Al fin, tras cuatro infernales años para Estados Unidos de América, y también para buena parte del mundo, Joseph Biden deja la Presidencia de la República todavía más poderosa del mundo, pero dejándola en un estado en que acusa debilidad y un declive acuciante; la agresividad con la que su antecesor y sucesor: Donald Trump, amenaza a sus vecinos: México y Canadá, así como a otrora aliados como Panamá y Dinamarca, no se explica por un despliegue de fuerza, sino como muestra de debilidad, desesperación y necesidad de hacer una especie de enroque ante las evidentes y próximas amenazas que representan la elevación de China al nivel de potencia mundial con --aunque lo nieguen los anglófobos-- evidentes deseos imperiales (el acaparar mercados y destruir industrias como la automotriz en Alemania y Japón, mediante una competencia desleal es un acto de agresión tan feroz e inmisericorde como la conquista militar), y el resurgimiento ruso; --no se ilusionen tampoco los antiyankees, Moscú nunca ha buscado la libertad y la cooperación entre las naciones, tanto el Zarismo como el Comunismo Soviético fueron regímenes tan expansionistas y violentos como el británico o el norteamericano, y no hay razones para que en la etapa actual, vaya a cambiar, sino todo lo contrario-- y la vulnerable situación en la que el anciano demócrata deja a su nación.
Biden es quizá la muestra más clara de la decadencia de la clase política tradicional norteamericana, --y que, en general, afecta a toda la clase política en los distintos países occidentales, incluido México-- así como, junto a la figura del Papa Francisco I, es triste admitirlo, es muestra de la tragedia de la generación de los años sesenta, que, llegada a la cúspide del poder y las responsabilidades con la década de los noventa, se ha rehusado a dejar el sitial a nuevas generaciones, y que, imbuida de ideologías posmodernas, utópicas, materialistas y relativistas, pensando en mejorar el mundo, se han venido a concebir como revolucionarios desde aquel entonces, hasta el día de hoy en que siendo octogenarios, parecen creer que siguen siendo los jóvenes que se emocionaban con las canciones de los Beatles, y que, en realidad, han dejado una serie de desastres provocados por promesas rotas, imposibles o incumplidas y distopías de las que costará mucho salir.
Durante toda su carrera política, Biden no fue más que un mediocre que permaneció por más de treinta años anclado a una senaduría por el Estado de Delaware, --aunque él es nativo de Pensilvania-- gracias a las reelecciones indefinidas, siendo sorprendente, como en muchos otros casos en una "Democracia" tan sujeta a la corrupción legalizada de los lobbies a través de los cuáles se imponen los intereses empresariales sobre el general, en particular siendo el consentido del Complejo Militar-Industrial, y sin haber realizado jamás un trabajo en la iniciativa privada, medró y prosperó, de ser el hijo de un humilde minero de ascendencia irlandesa y católica, para volverse millonario en el servicio público. Así, destacó por defender posturas belicistas que le hicieron ser artífice de los bombardeos contra Serbia entre 1999 y 2000, en la fase final de la Guerra de los Balcanes, en que la OTAN realizó verdaderos crímenes de guerra contra el país eslavo y benefició el mantenimiento de los intereses musulmanes en la zona que han servido para la expansión del Islam en Europa en las últimas décadas.
Aquello le valió ser seleccionado como compañero de fórmula de Barack Obama/Barry Soetoro para la elección presidencial en 2008, y permaneció en el cargo durante ocho años, y así, en 2020 fue electo Presidente de la República tras un proceso polémico, cuestionado y no exento de extrañezas.
El mandato de Joe Biden sólo puede clasificarse como desastroso, se mire por donde mire, veamos sus "logros":
- Erosión de las libertades durante la Pandemia en el año 2021.
- Censura en pro de la agenda LGTBQ, minorías raciales y étnicas.
- Política de fronteras abiertas y ayuda a los inmigrantes ilegales sin ningún control.
- Crisis de la adicción al fentanilo y nula actuación ante el problema de las drogas.
- La derrota en Afganistán y el regreso de los Talibán al poder.
- Dejó crecer a Irán, y redujo el apoyo a Israel lo que llevó a los Persas a buscar la expansión, provocando los atentados del 7 de octubre de 2023 y la posterior Guerra de Gaza.
- Continuó con la expansión de la OTAN y la provocación a Rusia, generando la Guerra de Ucrania, en la que estuvo destinando enormes sumas para financiar al régimen de Zelensky mientras en EUA aumentaba la pobreza, no se atendía un derrame de químicos provocado por un descarrilamiento ferroviario por una infraestructura vieja y defectuosa.
- Sociedad dividida y polarizada por la cultura woke.
- Inflación, cifras macroeconómicas maquilladas, aumento de la pobreza y la desigualdad.
- Imposición de la agenda woke en favor de los transexuales, con hombres compitiendo en contra de mujeres en los deportes.
- Permitió que el Chavismo se mantuviera y el Socialismo del Siglo XXI se extendiera en Hispanoamérica.
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