EXTREMISMOS

Primero que nada, debo una enorme disculpa a los lectores y seguidores de este Blog, que había dejado de escribir, pero siempre con la idea de regresar a redactarlo, desde hace unos meses, debido principalmente, a la falta de tiempo por mis labores profesionales. Sin embargo, los actuales acontecimientos que vive México y el mundo me han llevado a decidir retomarlo; creo que ante la ola de radicalismos, odios viscerales e irracionalidad que se encuentra imperando en las redes informáticas, bien vale la pena intentar poner un granito de arena para contribuir a hacer que los hechos y no los sentimientos, la razón y no la emoción, las ideas y no los disparates, sean los que guíen el debate en materias tan importantes como la Historia, la Política, la Economía, asuntos que nos deben interesar a todos. Ya Aristóteles de Estágira, desde el siglo IV a.C. definía al ser humano como el zoon politikón, y por tanto, no debía permanecer ajeno a la discusión y al debate en las materias que afectan a toda la sociedad. 

Es precisamente, la devaluación del debate lo que se percibe en las llamadas Redes Sociales. Éstas, como Facebook o Twitter, sin duda que son herramientas que pueden llevarnos a la creación de un foro mundial en el que, con plena libertad, las personas pueden expresar sus ideas y debatir. Sin embargo, la naturaleza corrupta del ser humano lleva a que con la libertad, venga el abuso: las redes sociales son un hervidero de odios y de estupidez, donde si bien se puede encontrar información científica o fundamentada, estudios serios, opiniones informadas, obras creativas y debates inteligentes, también encontramos un sinnúmero de idioteces, que, lamentablemente, tienen más éxito y difusión que las verdades. 

No es de extrañarse que la primitiva visión de que nuestro mundo, la Tierra, es plana, algo superado desde los tiempos de Eratóstenes, se haya extendido desde Youtube y tenga legión de partidarios, cuando no, las teorías sobre la "Tierra Hueca" y la existencia --como en las novelas de Edgar Rice Burroughs,-- de civilizaciones "intraterrestres" a las que se llega por la Antártida, tal cual como el reino de Pellucidar imaginado por el autor de Tarzán, que se haya extendido por esas vías, entre muchas mujeres jóvenes, la idea de ser brujas para sentirse "libres y empoderadas", y también, que los extremos de la ideología política y económica encuentren eco en los foros virtuales de las redes, muchas veces con el patrocinio y el beneplácito de los políticos de todo el espectro partidista, que han encontrado en las redes la magnífica oportunidad de mantener dividida a la sociedad para seguir medrando de la Democracia, sistema político que por supuesto, sólo puede existir si se divide al pueblo y se le enfrenta, apoyando a tal o cual opción, a "x" o "y" candidato.

En lo particular, en México he visto como en Facebook luchan por un lado los peleles electrónicos o bots del actual gobierno Izquierdista del partido MORENA, que con un fervor religioso, predican una fidelidad absoluta hacia el Presidente López Obrador y demonizan toda crítica hacia sus políticas y persona, algo más propio de una secta, como de los simpatizantes del hoy preso en EUA Naasón Joaquín González, que de simpatizantes o militantes de alguna opción de gobierno, que bien pueden defender a la administración y legislatura emanadas de su partido, pero aceptando crítica constructiva y reconociendo fallos, pero también, se ha visto que, ante una oposición desfondada y casi invisible, --tema del que luego hablaré-- han surgido muchos que han optado por posturas, poco serias, la verdad, pero que increíblemente han llamado la atención de un buen número de personas, que serían englobadas en la "extrema Derecha" y más particularmente simpatizantes del Nacionalsocialismo Alemán de hace 80 años.

Sí. Es ridículo, en México existen simpatizantes de dicha ideología, como la hay del Comunismo, y que muchos de estos últimos ahora están en el poder con MORENA; aunque las tácticas, ideas y prácticas de este partido se parecen más a las del NSDAP, amén que su ejemplo a seguir, el Partido Socialista Unificado de Venezuela PSUV, de Hugo Chávez es una calca del partido del orador austriaco en muchos aspectos, porque, como bien lo dijo en su momento el Presidente Bolsonaro de Brasil, el Nazismo no era en realidad más que un movimiento de Izquierda como el Comunismo, con el que comparte un origen común en el Idealismo Hegeliano y el cientifismo Darwinista, así se asemeja en su fobia hacia todo el liberalismo económico --Es cierto, Hitler no eliminó formalmente la libre empresa, pero sí estableció el control estatal sobre ésta y los Mercados, lo mismo que Mussolini en Italia.-- Pero además, el Nacionalsocialismo aspira a la pureza racial o étnica, (y el que lo niegue, no ha leído Mein Kampf) puesto que a diferencia del Comunismo marxista que es de aires internacionalistas, se trata precisamente, de algo nacionalista: en México, donde tenemos el problema de venir de origen mestizo, y de la inmigración europea, asiática y hasta africana, y no tener definida, como todos los países del continente americano, una identidad propia, esto resulta incluso risible.

¿En serio se puede creer que la ideología hitleriana es compatible para una población de origen indígena, español, portugués, anglosajón, libanés, africano, italiano, irlandés o alemán y hasta japonés, chino y coreano, y por supuesto judío, como es la mexicana y en que una serie de interminables matrimonios interétnicos e interraciales nos conformaron en 500 años? 

En algo que incluso resulta más ridículo, me he topado con "Carlistas" mexicanos... ¿En serio? El Carlismo que fue un movimiento político y dinástico impulsado por Carlos María Isidro de Borbón en contra de su sobrina Isabel II que le desplazó del trono por voluntad propia en testamento de Fernando VII que eliminó la Ley Sálica traída de Francia para adaptarse al fin a la tradición castellana de que las mujeres podían reinar y gobernar por propio derecho, y que pretendió erigirse en defensa de la identidad católica hispana contra el Liberalismo Jacobino decimonónico para predicar, prácticamente el retorno al feudalismo y ser la raíz de los separatismos regionales vasco y catalán en España, ¿Qué demonios tiene que ver con México? Aparte de todo, el Carlismo, derivado del egoísmo y la deslealtad dentro de la familia Borbón, fue la principal causa, y no ni Inglaterra (segunda "bestia negra" de estos extremistas tras los Judíos), ni Francia, ni EUA, de que España quedara a la saga del resto de las potencias europeas durante el sigo XIX; pues en vez de ocuparse de estimular la industrialización y retornar al reparto colonial en Africa y Asia, los gobiernos de Isabel II y Alfonso XII debieron de dedicarse a sofocar las guerras civiles atizadas por sus parientes rebeldes.

El fenómeno de la fascinación que estos extremos del pensamiento político, que aquí, la verdad, no llega a pensamiento, parece más bien moda; basta escuchar y ver las actitudes y los dichos, por ejemplo, del joven Antonio Attolini en su debate con la también joven polemista guatemalteca Gloria Álvarez, quien fuera de los famosos impulsores de la oposición de estudiantes "fifís" como diría el propio Presidente, del ITAM (una de las universidades más caras de México) en contra del anterior mandatario Enrique Peña Nieto y propulsores de la campaña del actual López Obrador, para darnos cuenta que no se trata de posiciones basadas en el estudio y convicciones serias, están tomando no solo en México, sino en el mundo --sin contar aquí el ascenso de posturas y partidos como el del Brexit en Inglaterra, VOX en España o el de Matteo Salvini en Italia, o Víctor Orban en Hungría, que son posturas nacionalistas y esgrimen la vuelta a las tradiciones, sin caer realmente en xenofobias y odios extremos, pese a que los acusen de lo contrario, aunque también su ascenso deriva de una reacción ante una Globalización fuera de control-- se explica por la infantilización de las personas, la falta de formación académica de calidad en Historia, Economía o Política y Derecho, el sentimentalismo rampante y también la decepción y las reacciones en contra de la Globalización que profetizara Samuel Huntington.

Así, los partidarios de estas ideas radicales simplifican y generalizan todo a una lucha maniquea de "buenos" contra "malos" etiquetan como malignos a grupos políticos, nacionalidades o etnias enteras, y todo lo explican como producto de una gigantesca conspiración al estilo de los Expedientes Secretos X, sintiéndose ellos Fox Mulder, enfrentados contra fuerzas satánicas infalibles y omnipresentes. La conspiración, como ya anteriormente lo he señalado en este espacio, siempre es la manera más sencilla de explicar una situación, como la actual, que deriva en realidad de complejos procesos sociales, políticos y económicos; en vez de estudiar y analizar dichos procesos y fuerzas, se prefiere suponer que todo se trata de una mente maestra capaz de controlarlo todo, como el Fumador, del citado show televisivo, o Stavros Blowfeld, el enemigo de James Bond. Esto sin negar que existan intereses o beneficiarios del estado de cosas: George Soros se puede beneficiar del caos social para obtener réditos financieros producto de la especulación, Carlos Lomelí se puede forrar de dinero aprovechando el desabasto de medicinas en los hospitales públicos y ser nombrado único proveedor, por ejemplo, pero el mundo es mucho más complejo para suponer que un solo individuo, o un pequeño grupo es capaz de dirigirlo todo.

La realidad es mucho más compleja, esta simplificación del pensamiento, esta concepción maniquea e infantil del mundo como una lucha de lo blanco contra lo negro, es en realidad, sustrato fértil para el surgimiento de los demagogos y su entronización, tanto Hitler, como Chávez y Maduro, entre otros más, no dudaron en apelar al conspiracionismo y etiquetar como enemigos a grupos y personas para llegar al poder y apoltronarse en él. Estos radicales no son de broma, son peligrosos y debido a las redes sociales, ahora pululan.

Como siempre, nada superará a las bibliotecas como fuente de información, y aún así, siempre debemos tener cuidado en lo que leemos, no es lo mismo un historiador con rigor académico, con fuentes fidedignas y seriedad como Anthony Beevor, a un panfletista inspirado por sus complejos de inferioridad y prejuicios como Salvador Borrego. En la comprensión objetiva del pasado y la reflexión serena del mismo, se encuentra la adecuada planeación del futuro y no perderlo, como desgraciadamente parece que lo estamos haciendo.