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5 de octubre de 2012

LA CAIDA DE ROMA Y LA DECADENCIA ACTUAL II/EL FACTOR PERSA

AVISO:

A todos los lectores de mi Blog: debido a mis muy pesados cursos de maestría en Derecho Constitucional no he podido redactar nuevos artículos tan seguido como en meses anteriores, pero por supuesto que "el Mundo Según Yorch" continuará editándose, pero con un poco menos de artículos mensuales y más tiempo entre ellos, de acuerdo a la carga de tareas escolares, que tenga, jaja,, parece que he regresado a la escuela!!
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Después del pequeño aviso que da a entender a los amables lectores de este Blog respecto a algunos problemas de agenda, horarios y cansancio para ponerme a escribir esta bitácora, motivados por unos estudios de postgrado que han resultado más exigentes en cuanto a esos factores que los anteriormente cursados por un servidor, tengo un pequeño espacio para retomar la escritura del mismo con un artículo sobre el tema que ya habíamos tocado respecto a la decadencia romana, pero también a la decadencia occidental actual; motivado por la lectura del libro de Peter Heather. En ambos procesos históricos, uno ocurrido hace 1,500 años y otro que estamos viviendo, aparece la clave participación de Irán, también conocido históricamente como Persia.

Ya en otro post anterior, se ha tratado en este espacio del papel que Irán ha ejercido en el Medio Oriente desde su constitución como Nación, --y Estado-- por Ciro el Grande en el siglo VI a.C., esto ha sido motivado en mucho por la posición geográfica del país, como un puente entre el mundo Mediterráneo, el centro de Asia y el lejano Oriente que empieza en la India, un país árido en gran parte, todas estas condiciones motivaron que los iránios o Medas y Pasargadas (Persas) tendiesen y tiendan a la expansión y a jugar un papel desestabilizador en la región, sobre todo a raíz de la unificación de las dos etnias por Ciro, naciendo así la nación del Irán, que durante siglos fue llamada incorrectamente por los Grecorromanos como "Persia" y aún por los europeos occidentales por suponerlos legendarios descendientes del semidiós Perseo, vencedor de Medusa.La posición estratégica de Irán es lo que ha motivado a sus habitantes a tener siempre una política imperial y a la expansión, puesto que pueden controlar tanto el occidente Mediterráneo por un lado como el Océano Indico y el paso al Golfo Pérsico y el paso de las rutas comerciales hacia el Centro de Asia y China, en particular, la llamada "Ruta de la Seda", hoy en día, tienen pleno acceso a los campos petrolíferos y de gas natural del Caspio, al Cáucaso y todas las rutas de transporte de hidrocarburos del centro eurasiático hacia los mares; aparte de que el propio país cuenta con unas de las más grandes reservas de estos combustibles de todo el mundo, los Iránios, perfectamente conscientes de todo ello, tienen 2,500 años actuando como una gran potencia, al menos regional, y las veces que no han podido hacerlo no han dejado de pretenderlo, pues cuentan con todos los medios para lograr ser considerados como tales y con qué influir más allá de sus fronteras. (Al inicio de este artículo puede verse un mapa que muestra la máxima extensión de los dominios iránios alcanzados con los Sasánidas en diversas etapas del gobierno de dicha dinastía)

Esto lleva a que, por supuesto, sus vecinos siempre hayan temido el engrandecimiento de Irán, e históricamente se ha buscado ejercer una contención contra el poderío persa: los Asirio-Babilonios lo intentaron y fueron vencidos, lo mismo que Egipto, más tarde Grecia logró frenar su avance hacia Europa, y finalmente, Alejandro Magno lograría lo impensable: someterlo al Imperio Helénico construido por los Macedonios.Pero esto no duraría mucho, el Irán volvería por sus fueros y sería fuente constante de dolores de cabeza para los poderes occidentales hasta nuestros días.

 Así, Heather señala que es el creciente poder de Persia, a partir del siglo III y aún antes, en el II, el factor que provoca profundos cambios en la organización política y militar en el Imperio Romano que lleva también a cambios económicos y a un replanteamiento de la estrategia, que le llevará a descuidar sus fronteras en Europa Central y Oriental: los ejes del Rhin y el Danubio, que facilitarán la entrada de los germanos en territorio romano y a graves convulsiones internas.

Si bien pareció que tras las hazañas de Alejandro Magno los Persas habían quedado totalmente sometidos al yugo griego e iniciado el proceso de helenización, la realidad es que los Seleúcidas, sucesores del joven macedonio en el oriente no pudieron conservar por mucho tiempo bajo su cetro al Irán, que recuperó la independencia bajo el mando de los Partos Arsácidas, una dinastía de origen Azerí, esto es, de la etnia que actualmente conforma la ex-República Soviética de Azerbaiyán, y que tradicionalmente ha sido enemiga de los Iránios propiamente dichos, sin embargo, desde el encumbramiento de los Partos en el siglo II a.C. y hasta la actualidad, la minoría Azerí ha ocupado un lugar entre las élites que gobiernan al país; de hecho, el actual Presidente Mahmoud Ahmadinejad dista de ser un Persa completo: de línea paterna desciende de Judíos recientemente y sinceramente convertidos al Islam, mientras su madre es Azerí.(De ahí que las alegaciones en su contra por ser antisemita no resultan convincentes, él se ha expresado como anti-sionista, lo mismo que un gran número, cada vez mayor, de Judíos que están en contra de la existencia del Estado de Israel en el que ven un error y un obstáculo para la paz en Medio Oriente, mas no un rechazo a la raza o a la cultura Judía). Lo que sí, los Partos no seguían el credo de Zoroastro, sino una religión astronómica basada en el culto a las estrellas, el sol y la luna.

Los Partos tuvieron una primera fase expansiva que se dirigió por la misma ruta que los Aqueménidas, hacia el Mediterráneo, pero chocaron con Roma, y aunque lograron derrotar a Craso y la famosa "Legión Perdida", no pudieron arrebatarle Siria, Asia Menor o Judea y Palestina. Después, aunque hubo guerras esporádicas, los Partos y las dinastías romanas de los Julio-Claudios y Flavios llegaron a un "status-quo" similar a una "Guerra Fría", que se calentó cuando Trajano, el segundo de los Antoninos, decidió extender el Imperio hasta Mesopotamia, a fin de debilitar al Imperio iraní y que este no volviese a levantarse. Sin embargo, su sucesor Adriano, entendiendo que los dominios romanos eran demasiado extensos, en lo que fue el primer atisbo de la realidad que sería mortal para el imperio itálico, y les regresó las provincias perdidas a los Partos a cambio de un tratado de paz perpetua.


Sin embargo, en Irán las tensiones aumentaban, la recuperación de Mesopotamia y la capital imperial: Ctesifonte, (arriba las ruinas del palacio real como se pueden ver actualmente) cerca de la actual Bagdad, a cambio de una humillación ante el César no fue fácil de perdonar, aparte de que los Iránios veían en los Partos azeríes a intrusos, por lo que, buscando recuperar apoyo popular, se inició una fuerte política de recuperación militar y de ruptura de la paz con Roma.

Ante este nuevo renacimiento del poder iránio Antonino Pío, sucesor de Adriano obró sentando las bases de la tónica que seguirían los emperadores romanos posteriores: ante un Imperio sobreextendido territorialmente y encontrarse la capital alejada de la frontera con el Irán, se requeriría de un mando supremo permanente en la parte oriental del Imperio, las mejores tropas se dispondrían para hacer frente a una previsible invasión iraní, y el ejército habría de adoptar una mayor movilidad para acudir prontamente a los lugares de conflicto, además de continuar las medidas de Adriano de extender fortificaciones permanentes en todas las líneas fronterizas (como el muro en el norte de Britania) que contarían con guarniciones igualmente permanentes a las que se les ligaría al territorio que defendían; pero no solo eso, se apostaría por hacer cambios al armamento del guerrero romano, puesto que los iránios empezaron a desarrollar nuevas armas:

Fueron los iraníes bajo el mandato de los Partos que se desarrolló un nuevo tipo de caballería: los jinetes y aún las cabalgaduras vestirían poderosas defensas que les cubrirían todo el cuerpo, y dichas defensas, en vez de estar hechas de textiles acolchados, bronce, hierro simple o cuero hervido como las usadas en el mundo grecorromano, estarían hechas de un material novedoso que llegaba de la lejana China con la que el Imperio Parto tenía contacto: la mezcla de carbón mineral y hierro que generaba un metal de extraordinaria resistencia, pero igualmente maleable que el hierro: el acero.

Nacía así un jinete pesado que, prácticamente invulnerable se armaba con una lanza de choque y no arrojadiza o de acometida, que marcharía en ataque frontal a galope tendido contra las líneas de las legiones romanas, aguantando la lluvia de flechas, piedras y jabalinas o pylum, la fuerza del impacto bastaría para desbandar las líneas de infantería y posteriormente, combatiendo con la espada, el jinete podía masacrar a los guerreros que se arrimolinarían a su alrededor, convertido en una fortaleza viviente de hombre-caballo. La armadura además, se encontraba articulada, lo que era un gran avance tecnológico para la época que le permitía una gran libertad de movimiento: surgía el guerrero que sería prototipo para el caballero medieval: los guerreros romanos, al ver a estos jinetes persas en acción bajo el candente clima del desierto les llamaron clibanarii, esto es: "hombres-horno" en latín, aduciendo al tremendo calor a soportar bajo la vestimenta de metal, o "kataphraktoi" en griego, que quiere decir "totalmente cubierto"


He aquí una reconstrucción de un "catafracto" parto/persa combatiendo a los legionarios romanos que muestran ya los cambios en su armamento: se abandonó el escudo en forma de teja, propio para defenderse de un enemigo que viene de frente, a favor de uno ovalado o circular, más ligero y que podía levantarse con más facilidad, para protegerse de golpes venidos de arriba, una armadura que igualmente permitiese movimientos más rápidos a los legionarios y en vez del pylum o jabalina una lanza larga o pica para el choque contra la caballería y en vez del corto gladius hispanensis una larga spatha griega para que el guerrero pudiese alcanzar al jinete en los puntos débiles de la armadura y guardar una distancia más o menos prudente de éste, más tarde, los Romanos también reformarían la caballería y crearían unidades de jinetes pesados idénticos a los iraníes, sembrándose en Europa el germen del armamento del caballero medieval.

Así, Adriano fue el primer emperador que, a su muerte, dispuso la división de la autoridad imperial en dos Augustos: Lucio Vero y Marco Aurelio, en ello, seguía la tradición republicana, de que las magistraturas eran dobles, como los cónsules, y así, la idea era que uno de los emperadores comandaba a las fuerzas en batalla mientras el otro quedaba en Roma gobernando. Así ocurrió y Vero contuvo y derrotó a los Partos, aunque con grandes pérdidas y sacrificios, para después dirigirse al Danubio ante las primeras presiones de los Germanos: Marcomanos y Alamanes, sin embargo, una enfermedad se lo llevó antes que la relación con su hermano adoptivo Marco Aurelio se deteriorase, éste tuvo que asumir plenamente el mando y de Filósofo y Administrador, convertirse en un gran líder guerrero.

La parte oriental del Imperio se fue reforzando militarmente y los generales y gobernadores de las fronteras orientales haciéndose más poderosos, sobre todo bajo los Severo, dinastía de origen oriental que se impuso a los candidatos del Senado tras el asesinato de Cómodo, el último Antonino, y cuyo primer representante: Lucio Septimio Severo I, bien conocía el poderío iraní por haberlo combatido bajo las órdenes de Vero y Marco Aurelio.

El mantenimiento de una frontera imperial altamente fortificada, las reformas militares que empezaron a darse bajo Septimio Severo, sobre todo el aumento en los emolumentos de los soldados, la creación de nuevas legiones y fábricas de armas que empezaron a fabricar el equipamiento romano en serie, en procesos casi industriales, y la necesidad de aumentar el reclutamiento orillaron a tomar decisiones radicales, como la extensión de la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del Imperio, lo que aumentó la base fiscal y abrió a todos ellos el servicio militar, la necesidad de más tropas empezó a llevar también a la contratación de mercenarios y eso por supuesto, implicaba un costo a cargo del erario imperial.

las cada vez más constantes agresiones iránias a las fronteras orientales del Imperio llevaron a que los siguientes emperadores dieran prioridad a esa parte de los dominios de Roma, creando vacíos de poder en Occidente; cuando las necesidades de defensa frente a la creciente presión en las fronteras del Rin y Danubio, y los emperadores estaban ausentes en el Oriente, empezaron las usurpaciones a fin de llenar ese vacío y remediar la necesidad de seguridad de los habitantes del oeste. Esta situación le costó la vida a Severo Alejandro y fue la causa de la Anarquía Militar del siglo III d.C.

En el Irán, también se dieron convulsiones políticas ante la mala gestión de los últimos soberanos Partos quienes además, eran bastante helenizados y por tanto considerados demasiado próximos a Roma culturalmente o contrarios a la tradición persa (¿Les recuerda esto a la caída de la Dinastía Phaleví --extranjera de origen también, eran rusos-- y el ascenso de la República Islámica) Así que fueron derrocados y subieron al trono los Sasánidas de etnia puramente pasargada y lejanos parientes de los Aqueménidas, quienes de inmediato se lanzaron a una política mucho más agresiva contra Roma, aprovechando las convulsiones internas de ésta que indirectamente el Irán había provocado.

Los emperadores romanos del siglo III tenían que hacer labor de apaga fuegos, si marchaban al oeste destapaban agujeros en el este y los persas entraban, sobre todo, el conflicto entre ambas potencias radicaba en la situación del reino cliente de Armenia, (hoy en día podría hablarse del estado cliente de EUA que es Israel y Siria y Líbano como clientes modernos de Irán) Irán se expandió por la península arábiga tomando Yemen,Omán, lo que hoy son los Emiratos Árabes Unidos y la región del Hedjaz u oeste de la península, donde se encuentra la Meca, no es de extrañar se por tanto,que hoy en dia las naciones que ocupan esas regiones sean ahora las interesadas en formar un bloque antipersa con el apoyo de los radicales sunitas y las potencias occidentales, pues temen convertirse en el área de influencia de los iránios mientras tienen sus propios intereses contrarios a los de Teherán, basta con ver el mapa con el que se encabeza este post.

Lo peor para Roma fue cuando el emperador Valeriano cayó prisionero del poderoso ejército de Sapor que había perfeccionado las unidades de catafractos, a los que había sumado contingentes de arqueros a caballo también acorazados, lo que le permitía atacar a distancia y gran velocidad, y despedazó a las últimas legiones clásicas romanas. Las provincias orientales, buscando seguridad y mientras el hijo de Valeriano, Galieno luchaba contra usurpadores en el Occidente, se separaron del Imperio bajo el mandato de Zenobia de Palmira; Aureliano por su parte tendría que marchar a someter a los escindidos y rechazar a los persas más allá de las fronteras, pero el caos y el empoderamiento persa continuaron hasta la llegada de Diocleciano.

Generalmente se relaciona a este emperador con el inicio de la decadencia romana: en realidad fue un intento de reorganización política y militar para hacer frente a los peligros iraníes: la tetrarquía evitaría los vacíos de poder con dos emperadores y dos césares que dirigirían la administración y las tropas en diferentes regiones, donde se encontrarían asentados permanentemente, al ejército se le modificó su estructura, separando los mandos civiles de los militares para evitar tentaciones de poder en los gobernadores, aunque las provincias, las diócesis y las prefecturas obtuvieron gran autonomía en una forma de descentralización administrativa y los mandos militares destacados en ellas podían actuar líbremente para responder a los peligros del momento, aunque los mismos no dependían de los gobernadores, sino directamente de la Corte Occidental, ubicada en Roma o Milán, y de la Oriental, situada en Nicomedia bajo Diocleciano.

El ejército se dividió en dos tipos de fuerzas, las tropas de guarnición permanente en las fronteras, que recibían tierras para mantenerse de sus productos, bajo el mando de comandantes de las marcas o fronteras o marquises y duces mientras que las tradicionales legiones de 6,000 hombres desaparecieron a favor de fuerzas más compactas y móviles que acudirían al punto de conflicto a tapar los agujeros, estas eran las tropas comitatenses bajo el mando de los comitiis (en singular: comes) u oficiales cortesanos, en torno a cada Augsto se creo una especie de estado mayor, con un comandante supremo de las fuerzas de infantería, el Magister Peditum o "Maestro de los Infantes" un comandante supremo de la caballería, reorganizada totalmente al estilo persa con sus catafractos o clibanarii, denominado: Magister Equitum o "Maestro de los Caballos" y el jefe de todas las fuerzas armadas en cada mitad del Imperio: el Magister Militum o "Maestro de los Guerreros". El ejército, aunque fraccionado en unidades más pequeñas, que seguían recibiendo el nombre de legiones, pero que ya no eran de 6,000 hombres como habíamos dicho, sino de la mitad cuando mucho, era sin embargo, mucho más grande que en la época de Trajano o de César: la Notitia Dignitatum, documento que es una especie de relación o inventario de las fuerzas armadas romanas tanto en el Imperio Occidental como en el Oriental, a inicios del siglo V d.C., nos da un estimado de más de 400,000 efectivos, aunque otras fuentes llegan a decir que se llegó, en la época de Constantino (quien suprimió además la Guardia Pretoriana, fuente de constantes problemas, sustituyéndola por los Praesentalis y Palatinae directamente bajo el mando del emperador y menores en número y capacidad de combate para ser solo gguardaespaldas) a contar con más de 600,000 guerreros, la mayoría, se encontraba destacada en la parte oriental ante la permanente amenaza Persa.

Este nuevo sistema militar, contrario a la opinión generalizada era bastante efectivo, el ejército romano recuperó combatividad y ganó en movilidad, a tal grado que, por ejemplo, Juliano el Apóstata pudo lanzarse a la ofensiva contra los Iránios al igual que lo hiciera Trajano 200 y poco más años antes, la campaña prometía, pero fue truncada por la muerte del Augusto, lo que llevó a los Persas Sasánidas a vencer. El gran problema es que todo este sistema militar defensivo resultó tremendamente oneroso para las arcas romanas, por lo que la presión fiscal se desató sobre los contribuyentes romanos: como el régimen imperial descansaba en el apoyo de los terratenientes no se gravó tanto a estos como a las ciudades y a los agricultores independientes, pero luego no hubo más remedio que hacerlo también con los latifundistas, pronto, la Tetrarquía demostró conducir al caos ante la multiplicación de los pretendientes al trono, sin un sistema de sucesión imperial estable, esto sería ya una enfermedad que conduciría al Imperio Romano hasta sus últimos tiempos en el siglo XIV, Constantino logró estabilizar las cosas un poco, pero la época de él hasta Teodosio I y la división definitiva del Imperio en definitiva en dos partes sería la última de relativa calma y esplendor, pero ya nada sería igual, la parte Occidental, más desprotegida y con menos capacidad para sostenerse, pues dependía casi por completo de los recursos de las provincias del Norte de Africa, y cuando éstas se perdieron a manos de los Vándalos, se perdieron los recursos que hacían vivir a Italia y el Occidente, el edificio construido 500 años antes por César y por Octavio Augusto se derrumbó, llegando la Edad Media y la formación de un nuevo mundo.

Y todo por Irán...

Así, toda esta narración de hechos históricos la podemos resumir en estos puntos:


  • La rivalidad entre Irán y Roma nació de la relación con Armenia, Estado periférico de ambos imperios que fue sucesivamente cliente de uno y otro.
  • El reforzamiento de Irán, gobernado por los Partos primero, por los Sasánidas después, propició una respuesta de parte de Roma, que le percibió como principal amenaza.
  • El reforzamiento llegó de la mano del desarrollo de una nueva arma: la caballería acorazada, serían los Persas, antes que los Hunos o los Godos, los que provocarían la revolución en la guerra del predominio de la infantería a la supremacía de la caballería, mismo que continuó hasta el siglo XVII con el desarrollo de las armas de fuego.
  • Para responder a las amenazas Iránias, el Imperio Romano se militarizó y aumentó sus gastos en defensa, concentró sus fuerzas en el Oriente y descuidó las fronteras occidentales.
  • El aumento excesivo de los gastos militares llevó a una severa crisis económica en el Imperio Romano, desde mediados del siglo III y hasta el V.
  • La demasiada atención que los gobiernos romanos desde los últimos Antoninos y hasta Teodosio se otorgó a las fronteras con el Irán llevó a un descuido de la defensa de las fronteras occidentales con el mundo germánico, mismo que se había fortalecido al mismo tiempo.
  • La necesidad de la presencia de un Gobierno Romano absolutista en la zona amenazada por el poder persa llevó a que existiesen vacíos de poder, lo que propició conflictos internos en Roma, ante la falta de liderazgos en otras zonas del Imperio, o a idear formas de llenar esos vacíos, como la Tetrarquía o la división final del mundo romano en dos, lo que fue minando al Estado.
Ahora veamos las semejanzas actuales:



  • La rivalidad actual entre Irán y EUA nace con la instalación de la República Islámica en 1979 y los deseos de ésta de tener mayor independencia en el manejo de sus recursos y su posición respecto a Israel, cliente de EUA y Occidente.
  • Irán rápidamente ganó como clientes a Siria y Líbano, gobernados o con fuerte presencia Chiíta.
  • Los aliados de EUA: Israel, las petromonarquías y Turquía, que alguna vez, bajo los Sasánidas u otras etapas, pertenecieron a su área de influencia, temen nuevamente el engrandecimiento de la potencia persa.
  • Se da un reforzamiento de Irán también por una nueva arma: la bomba nuclear en desarrollo.
  • EUA ha librado las guerras en Irak y Afganistán buscando crear un cordón defensivo tanto alrededor de Irán como de Rusia, el apoyo de sus aliados regionales y Occidente en general a la "Primavera Arabe" se traduce en esta política defensiva.
  • Las guerras en Oriente están creando un fuerte aumento en el gasto público norteamericano y una gran presión fiscal interna, lo que ha propiciado la crisis económica.
  • A Europa, el embargo petrolero al país persa le lleva a depender del caro petróleo ruso.
Como puede verse, el factor persa ha menudo ha sido soslayado, pero sin duda, fue muy importante para provocar el derrumbe de la civilización romana, y hoy en día, está provocando el desgaste de las principales potencias Occidentales, y es que no hay duda: pocos países hay tan estratégicos y a la vez, tan conscientes de ello como Irán, y su influencia será muy presente en los acontecimientos por venir, sólo tendremos que esperarlos.

En el próximo post, un repaso sobre los nuevos y peligrosos desarrollos en el teatro del Medio Oriente: Reccep Tayyip Erdogan hace una peligrosísima y osada jugada...





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