El juicio que ha entablado el actor norteamericano Johnny Depp en contra de su ex-esposa, la también actriz Amber Heard es mucho más trascendental de lo que parece, no es, como han salido los memes, un escandalito lanzado para distraer a la gente de temas supuestamente más urgentes, como lo del "calentamiento global", donde sí salió el bulo de un científico detenido por protestar porque nadie le hace caso de las advertencias emitidas sobre el inminente apocalipsis, pese a que, desde el documental de Al Gore Una Verdad Incómoda en 2006, los medios han hecho una cobertura insistente al tema, grandes empresas se movilizan con sus lobbies y los gobiernos han hecho legislaciones tendientes a fomentar las "energías limpias" y reducir las "huellas de carbono".
En todo caso, probablemente está siendo aprovechado por la Administración Biden para que el público se distraiga con el conflicto entre estos dos famosos antes que voltee a ver el desastre que ha provocado en la economía, la deficiente salud mental del mandatario y la inepcia y frivolidad de su suplente, así como la necedad de intervenir en el conflicto de Ucrania y Rusia como si fuese el entrenador de la primera y donándole ingentes cantidades de dinero, enviando armas e imponiendo sanciones contra Moscú que más que dañar al coloso euroasiático han terminado por golpear a las ya previamente afectadas economías europeas y estadounidense.
Pero no, el juicio que ha lanzado Depp en contra de su ex-mujer no es una frivolidad propia de la prensa rosa o de los pasquines sensacionalistas; se suma a la Guerra de Ucrania, la debacle de Disney en Florida, el derrumbe de Netflix y la pérdida de credibilidad de CNN como uno más de la andanada de torpedos dirigidos a la línea de flotación del Globalismo y su Agenda 2030, misma que se ve cada vez más utópica, como un disparate irrealizable propio de mentes enfermas de una élite soberbia que se alejó de la realidad en lo alto de sus despachos de Manhattan, la City de Londres y sus mansiones de Beverly Hills.
El juicio de Amber Heard, promovido por Depp ante las declaraciones dadas por ella en una entrevista en la que le acusó de violencia doméstica, por difamación y daño moral, derrumba el discurso del feminismo radical, --y también del machismo, después de todo, los extremos se tocan-- en cuanto a que la mujer en una relación disfuncional siempre es la víctima, que el hombre siempre es el agresor, y nunca puede ser el agredido, que el varón siempre es el opresor y la mujer, siempre sometida al patriarcado, ha sido la eterna víctima de los hombres que la mantienen hundida y condenada sólo a ser madre.
La realidad que ha salido a la luz es que si bien Depp es un hombre complejo, con muchos defectos y vicios, y que ha cometido errores a lo largo de su vida, como cualquiera lo puede hacer, ha sido víctima de una joven arribista, que ante sus limitadas capacidades histriónicas le sedujo aprovechándose de sus vulnerabilidades y logró establecer una relación amorosa primero y contraer matrimonio con él finalmente, para utilizar sus contactos y su posición como una de las "estrellas" más populares y mejor posicionadas en Hollywood para ella misma escalar y conseguir papeles y la promoción necesaria para aparecer como una "estrella en ascenso", consiguiendo, por ejemplo, coprotagonizar Aquaman, al lado de Jason Momoa, en una de las mejores películas del fallido universo cinematográfico de DC.
El proceso ha revelado el infierno que vivió Depp durante los quince meses que duró el matrimonio: maltrato psicológico, infidelidades, golpes y agresiones físicas y verbales. Con lo que se demuestra que ese eslógan del yo sí te creo, con el que se plantea que siempre ha de presumirse que lo que diga una mujer es verdad cuando acuse de haber sufrido algún acoso o agresión por parte de un hombre, lo que va contra la presunción de inocencia y la igualdad ante la Ley de todos los seres humanos, trastornando el principio jurídico de todo lo que se afirme debe ser probado; esto pone en duda también al movimiento me Too, ciertamente Harvey Weinstein es un sujeto repugnante y un enfermo, ¿pero cuántas aspirantes a actrices carentes de dignidad y escrúpulos no habrán accedido voluntariamente a sus bajos deseos con tal de conseguir trabajo, aunque sea en papeles casi de extras en películas de medio pelo? ¿O cuántas no han sido como la Heard que, para ascender, lo han hecho a base de revolcones con productores, directores o actores (y actrices) consagrado(a)s a los que luego amenazan con denunciar por acoso o abuso cuando ya no los necesitan?
Ha salido a la luz una larga lista de amantes, tanto masculinos como femeninos, que ha tenido la Heard, desde antes de su relación con Depp, destacando desde el actor mexicano Valentino Lanús, la modelo y actriz británica Cara Delevigne, el actor James Franco y el millonario hoy tan famoso Elon Musk; no nos engañemos, esto no es cuestión de orientación sexual, es falta de escrúpulos, inmoralidad y falta de dignidad misma, y un pragmatismo desbocado de alguien que no duda en acostarse con quien sea o hacer lo que sea para conseguir algo: papeles, regalos, dinero, o posición social, como una vía rápida para ascender en una profesión muy competida y para la que quizá, no se encuentra tan plenamente capacitada como para tener éxito con base solamente en su trabajo.
Y es que no se trata de lucha entre sexos al estilo marxista de opresor Vs oprimido, es algo mucho más complejo, hombres y mujeres somos seres humanos y tenemos el mismo potencial a hacer el bien o para hacer el mal, pese a las diferencias biológicas que condicionan igualmente a las psicológicas; y así como indudablemente existen hombres violentos, patanes, o verdaderos monstruos que agreden, manipulan o engañan a las mujeres con las que se relacionan, sino que las llamadas femmes fatales también son reales, y que el hombre puede verse también sometido a la violencia por parte de mujeres; incluso, esto trae luz al caso igualmente presente entre Will Smith y su esposa, la también actriz Jada Pinkett, quien parece tener sometido al famoso histrión en una relación que más parece de esclavitud, que de matrimonio y amor, lo que mucho tuvo que ver con el sainete de la bofetada a Chris Rock en la pasada Entrega de los Óscares, y es que, aunque Jada sea una actriz más que competente --aquí, en su momento, comentamos su magistral interpretación de la mafiosa Fish Mooney en la serie de TV Gotham-- la realidad es que su carrera ha sido un tanto discreta o modesta, por no decir, mediocre, bajo la sombra de su marido, que desde la década de los 90 se fue consolidando como una de las grandes luminarias de su generación de actores en Hollywood... la envidia puede darse incluso entre cónyuges.
Lo que nos ha mostrado Depp es que los hombres no debemos dudar tampoco en alejarnos de aquellas mujeres que puedan hacernos daño, muchas veces no lo hacemos por temor a dejar de ser caballerosos, por que nos dejamos obnubilar por una cara bonita, dulces palabras, chantajes emocionales y un aparente interés en nosotros como pareja, cuando no, por el temor a que nos acusen de ser los "malos" de la película si nos alejamos repentinamente o somos los primeros en reclamar algo. Hay que saber reconocer las señales de alarma, desde un falso interés sentimental que encubre la búsqueda de un apoyo: desde ayuda en los estudios hasta alguna especie de soporte emocional de usar y tirar... los hombres no somos pañuelos desechables; hasta conductas de codependencia, chantaje y posesión, lo que malamente de broma, porque en realidad es algo bastante serio, los millenials definen como el ser tóxica.
Amber Heard, ni duda cabe, es una mujer hermosa, pero que no se nos olvide: Lucifer era el ángel más bello de la creación...
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El Caso Debanhi:
En México, la lamentable muerte de la joven Debanhi Escobedo parece también golpear al discurso de los grupos del feminismo radical, puesto que, en un principio, buscaron hacer uso de ella para volver a arremeter contra el "Patriarcado Machista Opresor"... a medida que pasan los días y se revelan vídeos y datos, más bien parece que la muchacha incurría en actividades de riesgo que no eran más responsabilidad de ella, o de su propia familia, sin descartar, por supuesto, también el concurso de la delincuencia ante la cual se habría expuesto; el caso, cada vez se parece más al de Elisa Lam, una joven asiática que hace años fuera encontrada muerta, de manera similar a la regiomontana, en el tinaco de un hotel de Los Ángeles, California, Estados Unidos. Dicho caso, que dio pie a multitud de tesis entre conspirativas y de misterio paranormal, terminó por resolverse tomando los antecedentes de la mala salud mental de la fallecida y el consumo de psicotrópicos por prescripción médica como factores que, combinados, la llevaron a comportarse como si se encontrara huyendo en un elevador de enemigos invisibles, presentes en sus probables alucinaciones y a buscar refugio en el depósito de agua, negligentemente abierto, donde encontró la muerte.
La extraña conducta de la joven mexicana, ahora, hace parecer que se encontraba padeciendo algo similar, lo que sea, debe ser resuelto por las autoridades, sin que se politice el caso, como desgraciadamente, parece que se quiere hacer para contentar a colectivos que representan votos.
Lo que es innegable es el clima de inseguridad y la descomposición social que vive México, y del que todos podemos ser víctimas, tanto mujeres como hombres; las tasas de homicidios, secuestros y otros delitos así o demuestran, y el fracaso de la Administración Federal actual y de los gobiernos estatales por igual, incapaces de hacer frente a la delincuencia, cuando no, coludidos con ella. Y esto, no tiene nada que ver con machismos o feminismos, verlo así, nos aleja de las verdaderas soluciones.
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