Para complicar más aún las cosas y oscurecer el ya de por sí sombrío panorama de México en este año del bicentenario, el viernes por la noche se dió la desaparición del ex-senador y ex-candidato presidencial del PAN Diego Fernandez de Cevallos, conocido como "el Jefe Diego".
Veo que ya empiezan a pulular las hagiografías al respecto, en muchos medios, desde la Izquierda, como son los diarios de Grupo Milenio a... bueno, en realidad todos los periódicos en México en mayor o menor medida son de tendencia izquierdosa-progresista, pero digamos uno de los más moderados: el Universal, y hasta se da la preocupación y muestras de solidaridad de sus rivales como la dirigencia del PRD a través de Jesús Ortega o de Marcelo Ebrard, el Jefe de Gobierno del DF, que desde hace mucho le han señalado sus incongruencias (evidentes) como también le han demonizado hasta grados extremos.
Sin embargo, bien vale hacer algunas puntualizaciones respecto a Diego Fernández de Cevallos, no se nos vayan a olvidar y le hagamos santo sin ver su humanidad:
Sin duda, el Lic. Cevallos fue uno de los personajes clave de la trancisión post-PRI que empezó a gestarse bajo el gobierno de Carlos Salinas y se desató bajo Zedillo, como uno de los impulsores claros de la salida del "Partido de la Revolución" de los Pinos, pero también es un ejemplo claro de lo que han sido los políticos que han tomado la batuta y el control de nuestro país tras la caída del régimen priísta, ya sea de derecha, izquierda, centro, arriba o abajo: así, Diego tiene una gran habilidad retórica, una capacidad de liderazgo innegable y una gran capacidad para el debate... como él, existen muchos otros: Carlos Navarrete o Manlio Fabio Beltrones, sin embargo, el liderazgo que ejerció Diego y que ejercen estos otros líderes es en muchos casos un liderazgo vacío que queda en la retórica y en la demagogia pero que no brinda resultados; una plaga que ha afectado a toda Latinoamérica desde personajes como Santa Anna o Juan Manuel de Rosas, hablan, pero no actúan en consecuencia y que desgraciadamente han sido los que han estado presentes en los momentos decisivos y que por lo tanto, quedan, valga la redundancia: sin decisión.
Por otro lado, es innegable la inmensa corrupción de Diego Fernández de Cevallos: el caso más reciente: la prevaricación evidente de actuar como Senador de la República y aprobar leyes fiscales que luego combatía como abogado litigante, en un despacho de abogados del que también es socio el exprocurador federal: Antonio Lozano Gracia, que con ayuda del trístemente célebre Chapa Bezanilla y de la bruja conocida como "La Paca" tanta ayuda brindaron al entonces Presidente Ernesto Zedillo en la creación del mito demoniaco de Carlos Salinas y su hermano Raul. (Y sin embargo, se habla de que Diego es una especie de subordinado de Salinas...).
El famoso caso de "Punta Diamante", nunca explicado, y según el cual, Diego recibió terrenos en esa zona exclusiva de Acapulco a cambio de bajar la intensidad de su campaña electoral por la Presidencia, permitiendo el triunfo de Ernesto Zedillo (en ese momento, Salinas ya no mandaba en el PRI y muy probablemente tampoco en el país, ya había ocurrido el golpe de estado en su contra con el asesinato de Colosio).
¿Y qué tal el caso de la "carretera del amor" hecha cerca de Arandas, Jalisco, pueblo natal de su actual pareja sentimental, una joven alteña por la que el político panista dejó a su familia, muestra inequívoca de la corrupción y favoritismo que practicó, así como de su hipocresía, pues siempre hablaba de su fe y de los valores familiares, que por supuesto, no practicó.
Con todo, es lamentable lo sucedido, y es muy probable que sea parte de una campaña desatada por el crimen organizado en contra del partido gobernante en venganza por la lucha desatada por Calderón con su falta de estrategia, planeación y manejo de inteligencia. Como persona, la desaparición del "Jefe Diego" es terrible, como acontecimiento, esperemos sirva de lección a una clase política a ver si así, pierde la noción de que es invulnerable y que puede colocarse por encima de los ciudadanos; ahora, se dan cuenta de que están sufriendo lo mismo que nosotros y que no son intocables.
Por otro lado, es innegable la inmensa corrupción de Diego Fernández de Cevallos: el caso más reciente: la prevaricación evidente de actuar como Senador de la República y aprobar leyes fiscales que luego combatía como abogado litigante, en un despacho de abogados del que también es socio el exprocurador federal: Antonio Lozano Gracia, que con ayuda del trístemente célebre Chapa Bezanilla y de la bruja conocida como "La Paca" tanta ayuda brindaron al entonces Presidente Ernesto Zedillo en la creación del mito demoniaco de Carlos Salinas y su hermano Raul. (Y sin embargo, se habla de que Diego es una especie de subordinado de Salinas...).
El famoso caso de "Punta Diamante", nunca explicado, y según el cual, Diego recibió terrenos en esa zona exclusiva de Acapulco a cambio de bajar la intensidad de su campaña electoral por la Presidencia, permitiendo el triunfo de Ernesto Zedillo (en ese momento, Salinas ya no mandaba en el PRI y muy probablemente tampoco en el país, ya había ocurrido el golpe de estado en su contra con el asesinato de Colosio).
¿Y qué tal el caso de la "carretera del amor" hecha cerca de Arandas, Jalisco, pueblo natal de su actual pareja sentimental, una joven alteña por la que el político panista dejó a su familia, muestra inequívoca de la corrupción y favoritismo que practicó, así como de su hipocresía, pues siempre hablaba de su fe y de los valores familiares, que por supuesto, no practicó.
Con todo, es lamentable lo sucedido, y es muy probable que sea parte de una campaña desatada por el crimen organizado en contra del partido gobernante en venganza por la lucha desatada por Calderón con su falta de estrategia, planeación y manejo de inteligencia. Como persona, la desaparición del "Jefe Diego" es terrible, como acontecimiento, esperemos sirva de lección a una clase política a ver si así, pierde la noción de que es invulnerable y que puede colocarse por encima de los ciudadanos; ahora, se dan cuenta de que están sufriendo lo mismo que nosotros y que no son intocables.
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