2024 es el año electoral por excelencia, la semana pasada, tuvimos las elecciones en México, con el triunfo arrollador de Claudia Sheinbaum y el partido MORENA, en el poder desde 2018, partido pretendidamente rupturista en el discurso pero que, muy probablemente seguirá con la política neoliberal, matizada con preocupaciones sociales, seguida por el Presidente AMLO, en un proceso de reconstrucción de un sistema de partido hegemónico provocado, más que por así buscarlo éste, por la propia implosión de los partidos políticos tradicionales... de los que se originó el partido actual, tal y como lo he narrado en los dos posts anteriores, si esto fue algo, más que producto de un fraude, lo cual no creo y es altamente improbable, o producto de una preparación y de una campaña diseñada intencionalmente para producir este resultado, lo iremos viendo en estos días. De entrada, tengo la sospecha (probablemente tendré que ponerme mi gorro de papel aluminio) que la reacción de los mercados, de producir una "mini-crisis económica" en México ante el dominio completo que tendrá MORENA del legislativo y la probable aprobación de las reformas constitucionales impulsadas por AMLO que afectan la "independencia" del Poder Judicial, es parte del show y que en los próximos días, por una reunión de la próxima mandataria con su mentor, o con Larry Fink de Blackrock o con algo por el estilo, se desactivará y todo volverá a la calma, mostrando el signo conciliador de la nueva Presidente y la magnanimidad del saliente o algo así.
Entre tanto, una semana antes, se dieron elecciones en la India, donde se le dio un tercer mandato a Narendra Modi como Primer Ministro del subcontinente, refrendando la ruta emprendida por éste hacia un nacionalismo religioso (idolátrico) conservador y de acercamiento a Rusia y China, junto con su surgimiento como potencia económica y política, en el asalto al poder mundial que el grupo BRICS está llevando a cabo, y donde los eslabones más débiles son precisamente Brasil y Sudáfrica, comparsas o tontos útiles de los Imperios Asiáticos en su estrategia de demolición de Occidente.
Pero, entre tanto, volvamos la vista al Viejo Continente, donde nos encontramos que, al igual que en México y la India, el voto va contra el orden Neoliberal, (que sin embargo, ha mantenido muchos de los rasgos propios del Estado de Bienestar Keynesiano, oneroso y paternalista), implantado desde fines de los años 70 --se considera que la elección de Margaret Thatcher como Primera Ministra del Reino Unido en 1979 da inicio a la era Neoliberal, secundada después por la llegada de Ronald Reagan a la primera magistratura en EUA-- y con un despegue de la llamada Ultra-Derecha europea, encarnada en el movimiento del Front Nationale francés, dirigido por Marine LePen, y por el partido Alternative für Deutschland en Alemania.
Esto es, en el mero núcleo de la Unión Europea: el llamado "Eje Franco-Alemán" el electorado se volcó por apoyar opciones rupturistas con el orden actual, y sobre los cuáles, curiosamente, como aquí en México en el reciente proceso electoral, en Argentina contra Javier Milei o contra Donald Trump en EUA, se lanzaron por los medios y los partidos tradicionales toda una serie de campañas de miedo, de diatribas calumniosas, exageraciones y acusaciones. Al igual que en los casos americanos mencionados, produjeron el efecto contrario, los votantes hicieron el mínimo caso, cuando no, esto obró en contra de sus impulsores que perdieron sufragios que fueron a parar a favor de los llamados Fachos.
Caso aparte fue el de España, donde continúa existiendo un electorado timorato y que no arriesga, aunque el partido VOX gozó de una buena votación que le coloca como tercera fuerza en el país ibérico, la gente no se mueve del bipartidismo tradicional, otorgando la mayoría al PP, y el segundo lugar al PSOE; ambos partidos en realidad, constituyen un Jano de dos caras y cuerpo Globalista anclado en la OTAN y la Unión Europea, ofreciendo prácticamente lo mismo, y sin que, realmente el corrupto y sociópata de Pedro Sánchez se vea amenazado, pese a su apoyo al terrorismo islámico de Hamas, que no al "pueblo palestino" y a los escándalos de corrupción de su ¿mujer?, al contrario, todo eso le ha servido como combustible para mantenerse aferrado a la Moncloa.
Pero en general, ¿porqué franceses y alemanes están optando por la ruptura contra el orden establecido en el continente? Es muy fácil responderlo:
- Están deseosos de terminar todo apoyo al corrupto régimen de Zelenski en Ucrania y volver a establecer relaciones cordiales con Rusia, no por pacifistas, sino porque necesitan energía barata.
- Están hartos de personajes corruptos y siniestros como es la Trinidad del Mal compuesta por Úrsula Von der Leyen, Josep Borrell y Jens Stoltenberg, vendidos además a los intereses de la Adminstración Biden de EUA.
- Por supuesto, están llenos de miedo de que una idiotez de parte de Emmanuel Macron lleve al estallido de la Tercera Guerra Mundial con ataques nucleares incluidos, los partidos rupturistas buscarían negociar con Putin, con quien los liga una visión del mundo centrada en el rescate de la Tradición y la cordura.
- Quieren una Europa más soberana sin la intervención constante de EUA en los asuntos del continente, y quien les ha dictado la política oficial de hostilidad contra Rusia y contra China, lo que está hundiendo las industrias europeas, principalmente, la alemana, motor de la economía del bloque.
- Es un voto igualmente contra la política migratoria de puertas abiertas inaugurada por Angela Merkel ante la Guerra de Siria y el clima de inseguridad y de difusión del Islamismo radical que se ha extendido por la otrora Cristiandad.
- Igualmente, están hartos del wokismo que se impone desde arriba por las instituciones europeas y que en mucho, está demoliendo a las sociedades europeas y abriendo paso, precisamente, al Islam.
Ahora bien, hay que tener mesura: el Parlamento Europeo, pese al cacareo de Democracia de parte de los políticos y voceros de la Unión,
no es un órgano que realmente sirva para la expresión de la voluntad popular y lleve a que, los representantes electos, participen en la formulación de nuevas Leyes o disposiciones normativas en el bloque. Recordemos que la Unión Europea, tras el fracaso del Tratado de Lisboa, no se ha constituido como un Estado-Nación con un régimen federal; es un
Bloque Supranacional, en el que, al menos originariamente, los Estados miembros no cedían su Soberanía, sino que habían constituido una serie de instituciones y organismos, vía tratados internacionales, para coordinarse y planificar una política conjunta en una serie de materias que, debido a que afectaban el espacio común europeo y las relaciones comerciales y económicas entre los países miembros de la originalmente
Comunidad Económica Europea, sobre la que delegaban sus competencias a través del llamado
Principio de Subsidiariedad, esto es, que había temas sobre los cuales un Estado no podía actuar por sí mismo o satisfacerlo de manera que lo hicieran las instancias del bloque.
Sin embargo, tras el Tratado de Maastricht en 1992, el bloque evolucionó a un ente altamente burocratizado e impositivo, capaz de establecer normas y políticas sin recabar el consentimiento de los Estados miembros ni mucho menos de la población, pese a manejarse como algo fruto de la Democracia y desplegar una retórica propia del
Fundamentalismo Democrático que en la práctica no se lleva a cabo, pues quien ejerce las facultades legislativas y de dirección del conjunto no es otro más que la
Comisión Europea, órgano no electo y nada transparente en su actuar, al igual que el Consejo de Europa, guiado por intereses políticos y económicos.
Así, el Parlamento Europeo es una especie de convención de partidos políticos de todos los 27 Estados miembros agrupados acorde sus afinidades en facciones, --así, la
Derecha se agrupa en el
Partido Popular Europeo, en el que conviven el pragmático PP español con el contestatario
Fidesz o Unión Cívica Húngara de Víctor Orban, -- en el que se discute mucho pero no se llega a nada, ya que esta asamblea no ejerce facultades legislativas, en todo caso, meramente de control, lo que no obsta, sin embargo, para que sus miembros ejerzan cierta influencia, lo que ha llevado a que algunos enemigos decididos de Occidente, como los gobiernos de Marruecos y Qatar, según se sabe, mantienen
debidamente sobornados a los eurodiputados, principalmente de
Izquierdas.
En el caso actual, estas elecciones sí tienen el carácter de un plebiscito respecto a la situación en que se encuentran políticamente las potencias nucleares del bloque: Alemania y Francia, recordemos que ambos países, desde los años de posguerra fueron los que, junto con Italia, a través de personajes como Konrad Adenauer, Robert Schuman y Alcide De Gasperi, propusieron la creación de un área de libre comercio para impulsar la reconstrucción del continente tras la Segunda Guerra Mundial y evitar que ésta se volviera a repetir por las rivalidades entre ellos. ¿Y qué ha sucedido ahora? Pues que los electores han dado la espalda tanto al fanfarrón inepto de Macron como a la administración completamente estúpida de Olaf Scholz.
Y no es para menos, el francés ha resultado una fuerza de destrucción impresionante para su país, aupado por la banca de inversión (trabajó, entre otros, para los Rotschild, para solaz de los conspiralocos) parece que se ha abocado a demoler todas las bases de la sociedad francesa y aún del propio Estado. Sus medidas económicas draconianas y apegadas a las políticas dictadas por la Comisión Europea, como el ecologismo tendiente a quebrar la agricultura en nombre de la ecología, los confinamientos y las vacunaciones obligatorias para beneficio de los dueños de Pfizer, como el marido de la Von Der Leyen, en medidas que según se piensa, parecen destinadas a hacer realidad los sueños dementes de Yuval Noal Harari en los que creen las infantiles, estériles y en realidad mediocres "élites" europeas, como las considera Tucker Carlson, y exterminar mediante el hambre a los pobres para sustituirlos por máquinas inteligentes entre otras locuras; ha perdido toda la influencia sobre las excolonias africanas tras décadas de expolio después de la "Independencia", e incluso se atizó la rebelión en Nueva Caledonia por una legislación electoral temeraria e irresponsable que beneficiaba a las empresas turísticas y de explotación del níquel en la isla.
Ante todo ello, y los rumores relativos a la identidad de su anciana esposa, Macron ha decidido huir hacia adelante, tratando de desviar las energías y los temores hacia Rusia; la estrategia no le ha funcionado, y ahora lo paga ante el electorado harto de que el ex ejecutivo bancario sea incapaz de resolver los muchos y graves problemas del país, cuando no, hasta los ha empeorado. Ante ello,
ha tenido que convocar a elecciones legislativas, las que se cree, llevarán al triunfo al movimiento de Le Pen y a la práctica muerte de su mandato, puesto que, ante el sistema de cohabitación entre un Presidente que es Jefe de Estado y de Gobierno, y un Primer Ministro, líder de la mayoría parlamentaria, y con quien tiene que compartir sus atribuciones administrativas, le atarán de manos.
En el caso de Scholz, la situación es similar, su gobierno y sus políticas antirrusas han mostrado con claridad la carencia de soberanía de Alemania, que queda tal cual como un
país ocupado, cuando no, hasta colonizado por los norteamericanos, y ha dejado que su país pierda su potencia industrial ante el encarecimiento de la energía por la falta del gas ruso.
Al final, el gran vencedor de las elecciones europeas ha sido Vladimir Vladimirovich Putin, Los movimientos patrióticos que han resultado ganadores en los dos países nucleares de la Unión Europea, son partidarios, por un lado, si no de acabar con la Unión Europea, sí de reformarla a fin de que no se convierta en un ente totalitario que elimine por completo la Soberanía Nacional y las libertades individuales, así como las identidades de los pueblos europeos, tan ligadas al Cristianismo; y por supuesto a acabar con la OTAN para sacar la influencia norteamericana del continente, y relacionarse directamente con Moscú. ¿Podrán lograrlo estos nuevos movimientos de ruptura cuando toquen celebrarse las elecciones propias en cada país? Ya lo veremos, pero el escenario está cambiando.
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