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22 de septiembre de 2018

¿PORQUÉ NO CREO EN CONSPIRACIONES? I-LA FALACIA DEL SIONISMO


Uno de los tópicos más comunes y que ha renacido en la actualidad es acusar o señalar que la culpa de lo que actualmente pasa es por conspiraciones de grupos reducidos de personas, o bien, se señala que es una conspiración diseñada por un pueblo entero: los Judíos, en un tema que nuevamente se ha activado en muchos círculos conservadores o tradicionalistas cristianos, y que desgraciadamente, le quitan mucho de seriedad a esta tendencia que ha crecido con fuerza a partir del 2007 y el motu proprio Summorum Pontifficum, de Benedicto XVI, por desgracia, pese a que se esté formando un nuevo clero tradicionalista fuerte, los feligreses del tradicionalismo muchas veces son atraídos por la mera forma o bien, por adoptar una postura "contracultural" y anti-moderna, aunque bueno, será materia de otro post el tratar acerca de las debilidades y fortalezas del Tradicionalismo. Por lo pronto, es un tanto preocupante encontrar que en esta tendencia se hayan inscrito personas con cierta simpatía nostálgica hacia el Nacionalsocialismo alemán, pese a que esta doctrina política haya sido claramente igualmente anticristiana y que haya perseguido incluso a clérigos que fueron a dar a los mismos centros de exterminio que muchos rabinos, como es el caso del capuchino Kolbe, y que aún una conversa como Santa Edith Stein que había profesado como monja, haya acabado sus días gaseada en Auschwitz. Algunos, por otro lado, han llegado hasta el extremo de atribuirle a Cristo y los apóstoles un origen indoeuropeo, --una tesis que fue difundida por la propaganda nazi, por cierto-- para excluirle de los Judíos, lo cual contradice toda la Escritura y hasta el dicho de, por ejemplo San Pablo, quien afirma con orgullo ser de origen judío y de la tribu de Benjamín, pese a su ciudadanía romana y formación griega.

Como lo he planteado ya al reseñar libros en este espacio como La Tiranía de la Estupidez o Amos del Mundo, las teorías de la conspiración son formas sencillas de explicar una realidad confusa y a menudo desesperante como la que presenciamos; lo más simple es atribuir toda la serie de fenómenos que se contemplan a una especie de plan maestro urdido por súpermentes que incluso parecen infalibles y afortunadas, puesto que su planeación se lleva a cabo sin problemas, mientras que la masa aborregada apenas se da cuenta que está siendo conducida al matadero por esos planificadores supremos, de ahí que actualmente tengan auge multitud de conspiranóias: los Illuminati, la fuga de Hitler y su refugio en Argentina y hasta la aparición de supuestos extraterrestres en el pasado: los Annunaki o la actuación de los "Reptilianos" que controlan el mundo disfrazados de humanos.

En realidad, todo es mucho más complejo: se trata, en primer lugar, de la evolución natural de las civilizaciones como lo determinó Oswald Spengler: nacimiento, expansión, apogeo y decadencia, que se traduce en el surgimiento en el seno de las sociedades de ideologías, tendencias y actitudes autodestructivas en esa última etapa; no quiere decir que esto esté exento del todo de voluntades y grupos de interés que pueden conducir o participar en esos procesos, pero a su vez, estos grupos son producidos por esas mismas cadenas de hechos e ideas que van surgiendo.

Así, es innegable, por ejemplo, el peso que tuvieron las sociedades secretas como la Masonería, en ciertos acontecimientos históricos: la independencia de EUA y de Hispanoamérica, o la Revolución Francesa, pero dicho grupo surgió de determinados movimientos religiosos de raíz gnóstica que surgieron desde la Edad Media, combinados con las ideas del racionalismo, subjetivismo y materialismo que empezaron a cocinarse desde Guillermo de Occam hasta Descartes, Hobbes y Locke, combinado con el descontento político de ciertos grupos, como los Jacobitas escoceses que se sintieron traicionados por la Iglesia Católica en su intento por mantener el trono británico para los Estuardo. Hoy en día, es innegable que bien pueden plantearse ciertas políticas desde el interés de las altas finanzas y no puede tampoco dudarse que en las reuniones del famoso Club Bieldelberg se plantee la adopción de las políticas antinatalistas y "progresistas", que finalmente, tienden a limitar el número de nacimientos, sobre todo en las sociedades más opulentas, con una finalidad económica... yo lo sostengo: detrás de todas las aberraciones de la "Ideología de Género" y del "Marxismo Cultural" existe el desesperado intento de mantener a flote un sistema económico basado en el consumo que resulta a mediano y largo plazo, insostenible e inviable, de parte de quienes han sido sus beneficiarios y no quieren perder dichas ganancias.

Incluso, cabe preguntarse si no algunas cosas que pasan actualmente se han escapado o jamás han estado bajo su control y quizá hasta ni las desean ni las pensaron, pero al haber abierto la rendija, se desataron y probablemente, ahora no saben cómo parar ciertos fenómenos o consecuencias, ni qué hacer al respecto.

Ahora bien, se ha difundido que muchos de estos beneficiarios pueden ser de una etnia determinada, y así, vienen las acusaciones antisemitas que vienen de antaño; finalmente, la sombra de la sospecha pende sobre los Judíos desde la muerte de Jesucristo y la negativa de sus líderes a reconocerle como Mesías; sin embargo, pasa por alto que los primeros Cristianos eran de origen hebreo en su mayoría, y además que, posteriormente a la caída de Jerusalén bajo la ferocidad de las legiones de Tito, y la destrucción del templo, el Judaísmo evolucionó a una religión muy diferente a la contenida en el Antiguo Testamento, sustentada en los distintos Talmud y las escuelas rabínicas, más además, la conversión de los Kházaros, (que fueron grandes aliados del Imperio Romano de Oriente, por otro lado), de los que desciende la mayoría de los judíos actuales, que no tienen por tanto, ya herencia semita, sino eslava, turco-mongola y hasta germánica.

Sobre esto, hay que tomar en cuenta que, por supuesto, entre los Judíos existe gente de todo tipo, incluidos fanáticos y estúpidos, por lo que no es de dudarse que el llamado "sacrificio ritual" de niños cristianos hecho por judíos se haya dado, mas eso posiblemente más que una cuestión ritual digamos, general, --en ninguna parte del Pentateuco se encuentra que esto sea un ritual del culto a Yahvé-- se haya tratado de hechos realizados por grupos fanatizados en busca de cierta venganza por la segregación que en el pasado tuvieron los miembros de estas comunidades, odio al Cristianismo, provocaciones o hechos por radicales como si fuesen actos de terrorismo.

Ahora bien, se señala que los hebreos controlan las fianzas, pero el hecho de que muchos judíos se hayan enriquecido con actividades bancarias fue gracias a la propia Iglesia Católica y a varias medidas adoptadas por gobernantes medievales, que prohibieron a los Judíos el desempeñar actividades económicas productivas, como la agricultura o la industria dado que se buscaba ejercer cierta presión para lograr su conversión, o se difundieron ideas acerca de que envenenaban pozos de agua o alimentos. Por el contrario, se prohibía a los fieles la práctica de actividades que llevasen aparejada la usura, considerada como pecado; aún así, las primeras grandes fortunas derivadas de la especulación financiera no fueron de judíos, sino de los muy católicos italianos --que hasta Papas darían a la Iglesia Católica-- Médici, y los igualmente católicos y germánicos Fugger de las ciudades Hanseáticas del norte de Alemania. El ascenso de los banqueros Rotschild es muy posterior, hasta el siglo XIX, y actualmente se encuentran en una situación en que si bien siguen siendo una familia muy rica, su fortuna palidece y su influencia igualmente es limitada a comparación de los grandes magnates de la comunicación, finanzas y servicios actuales: Carlos Slim, Bill Gates, Richard Branson, George Soros,  o los Walton, dueños de Walmart, entre otros muchos, donde se pueden encontrar a algunos de origen judío y a otros muchos de origen libanés o netamente anglosajón, alemán y hasta españoles con sus grupos financieros Santander o BBV.

Ahora bien, ¿porqué personajes como Freud, Marx, Reich, Soros, Rosa Luxemburgo, muchos de los magnates de Hollywood, son de origen Judío y se encuentran detrás de las ideas de "Izquierda" o "Progresistas" o simpatizan con ellas? La clave, está en lo que expresa Ben Shapiro en el vídeo con el que ilustro esta entrada. (Hay que hacer una precisión: Marx tenía ascendencia judía, pero su familia ya tenía dos generaciones previas siendo luterana, e incluso ya mezclada con germánicos, incluso, su padre era pastor, y el fundador del socialismo científico era particularmente antisemita, denostando con virulencia a los judíos en varios escritos; en cuanto a Lenin, tenía ascendencia judía como la tenía de tártaro, de ahí sus rasgos asiáticos, así como eslava, parte del mosaico cultural del Imperio Zarista, e hizo la revolución no con el apoyo de un supuesto "Sanhedrin mundial" sino del gobierno imperial alemán que quería sacar de la I Guerra Mundial a Rusia). 

Según lo expuesto por el famoso polemista --quien por cierto es judío, pero es ortodoxo y practicante de su religión, y a veces ha demostrado ser filocristiano y hasta simpatizar con el tradicionalismo católico, siendo muy crítico de la deriva izquierdista del Papa Francisco I-- lo que ha pasado es la secularización de los Judíos, de forma tal que, al decir del propio Shapiro, han dejado de ser judíos.

Cuando tras la Revolución Francesa se eliminaron las restricciones a los judíos y se les comenzó a considerar ciudadanos (pese a que los filósofos de la Ilustración, como Voltaire o Rousseau eran virulentos antisemitas) como los demás --medidas restrictivas que buscaban, de algún modo, forzar la conversión al Cristianismo de los seguidores de la Ley Mosaica, lo cual había sido criticado por algunos santos y doctores de la Iglesia, como San Vicente Ferrer, que opinaba que aquello generaba resentimiento, reafirmaba la oposición hacia los Cristianos y era contraproducente,-- los judíos lo que hicieron fue buscar insertarse en las sociedades en las que vivían. Por ello, eliminaron los signos exteriores de su pertenencia a su comunidad, y se mundanizaron, como consecuencia de esa búsqueda de integración, se hicieron partidarios de ideologías neutras y materialistas que no fuesen relacionadas con credo alguno y hasta opuestas a ellos, e incluso, el pretender huir de comunidades muy puritanas, endogámicas y cerradas hizo que se fueran a los extremos.

Por ello, como explica Shapiro, los judíos en EUA, al menos, pero esto parece una tendencia general a dicho grupo, no practican su religión: no guardan el sábado, no siguen las reglas de alimentación kosher y ya ni siquiera les interesa el Estado de Israel; con que la idea de que el Sionismo es una ideología supremacista que impera y ha logrado someter a su servicio a grandes factores de poder político y tiene enorme influencia en medios y políticos, carece de sentido; es cierto, en un momento, el lobby judío ejerció una enorme influencia en Estados Unidos aprovechando la fuerza económica de algunos judíos y la idea en los protestantes norteamericanos de facilitar la construcción de un Tercer Templo de Jerusalén y ayudar al pueblo elegido le permitió a Israel erigirse en un gran poder en Medio Oriente, pero por lo que dice Shapiro, al judío norteamericano actual no le interesa más que ser un estadounidense más, ni tampoco, como piensan los conspiracionistas, pretenden una superioridad sobre el mundo, sino que se adscriben a las ideologías de Izquierda, que predica posiciones contrarias a la Torah precisamente para huir de la confesionalidad de su cultura e identidad, para Shapiro, un judío que no practica su fe, no es judío, viene a ser otro gringo, pues finalmente, con las mezclas raciales al romperse la endogamia de la comunidad, el judío actual está muy lejos de ser un eslavo kházaro de inicios de la Edad Media y mucho más lejos de ser un auténtico hebreo de los tiempos bíblicos, así que la religión sería lo único que le dotaría de identidad.

No en balde se ha visto cómo Arabia Saudita sustituyó a Israel como principal aliado de Washington en Medio Oriente bajo los gobiernos de Bush Jr. y Obama, y si bien ahora con Trump se pretende restaurar la relación entre la capital del Potomac y el Estado Judío, es claro que la potencia dominante en la región, hoy por hoy, es Arabia Saudita, y en la probable alianza oculta entre Riyad y Tel Aviv la voz cantante la tiene la Casa de Saud, quien es el principal beneficiario de las Primaveras Árabes y sostiene un pulso con Irán en Siria y Yemen.

Pero hay otras cosas que demuestran que el hablar de una conspiración sionista es una visión muy simplista:

  • Si los Judíos están detrás de la ideología de género y el antinatalismo, para debilitar al Occidente Cristiano ¿cómo es que han permitido que esos mismos vicios e ideas se hayan difundido entre ellos? Tel Aviv es un verdadero "santuario gay" y hasta desfile del orgullo hay en Jerusalén, además de que la vida en los cuarteles ha propiciado la promiscuidad más abierta; por otro lado, los Judíos practican mucho el aborto en EUA, por ejemplo. Como resultado, la sobrevivencia del Estado de Israel está en entredicho en el futuro por cuestión demográfica: los palestinos tienen familias numerosas y por número terminarán por imponerse sobre los hebreos. Es cierto que se ha dado estadísticamente un aumento de la población en Israel, pero esto es de los Arabes-Israelíes, que no son otra cosa que Palestinos a los que se permitió quedar en el territorio del Estado Judío, muchos de ellos de la extraña secta de los Druzos, que ahora se han enfrentado al Gobierno de Netanyahu cuando éste definió oficialmente en la Constitución a Israel como Estado Judío, entre los Ultraortodoxos o Jazídicos, que se oponen al Sionismo, (muchos de ellos siempre residieron en el territorio, nunca fueron parte de la diáspora), y finalmente, los inmigrados de la antigua URSS, muchos de ellos no son verdaderos judíos.
  • También el Estado de Israel no ha sido inmune a la migración: no solamente se ha atraído a Judíos de Europa o incluso de Etiopía, sino a inmigrantes que no son judíos o tienen ascendencia, pero ya no tienen nexos con el judaísmo... se han dado casos de expresiones Nazis y antisemitas en el propio Israel.
  • Los propios Judíos distan de ser un pueblo totalmente unificado y monolítico. Ben Shapiro, lo mismo que Milo Yiannopoulos, representan a judíos que no son partidarios de la imposición de la ideología "progresista" que impera en sus correligionarios secularizados, ya sea porque el primero, religioso, considera que es contraria a la doctrina religiosa, el otro, secularizado y hasta presuntamente homosexual --aunque parece más bien una sátira parecida a la hecha por Sacha Baron Cohen (otro judío con sentido crítico) en Bruno-- lo hace señalando cómo es contraria al más elemental sentido común, y como ellos hay muchos otros. Pero no solo eso, los Judíos Jazídicos o tradicionalistas, así como un gran número de los ortodoxos y que son realmente practicantes que incluso se oponen a la existencia del Estado de Israel y al Sionismo, al que identifican como una ideología nacionalista y materialista, ajena al sentido de la prédica del Antiguo Testamento y de la promesa final de salvación universal del Judaísmo --no es de extrañarse que entre ellos sean más abundantes las conversiones al Cristianismo-- por otro lado, se ha desplegado de parte de los Judíos Azkhenazi, originarios de Europa Central y Oriental, de ascendencia Kházara y mezclas eslavas y germanas, discriminación contra los Judíos Falasha, africanos y de raza negra, provenientes de Etiopía y que practican una religión más cercana a la de Moisés y los Profetas que a la versión talmúdica vigente en las comunidades blancas, existen los cabalístas que son señalados por otros como practicantes de una superchería, el Judaísmo Reformado, una especie de modernismo hebraico, y otras escuelas rabínicas, todas ellas enfrentadas entre sí. En pocas palabras, es difícil suponer que casi 15 millones de personas dispersas en los cinco continentes estén de acuerdo en seguir un plan infalible y perfecto, cuando además carecen de una autoridad suprema, a diferencia del Papado en el Catolicismo, y de una doctrina única sin variantes.
  • La secularización: muchos de los magnates señalados como impulsores del "Progresismo" como Soros o los Rotschild, se encuentran en realidad muy alejados del Judaísmo; en el caso del primero, incluso señaló alguna vez, sin empacho alguno, que el haber colaborado con los Nacionalsocialistas alemanes en la Hungría ocupada fue su forma de sobrevivir y evitar ser víctima del llamado holocausto (mismo que se dio, pero que probablemente se exageraron sus cifras y su crueldad a fin de legitimar el nacimiento del Estado de Israel poco después de la II Guerra Mundial), Soros se concibe a sí mismo como estadounidense o húngaro, curiosamente no se tilda a sí mismo de británico, pese a poseer tal nacionalidad también, y ha sido igualmente señalado como nocivo por el mismo Benjamín Netanyahu, actual Primer Ministro de Israel. Los Rotschild, ennoblecidos tanto por los Católicos Habsburgo en Austria como por la Corona Británica en el siglo XIX, no hicieron caso de Theodor Herzl, fundador del Sionismo, y como lo señala Shapiro, realmente la gran mayoría de los judíos actuales están más interesados en integrarse a las sociedades en las que viven y a romper con su credo y tradiciones adoptando ideologías radicales. El Estado de Israel, y la unificación política y nacional de su pueblo les importa un bledo.
Para concluir: siempre la idea de conspiración resulta atractiva, pues es la explicación más rápida y sencilla para intentar lo que sucede en una realidad compleja como la que se vive actualmente y en la que existen multitud de fuerzas enfrentadas y actuando. El Islam actúa también con intereses claros políticos de búsqueda de hegemonía, China, con su poderío demográfico y económico igualmente se encuentra luchando por la supremacía, Rusia resurge y pretende la revancha contra un Occidente al que percibe débil y hasta desea igualmente debilitarlo más mientras recupera aquellos factores que la pueden convertir en una sociedad potente y sana de nuevo, todos ellos, son entidades que, la verdad, son mucho más fuertes que el pueblo Judío y el Sionismo, una ideología que cada vez más tiene en realidad menos fuerza incluso entre los mismos miembros de ese pueblo o esa religión. Finalmente, como incluso lo señalara en su momento Samuel Huntington, el Pueblo Judío es parte de Occidente, y con él, corre la misma fortuna o desventura: hoy por hoy, se encuentra en decadencia, al igual que todo el edificio del cual constituye una parte de sus cimientos.
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El avión ruso derribado en Siria:

Como una muestra supuesta del poderío que los conspiracionistas atribuyen a los Judíos está el caso del avión ruso recientemente derribado por las fuerzas armadas israelíes en Siria, y el aparente acuerdo alcanzado entre Putin y Netanyahu al respecto, cuando muchos esperan del líder eslavo --concebido por algunos como un paladín de la Cristiandad, que no lo es-- un ataque en contra del Estado Judío, y que ahora le creen dominado por la omnipotencia sionista. 

La realidad es que el conflicto sirio se parece cada vez más a un ring de la WWE cuando suben a éste como 30 luchadores y se atacan todos contra todos y hay momentáneas alianzas para sacar a un rival común del cuadrilátero antes de empezar a golpearse. Así, Rusia se encuentra metida en Siria por apoyar a Irán y al aliado de éste: el régimen Chiíta-Alauita de Bashar El-Assad en contra de Arabia Saudita que, con el espaldarazo de Washington, pretendía establecer un régimen islamista Sunnita en Damasco, a fin de debilitar a los iránios; Israel por su parte, tiene en la familia Assad a un viejo enemigo, y por supuesto, no quiere en sus fronteras a los Persas que así podrían seguir apoyando a Hezbollá y ganando la simpatía de la causa palestina, lo que tampoco conviene a los Saudíes ni al resto del Islam Sunnita, por lo que no sería extraña una alianza entre Riyad y Jerusalén/Tel-Aviv con este cometido. Rusia, por su cuenta, no desea enfrentarse a Israel, más cuando entre éste y el Gobierno de Trump existe un acercamiento e igualmente, Putin desea hacer las paces con Washington dada la simpatía que tiene por el neoyorkino.

Quizá nadie puede explicar mejor este enredo de intereses y de hechos que estuvo detrás del derribo de la aeronave moscovita que el columnista Mauricio Meschoulam del Diario El Universal, por lo que invito a mis lectores a que lean el artículo en la liga, como sea, quien gana de todo este revoltijo no es Israel, ni Rusia, ni Assad, ni EUA, es Arabia... si hay alguien que, actualmente conspira y aprovecha del caos para hacerse cada vez más fuerte es la Casa de Saud, misma que no se encuentra ya encabezada por el anciano Rey Salman, sino por su joven y ambicioso hijo, heredero y Ministro de Defensa: el Príncipe Mohamhed, quien, a mi modo de ver, es hoy uno de los hombres más peligrosos de la Tierra.

1 comentario:

misteryhouse dijo...

Las conspiraciones, popularizadas gracias a Chris Carter y su serie "The X Files". Aunque yo sí creo que hay algo de cierto en las conspiraciones: los gobiernos ocultan asuntos de la vista de los demás. Negocios sucios, actos de corrupción, etc. Y de esto nadie se salva.