(A muchos quizá no les guste la ilustración con la que abro este post porque van a decir que no se puede comparar a X con Y porque uno es de los "buenos" y otro es de los "malos"... ni modo, no indica mi posición política es meramente ilustrativa y muestra a algunos de los personajes sobre los que voy a hablar aquí).
Algo que ha mostrado este convulso año electoral, es la polarización política, pero la misma ya no se da, en realidad, entre la Izquierda y la Derecha, entendiendo la primera postura, si nos vamos a su origen en la Revolución Francesa, a aquella facción que desea cambios radicales o revolucionarios, lo que, desde fines del siglo XIX, se identificó con las posturas surgidas del Marxismo, o Socialistas, y por la segunda, a las posiciones conservadoras, que deseaban cambios moderados o bien, mantener el régimen existente, por considerar inadmisibles los cambios impulsados por sus contrarios. De igual manera, y por identificarlo con el orden establecido, desde fines del siglo XIX esto se ha identificado con posturas capitalistas.
Hoy, lo que podemos identificar es una serie de políticos, partidos, movimientos y personajes que defienden una postura establecida, desde los años 80 y consolidada tras el desmembramiento de la URSS y el final de la Guerra Fría, sustentado en un sistema económico capitalista pero no precisamente liberal, un sistema político sustentado en la Democracia Representativa de Partidos, y la idea del libre comercio de alcance global como vía para lograr realizar los planteamientos Kantianos de "paz perpetua", lograda por la interdependencia entre los distintos países y a través de las interrelaciones económicas: se borran fronteras y se borran diferencias. Dentro de esa posición, curiosamente, uno puede encontrarse gente tanto de Derecha como de Izquierda, y lo mismo ocurre en la otra postura, donde existirán políticos y grupos de las más diversas filiaciones y membretes, pero que todos ellos tienen en común ciertos elementos contrarios a la postura que, para abreviar, denominaremos como Globalista, tales como el proteccionismo económico y las barreras comerciales para competir con otros países, mantenimiento o rechazo a ciertos postulados ideológicos que impulsen los contrarios dentro de esa visión global, fortalecimiento del Estado-Nación y del papel del Gobierno como regulador de la Economía.
Ante ello, es posible ver que en el bando Globalista es más uniforme y parece estar hasta cierto punto de acuerdo o unido en la defensa del orden existente. Del otro, se carece de ese acuerdo o unificación, lejos está de haber un bloque, y aunque muchos de ellos hasta están --o aparentan estar-- enfrentados, exhiben elementos comunes que hace que los primeros les tilden despectivamente de Populistas y señalen como peligrosos y hasta malignos.
Desde el inicio de este siglo, el surgimiento de este tipo de nuevos liderazgos populistas (seguiré usando el término como mera denominación o diferenciador de la otra postura, no con fines peyorativos) comenzó a darse en Sudamérica, con la llegada al poder en Venezuela del ex-golpista y Teniente Coronel de Paracaidistas Hugo Rafael Chávez Frías y le siguió una serie de políticos en la región que fueron ocupando las presidencias de las repúblicas del Cono Sur, todos compartiendo una misma serie de características: Evo Morales en Bolivia, Luis Inazio Lula da Silva en Brasil, (quien al final terminó por volverse parte del establishment aceptado) Rafael Correa en Ecuador, posteriormente el opositor a Lula, Jair Bolsonaro, y en México, el ascenso a la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador y la consolidación de su movimiento con la elección de Claudia Sheinbaum el pasado junio. El último de estos líderes populistas en aparecer en Hispanoamérica, ha sido el economista Javier Milei en Argentina.
Pero incluso, este fenómeno se replicó en otras regiones: en Estados Unidos, el ascenso del empresario neoyorkino Donald Trump se ha explicado también dentro de este ascenso del populismo, en Italia, la figura de Silvio Berlusconi, y ahora de Giorgia Meloni es señalada como tal (aunque también, al final, ha resultado más acomodaticia al sistema), Robert Fico, en Eslovaquia, Nigel Farage y todo el movimiento a favor del Brexit en Reino Unido, igualmente es considerado parte de este fenómeno, el ascenso cada vez mayor del Front Nationale de Marie Le Pen en Francia, Víctor Orban en Hungría, y los partidos VOX en España y AfD en Alemania también son considerados de corte populista, aunque, a diferencia de los iberoamericanos, (salvo Milei y Bolsonaro) que son señalados como de Izquierda Radical, por haberse lanzado todos con el membrete de Socialismo del Siglo XXI, estos son considerados como de Ultraderecha y tildados de fascistas.
A pesar de las diferencias existentes entre los diferentes movimientos tanto en América como en Europa, todos comparten una serie de características que aquí podemos resumir:
- Son generalmente encabezados por líderes carismáticos. El movimiento se identifica con la persona de ese líder.
- Toman posturas contrarias a la Globalización, prometiendo medidas proteccionistas en la economía y a la vez, romper con el enchufismo y la corrupción de grupos o personas beneficiarias del Estado.
- Son conservadores, en mayor o menor medida, se oponen abierta o veladamente a posturas tales como el homosexualismo político, el aborto, el feminismo o el ecologismo extremo; aunque no siempre y no completamente emiten legislación contraria a esto, pero consideran que se trata de postulados ideológicos que van contra las libertades individuales o contra el orden social.
- Pretenden fortalecer el papel del Estado frente al poder fáctico de los grandes inversionistas, sindicatos, multinacionales, medios de comunicación, prensa y grupos de interés.
- Han conseguido el respaldo de las clases trabajadoras, en oposición a las élites o clases altas.
- Han manejado discursos en que utilizan el resentimiento de las clases humildes contra las altas, a las que se señala como beneficiarias de un sistema injusto que les favorece que prometen reformar.
- Las clases altas, los medios de comunicación y grandes empresas manejan un discurso de alerta contra estos liderazgos y movimientos, señalándolos como peligrosos y denigrando a sus simpatizantes o votantes, a los que no se baja de "deplorables", "ignorantes", "manipulados", "mugrosos", "idiotas", etc.
- Siempre dirigen su discurso contra enemigos tales como la Casta, los Conservadores, el Pantano, etc. dentro de los que sitúan a todos sus opositores y críticos.
1 comentario:
¿Es cierto que Trump anda tras Bukele?
¿Qué te parece el mandato del salvadoreño?
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