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30 de julio de 2018

TRES GOLPES AL PROGRESISMO

En estos últimos días se han dado tres acontecimientos que, parece que no, tienen algo en común: el suicidio de una de las líderes del grupo feminista radical FEMEN, el anuncio del famoso periodista de espectáculos mexicano Mauricio Clark de haber superado la homosexualidad, y finalmente, el escándalo que se ha dado en Alemania por la renuncia de Mesut Özil a la selección de fútbol tras el rutilante fracaso de ésta en Rusia. ¿Qué tienen esos tres acontecimientos en común? Que han cimbrado al llamado "Progresismo" hasta sus cimientos, pues los tres dejan muy dañados a sus tres pilares fundamentales: el Feminismo radical, el homosexualismo y sus lobbies, y finalmente, al multiculturalismo.

Pero vayamos por partes:

1.- La Muerte de la FEMEN:
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Oxana Shachkó, ucraniana, fue fundadora del movimiento radical Femen, famoso por sus protestas en topless y su agresividad, sobre todo, contra instituciones y figuras religiosas, casi exclusivamente católicas; al parecer, al inicio su movimiento era algo serio y tenía un objetivo claro y justo: atacar la trata de blancas, una verdadera plaga que, desde los años noventa e inicios del siglo XXI ha estado asolando la empobrecida e inestable ex-república soviética de Ucrania; posteriormente, el movimiento degeneró en un verdadero circo y cayó en numerosas contradicciones, porque exhibía un gran atrevimiento contra representantes de la Iglesia Católica, pero guardaban un gran silencio ante la situación de las mujeres en el Islam, o hasta pretendieron comulgar con la rueda de molino de que el uso del hijab y otras prendas prescritas por la doctrina mahometana a las mujeres son símbolos de libertad y rebelión. También debieron abrir paso a los transexuales, hasta llegar a la aberración de que ahora, Miss España sea un hombre... como algunos dicen con sorna, el feminismo permitió demostrar que el varón es mejor en todo, incluso siendo mujer, o hasta inventarse "lenguajes incluyentes" y no ofensivos que más suenan a idiotez que a inclusión.

La joven --apenas tenía 31 años-- quizá se dio cuenta de que su movimiento había sido prostituido o de la enormidad del sinsentido en que había caído, quizá porque ella misma se había vendido a quién sabe qué intereses, o apenas se dio cuenta de que era un peón más en su ajedrez, --los de las grandes finanzas que buscan incentivar el antinatalismo-- y en vez de aquella otra activista, la brasileña Sara Winter, a la que la maternidad la retiró de Femen, y le hizo abrirse paso hacia una lucha por los derechos e igualdad ante la Ley racional y justa, incluyendo el derecho a la vida, decidió salir por la puerta falsa del suicidio, matándose en su departamento en París, donde residía.

Esperemos que su lamentable --toda muerte, y más que se haya dado de esta manera lo es, pensando además que se trataba de una persona que originalmente pudo verse visto impelida por las injusticias que presenciaba, pero que carente de guía y de sentido terminó en los caminos del desvarío-- abra los ojos de muchas otras que han caído en el radicalismo y la violencia. Quizá lo que más luz deja sobre aquello de lo que la llevó a quitarse la vida sea lo escrito en su nota suicida: "ERES UN FRAUDE" según algunos o "TODOS SON UNOS FALSOS", según otros, pero el sentido parece estar dirigido a lo que es su movimiento o quienes le han patrocinado.

Que Dios tenga piedad de su alma...

2.- Mauricio Clark y el CONAPRED:

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Mauricio Clark es un conocido periodista de espectáculos en México, que ha trabajado para la cadena Televisa; sin embargo, él ha roto las reglas del periodismo, pues en vez de que el reportero busque la nota, él se ha convertido en la nota misma.

Hace tiempo, por ejemplo, generó polémica cuando se declaró, en público, en medio del espacio televisivo en el que aparecía, abiertamente gay, pero también habló de que su vida era literalmente un infierno, pues era víctima de adicciones a las drogas, lo que no solo le tenía en la quiebra económica, sino con gravísimos problemas de salud, como la destrucción de su tabique nasal dado su hábito de esnifar cocaína desmedidamente.

Hoy, vuelve a encontrarse en el candelero, al declarar que su vuelta a la religión y asistido a terapias psicológicas le habían hecho abandonar tanto la homosexualidad como el consumo de drogas, y que ahora, lo que más deseaba era contraer matrimonio con la mujer adecuada y fundar una familia... por supuesto, si su anterior "salida del clóset" le había generado muestras de apoyo en la farándula y los lobbies, esta segunda expresión de las incidencias de su vida personal le ha llevado a enfrentar una serie de ataques y amenazas del lobby LGTB, el ostracismo de los medios y hasta de instituciones públicas, como el CONAPRED, (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación) organismo que al parecer, su única función es de servir como brazo político del lobby del arco iris en nuestro país; puesto que, vuelvo a insistir, en nuestro país no existe el racismo como tal --somos un país mestizo, conformado por la mezcla de europeos de distinto origen (hispanos en su mayoría, pero también de otras partes del viejo continente), indígenas, asiáticos, africanos y semitas-- sino que la discriminación en México se da por la situación o posición económica de las personas. En México, una persona con rasgos u origen indígena pero que cuenta con riqueza, es venerado, mientras que alguien aunque tenga apariencia de escandinavo, pero no tenga ni dónde caerse muerto, es tratado despectivamente como güero de rancho o vendequesos, en alusión a la secta de los Menonitas, de origen germano y discriminada dado su rústico estilo de vida y su venta de quesos y otros productos lácteos en las calles de nuestras urbes, pese al aspecto rubio y blanco de sus miembros, propio de los sueños húmedos del Nacionalsocialismo.

Igualmente, discriminación por las preferencias sexuales no la hay tan clara, después de todo, fuera fingido o real, el amaneramiento de Juan Gabriel, principal característica del personaje musical inventado por el cantautor Alberto Aguilera, fue parte clave de su éxito y quizá le abrió más puertas que cerrárselas.

El CONAPRED generalmente guarda silencio contra casos como estos de discriminación en relación al estatus económico de las personas o los ataques que de parte de autoridades o medios reciben las confesiones religiosas o los creyentes, pero sin embargo, brinca, como es el caso, ante cualquier cosa que, desde su óptica, amenace los derechos de los LGTB y demás.

¿Porqué se desató esta campaña de linchamiento contra Clark? ¿Porqué la virulenta reacción del CONAPRED en señalar que las "terapias de conversión"son nocivas y deben prohibirse? La razón es muy sencilla: Clark de repente se convirtió en una amenaza al negocio de muchos, o en otras palabras, si otras personas siguieran su ejemplo, se les acabaría el chiringuito de recibir fondos públicos, cuotas de poder político, presencia mediática y justificar chambas gubernamentales, puesto que se eliminaría la idea de que se trata de un colectivo o comunidad, para aparecer como una condición psicológica o psiquiátrica individual que, siempre y cuando la persona así lo quisiera, puede ser revertida o cambiada, dejando de existir el supuesto grupo discriminado, por lo que se acaba la discriminación, y por tanto, se acaba el modus vivendi de los burócratas del mencionado consejo.

Así, casos como el de Clark exhiben las contradicciones del homosexualismo político: resulta que por un lado, no hay hasta ahora, ningún descubrimiento biológico que indique que la homosexualidad tiene un origen genético, innato o natural; y si lo hubiera, como lo ha señalado el antropólogo estadounidense Desmond Morris --a quien en modo alguno puede calificársele de religioso-- implicaría que es un comportamiento condicionado a individuos con defectos genéticos que, al evitar el contacto sexual con las mujeres, impediría su reproducción y perpetuación del defecto (es decir, sería una especie de síndrome, como el Down), pues esa es la función del sexo y no el mero placer como ahora se cree desde la invención de los anticonceptivos químicos en los años sesenta (y a lo que se justifica con argumentos melosos y sentimentales después). El hecho de que el ser humano no tenga épocas de celo determinadas y siempre esté en condiciones de reproducirse quizá obedece a una adaptación biológica por la indefensión natural del ser humano ante los depredadores y le permite tener más hijos que reemplazaran rápido a los muertos. Recordemos que algunos seres resuelven biológicamente ese problema teniendo camadas hasta multitudinarias, como ocurre con peces y anfibios, o entre los invertebrados, o varios cachorros, como ocurre en gran cantidad de mamíferos, incluyendo los gatos, por ejemplo, que son el félido más débil por su pequeño tamaño y cuyas hembras están en celo con cierta frecuencia y pueden tener 3 o 4 crías a la vez, y a veces de distintos padres al mismo tiempo.

En el ser humano, al no poder tener, salvo casos muy excepcionales, embarazos múltiples, se resuelve el problema de esa manera. --También Morris señala que bien puede ser una estrategia evolutiva que llevó a establecer la pareja estable, y de ahí el origen natural del matrimonio, ante la necesidad de la hembra de mantener atado a un proveedor, el varón, para ella y unas crías que tardan mucho más que en cualquier otra especie para ser autosuficientes-- El sexo por placer o entretenimiento es por tanto, un ir más allá de esa función natural y ante su popularización (antes, generalmente sólo las élites se podían dar el lujo de participar en orgías, tener amantes o concubinas e intentar variantes, a fin de costearse las consecuencias) mediante los métodos artificiales, se está pagando un precio muy alto: problemas sociales, propagación del cáncer por el abuso de los anticonceptivos hormonales o químicos y la extensión de las ETS, ante la promiscuidad desatada.

Así, la homosexualidad no obedece a ninguna necesidad biológica y es, por tanto, un comportamiento adquirido o aprendido por muchos factores: abusos sufridos en la infancia, falta de figura paterna, o simplemente un vicio al buscar más y diferentes placeres, por el que incluso, se puede optar; cosa que los lobbies dicen que sí existe la libertad para elegirlo, mas, curiosamente, no consideran que exista para cambiar hacia la heterosexualidad o normalidad biológica. Así, los que claman por todo lo alto la aceptación de la diversidad y la libertad, se comportan en contrario ante evidencia o casos contrarios a lo que predican. Además, resulta que nadie obliga a nadie a dejar de ser homosexual, las terapias podrían estar ahí para quien quisiera tomarlas, y el que no, pues adelante, que siga con su vida como le plazca, eso sería una elección personal; pero en cambio, parece que sí se quiere obligar a la sociedad entera a volverse gay.

Como sea, las declaraciones de Clark les puso un gancho al hígado que los preocupó bastante.

3.- La renuncia de Özil:


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Ya había hablado antes de la renuncia de Mesut Özil (su apellido no se pronuncia Útzil como los ignorantes comentaristas de fútbol mexicanos pretenden, como si fuera alemán, en turco, se pronuncia Uessil, como arrastrando las letras) a la selección de fútbol alemana, lo que supone un durísimo golpe a Angela Merkel y su política de multiculturalismo, cada vez más desacreditada. 

Desde el 2010, la canciller alemana se la pasó promoviendo al turco como un ejemplo de la integración del musulmán a la sociedad alemana y de toda la comunidad islámica venida de Medio Oriente y Norte de Africa al país germano, principalmente Turcos, Persas, Kurdos, Egipcios y Tunecinos. Así, podía proclamar la solución del trauma alemán provocado por Adolfo Hitler y el Nacionalsocialismo: Alemania ya no se identificaba con la raza blanca, aria, sino que era un país mestizo, abierto, incluyente, con gente de toda procedencia y raza formando su población, tal como ocurre con EUA, Argentina, Brasil o hasta México... aunque claro, olvidando que nuestros países americanos se han formado por el aporte de inmigrantes europeos, asiáticos y africanos desde 1492 más la población "nativa" entrecomillada porque la misma llegó de Asia y Polinesia y carecemos todavía de una identidad firme y propia más allá de elementos artificiales recientes propagados por el cine, la TV o la música. Alemania en cambio, es una realidad cultural y también étnica que hunde sus raíces en los Godos, Alanos, Alamanni, Francos, Burgundios, Sajones, Jutos, Vándalos y demás pueblos germánicos que habitaron el centro y norte europeo desde antes de Tácito.

Con tal de impulsar su capricho político, la Merkel seguía forzando a que el "sarraceno" de ojos saltones continuase alineando por Alemania pese a que sus méritos futbolísticos han ido decreciendo y en el fútbol inglés, donde ahora milita no pasa de ser un jugador "bueno" a secas, para nada un crack.

La realidad le golpeó como un trailer a la política germano-oriental, pues Özil, al igual que la inmensa mayoría de sus correligionarios que cuentan con doble nacionalidad, es más radical que los que habitan en su territorio de origen. el futbolista no solo festeja sus goles haciendo el gesto de la media luna con la mano --emblema tanto del Islam como escudo nacional de Turquía-- ora a Alá en el campo de juego y habla y escribe mal la lengua de Goethe, sino que también mostró, como ya lo había mencionado aquí anteriormente, su apoyo irrestricto a un personaje siniestro como es el actual Presidente de la República Turca: Reccep Tayyip Erdogan.

Erdogan ha destruido la herencia laicista y pro-europea de Mustafá Kemal Atatürk, misma que se derrumbó en Irak, Túnez, Libia y ha peligrado en Egipto Y Siria con ayuda de las administraciones de Bush Jr. y Obama en Washington y la OTAN, con facilidad pasmosa, al darse un autogolpe de Estado con el que descabezó al ejército, que había sido, desde los años 30, el garante del régimen, su esposa promueve el uso del velo islámico entre las mujeres, ha restablecido el uso del Árabe clásico como lengua litúrgica en las mezquitas en su país y financiado la construcción de otras en Europa,  mientras se edificó un palacio presidencial en Ankara que recuerda los excesos faraónicos de Saddam Hussein o incluso del rumano Nicolae Ceaucescu, además de que se habla de sus nexos con el Estado Islámico y la venta de petróleo proveniente de los pozos que están bajo control del ISIS, mientras ataca a los Kurdos que luchan contra los radicales islamistas, ante el temor que la etnia del legendario Saladino luche por su independencia respecto de Ankara.

Además de ello, Erdogán prácticamente ordenó a gobiernos europeos como el de Merkel en Alemania, o el del rey y "padrote" Guillermo-Alejandro de Holanda a facilitar la celebración de elecciones en las que el islamista otomano fue refrendado para el cargo presidencial, mismo que ahora ejerce con facultades omnímodas al eliminar también todo resto de parlamentarismo. Los países europeos se convirtieron en escenario de la contienda política y exhibición de propaganda de la nación oriental, como si fuesen parte de su territorio.

De esta manera, y como el columnista Hermann Tersch lo señala, fue Özil el que manifestó su falta de integración a Alemania y no que ésta lo hubiese rechazado, él es quien se manifiesta como islamista, radical y partidario de un sátrapa como Erdogan, probablemente el peor enemigo de Europa en estos tiempos, y quien siempre se identificó como turco, aunque nació en territorio alemán y su familia ha estado vinculada a Alemania desde los años sesenta, y sobre todo, como musulmán.

Así, la dimisión del futbolista ha dejado sin sustancia la política integradora alemana: ¿de qué sirve abrir las puertas y dar la oportunidad a los extranjeros de ser parte de nuestra nación, si ellos no dejarán nunca de ser de su origen y con ellos traerán elementos claramente incompatibles con la Civilización Occidental? Tampoco cuenta con elementos de identidad, nada liga a Özil con Goethe, Schiller, Beethoven, Bach, Kant, Bismarck o Federico el Grande, ni siquiera con Beckenbauer o Rummenigge más allá de la profesión y haber militado en las filas del Bayern.  El escándalo provocado por el turco, sin duda, le costará a Merkel muchos apoyos en la lucha abierta que tiene por seguir anclada en el poder y dará fuerza a sus opositores que claman con justa razón que salvar la identidad y la cultura alemanas no los convierte necesaria e inmediatamente en Nazis, mas no hacerlo sí los puede dejar a merced del islamismo.
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Last, but not at last, como dirían los gringos, se encuentran los cambios propuestos por el nuevo Gobierno de Cuba, encabezado ahora por el Presidente Miguel Díaz-Canel, a la constitución del régimen comunista de la isla: el reconocimiento de la propiedad privada se anuncia como el inicio del que será, sin duda, el proceso de desmantelamiento del régimen comunista implantado por los Castro en 1959.

Todo consistía en dejarle al tiempo y la naturaleza y se abrirían las puertas del cambio: Fidel Castro se ha ido, y su hermano Raúl ya no pudo continuar al frente de la República Cubana ante los inevitables achaques de la edad y la enfermedad.

Trump entre tanto, no ha retirado a la embajada que Soetoro había dejado instalada en La Habana, aunque sí había dejado en claro que mantendría sanciones o implementaría más ante el negro récord en materia de derechos humanos del régimen insular. El nuevo mandatario sin duda está decidido a iniciar una especie de Perestroika, treinta años tarde, que permita a la isla reinsertarse en el mundo y resolver su por hoy, precaria situación económica. Aunque de estilo más abierto y cercano al pueblo, Díaz-Canel también es un marxista ortodoxo, por lo que no es de dudar que su mandato se parezca al de Gorbachov en Rusia, y como éste, intentando salvar al sistema, lo derrumbe.

En definitiva, otro golpe más para los Progres...

29 de julio de 2018

EL CALVARIO NICARAGÜENSE

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Los Hispanoamericanos no tenemos memoria; así, en México se eligió, para lograr "el cambio" al representante de los vestigios más rancios y viejos del sistema político priísta, y en Nicaragua, Daniel Ortega y su partido, el Frente Sandinista, en su nueva y más prolongada estancia en el Poder, volvió a caer en la Dictadura de Izquierda más radical, feroz y sangrienta como lo había hecho en los años ochenta del siglo XX.

El eterno drama de Centroamérica, donde sólo Costa Rica, quizá porque desde 1949 se deshizo de la tentación militarista y aceptó la tutela de EUA y sus empresas frutícolas, Panamá que igualmente desde los años 90 recuperó el Canal y se deshizo con ayuda norteamericana del General Noriega en quizá la única intervención militar norteamericana que ha tenido frutos positivos en los tiempos recientes, y Belice, que continúa protegido por la égida británica hasta cierto punto, han venido a gozar de estabilidad tanto política como económica, el resto de esos países han pasado por una larga historia de golpes de Estado, revoluciones, guerrillas, intervenciones extranjeras, guerras absurdas (como la del Fútbol en 1969 entre Honduras y El Salvador), corrupción, inestabilidad y pobreza extrema.

Centroamérica sí fue una zona poco colonizada y desarrollada bajo el Imperio Español, conformando la Capitanía General de Guatemala, aunque se formaron grandes latifundios dada la riqueza agrícola y ganadera de la región. Más tarde, con la Independencia, la Capitanía decidió continuar perteneciendo al Imperio Mexicano proclamado por Agustín de Iturbide en 1821. Al derrocamiento de éste, y por mantenerse leales al monarca mexicano y estar contrarios a los Liberales que proclamaron la República en acatamiento de los intereses de Washington, se separó conformándose una República Federal, misma que perduró hasta 1830, en que los intereses y rivalidades precisamente de las pocas y privilegiadas familias dueñas de las grandes plantaciones de tabaco y frutales o ganaderas, propias del clima tropical, llevaron a la escisión de la federación en cinco repúblicas distintas que, ante el pequeño tamaño territorial, la falta de comunicaciones dado el accidentado territorio, el ambiente malsano, y el acaparamiento de los recursos en pocas manos, quedaron condenadas a la debilidad, la pobreza y regímenes dictatoriales. Un reflejo de lo que ha sido su Historia puede verse, --una de sus pocas películas realmente geniales-- en el filme Bananas de Woody Allen, mismo que popularizó el mote de "república bananera" para referirse a esos países o a cualquiera que cuenta consigo una economía estancada y basada únicamente en actividades agrícolas, gobernado por dictadorzuelos de aires grandilocuentes enormemente corruptos y generalmente ligados con el crimen organizado y además, patrocinados por alguna potencia extranjera, puesto que el istmo centroamericano es, sin embargo, bastante estratégico.

Nicaragua ha tenido una Historia que ha oscilado entre todos estos factores. Ya durante la Época Virreinal, el istmo fue codiciado no solamente por España, sino también por su gran rival marítimo: Inglaterra, y esto debido a su estrechez teritorial, desde que Vasco Núñez de Balboa descubrió que era apenas una faja de tierra que separaba al Océano Atlántico de uno nuevo al que se denominó Pacífico. Así, en la década de los 50 del siglo XIX, y tras el éxito de los franceses y británicos en la construcción del Canal de Suez, mismo que aseguró la comunicación entre el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, y por ende, con el Océano Índico, se buscó el trazado de una vía interoceánica a través del istmo centroamericano.

Ante el fracaso del constructor del Canal de Suez: Ferdinand De Lesseps, que buscó trazarlo en Panamá, por ser la distancia más corta, serían los norteamericanos en 1903 que, tras provocar la independencia del Departamento de Panamá respecto de Colombia, los que crearían el famoso Canal, el cual fue una extraordinaria obra de ingeniería, que resolvió el problema que De Lesseps no pudo solucionar: la diferencia de niveles entre el Atlántico y el Pacífico, construyendo un lago artificial  (el Gatún) como vaso regulador y un sistema de esclusas que, como escalones permite a los buques, subir y bajar por el canal y solventar la diferencia de niveles entre ambos océanos.

El caso es que en Nicaragua pudo haber sido más fácil, ya que cuenta con un lago natural, como es el enorme Lago de Nicaragua, y que fungiría como regulador, así como un terreno un tanto menos accidentado, por ello, se dio la extraña aventura del mercenario estadounidense William Walker, aunque no está tan claro qué tanto estuvo apoyado por su gobierno o no, pero el sujeto, que acabaría fusilado en Trujillo, Honduras, intentó incluso convertirse en Presidente del país centroamericano, hasta que fue derrotado por una coalición de varios países ístmicos.

Posteriormente, EUA apoyó la implantación de una dictadura encabezada por la familia Somoza; el patriarca de dicha familia de militares, políticos y terratenientes: Anastasio Somoza, fue quien provocó aquella famosa frase de Franklin D. Roosevelt (quien gracias a la Guerra Mundial pasó a la Historia de EUA como héroe, de lo contrario, quién sabe, su administración ha sido de las más corruptas que ha tenido el coloso del norte): "Es un hijo de puta... ¡Pero es nuestro hijo de puta!" y fue, como en el caso de Rafael Leónidas Trujillo de República Dominicana, el dictador bananero prototípico. Precisamente, Somoza llegó al poder tras traicionar y asesinar a Augusto César Sandino, militar nicaragüense que se rebeló en contra de la intervención de EUA a caballo entre los años 20 y 30 del pasado siglo y que derrotó a los afamados Marines obligando a Washington a retirarse de Managua. Aunque Sandino nunca fue comunista ni marxista, sino se inscribía más bien en una postura liberal clásica y nacionalista, durante los años 70 se convirtió en emblema de un movimiento en contra del hijo de su asesino: Anastasio Somoza Debayle, que era impulsada por jóvenes de filiación claramente marxista.

Entre ellos, se encontraba Daniel Ortega. Hay que entender la coyuntura: nada afectó más a la situación interna de Nicaragua que el destructivo terremoto de 23 de diciembre de 1972. La enorme cantidad de muertos, la miseria y la falta de actuación del pésimo gobierno de los Somoza puso las condiciones al levantamiento del movimiento Sandinista. Aquí también tenemos que entender el contexto de la Guerra Fría: la Unión Soviética deseaba aumentar su imperio de satélites en el continente americano; aquí, debemos decirlo claramente, a Moscú, sea bajo Pedro el Grande, Leonid Brezhnev o Vladimir Putin, le ha importado un pepino la "liberación de los pueblos"; por el contrario: Rusia, zarista, comunista o actual, siempre ha sido y será un Imperio: no en balde está el matrimonio entre Iván III y Zoé Paleologina, la última princesa romana, en el origen de toda ambición hegemónica del gigante eslavo, tanto Stalin como Brezhnev aplicaban una Realpolitik: Rusia tenía unos intereses nacionales estratégicos clave en oposición a los de Estados Unidos y debía obrar en torno a ellos antes que perderse en debates ideológicos. Tanto Fidel Castro, como Ortega, lo único que hicieron fue cambiar de amo, para nada liberaron a sus países de los intereses de otros, sino los situaron bajo las alas de la potencia rival de su anterior opresor, aceptando igualmente, subordinarse a sus dictados.

Daniel Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional, (FSLN) derrocaron a Somoza Jr. en 1979 y establecieron un régimen de corte socialista y militarista, calcado del sistema cubano de Castro y respaldado gustosamente por Moscú (Ortega incluso, había realizado estudios universitarios en la Universidad Patrice Lumumba de la capital rusa); por supuesto, no hubo una liberalización ni política ni económica, ni tampoco, mejoras en el nivel de vida del pueblo nicaragüense. Como era de esperarse, EUA apoyó el surgimiento de un grupo contrarrevolucionario, que se lanzó igualmente a la lucha armada en contra del régimen Sandinista, al que le dieron el nombre de los Contras, Ortega, desde la Presidencia, reprimía la prensa y acallaba opositores. Entre tanto, la administración de Ronald Reagan se sumergía en un enorme escándalo por un esquema de financiamiento del apoyo a los rebeldes en Centroamérica: vendía armas, a través de intermediarios y una trama oculta a Irán, su supuesto enemigo en Medio Oriente, y el dinero producto de esa venta pasaba a los rebeldes nicaragüenses que buscaban "Restablecer la Democracia en el país", caso que finalmente le costaría su puesto al General Oliver North.

Por otro lado, Nicaragua demandó a EUA ante la Corte Internacional de La Haya por financiar al terrorismo encarnado en Los Contras, litigio que además se ganó, pues es innegable que así fue; aunque, hasta la fecha actual, no se ha ejecutado --ni se ejecutará-- esa sentencia que condena a la república norteamericana a pagarle una fuerte indemnización a Nicaragua por los daños y pérdidas de vidas causados.

Ortega, por otro lado, se comportaba de la misma sucia manera que Somoza. Se enriqueció espectacularmente y se construyó una inmensa mansión en Managua cuya barda perimetral fue pintada con murales kitschs o naifs de temas cínicamente marxistas. Pero no solo eso; casó con Rosario Murillo, igualmente militante Sandinista y que ya tenía dos matrimonios anteriores, del que tenía una hija, llamada Zoilamérica, quien ocupó cargos públicos en el país.

Rosario Murillo no solamente ha sido la cónyuge de Ortega; igualmente, ha sido la "mano derecha" del dirigente sandinista. E incluso... su cómplice, para muchos. Incluyendo su propia hija: Zoilamérica ha denunciado repetidamente, desde 1998, haber sufrido abuso sexual desde la niñez, de parte del político nicaragüense, con el conocimiento y aceptación, de su propia madre, lo que provocó su exilio en Estados Unidos. Entre tanto, es tan estrecha la relación entre Ortega y su esposa, que hoy la ha hecho su Vicepresidente.

Ortega finalmente cedió el poder en 1990 tras un proceso de pacificación obligado en mucho ante el debilitamiento de su patrocinador moscovita: la distensión entre el Kremlin de Gorbachov y la Casa Blanca de Reagan y la caída del Muro de Berlín, así como la quiebra económica de la URSS le llevó a aceptar el cambio del estado de cosas y aceptar la celebración de elecciones que llevaron a la presidencia a Violeta Barrios de Chamorro, viuda de un periodista que igualmente había sido opositor a los Somoza e incluso, había colaborado con Ortega tras el derrocamiento del anterior dictador, pero que luego se había dirigido contra los Sandinistas, al ver que seguían los mismos derroteros del anterior régimen: autoritarismo y corrupción. Aunque tampoco todo fue mal en el régimen Sandinista: la alfabetización, por ejemplo, fue un éxito, reduciéndose enormemente la iliteralidad  de la gente bajo ese primer mandato orteguista, lo mismo que el surgimiento de una industria incipiente.

Pero los regímenes democráticos que siguieron al primer mandato de Ortega, que abarcó los años 1990 a 2007, tampoco significaron un cambio positivo. Gobiernos débiles, ineficaces y corruptos, fueron dejando espacio a que el FSLN, liderado por la pareja de Ortega y Murillo, y convertido en un poderoso partido político, regresara al poder en el 2007, desde entonces, Ortega ha sido refrendado en las urnas cuatro veces, por lo que el antiguo Comandante Revolucionario podría ocupar la Presidencia hasta el 2022.

Ortega, apoltronado en el poder, y aceptado como un "gobernante democrático" por tener la bendición de las urnas, ha sido incluso bien visto por sus antiguos enemigos en Washington bajo Obama. Por otro lado, se ha presentado ya no como un Marxista de la vieja escuela, sino como un moderno socialdemócrata; por otro lado, ha vuelto a colocarse bajo la égida moscovita, ahora bajo el mandato de Putin, lo que ha hecho que se distancie un tanto de los progresistas, pues ha adoptado algunas posturas conservadoras en contra del aborto y el homosexualismo, muy a tono con el discurso del peterburgués. No en balde, se habla de un proyecto financiado tanto por Rusia como China, para la construcción de un Canal en Nicaragua que rivalizaría con el de Panamá.

Sin embargo, esto era solo demagogia para ganar el voto católico y el apoyo de la Iglesia en Nicaragua... hoy, las cosas son diferentes.

Pragmático como es, Ortega planteó una reforma al sistema de Seguridad Social nicaragüense muy a tono con las políticas del Banco Mundial, aumentando las cuotas a cubrir por los trabajadores para solventar a las pensiones, lo que resultó lesivo para muchos a inicio de año, lo que produjo protestas, mismas que fueron reprimidas con violencia, lo que a su vez --como en el círculo de la violencia que en su época postulase el teólogo de la liberación Helder Cámara-- provocó más protestas y así sucesivamente, lo que ya le ha costado la vida a aproximadamente 450 muertos en ya 100 días de protestas; lo que en realidad ha resultado, es que las protestas ya no solamente se refieren al sistema de pensiones, sino a la misma tendencia dictatorial del régimen: desde acusaciones de que la última reelección de Ortega estuvo amañada y los excesos de la pareja gobernante, su corrupción y lujos de escándalo, la compra o silencio de la prensa y la mala situación económica del país en general, el segundo más pobre del Continente Americano después de Haití.



Han sido los jóvenes universitarios (como los del vídeo) los que han sido la principal fuente de opositores al mandatario, y quienes también han sufrido la parte más dura de la represión, pero también el clero católico es el que ha salido a dar la cara al frente de la sociedad que exige respeto a las libertades y a los derechos de las personas a manifestar el descontento contra un gobierno que no tiene nada de revolucionario ni de preocupado por la Justicia Social, sino que está esquilmando al empobrecido país a niveles, precisamente propio de los Somoza. Ortega, que anteriormente había jugado con la máscara de dárselas de católico y de llevar una buena relación con la Jerarquía, nuevamente ha salido con su cara de comunista --de esos que tras la puerta le prenden veladoras a Adam Smith por su afán de riquezas-- y a despotricar contra la Iglesia y ha desatado una verdadera persecución religiosa, que ya ha contado con víctimas, de diversos prelados y sacerdotes agredidos y algunos muertos, además de Iglesias profanadas y atacadas por las fuerzas paramilitares de choque de los Sandinistas.

Mientras vemos que el Clero Chileno, la Iglesia en Irlanda, EUA, o Argentina son materia de escándalo por los casos de abuso sexual que muestran la magnitud espantosa de la llamada "infiltración homosexual" incluso en la curia, con señalamientos hacia personajes cercanos a Bergoglio, como el Cardenal hondureño Maradiaga, por encubrimiento y corrupción, en Nicaragua la Iglesia vuelve a ser militante y heroica, dispuesta a fertilizar el suelo con la sangre de los mártires. Como en su momento San José Sánchez del Río lo dijera: "nunca ha sido tan fácil ganarse el Cielo" como en estos días en el país centroamericano, y nuevamente se pone en manifiesto que es en la persecución que el Cristianismo brilla, resplandece, se purifica y se fortalece. En Irlanda, las décadas posteriores a la desocupación británica y al cese de la presión anglicana sobre la Iglesia local la llevaron a la placidez y a la molicie, y de ahí el hundimiento de la fe en la isla de San Patricio. En Chile y Argentina, una supuesta hegemonía igualmente les llevó a reblandecer, pero ahora, más que nunca, Nicaragua se convierte en un faro de esperanza de renovación, y en una voz que grita ante el silencio de un mundo que, sorprendentemente, parece minimizar lo que sucede en Nicaragua, un mundo de regímenes cómplices que son partidarios de la misma ideología asesina que brotó de las páginas escritas por un hombre perturbado en el siglo XIX, un júnior que nunca trabajó pero creyó entender lo que vivían los trabajadores y escribió miles de aburridas páginas para darle visión científica a algo tan simple como la envidia, como bien lo definiera Churchill alguna vez.

Quizá lo que sucede en Nicaragua sea el principio del desenmascaramiento de una ideología genocida, que ya sea con la violencia guerrillera, la división que predica y la rivalidad que establece de todos contra todos en donde no la hay, lo único que ha sembrado es muerte. Como sea, el hartazgo de la población, estoy seguro, provocará el derrocamiento de Ortega, después de eso, quién sabe qué suceda. El país centroamericano tendrá, nuevamente que empezar de cero, pero esperemos que, quien esté encargado de iniciar una nueva etapa, tenga la altura de miras, y escarmentado por los sufrimientos de su pueblo tras las feroces dictaduras de los Somoza y los Sandinistas, tenga igualmente la moral suficiente para sacar a su país adelante y los arrestos necesarios para hacerlo sin las interesadas ayudas del coloso angloamericano o del gigante eslavo, para ser verdaderamente libres.

Oremos por Nicaragua y sus mártires.



23 de julio de 2018

TRUMP, EUROPA Y RUSIA (PARTE 3) HACIA UNA ALIANZA INÉDITA

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La de arriba es una imagen histórica: los dos monstruos profetizados por Napoleón en su lecho de muerte, que dejaba para que se repartieran el mundo tras el ocaso de las viejas potencias europeas: España, Francia e incluso Inglaterra, que tras vencerle en Waterloo se había asegurado la hegemonía sobre el continente y el mundo, puede que dejen su tradicional y septuagenaria rivalidad para convertirse en aliados. ¿Aliados contra qué? Contra enemigos comunes que Rusia y Occidente tienen al exterior, tales como el Mundo Islámico, y los imperios asiáticos como China y la India, con su destrucción y conquista de mercados y su oscuridad mística, pero también enemigos internos, quizá más peligrosos y destructivos que amenazan toda posibilidad de convivencia civilizada, como son la ideología de género, la dictadura del mercado, el multiculturalismo, la secularización y el pansexualismo, en resumen: el "progresismo globalista". 

Francia pudo haber ganado la Copa del Mundo de la FIFA tras el resultado del partido final en Moscú, pero la realidad es que, el festejo que degeneró en disturbios callejeros, saqueos y lesionados demostró que ha perdido la partida en el juego de conservar su paz interna y su rol como potencia, pero no se ha dado cuenta de ello, ante turbas de inmigrantes que demuestran que no se han integrado a la sociedad francesa; es cierto, desde la época de Napoleón y sus guardias Mamelucos cuyos cuerpos quedaron tendidos en Bailén, las calles de Madrid o Borodino, Napoleón III y sus Zuavos y Cazadores de Africa que perecieron en Puebla, los senegaleses, malíenses y argelinos que dejaron su sangre en las trincheras de Verdún y Sedán, o combatieron por la Francia Libre en la Segunda Guerra Mundial, hasta Mbappé en las canchas, ha habido muchos norafricanos y subsaharianos que han dejado la vida por Francia y lo que representa la bandera tricolore, pero muchos otros, henchidos de envidia, y otros, enajenados por el discurso de Izquierda que ve en ellos a víctimas del colonialismo de siglos pasados que deben obtener venganza de los "malvados hombres blancos", desean arrebatar a la antigua metrópoli sus riquezas y hasta sus mujeres, o ganarla para el Islam. Y tal parece que están ganando.

Rusia en cambio, ganó y con creces, echando por tierra los mitos que en los cuatro años previos inundaron los medios: el gigante eslavo actual no es aquel país dominado por el miedo y los GULAG con Stalin, ni tampoco es el país sometido a la superstición y a las carnicerías brutales de Iván IV el Terrible; tampoco es ya la sociedad hambrienta y miserable sometida a aristócratas de lujo ostentoso  y riquezas insultantes de los tiempos de Dostoievski y Tolstoi, ni la sociedad anárquica que se desmoronaba bajo la debilidad de Gorbachov y la borrachera indolente de Yeltsin; no, es una sociedad vibrante, no exenta de problemas, pero en que la gente empieza a vislumbrar que existe un futuro y éste puede ser promisorio; en cuanto al autoritarismo de Putin, no es sino que ahora, simplemente existe el Estado, y éste ejerce su autoridad, se coloca como Soberano, y por tanto, independiente al exterior y supremo al interior, no tolera que las grandes fortunas de los oligarcas o cualquier otra organización pretenda socavar esa autoridad, ni se somete a los dictados de fuera, sea el mercado, los medios de comunicación, los lobbies, las organizaciones internacionales o los poderes fácticos de potentados como Soros, Slim o Gates. Y al haber autoridad, existe orden. 

Incluso, los hinchas que viajaron a Rusia se sorprendieron al encontrar a un pueblo alegre y proverbialmente hospitalario, amante de la conversación ante una buena mesa, que goza de grandes condiciones de seguridad, sin que aparezca el presunto dominio de la Bratva (mafia rusa) y la corrupción, y un país en el que, por increíble que parezca, existe el verano, puede salir el sol y hacer calor.

Esa victoria sin duda debilitó a los medios masivos tradicionales, sobre todo los norteamericanos como CNN, que se la han pasado divulgando toda clase de leyendas negras contra el gigante eslavo, como la presunta intervención del Kremlin en todo aquello que daña a los intereses de los globalistas, desde el Brexit, la derrota del referéndum del proceso de paz colombiano orquestado por Santos, etc.; por supuesto, Putin no es un santo, y los intereses de la "Santa Madre Patria Rusa" la más de las veces tampoco lo son. Es cierto que Moscú ha apoyado al Chavismo en Venezuela y otros regímenes afines en Sudamérica, como el del asesino Ortega, y que también interviene en Siria o ha puesto a sus medios de comunicación oficial, como RT, al servicio o a favor del separatismo catalán y otras causas similares, pero es entendible, estamos hablando de una gran potencia que desde el siglo XVIII ha luchado por hacerse presente en el mundo y actuar sobre él y disuadir o enfrentar amenazas en su contra, así como adquirir un mayor poderío para hacer frente a dichas amenazas y obtener beneficios a su interés nacional.

Tras el triunfo indudable como organizador del Mundial, se da el triunfo diplomático con la cumbre de Helsinki celebrada entre Trump y Putin, que tanta polémica está ocasionando; para muchos en EUA, es la prueba irrefutable de la subordinación del neoyorkino al gobierno del ex-agente de la KGB en Moscú. Creo que los opositores a Trump no se dan cuenta de la gravedad de sus palabras:
  • Para empezar, implica reconocer que EUA habría dejado de ser una potencia para convertirse en algo similar a Honduras o Bolivia en los años 70 y 80 con la injerencia de las administraciones de Nixon a Reagan en los asuntos internos de dichos países, la manipulación de elecciones o el patrocinio a golpes de Estado y la asunción de dictaduras militares. 
  • En segundo lugar, el responsable de haber dejado que la Inteligencia rusa interviniera en el proceso electoral norteamericano habría sido ni más ni menos que su adorado Barack Hussein Obama/Barry Soetoro y por supuesto la Secretaria de Estado anterior y candidata del Partido Demócrata... ¿si Obama era tan extraordinario Presidente, entonces cómo es que bajó la guardia y permitió que los rusos "hackearan" las elecciones? ¿Acaso por ello la Clinton se dejó sobornar con la venta de Uranio a Rusia? 
  • En tercer lugar, el Partido Republicano ha planteado ya varias veces en el pasado la necesidad de establecer, como en México, una "credencial de elector" que identifique a la persona cada que va a votar, el acto queda registrado e impide que la persona vuelva a formarse en esa u otra casilla, impidiendo la práctica del mapachismo o la realización de los carrouseles como se les denomina en la añeja tradición de fraudes electorales, campañas y juego sucio de nuestro país, y que en EUA, ha tenido la oposición de los Demócratas, lo que ha permitido que voten difuntos o inmigrantes ilegales, o que, precisamente, militantes del partido del burro sufraguen en distintas casillas el mismo día, lo cual pone en entredicho la supuesta victoria de la ex-Primera Dama en el voto popular... Así que la falta de seguridad de los resultados sería imputable a los Demócratas, no al GOP, (Great Old Party) que se han opuesto a la modernización del sistema electoral.
En pocas palabras, la propia afirmación de que las elecciones fueron amañadas desde el Palacio de la Lubianka, --sede de los órganos de inteligencia moscovitas-- obra en contra de los oponentes a Trump, ya que solo refrenda la percepción de la generalidad, y me refiero a los gringos de a pie, no a tanto activista de Youtube de fuera de EUA ni a lo que dicen la CNN o el New York Times o El País, --de la debilidad del mandato de Obama ante un Putin que aparecía como un titán poderoso ante el larguirucho y para muchos afeminado afroamericano. 

Además, parece demencial: a fines de los años 80, el acercamiento entre Ronald Reagan y Mikhail Gorbachov era visto con esperanza, e incluso, eso le valió el Nobel al "hombre de la mancha", pues llevaron a la distensión y a la paz, cerrando el capítulo de la Guerra Fría y la carrera armamentística entre Rusia y EUA; sin embargo, desde el Gobierno de Bush Jr. y sobre todo, bajo Soetoro, comenzó a tensionarse de nuevo el clima de la relación entre ambas potencias. Para empezar, la OTAN se expandió hacia el oriente, es decir, la Alianza Militar Occidental se acercó a las reducidas fronteras rusas actuales, incluyendo a antiguos satélites de Moscú o provincias de ésta, lo cual, como hemos dicho anteriormente, obró mucho a favor de los intereses de la "Nueva Alemania", y por supuesto, de aquellos que pretenden hacer nuevas rutas de gasoductos y oleoductos que comuniquen del Centro de Asia a Europa Occidental sin pasar por territorio ruso, en lo que se benefician personajes como Soros y otros potentados con inversiones en ello, lo que implicó buscar cambios de régimen en varios de esos países para imponer a políticos cooperantes con los intereses económicos occidentales, y así abundaron personajes como Donald Tusk en Polonia, quien amenazó con destruir la identidad cristiana polaca, y que ahora vegeta dentro de las estructuras de la Unión Europea, o Mikhail Saakashvili en Georgia que directamente fue tundido por los rusos en una breve guerra.

Pero sobre todo, el caso de Ucrania fue la gota que derramó el vaso: Moscú, por razones de seguridad directa no toleraría que la OTAN se estableciese en un país que es en realidad, parte misma de su ser histórico, habiendo sido Kiev la primer capital de la Rusia medieval, y que además está pegado a su frontera; por ello, la rebelión en contra del Gobierno títere de Poroshenko, controlado desde Washington y Berlín, en las regiones orientales de Ucrania --el Donbass y la Novorossiya--y la recuperación de Crimea, pues Moscú jamás dejaría en manos de sus rivales la más importante base naval que tiene y la salida al Mar Negro y el Mediterráneo, que es Sebastopol. En pocas palabras, fue una reacción muy similar a la que tuvo EUA en aquel entonces presidido por John F. Kennedy, ante la instalación de misiles nucleares soviéticos por la Administración de Khruschev en defensa de su satélite cubano en 1963 a unos cuantos kilómetros de Miami.

En realidad, lo que está detrás de este odio que los ahora "patriotas" Demócratas norteamericanos, y "progresistas" tienen en contra de un posible acuerdo entre Estados Unidos y Rusia se debe a que hay muchos intereses de por medio, como dos intelectuales lo plantean, según lo recoge el medio alternativo Vice:



Así, tenemos dos cosas que llevan a esta oposición al acuerdo entre el Gobierno de Trump y el de Putin es tanto ideológico, por la alineación del ruso a la causa tradicionalista o conservadora, la recuperación de la herencia cristiana de Rusia y la prohibición u oposición a la Ideología de Género y la propaganda homosexual. Por otro lado, la mejora de relaciones y la distensión entre ambas potencias puede llevar a disminuir a la industria de armamentos de EUA, misma que se ha nutrido de la fuerte rivalidad con Moscú desde 1945.

El Presidente norteamericano finalmente, vino a atacar también el poder desmedido que, debido a esa rivalidad, adquirieron las agencias de inteligencia en su país, tales como la CIA, el FBI o la NSA, que se han convertido en Estados dentro del Estado, sin contar además con un marco legal estricto que regule su actividad, ni su parcialidad política. Ahora resulta, por ejemplo, que si habían detectado una intervención o injerencia de Rusia en el proceso electoral, no hicieron ni dijeron nada sino hasta la derrota de su candidata predilecta, y lo mismo aplica con los medios de comunicación. En pocas palabras, es claro que Trump pretende poner coto o incluso fin, al poderío del llamado por el General Eisenhower como complejo militar-industrial, y hacer que por encima de éste, el Estado se imponga; tal y como ocurre en Rusia, finalmente, la intención del electorado en mucho ha sido en contra de las oligarquías que han manejado a EUA al menos desde 1898 y han usado de carne de cañón a sus habitantes para sus intereses desde los días de Hearst. Esto queda claro cuando al parecer, Trump se encuentra en los más altos niveles de aprobación y se perfila que en las elecciones legislativas a celebrarse este año, el Partido Republicano va a arrasar.

La retórica que han tomado los medios y los Demócratas en contra de Trump es extrema, al grado de tildarlo de traidor, e incluso, hay quienes hablan de la urgencia de una rebelión armada o un golpe de Estado en contra del Presidente. Sobre si esto pone en peligro a la vida del mandatario, es difícil creerlo; históricamente, los presidentes norteamericanos que han sido asesinados se han convertido en mártires pese a mandatos grises, y el caso más reciente y claro de esto, es el de Kennedy, cuyo mandato, salvo la resolución de la Crisis de los Misiles se vio obstaculizado por muchas cuestiones e intereses --como su lucha contra el crimen organizado-- o careció de efectividad real, sin embargo, hizo lo mismo que actualmente hace el empresario neoyorkino: se enfrentó a los poderes fácticos que controlaban la política de Washington, y en especial a la trinidad empresarios-ejército/órganos de inteligencia-crimen organizado, e igualmente, buscó un acercamiento con Moscú tras el incidente de los misiles en Cuba, que llevase a la distensión y la normalización de relaciones con Rusia y todo el Bloque Soviético, lo que, por supuesto, afectó intereses que habían crecido gracias a la rivalidad.

Así que, sabedores que Trump tiene un apoyo popular mucho mayor que el que quieren reconocer o mostrar y con la credibilidad por los suelos de los medios masivos que controlan, si atentaran contra su vida lo convertirían en mártir, y eso no les es conveniente. Pero lo que buscan puede ser mucho peor: continuar con la división de la sociedad norteamericana y arrastrarla hacia un clima de violencia política y confrontación, siguiendo la dialéctica marxista que emplean de opresor-oprimido para explicarlo todo y que es incluso contraria a la naturaleza humana. Es posible que, en sus ansias por asirse a las grandes tajadas de poder y de riqueza que han disfrutado hasta ahora, no duden en tirar a EUA por el precipicio hacia el tercermundismo y hasta el separatismo de estados como California, que controlan de manera absoluta.

El conflicto y la división social, el río revuelto, es lo que genera la ganancia de los pescadores, si las aguas se calman, estos dejarán de percibirla, de ahí el pánico en que se encuentran. Eso sí, harán todo lo posible por revolver las aguas de nuevo.
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Croacia ¿Una muestra de lo que puede ser Europa?

No cabe duda que el seleccionado de Croacia, encabezado por el verdadero "crack" Luka Modriç, es el Campeón del Pueblo de la pasada Copa Mundial de la FIFA. Ya hace veinte años, el cuadro, encabezado en aquél entonces por Davor Sucker y Robert Prosinecki llegó al tercer lugar del campeonato y fue dejado atrás en semifinales precisamente, por el colosal equipo francés, que contaba en sus filas con Zinedine Zidane y el actual técnico campeón, Didier Deschamps (quien ahora se une a Franz Beckenbauer y Mario Lobo Zagallo en el selecto grupo de quienes han ganado el título tanto en la cancha como dirigiendo desde la banca) en un debut que sorprendió a todos. Hoy en día, el equipo croata se convirtió en el favorito del mundo gracias a su juego técnico y limpio y su trabajo grupal.

De igual manera, quien causó un enorme impacto fue la Presidenta de Croacia: Kolinda Grabar Kitaroviç:

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Mujer relativamente joven (acaba de cumplir los 50 años) y dotada de una extraordinaria belleza, que contrasta con la vejez, fealdad y hasta enfermizo aspecto de líderes europeos occidentales como Isabel II, Angela Merkel o Theresa May, la Presidenta de la pequeña nación eslava representa a un pueblo que resurge de las cenizas de la Guerra de los Balcanes de los años 90 y ahora planta cara a la Globalización. Católica, madre de familia, esposa, académica brillante y activa política, es una bofetada a la rampante ideología de género y feminismo extremo que campean en nuestro hemisferio al demostrar que ninguno de estos roles son incompatibles entre sí, mientras que la mayoría de los líderes de Europa del Oeste tienen matrimonios estériles sin hijos.

Por supuesto, las ideas políticas nacionalistas contrarias al multuculturalismo y la migración descontrolada de los "refugiados" islámicos, el rechazo a toda forma de Marxismo, y los valores cristianos que están resurgiendo en su país, hacen que, de inmediato los medios más fieles a los intereses de las oligarquías de la Globalización, como el diario español El Pais, no duden en atacarla tildándola de ultraderechista, racista, retrógrada y demás adjetivos por su oposición a la eugenesia, aborto y homosexualismo, lo que simplemente cumple con el adagio incorrectamente atribuido a Cervantes en El Quijote: "si ladran, es porque avanzamos".



El contraste entre los disturbios registrados en París en las celebraciones del campeonato, con el recibimiento y festejos, alegres y llenos de orden que tuvieron los seleccionados croatas a su arribo a Zagreb, creo que marcan la diferencia entre una sociedad decadente, que se desmorona ante nuestros ojos, y una que ha superado las tinieblas y el horror del desmantelamiento de Yugoslavia (orquestado desde Berlín con la anuencia de Washington) para hacerse un lugar en el mapa de las naciones.

Es cierto, aún falta mucho, y Croacia, pese a la enorme oposición popular no pudo eliminar al "matrimonio igualitario" ni al aborto, mantenidos sobre todo por la presión de la Unión Europea, pero precisamente la visión negativa y la oposición a estas lacras promovidas por el mundialismo por parte del pueblo y en lo personal por sus políticos, muestran que esto no tardará en pasar. Kolinda y Croacia representan precisamente aquello que detestan las elites también en Trump, la "América Profunda" y Vladimir Putin y Rusia: convicciones, moral e independencia, y por ello, no puede uno sino apreciar que existan quienes representan la resistencia contra los dictados de los intereses que nos desean manipulables y sin criterios, sentimentales e irracionales, crédulos pero sin fe, y es también señal de esperanza que todo esto, se va a revertir.

19 de julio de 2018

TRUMP, EUROPA Y RUSIA (PARTE 2): LAS CONTRADICCIONES DE ALEMANIA Y LA OTAN

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Ya lo he dicho aquí varias veces, pero uno de los mejores análisis de lo que ha acontecido del año 2001 a la fecha lo ha escrito un académico orgullosamente mexicano: Antonio Sánchez Pereyra, catedrático de la UNAM, en su libro Geopolítica de la Expansión de la OTAN, publicado en 2004 por la editorial Plaza y Valdés. El libro parece hasta profético, pero lo que dice y predice es consecuencia de un análisis de lo ocurrido en la década de los noventa tras la reunificación alemana, y las razones por las cuales, la última gran estadista británica, Margaret Thatcher, se opuso a la reunificación de Alemania tras la caída del Muro de Berlín.

Alemania, desde su aparición en la Edad Media como el Sacro Imperio Romano Germánico a partir del año 900 con la coronación de Otón I el Grande, ha sido fuente de problemas para Europa: desde la falta de fronteras naturales al oriente, ha tenido una vocación expansionista, mientras su pretendida herencia del Imperio Romano le dotó de pretensiones hegemónicas, la Reforma Protestante, además, hizo creer a los alemanes en una supuesta superioridad moral y la pretensión de corregir los errores de la Iglesia Romana, y por ende del pensamiento occidental vigente, de ahí que toda idea de revolución surge con Lutero para después pasar por Hegel, Marx o Freud (los morenazis se equivocan cuando achacan a las nocivas ideas de Marx, Freud o Reich un origen judío, son en realidad, parte del voluntarismo y subjetivismo germanos, esos pensadores, pese a ser de ascendencia judía, intelectual y culturalmente eran plenos teutones, su cultura hebrea era ya meramente vestigial y accesoria).

La Unión Europea e incluso la OTAN, han sido aprovechadas por Alemania, --que ha estado dirigida en estos últimos treinta años por apenas tres políticos: Helmunt Khol, demócrata cristiano, Gerhard Schroeder, socialdemócrata y finalmente Angela Merkel, la primer mujer en ocupar el cargo de Canciller y la primer persona nacida en la RDA (República Democrática Alemana o Alemania Oriental) en gobernar al país unificado y también afiliada a la Democracia Cristiana, pese a su política secularista y muchas veces pro-islámica, -- para lograr la tan buscada hegemonía sobre el continente; en mucho, el Brexit se explica por la tendencia natural de Inglaterra de desmarcarse de los poderes hegemónicos continentales: La Guerra de los Cien Años contra la supremacía francesa medieval, el Cisma Anglicano contra el predominio español, las Guerras Napoleónicas contra el conquistador corso y las Guerras Mundiales contra las pretensiones de Alemania; hoy nuevamente, la salida de la Unión Europea se enmarca ante la percepción del inglés promedio de que la Unión comercial y económica es un mero tinglado edificado a favor, nuevamente, de los alemanes, muchos creen que lo que impidió que el genial Christopher Nolan ganase el premio Óscar a la mejor película con la tremenda Dunkerque se debió a que dicho filme puede leerse como un mensaje anti alemán y a favor del Brexit.

Kohl, Schroeder y Merkel comprendieron lo que ni Guillermo II ni Hitler entendieron, en pocas palabras, se dieron cuenta, como lo hiciera el General Alvaro Obregón, que nadie aguanta cañonazos de $50,000 pesos. En pocas palabras, que el poder económico es más importante que el militar y que el control de las finanzas asegura el dominio político sobre los otros. Así que Alemania se ha dedicado a crear mercados cautivos gracias a la expansión de la Unión Europea y de la propia alianza militar atlántica, misma que debió desaparecer después de la caída del Muro de Berlín en 1989. En esto es contrastante que Alemania posee una de las mejores industrias militares del mundo, pero sus fuerzas armadas actuales, la Bundeswher, son una caricatura de lo que fueron la temible Wehrmacht del período Nazi, el Ejército Imperial de la Primera Guerra Mundial o el Ejército Prusiano de Federico el Grande, y hasta la Reichswher de la República de Weimar; la remilitarización de Alemania Occidental, aprobada en 1955 para que el país fuese miembro de la OTAN, era para que el país germano fuese el primero en la línea de defensa ante una posible invasión soviética a Europa Occidental, por su parte, los rusos aprobaron el rearme de la Alemania Oriental, igualmente dentro del contexto del Pacto de Varsovia, alianza militar del Bloque Comunista. Con la unificación en 1990 se dio cierta fusión de ambas fuerzas armadas, pero con el paso del tiempo, los gobiernos alemanes las dejaron caer, hoy por hoy, la Luftwaffe está muy lejos de ser aquella temible fuerza que comandaba Hermman Göring, y apenas cuenta con equipos de última generación o que simplemente, se encuentren operativos

¿Qué sucede?, que para Alemania, la OTAN es un excelente negocio: vende armas a los demás países miembros, pero ella misma no hace su parte en la defensa común ante una presunta amenaza rusa, porque para eso está EUA y sus bases militares en territorio germano y en el de otros países europeos. Esto es lo que Sánchez Pereyra sostiene en su libro: tras la unificación, Alemania de inmediato buscó la hegemonía en Europa, y lo hizo generando mercados cautivos: endeudó a Grecia para qué ésta pudiera realizar proyectos de infraestructura con miras de celebrar los Juegos Olímpicos de 2000 o 2004, que finalmente provocaron el derrumbe de la débil economía helena, provocó la Guerra en Yugoslavia para fragmentar al país balcánico en mini-Estados que se convirtieran en sus clientes, y alentó a los Gobiernos de Clinton, Bush Jr. y Obama a expandir la OTAN hacia el este, mientras que igualmente orquestó la unión monetaria europea, cuya banca central se sitúa en Frankfurt, y amplió la unión con países empobrecidos de la vieja órbita soviética que igualmente dependerían de sus créditos e inversiones para salir a flote.

Hoy, Trump acude a la Cumbre de la OTAN y lo que hace es restregar las contradicciones alemanas y de la propia organización, que carece de objeto, y ante la retórica antirrusa de Angela Merkel, él señala que por el contrario, es Berlín quien tiene una relación de cierto sometimiento a los intereses moscovitas.



La realidad es que Alemania y Rusia tienen, desde el siglo XIII una relación de amor-odio, codependiente; el Gran Príncipe ruso Alejandro Nevski detuvo la colonización alemana impulsada por la Orden de los Caballeros Teutónicos, aún así, admitió la existencia de poblaciones alemanas al interior de Rusia; hoy tenemos por ejemplo al Obispo Athanasius Schneider, quien es un "alemán del Volga", y que Nizhni Novgorod fuera socia de la Liga Hanseática, más tarde, Pedro el Grande tomó como modelo para la creación del ejército ruso al ejército prusiano, y los Romanov casaban generalmente con princesas de familias reales alemanas, una de ellas, llegó a ser Zarina de Rusia: Catalina II, bautizada originalmente en el Luteranismo como Sofía Von Anhalt-Zerbst, ni se diga de Nicolás II, el último Zar, casado con Alejandra (Alix) de Hesse. Los rusos tomaron el comunismo del alemán Carlos Marx, y los cuadros de la Reichswher que más tarde invadirían las estepas rusas bajo el mando de Hitler estudiaron, entrenaron y enseñaron a sus después enemigos, comandantes del Ejército Rojo en esquemas de cooperación entre ambos países durante los años 20 y 30 del pasado siglo.

Al mismo tiempo, Rusia y Alemania se han disputado la hegemonía sobre Europa Oriental, hacia la cual ambas potencias, sin límites naturales, dirigen sus líneas de expansión, un área que se extiende desde el Elba hasta Finlandia por el Báltico y al sur hasta Grecia por los Balcanes, lo que les ha llevado a chocar, la última vez, con una enorme explosión de odio y de violencia en la Segunda Guerra Mundial; cuando se dio el colapso del poder soviético, la Alemania reunida no dudó en buscar llenar el hueco sobre los otrora satélites de Moscú que quedaron expoliados y a la deriva tras cuarenta años de sometimiento a Rusia y los dictadorzuelos apoyados por ésta.

Hoy en día, la Merkel se desgañita lanzando anatemas contra Putin y las políticas rusas en Medio Oriente o Ucrania y apurando a Trump a tomar medidas contra el Kremlin, pero al mismo tiempo compra y paga los hidrocarburos que Moscú vende a Berlín a través de un polémico gasoducto que existe desde 1982, en plena Guerra Fría y construido por el entonces Presidente Soviético Leonid Brezhnev. Gazprom, la gasera estatal rusa, es de los mayores aportes de inversión extranjera en Alemania y tiene como directivo en el país centroeuropeo ni más ni menos que al antecesor de Merkel: Schroeder, y hasta patrocina a la Bundesliga, mientras que las grandes multinacionales alemanas invierten y se encuentran cómodamente instaladas en el gigante eslavo.

Por lo tanto, lo único que hizo Trump fue decirles que él no nació ayer y no se traga el cuento de la "amenaza rusa", en realidad, los alemanes no pueden desear una guerra contra Moscú sin que eso afecte sus intereses directos, como tampoco es deseable para Berlín que la tensión disminuya y haya un entendimiento con los rusos: de eso viven, la paranoia antirusa es una fuente de negocios para su industria de armamentos y los planes de crédito que ofrecen a los antiguos satélites rusos en Europa Oriental para obtener los recursos necesarios para participar en la Alianza Atlántica y obtener las armas y equipos necesarios para enfrentar a la siempre permanente "amenaza bolchevique" ahora encarnada por Putin, quien comente el tiránico y perverso pecado de prohibir la propaganda de la homosexualidad en su país, muestra innegable de ser un nuevo carnicero como Stalin.

Y por otro lado los cuestionó: ¿si les importa o le temen tanto a un posible ataque ruso, porqué no invierten más en defensa y en la propia OTAN y no, como en la actualidad, le dejan toda la carga a Estados Unidos de América? En pocas palabras, Trump ha desenmascarado a una Alemania que ha venido a construir un Cuarto Reich sustentado en su peso económico y encubierto tras la fachada de la Unión Europea: Frankfurt dicta la política económica seguida desde Lisboa hasta Atenas o Estocolmo, mientras Berlín ordena a Madrid, Roma o París la apertura de las fronteras y permitir la llegada de las oleadas de refugiados norafricanos y musulmanes. Por ello, no cesó en señalar los peligros de la inmigración descontrolada hacia el Viejo Mundo, siendo realmente incómoda su presencia en Europa en estos días pasados. De igual forma, concluye que la OTAN, actualmente, ya no tiene ningún sentido, se decía que la Alianza Atlántica había surgido to keep Americans in, Russians out, and Germans down de Europa, pero en realidad, la misma ha servido para forzar a los Americanos a estar abajo, como sirvientes fieles o empleados que acudan a prestar sus servicios de defensa al primer llamado, a los Rusos afuera, pero como pretexto para continuar con la alianza, mientras entran con sus hidrocarburos e inversiones, y a los Alemanes arriba de todo el esquema, dirigiendo todo según su capricho.

Pero además, Trump dijo una conclusión sorprendente para muchos: dijo que la Unión Europea es un enemigo, antes que un aliado, para Estados Unidos... y tiene toda la razón: el Bloque Continental europeo se ha convertido en el principal difusor del "progresismo" que es percibido acertadamente por el neoyorkino como lo que ha dividido a la sociedad norteamericana, y así fue durante el mandato de Obama y con el accionar de personajes como Al Gore, George Soros, Hollywood, los Rockefeller, Bill Gates, Zuckerberg y demás magnates de las redes sociales o las finanzas, todos beneficiarios de la Globalización. En esto, coinciden con él algunos gobernantes europeos, como el Primer Ministro de Hugría: Viktor Orban, y el gobierno polaco actualmente presidido por Andrzej Duda y la Primer Ministro Beata Szydlo, a los que se suma recientemente el nuevo gobierno austriaco, encabezado por el joven Canciller Sebastian Kurz, quien ha decidido suprimir las mezquitas que se habían construido, con dinero saudita, e incluso iraní, dentro del territorio del país alpino. Todos ellos, están llamando al rechazo a la política migratoria impuesta por Merkel, desean una mayor independencia económica respecto de Alemania; ellos pueden convertirse en los nuevos aliados de EUA contra una destructiva hegemonía germánica.

Pero sin duda, quizá la imagen que más refleja la decrepitud y la decadencia de la Unión Europea y de la OTAN juntas sea la del Presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean Claude Juncker, que apareció públicamente, durante la cumbre celebrada hace unos días, al parecer totalmente ebrio, aunque dijeron posteriormente que no era eso, sino que se encuentra padeciendo ciática.



No es la primera vez que cunden los rumores acerca de la adicción al alcohol del mencionado líder paneuropeo, ya en el 2013, la actitud del mismo político en otra cumbre fue claramente extraña y poco digna de quien se supone, tiene la máxima representación de un bloque supranacional:



Como sea, la imagen de los líderes europeos más "progresistas" deja mucho que desear: lucen macilentos, avejentados y titubeantes. Los que no están así, como los jóvenes Pedro Sánchez de España o Emmanuel Macron de Francia, aparecen sin embargo como dóciles títeres de Berlín y del Globalismo, o tratan tímidamente de desmarcarse, como pasa con el Presidente galo, sin que las circunstancias y los medios con los que cuentan les permitan hacerlo. Evidentemente, no pueden ser aliados de un poder global como EUA, ni por supuesto, pueden hacer frente a una potencia resurgente como Rusia, con un líder como Putin que, a sus 65 años es presentado y visto por muchos, como la encarnación de la virilidad misma.

En el próximo post, hablaré finalmente de Rusia, que junto con Croacia, fueron los verdaderos vencedores de la Copa Mundial de la FIFA.

18 de julio de 2018

TRUMP, EUROPA Y RUSIA (PARTE1): EL OCASO DE GRAN BRETAÑA


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La reciente visita del Presidente de EUA a Europa no ha dejado de despertar polémica y por supuesto, ataques de parte de sus detractores, que le achacan ser traidor por reunirse con Putin, y prueba, según eso, de ser un títere del Kremlin, quien le puso en la Casa Blanca, no les importa pues, plantear que EUA ha caído tan bajo como una Nicaragua u Honduras, ni que, con eso, en realidad a quien dejan mal es a su adorado Obama, pues habría sido su administración la que falló tanto que no pudo evitar que la otrora superpotencia occidental cayera bajo los deseos del resurgente imperio moscovita.

La realidad, es que este viaje le permitió a Donald Trump dejar en claro que su objetivo es terminar con el proclamado hace casi 30 años por Bush padre Nuevo Orden Mundial, y que en su momento fuese anunciado por sus corifeos, como Francis Fukuyama, Fin de la Historia, señalando sus efectos nocivos, sus contradicciones, inviabilidades y decadencias; por supuesto, esto levanta ámpula, y más ante la más que posible, alianza entre el actual inquilino de la Casa Blanca y el ocupante de la antigua y céntrica fortaleza de la Plaza Roja para poner fin a toda esta orgía de perversiones, irracionalidades, caprichos, prebendas y negocios que están poniendo en riesgo no solo la moral judeocristiana, sino el mismo futuro de la civilización humana, no solamente la occidental.

Vayamos por partes, la aparente actitud grosera de Trump para con sus "aliados" o sus rupturas de protocolo fueron del todo intencionales y fue sin duda, para dejar un mensaje.

Lo que en realidad se le recrimina a Trump es que, con sus rupturas del protocolo ante la nonagenaria monarca británica es que dejó en evidencia la decrepitud, la senilidad no solo de Isabel II, sino del régimen monárquico-parlamentario en general.

En primer término, hizo lo correcto en no hacer una reverencia ante la reina, ¿porqué? porque en términos diplomáticos ambos son Jefes de Estado, y por tanto, tienen igual rango, y representan la soberanía tanto del Estado norteamericano, por un lado, y por el otro, del Estado británico. Obama en cambio, hizo sendas caravanas ante monarcas como Akihito, emperador de Japón o Abdallah Bin Abdul Aziz Ibn Saud de Arabia, lo que protocolariamente significa que se reconoce a sí mismo como su súbdito y la supremacía del monarca que le recibe. El solo saludarla con un apretón de manos significa que son iguales en rango, sea un sistema republicano de un lado y monárquico del otro.

La monarquía británica, en mi opinión, se encuentra herida de muerte, pero no desatará su crisis sino hasta la muerte de Isabel II, ya anteriormente, con motivo de su último jubileo, escribí aquí sobre su figura, que a mi, en lo particular, me parece un tanto admirable, pues ha sabido llevar la decadencia británica con dignidad, e incluso ha presidido una última etapa de florecimiento cultural en la literatura, artes escénicas y la música popular, que han llevado a prolongar en forma directa y a través de EUA, la antigua colonia, la hegemonía cultural anglosajona pese a que el predominio político del reino insular hace ya décadas que cayó y sus rescoldos cada vez se apagan más. El lanzamiento, a fines de 2016 de la serie The Crown, que suma ya dos temporadas que retrataron la juventud y primeros años de reinado de la monarca, reafirman esa actitud, más cuando uno cae en la cuenta que la mayoría de los Primeros Ministros que ha tenido a lo largo de estos casi 70 años han sido bastante mediocres con la notable excepción quizá, de Margaret Thatcher. Churchill, que fue el primero a cargo de la administración bajo su cetro, lo hizo ya como pieza de museo, debilitado por la edad, la extenuación de la Segunda Guerra Mundial y las enfermedades y falto de energías ya para enfrentar las crisis. 

Pese a ello, Isabel cometió un enorme error. Juan Manuel de Prada señala que en los países tradicionalistas --lo hace refiriéndose a España, la otra gran monarquía que queda en Europa y que peligra incluso con más gravedad que el trono londinense-- las concesiones a la modernización como vía para que un régimen que no se sustenta en el sufragio, sino en la Historia, la herencia, y sobre todo, en un origen sobrenatural, en que Dios ha dispuesto, como en el caso inglés, y así figura en el escudo nacional británico, el lema Deu et mon Droit, esgrimido por el fundador del régimen: Guillermo el Conquistador, darle el mando a una persona y que éste lo perpetúe en su simiente por las siguientes generaciones, y así del Duque Normando la corona ha llegado hasta los Hannover-Windsor que actualmente la ciñen, sea derrocado y de paso a una República, con sus consabidas raciones de corrupción, inestabilidad y bananerismo que sí, las vemos tanto en Washington D.C. como en la Ciudad de México o Tegucigalpa.

Isabel II ha pretendido mantener su trono a base de concesiones no políticas, sino a la percepción mediática del pueblo y a las modas cambiantes a lo largo de su reinado a fin de hacer de la Monarquía algo popular, en pocas palabras, ha aplicado un "populismo monárquico" que a la larga resultará perjudicial para la institución. La figura de la corona, que no debe su existencia al sufragio universal, debería mantenerse al margen, y por el contrario reforzar la idea --como atinadamente lo ha recalcado el jurista español Miguel Angel Ayuso,-- que no toda autoridad puede o debe provenir del voto popular o del consenso, dogma propio del fundamentalismo democrático que tanto ha estado socavando a nuestra Civilización Occidental desde 1789. Lo que debería hacer la Monarquía británica, y lo mismo la española, es ceñirse a sus funciones constitucionales y ejercerlas efectivamente, haciendo un arbitraje visible y público entre los actores políticos, además de defender los principios morales en la actividad del poder público. 

Pero la reina misma abocó al sistema a la vía de su decadencia: se prestó para que la familia real quedara visualizada a la par que las celebridades del espectáculo, dio manga ancha a los gobiernos de todos los partidos, tanto Laboristas como Tories para que hiciesen y deshiciesen a gusto, casi tomándola de rehén, pese a que en sus primeros años sí actuó con firmeza ante los tambaleantes gobiernos del anciano Churchill, el vicioso Anthony Eden y el inepto Harold McMillan, y condescendiendo a los deseos y gustos del pueblo, ha ennoblecido a los Beatles, a Elton John o a David Beckham y J.K. Rowling entre muchos otros en razón solamente por estar de moda, ya que la mayoría de las veces carecen de méritos y conductas dignas de honores (cuando no, son dignas de cárcel), y soportado conciertos de rock --género que evidentemente no es de su agrado, sobre todo por razones de edad-- y festivales masivos en estadios atestados o las mismas calles. culminando todo con la reciente boda entre el Príncipe Harry y la actriz norteamericana Meghan Markle.

Y todo lo anterior, a fin de no aparecer como distante del pueblo ni prestarse a críticas por elitismo, por supuestamente intervenir y hacer peligrar a la Democracia, o cuestionamientos a la figura monárquica, la cual, en el sistema británico es más que necesaria al ser la pieza fundacional de todo el Estado, ya que el mismo no descansa sobre la idea de la Soberanía Popular, sino sobre la Soberanía de la Corona y que ésta ha aceptado delegar funciones a los tribunales y a la representación popular y de la nobleza en el Parlamento desde la Magna Charta de 1215, razón por la cual no necesita justificarse ante nadie, porque en realidad, Inglaterra no es una Democracia como la entendemos.

Isabel II no escarmentó con la infernal década de los 90 para la Familia Real con los escándalos matrimoniales de sus hijos Carlos y Andrés, y una Princesa Diana de Gales que de no haber muerto  en aquel fatal ¿accidente? de 1997 quién sabe hasta dónde habría llegado en su hambre de popularidad y su revanchismo contra la familia real, afortunadamente, el matrimonio entre el Príncipe Guillermo y la plebeya Kate Middleton se ha revelado como acertado, finalmente, la hoy Duquesa de Cambridge aprendió bien su lugar y ha demostrado ser merecedora de la realeza, quizá por ser inglesa y sabedora de la importancia de la Monarquía como base del Estado Británico; sin embargo, el matrimonio del menor de los hijos de Diana y Carlos puede resultar en bomba: si bien Harry no llegará a reinar, si introdujo en Buckingham a una mujer extranjera, de pasado cuestionable y parte de las voceras del feminismo radical en Hollywood.

Meghan Markle no era una gran estrella, sino una pequeña actriz apenas conocida por un papel secundario en la famosa serie de TV sobre abogados Suits, donde interpreta a una pasante de Derecho que es el interés amoroso de uno de los protagonistas, su propia familia le está en contra y advirtieron que se trata de una oportunista y aprovechada, es además divorciada y al ser estadounidense, muy probablemente tiene un concepto muy pobre sobre la monarquía inglesa, recordando que en EUA se enseña en las escuelas una imagen tiránica y sanguinaria de Jorge III, quien en realidad, pese a padecer de su salud mental, fue un rey que respetó de manera irreprochable la constitución y al Parlamento británico, siendo en su caso éste el responsable de las exacciones y los baños de sangre sufridos por las Trece Colonias en la Independencia, para posteriormente ser la figura de la realeza ridiculizada y demeritada en un país que se abandera con el evangelio de la Democracia. Su relación con Harry, quien pese a su pasado fiestero y despreocupado había demostrado tener carisma, liderazgo y capacidad para el mando en mayor medida que su hermano Guillermo, probablemente, lo mismo que en el caso de Felipe VI con Letizia Ortiz, se originó de un mero capricho del príncipe (o como prosaicamente decimos en México, y pido se me perdone la expresión: "enculamiento") con la actricilla, y hubo que aceptarlo para no parecer racista --dado que la Markle es mulata-- y represor de los sentimientos amorosos entre dos jóvenes.

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La boda terminó en una gresca, misma que fue silenciada por los medios, entre los "finos" invitados, y a la que asistieron todas las figuras del espectáculo británico... antes los bufones entretenían a la corte, pero ésta ahora, es la que entretiene a aquellos. Durante la ceremonia, era posible observar el rostro de disgusto de la anciana reina, quien ahora está por tragarse la primera boda homosexual de uno de sus parientes más o menos cercanos. Isabel, a diferencia de Balduino de Bélgica, no vetó leyes ni decisiones del Parlamento relacionadas con aborto, bioética o ideología de género, permaneció pasiva para no molestar a las masas apesebradas por los medios con sentimentalismos o a los grupos de influencia y no parecer anticuada.

Quizá ahora, Isabel II, en los inevitables años finales de su reinado, se esté preguntando si en sus acciones tendientes a mantener el trono, aterrada por el imperio de los medios de comunicación, no hizo más por socavarlo que por conservarlo, ya que a la primera que el monarca no sea popular o no condescienda con ciertos políticos o intereses, la corona podrá ser cuestionada y atacada.

Pero no es sólo la institución monárquica la que está enferma y tan decrépita como su actual titular. El reciente asesinato, vía eutanasia, del niño Charlie Gard por la interpretación de un Juez (ligado al lobby gay) mostró lo fácil que es, en el ámbito de un sistema que carece de constitución política escrita y de reglas estrictas para la interpretación de la Ley, convertirlo en un sistema totalitario y cerrado, refractario, como se vio, incluso a la presión interna de muchos ciudadanos, parlamentarios y diplomática externa y como inclusive lo denuncia Alan Moore en su cómic V for Vendetta, todo partiendo del subjetivismo, como también cada vez queda más patente que en Gran Bretaña subsisten los privilegios feudales y el doble rasero, con una Camara de los Lores que tras un siglo de ir perdiendo importancia y cayendo en la inoperancia, de repente apareció para bloquear el Brexit. 

Y por último, tenemos al Gobierno encabezado por Theresa May, quien no ha cesado de hacer ridículos dentro y afuera de la isla, habiendo llegado al poder con el apoyo del UKIP y el Brexit, ahora parece echarse atrás, y le han renunciado ministros, como Boris Johnson que le han restregado sus incongruencias y falta de compromiso, su ambigüedad queda patente cuando sale afirmando su defensa de la libertad religiosa, algo que fue socavado brutalmente por David Cameron y su agenda globalista y progresista, permitiendo por ejemplo, que se puedan ostentar símbolos religiosos en el trabajo, echando atrás la prohibición implantada por su antecesor, pero a la vez promueve sanciones contra quien no acate la doctrina progresista. De igual manera, afirma en público que Inglaterra tiene raíces profundamente cristianas, para después quejarse de la islamofobia y darle espacio a los mahometanos, cada vez más poderosos en la isla que tantos cruzados generó en su tiempo.

Para colmo, May ha asumido un innecesario pulso contra la Rusia de Putin, sobre todo tras el "caso Skripal", mismo que cada vez parece más un montaje interesado en contra de Moscú, a la que le echa la culpa del secesionismo escocés, el Brexit y cualquier otro problema que sufra el país y necesite de un chivo expiatorio, semejándose a las alegaciones de los Demócratas en EUA sobre la pretendida intervención del Kremlin en las pasadas elecciones generales, incluso, habló en el Parlamento a favor de un boicot en contra de la Copa Mundial de Fútbol en Rusia, al no ir ningún miembro de la realeza o funcionario a apoyar al equipo nacional inglés que tan cerca quedó de lograr, tras 52 años de ayuno, un título mundial, al pintar al coloso eslavo como si estuviese hoy en día viviendo las purgas de Stalin en los años 30 o las demenciales persecuciones de Iván IV el Terrible en el siglo XVI y bajo el mismo oscurantismo, recomendando que los aficionados británicos no viajasen a Rusia o podían sufrir ataques de parte de los bárbaros y bolcheviques moscovitas.

Por supuesto, muchos hinchas acudieron a la justa deportiva y hoy hacen sorna de la desnortada ministra, quien no es de dudarse, pronto sea sustituida ante un gobierno titubeante y poco serio, el mismo Trump dio una conferencia acompañado de la Jefa de Gobierno, en que afirmó que ciertamente era Rusia un enemigo... para días después, hablar de que es necesario cooperar entre Occidente y Moscú para mantener la paz mundial. En pocas palabras, le doró la píldora o le dio por su lado.

En pocas palabras, Trump no hizo más que dejarles un enorme mensaje a los Ingleses: Reino Unido ha dejado de ser especial y prioritario para EUA, si tiene problemas, son los de Londres, y corresponde tanto a Buckingham como a Downing Street el resolverlos, no a la Casa Blanca, después de todo, la dupla formada por una anciana impotente y una política frustrada y sin planes no parece ser el apoyo necesario para asegurar progresos en el difícil panorama internacional actual, antes bien, parece ser un lastre.

Reino Unido tiene en ciernes una grave crisis política y social, pero lo peor, es que no se ve en el horizonte un liderazgo capaz de enfrentarla, Trump simplemente dice que no cuenten con EUA para arreglarles la vida.

En el próximo post, veremos el mensaje para Alemania y la OTAN.




17 de julio de 2018

LUIS MIGUEL: LA SERIE


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Pues bien, no me pude quedar sin hablar del fenómeno televisivo que recientemente arrebató la atención del público mexicano, incluso por encima del proceso electoral que se acaba de vivir, y aún más allá de las fronteras del país, en cierta forma fue una especie de placer culposo el ver la serie biográfica sobre el famoso cantante Luis Miguel.

Debo señalar que la verdad, la música de Luis Miguiel Gallego Basteri siempre ha sido para mi inframuscular, ni me va ni me viene; sin embargo, esto no quita que reconozca que es un sujeto con un talento enorme para el canto, --pese a que el género que maneja no es de mis favoritos-- y un carisma innegable, ni que no domine el escenario de forma natural y magistral. Ni tampoco puedo negar su importancia histórica en el mundo del espectáculo en México e Hispanoamérica, para muchos, su figura, en nuestro ámbito, es comparable a la de Frank Sinatra en EUA y el canto en la lengua inglesa; curiosamente, ambos finalmente tienen orígenes italianos, quizá los genes provenientes de la tierra del bel canto tuvieron algo que ver en nacer dotados de una gran voz.

Al terminar la primera temporada, me parece que podemos evaluar algunos de los factores del éxito de esta producción, misma que no es para nada espectacular, ni exigió un presupuesto enorme; creo que el impacto de la misma, que finalmente reactiva la carrera del ídolo musical tras varios años de alejamiento, problemas económicos, de salud y adicciones, por un lado, no puede soslayarse que el factor morbo tuvo mucho que ver para captar a las audiencias, más por la reserva ante los medios que el cantante ha mostrado a lo largo de su carrera, y detalles escabrosos de su vida personal y familiar, como sus hijos, relaciones amorosas y el misterioso destino de su madre, la italiana Marcella Basteri. Para muchos, la serie, de la cual el propio Luismi (como le llaman sus fans) es productor y ha proporcionado la base para la escritura del guión, era la oportunidad para que se revelase mucho de su vida y sus secretos.

Pero por otro lado, hay que reconocer que la serie contó con dos factores que han sido claves de su éxito: por un lado, un guión bien escrito y desarrollado, pese a que el serial no ha sido perfecto y parece que al final fue perdiendo gas; el penúltimo episodio fue un relleno casi pornográfico, centrado en la relación entre el cantante y la hoy actriz Isabela Camil, y el desenlace de la Primera Temporada careció de la tensión dramática que todo mundo esperaba; pero sobre todo, las extraordinarias actuaciones de los miembros del reparto.

La serie destaca por ser un verdadero duelo de actuaciones entre Diego Boneta, encargado de interpretar al cantante, incluso cantando, y que muestra los peinados, vestuario, gestos y ademanes típicos de su personaje de forma natural y espontánea, incluso la voz al cantar es casi la misma, y no es una mera imitación, es interpretación. Oscar Janeada, magistral actor español que da verdadera cátedra al interpretar a Luis Rey Gallego Sánchez, padre y primer manager de Luis Miguel, y finalmente la italiana Anna Favella, quien encarna a la madre del ídolo, la enigmática Marcella Basteri. Los tres hacen un trabajo extraordinario y la verdad, Janeada es quien se lleva las palmas, ganándose, como es bien sabido, el odio del respetable ante el retrato que hace del músico y empresario español como un hombre promiscuo, avaricioso, violento a veces, arrogante y explotador de su propio hijo.

Aquí no es de extrañarse, la historia de Luis Miguel es muy parecida a la que hemos visto en otras latitudes en torno a ciertas figuras que desde la infancia entran en el medio del espectáculo y conocen la fama y la fortuna, así como la gloria del aplauso, pero que a la vez, les lleva a ser víctimas de sus propios padres que les explotan y ven en ellos una mina de oro que consideran de su propiedad exclusiva. Sus hijos se convierten en sus instrumentos para obtener riquezas y sus instrumentos, lo que les destruye por completo la infancia y les marca muchas veces, para siempre: es conocido el caso de Michael Jackson, abusado y explotado por su padre Joe, que no es de dudar que sus cirugías plásticas y hasta sus inclinaciones pedófilas hayan tenido origen en una infancia perdida entre estudios de grabación, ensayos de baile, viajes y escenarios, Macaulay Culkin, que hasta recientemente intenta reconstruir tanto su vida personal como su carrera en el cine tras años de litigios contra sus padres, vicios y excesos, Drew Barrymore, alcohólica a los 11 años tras ganarse el corazón del público siendo una niña de 5 en el clásico de Spielberg E.T., o Haley Joel Osment, quien tras Sexto Sentido y otros filmes alcanzó fama mundial para luego caer igualmente en la trampa etílica y el sobrepeso o la quiebra financiera ante los malos manejos de sus padres, intentando también hoy en día, regresar a las pantallas, son casos famosos de ese precio elevado que se paga por la fama en los casos del encumbramiento en el espectáculo a edades escolares.

La serie, contada desde la óptica de Luis Miguel muestra a éste, --de una manera un tanto freudiana-- como víctima de las ambiciones de su padre (lo que los gringos llaman daddy issues): Luis Rey Gallego, quien no era un fracasado cualquiera. Era un músico muy talentoso, considerado en España como uno de los mejores guitarristas flamencos de su tiempo, llegó, a los 19 años a componer piezas para la famosa cantante francesa Edith Piaf, a inicios de de la década de los sesenta. Sus vínculos con la Izquierda española, y su oposición al Franquismo, le hicieron dejar trunca una carrera que pintaba para grandes cosas en Europa y emigrar a América, donde conoció en Argentina a la que sería su esposa, Marcella Basteri, hija de un ex militar italiano que había participado en la Segunda Guerra Mundial y que tras la derrota se fue al país sudamericano a buscar oportunidades de trabajo, llevándose después a su familia consigo y regresando después a Pisa, Italia.

Hay versiones que matizan un tanto la imagen presentada de Gallego como un hombre malvado y cruel de forma absoluta como lo interpreta Janeada, --y hay otras que dicen que era incluso peor-- así como el papel de víctima doliente de Marcella, pues hay quien señala que, siendo ambos un tanto hippies, la mujer entró a la misma vida de excesos y vicios de su marido, no dudando en ayudarle con su atractivo físico para conseguirle influencias; aunque Luis Rey ejecutaba la guitarra con maestría y podía componer canciones buenas, su estilo clásico resultaba un tanto aburrido o anticuado para una audiencia en Hispanoamérica que se encontraba igualmente pasmada ante el vertiginoso desarrollo del Rock & Roll en los sesenta y setenta proveniente del ámbito anglosajón, mientras que la música popular cantada en Español era dominada por los grandes baladistas de la época: Raphael, Camilo Sesto, José José, entre otros. Por ello, el éxito le era esquivo, hasta que descubrió el innegable talento de su hijo mayor, a quien a partir de los 11 años de edad, fue convirtiendo en un ídolo de masas y beneficiándose económicamente de su éxito gracias a la Patria Potestad ejercida sobre el menor, pero también por su gran astucia y habilidad para conseguir amigos poderosos.

También aquí se han alzado voces que también han criticado que Luis Miguel se presente únicamente como víctima de las decisiones de su padre, pero no plasme cómo él, voluntariamente, cayó en muchos de los vicios de aquél, también, que no es cierto que iniciara la búsqueda de su madre tan pronto, sino que fue indiferente un tanto al destino de su progenitora. Las versiones sobre éste abundan: algunos apuntan a que fue asesinada por el propio Luis Rey --tesis que al parecer se plasma en el serial--, otros, que no es cierto que estuviera en tan malos términos con éste, y que reunida con él en 1986, viajarían a México, muriendo ella a consecuencia de sobredosis de drogas y alcohol en una orgía celebrada en casa del General Arturo Durazo, ex jefe de la policía de la Ciudad de México, de quien se dice, fue amante de buen grado a cambio del apoyo para los éxitos iniciales de su hijo. Otros señalan que víctima de constantes depresiones, finalmente cayó en la insanía mental y terminó internada en un hospital psiquiátrico, algunos dicen que en España, otros dicen que en Italia o Argentina. 

Algunos también señalan que no es cierto que la idea de grabar boleros para el álbum Romance, el más exitoso de su carrera, fuera de él, como se retrata en la serie, sino del manager argentino Hugo López, verdadero genio de la producción y quien convirtió a Luis Miguel en un artista no solamente circunscrito al público mexicano o hispanoamericano, sino global, tomando como base los éxitos previos logrados bajo la égida de Luis Rey, como el Festival de San Remo, Italia, Viña del Mar o siendo el ganador más joven del Grammy, Luis Miguel, y de ahí su trascendencia, fue quien hizo de la música popular hispanoamericana parte de la cultura pop de la Globalización; él fue el primero que, sin grabar discos en otra lengua que la natal hispana, fue escuchado igual en un barrio de Iztapalapa en la Ciudad de México, que en la Quinta Avenida de Nueva York, los atestados andenes del metro de Tokio o la Plaza Roja de Moscú. Ni Ricky Martin, Shakira o cualquier otro tendrían el éxito actual se no ser por que Luis Miguel, quien en sí mismo es un representante de la Globalización: hijo de español e italiana, nacido en Puerto Rico pero de nacionalidad mexicana, abrió camino.

Así, esta serie de TV, producida por Netflix no ha carecido de polémica, quizá el propio cantante así lo quizo, finalmente, es una forma de estar en boca de todos y darse a conocer a las nuevas generaciones con todos sus mitos y secretos apenas atisbados en lo que ha dejado ver en el serial, hay incluso quien recrimina --de manera estúpida a mi parecer, he visto igualmente biopics sobre John Lennon o Elvis Presley y no tienen porqué tocar temas de política y sociedad que no vienen al caso al narrar la vida de un personaje de la farándula en especial-- que no sea una crítica social al modo de vida de las personas de clase alta, cuando nada qué ver con eso. Basta con que la serie muestre el verdadero infierno que es el medio del espectáculo, con las corruptelas, lambisconerías y manejos que hizo Luis Rey para que su hijo escalara dentro del mismo, aunque sin duda se quede corto en ello, y quizá también sí ponga el dedo en la llaga en cuanto a que consideremos que los faranduleros son parte ahora de la "alta sociedad", cuando lo que queda obvio es que se trata de arribistas, incluso, no duda en mostrar la pobrísima educación que Luis Miguel tuvo más allá de la música.

Sin embargo, creo que la siguiente temporada no tendrá el mismo éxito, se extrañarán a Janeada y a Favella, y por el tono que la serie tiene, dudo mucho que se plasme a Luis Miguel cayendo en las adicciones, siendo un Don Juan incapaz de relacionarse de manera estable con una mujer, siendo artífice de sus propios problemas económicos y fiscales y siendo, finalmente, un padre desobligado con sus hijos que tuvo con la actriz Araceli Arámbula. Aún así, esta primera temporada fue excelente, una producción que valió la pena ver y un asomo de la oscuridad que existe detrás de "el Sol".