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29 de diciembre de 2015

SE LES CAE EL TEATRO


Apenas unas semanas después de los terribles acontecimientos en París, se suscitó en la población de San Bernardino, California, Estados Unidos, un hecho semejante, con una matanza perpetrada sobre civiles en un centro de atención a personas discapacitadas. Es curiosa la reacción de medios y audiencia, pues resulta que son tan habituales estos episodios en EUA, un país donde la libre tenencia de armas, la angustia existencial típica del protestantismo, el pragmatismo e individualismo, las presiones sociales, laborales y financieras, la falta de bases culturales y de una educación profunda de la población y la extensa difusión de las drogas han hecho moneda corriente los actos de violencia, asesinos seriales y demás abominaciones que lo ocurrido en el mencionado municipio californiano no generó la misma reacción ni el mismo interés que lo sucedido en la capital francesa; como si todos dijéramos: "¡Ah, bueno, esto es normal en EUA!", pero nadie lo espera que surja en la culta y refinada Ciudad Luz.

La administración Obama aprovechó esto, lo mismo sus corifeos de la CNN y Hollywood, para, nuevamente y como ha sido la tónica desde el incidente de la escuela primaria Sandy Hooke, plantear la regulación en la tenencia de armas.

Respecto a ello, hay que ser claros: la regulación en la tenencia de armas es una asignatura que creo, está pendiente y es necesaria en EUA, más con el historial que se ha labrado, sobre todo a lo largo del siglo XX, de masacres y criminales que asesinan "porque sí" porque es su forma de lidiar con el estress o algo así, desde Charles Manson al Hijo de Sam o Ted Bundy, aunque no es la única forma, ni quizá sea lo más importante, cuando hay países con igual libertad para la tenencia de armas como Canadá, Suiza o Japón con índices delictivos inmensamente más bajos, lo que evidencia que es necesario implementar una serie de medidas profundas tendientes a examinar qué está mal en la sociedad norteamericana que conduce a muchos por el camino de las adicciones, el crimen y la locura; sin embargo, este no fue el caso de una de esas matanzas perpetradas por perturbados o ataques repentinos de violencia, sino, ya ha quedado descubierto ante todo el mundo, se trató de un ataque dirigido por un matrimonio musulmán en el que ambos cónyuges resultan ser militantes del Estado Islámico y con una finalidad clara, lo mismo que en París, de sembrar terror y mostrar lo difícil que será evitar las incursiones de los comandos armados a las órdenes del Califa Abú Bakr II y su particular guerra de conquista contra Occidente.

En efecto: esto demostró la existencia de células durmientes tanto en Francia como en EUA, por si no había quedado claro desde los ataques al Maratón de Boston hace pocos años, ni cómo el fenómeno migratorio ha permitido la infiltración de estas guerrillas bajo las narices de las autoridades, quienes incluso, como en el caso de Massachussetts, tendieron manteles largos y extendieron alfombras en la figura de becas y ayudas a quienes aparentaban ser estudiantes modelo chechenos que huían de la "dictadura" de Putin. Ante esto, no deja de pasar como al menos curioso, que la reacción de Obama ante los hechos no haya sido de poner en alerta a los organismos de seguridad ante la presencia de terroristas islámicos en el territorio nacional norteamericano, sino achacar todo a una mera cuestión doméstica y la casi cotidiana repetición de tiroteos y matanzas, que bajo su administración han aumentado enormemente, aunque es de reconocer que la gráfica de esas tragedias va in crescendo desde lo ocurrido en Columbine a fines de los 90.

A gran parte del público estadounidense por supuesto que esto no los ha convencido y lo ocurrido le ha brindado combustible a la campaña de Donald Trump que ha lanzado una retórica agresiva en contra del Islam mientras que Obama ha salido a la defensa del mahometismo y reduce lo acontecido a un hecho aislado, para el magnate inmobiliario, que se ha trenzado en un pleito en Twitter con un príncipe saudita, esto muestra algo que hemos hablado en este Blog y otros más lo han dicho: el control que los ricos dinastas árabes del Golfo Pérsico ejercen sobre la clase política gringa al día de hoy; ante esto, no es de extrañarse que se hayan descargado nuevamente todas las baterías de la artillería mediática en contra del empresario, hasta el grado de que la pésima pero efectista y popular escritora J.K. Rowling diga que Trump era peor que su --por otro lado, bastante débil, desdibujado y estúpido-- villano Voldemort, usando la famosa falacia ad Hitlerum para desacreditar todo lo que dice o hace.

No es de extrañarse, Barry Soetoro ha demostrado ser una marca y una imagen muy redituable para todos los apóstoles de la Democracia, la tolerancia y la diversidad como lo es la igualmente mala y comercial escritora británica y los actorcetes de Hollywood: la imagen de ser el primer presidente de raza negra en EUA se vendió como la reconciliación histórica de los norteamericanos con su pasado; sin embargo, al igual que pasó en México, donde hemos tenido como Presidentes a Benito Juárez y Victoriano Huerta, ambos indígenas, sus mandatos no representaron una mejora social de los nativos, sino al contrario, se hundieron más ante las élites criollas y mestizas que enarbolaron el Liberalismo como pretexto para despojarles de tierras y derechos y usaron para ello de fachada al Zapoteca, mientras que en el caso del Wixárika, dichas élites le derrocaron con una revolución y le impidieron restaurar el orden quebrado por ellas mismas a través del guiñapo de Madero. Así, Obama no ha significado ninguna reivindicación justa de los ciudadanos de color que siguen situados en mucho en la marginación y el subdesarrollo en el seno de la todavía primera potencia mundial, al contrario, su política de discriminación positiva ha contribuido no ha restañar heridas y lograr la igualdad ante la Ley de todos los estadounidenses, sino a abrir más la brecha y aumentar las tensiones interraciales e interétnicas, lo mismo que sus medidas en torno a la migración, su política económica, que ha mantenido estancado a EUA pese al discurso triunfalista y el aumento de las tasas de interés, tiene a todo el mundo sumido en la incertidumbre, mientras instrumenta un plan de reformas a la seguridad social como el Obamacare, insostenible e incosteable, pero dirigido a la captación de votos.

Y lo peor es la política exterior, donde la percepción del público, sobre todo tras San Bernardino, es de que ahora EUA protege y apoya a sus enemigos del fundamentalismo islámico, cuando no, con Rápido y Furioso, apoyó incluso a los cárteles del narcotráfico a armarse, la sombra de corrupción y sobre todo, de mentira en la administración Demócrata, que tiene su punto álgido en el linchamiento del embajador norteamericano en Libia por los supuestos aliados islamistas.

Puede que Trump sea populista igualmente, pero su súbito ascenso, que es visto con terror por medios y políticos tradicionales de todos los signos en nuestro vecino del norte, y por supuesto, en México donde lo que se teme es que adopte medidas que restrinjan la migración y el envío de recursos económicos hacia nuestro país, que se ha convertido en la mayor fuente de divisas ante la caída del petróleo y la pésima gestión económica del gobierno de Peña, se explica por el hartazgo que ha representado en buena parte de la sociedad norteamericana el gobierno de Obama y sus mentiras y desaciertos, o su venta descarada a intereses poco claros, así como su vacío al enorme núcleo conservador de la sociedad norteamericana que está más allá de las progresías de California y Nueva York.

En Europa ascienden movimientos de corte conservador y cristiano en Hungría y Polonia, hartos del discurso progresista y suicida que se da en la Unión Europea respecto a la recepción de los refugiados sirios y el multiculturalismo, el homosexualismo y demás, pero no solo ahí, sino en Francia se da la creciente presencia del Front National contra la que unieron fuerzas tanto la Izquierda como la Derecha en las recientes elecciones regionales para impedirle hacerse con el poder en alguna demarcación, con lo que se demuestra que Michel Houellebecq en su reciente novela Sumisión tiene razón: con tal de salvar a la Democracia y al sistema político surgido desde 1789 y los valores de "tolerancia", "libertad de conciencia", "diversidad", etc. son capaces de darle el poder a los islamistas.

Pero en el bando rival también se cae el teatro: el Chavismo sufrió una severa derrota en las elecciones parlamentarias venezolanas en noviembre, lo que llevaría al parecer a la caída del régimen o a un replanteamiento; al parecer, Putin no previó que el sucesor del Coronel de paracaidistas no sabría mantener a flote el régimen y que el populismo resultaría en nada y en fracaso para los habitantes, que se hartaron del hambre y la miseria. Sin embargo, Maduro tiene a su favor nuevamente la indeferencia internacional, que no reaccionó en forma alguna ante la victoria de la oposición; nuevamente, para la Izquierda, es el regreso del Socialismo antiimperialista, para los conservadores, es la punta de lanza contra el Progresismo impulsado desde Washington. Como resultado, es muy posible que el antiguo chófer se atreva a implementar medidas restrictivas y cambios constitucionales que le quiten el poder a un Legislativo contrario y así, subvertir el resultado en las urnas reduciendo al Parlamento a la obsolescencia mientras constituye una base de poder paralela y dictatorial.

En Argentina, cayó el Kirchnerismo tras el inepto gobierno de la viuda Cristina, el pueblo argentino cae nuevamente en sus bandazos y contradicciones, dice detestar a la ex-mandataria y nuevamente crecen las denuncias que la acusan de proteger a los intereses iraníes en una tendencia que se mantuvo en los noventa, con la que los militantes Persas encontraron en el país de las Pampas un refugio para gestionar sus estrategias contra EUA e Israel, ahora, eligen a Macri como alternativa pero lo acusan de ser un alfil del "Sionismo Internacional"... nadie entiende a ese país sudamericano que desde los años 40 con Perón decidió, como su connacional ahora instalado en el Vaticano, no estar ni con Dios ni con el diablo, sino todo lo contrario y según lo que dicte la conveniencia o el sentimiento del momento.

¿Sobrevivirá el Eje Bolivariano? ¿Se reconstruirá la influencia norteamericana en el Cono Sur? Al menos, parece que a Obama es algo que no le interesa.

Como se ve, el panorama se enrarece para el inicio del 2016, que será un año difícil y complejo, con el enfrentamiento entre potencias y conflictos internos en ellas. 












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