrollo y paz, apenas los conocemos y mencionamos, qué se le va a hacer...
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La crisis económica en Europa continúa y se agrava, Grecia se acerca al estallido social y el problema de Arizona exhibe las fisuras en los pies de barro del gigante norteamericano, temas a ser tratados en los próximos posts. Aquí nos vemos.
2 comentarios:
bien hecho yorch... queretaro es el cielo....y mira que lo dice un tapatio....
Hola Yorch la verdad jamás imaginé que la ciudad de Quéretaro fuera tan hermosa ataviada de arte barroco, tan diferente de la ciudad de Guanajuato, sus calles empedradas son historia pura que emana de sus cerros. Qué bellos arcos iluminados con luces multicolores enmarcan su belleza.
Deseo pronto visitar esas tierras llenas de historia.
saludos desde Monterrey Nuevo León
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