Comienza un nuevo año lectivo en México, ya habían regresado a las aulas las Universidades y el Bachillerato, y ahora le tocó a la educación básica, encontrándose con novedades y reformas en la evaluación, donde ahora se establece el criterio de la "no-reprobación", ya que, según sesudos expertos en Educación, el hacer que un alumno repruebe y repita curso daña su autoestima, le crea un estigma y además, no contribuye en su aprendizaje...
Algo que aprendí en mi Maestría en Ciencias de la Educación es que la misma está llena de mitos que han creado los pedagogos desde la época de John Dewey, Vigotsky, Freire, Montessori y Makerenko en torno a ella, y que desgraciadamente han sido tomados en serio por los docentes, quienes por lo general se comportan según una serie de modas o teorías que de repente ganan popularidad y aparentan ser la solución a los problemas educativos, lo que cambia a cada momento entre esos mitos está que la educación tiene una función igualadora, o más recientemente, las ideas del constructivismo y la educación por competencias, que ultimadamente, se enfoca a una función pragmática: preparar mano de obra calificada, puestos gerenciales, y en definitiva, empleados, para nutrir el sistema de mercados imperante.
Se equivocan quienes creen que con estas políticas vamos a salir del oscuro foso que es el sistema educativo mexicano, por el contrario, se están adoptando medidas que en Europa ahora son muy criticadas y se han señalado como causa del deterioro del nivel educativo en algunos países del Viejo Continente, como España y toda la oposición existente al "Pacto de Bolonia" que uniforma los sistemas educativos de los países miembros de la Unión Europea en torno a criterios como la educación basada en competencias o los criterios de evaluación e incluso, los contenidos de los cursos.
Y es que analizando a fondo lo que ha ocurrido en nuestro país, y comparándolo a lo que sucede en otros países, por ejemplo, Estados Unidos, cuyo sistema de Educación Superior es considerado todavía el mejor del mundo, (mientras que su sistema de educación básica tiene muchas de las taras que también están presentes en el nuestro a ese nivel) podemos entender que mucho del mal radica en la imposición de políticas educativas y de contenidos en los planes de estudio de parte del Estado; por el contrario, los países que más han avanzado en educación han sido aquellos que dejan en mayor libertad a las instituciones educativas, las cuales, se encuentran en manos de particulares, de fijar sus propios planes de estudio o currícula, y emitir por ellas mismas los títulos, certificados o acreditaciones de grados, así como la posibilidad de que la acreditación y reconocimiento de los grados académicos no vengan de parte del Estado, sino de los propios gremios profesionales.
Así, como lo señalaba un comentario anónimo a la entrada en la que hablaba acerca de la extraña situación de politización que se está viviendo en las Universidades Privadas del país, la realidad es que en México no tenemos verdaderas instituciones privadas de educación, en todo caso, tenemos las gratuitas y las "de paga" puesto que las segundas están obligadas, de cajón, a presentar los planes de estudios cumpliendo los requisitos y contenidos mínimos que prevé la Secretaría de Educación Pública, en todo caso, pareciera que las instituciones educativas de particulares son, en realidad, concesionarias de un servicio público.
Y así es, puesto que el artúiculo 3° constitucional es el que da la función educativa en forma exclusiva al Estado, e impone una serie de características a cumplirse, características, además, que son más ideológicas que tendientes a asegurar la calidad de la misma. Y así tenía que ser, puesto que a los regímenes posteriores a la Revolución, pese a sus meritorios esfuerzos por ampliar la cobertura y extender la alfabetización y los conocimientos a todo el país, en mucho emplearon al sistema educativo a fin de legitimar lo ocurrido en el conflicto de 1910-1920 y justificar, además, el resultado final de tan cruenta contienda por el poder.
Medidas tales como la emisión de los llamados "libros de texto gratuitos", manuales en las distintas materias que con carácter oficial se empezaron a distribuir en escuelas públicas y particulares desde finales de los años 40 tuvieron, evidentemente la función de señalar un único camino para la enseñanza de las materias fundamentales como la lectoescritura de la Lengua Española o las Matemáticas, pero sobre todo, de la Historia y las Ciencias Sociales, a las que se colocó en un altar supremo, a fin de que la mente de los educandos coincidiera con el discurso y los mitos oficiales. Ciertamente, los que participaron en la elaboración de los primeros libros de texto: gente como Jaime Torres Bodet o Martín Luis Guzmán, no eran ni ignorantes ni torpes, sino eran intelectuales consumados; sin embargo, --y a pesar de la subversiva novela del segundo, de la que ya se ha hablado aquí,
La Sombra del Caudillo-- se trataba de personajes muy cercanos al régimen y fundamentalmente literatos ajenos del todo, o casi del todo, a las Ciencias Exactas y Naturales, por lo que le dieron a la educación mexicana un cariz fundamentalmente literario, histórico e ideológico.
Las décadas han pasado desde entonces y no se ha cambiado mucho la línea fijada por aquellos impulsores de un canon oficial de textos en la educación básica, pese a que los libros han cambiado y han surgido nuevas ediciones, con sus polémicas y todo, pero que no varían de seguir sirviendo de justificantes del discurso y las posturas gubernamentales. Estos textos, además, son únicos e irremplazables en las escuelas públicas, sin que los profesores puedan decidir cambiarlos por textos quizá más completos, objetivos o diseñados con un mejor método didáctico; en las particulares, por otro lado, y aunque es también obligatorio emplear tales libros "de gobierno", como coloquialmente se les llama, cada escuela decide complementarlos con libros editados por casas independientes, con lo que, en el pasado, aquellos textos, emitidos por editoriales privadas y formulados por profesores y pedagogos, e incluso científicos ajenos a los intereses del Estado, constituían excelentes complementos y contribuían a que la educación de paga fuera de mejor nivel que la pública, por lo menos hasta los años 90.
Pero ahora, tanto las instituciones públicas como particualres están en medio de la mediocridad más absoluta y hay muchas cuestiones que inciden en ello: por un lado, la politización del gremio de los maestros en la educación pública, su negativa a las evaluaciones, el cacicazgo de Elba Esther Gordillo, --que anunció su retiro, al fin, aunque quizá no hay que creerle mucho-- y los cacicazgos locales, el nepotismo y la corrupción brutales, así como la falta de infraestructura, siempre insuficiente. Por otro lado, en el caso de las escuelas particulares, ha crecido una competencia de corte meramente mercantil, centrado en el ánimo de lucro, mismo que, como decía el mismo comentador de este Blog, no es malo en sí mismo, sino que lo negativo estriba en que ese ánimo de obtención de ganancias se ha vuelto la principal meta de las instituciones educativas privadas, que ahora invierten en accesorios (gimnasios que nadie usa, cafeterías lujosas, etc.) en vez de buscar una mayor excelencia académica, y eso ocurre desde el nivel básico hasta la Universidad, sin que a la hora de la verdad exista realmente un mejor nivel de la educación privada respecto a la pública, en mucho, como dice el columnista Ricardo Alemán, nuestro sistema educativo, en las dos modalidades en que se presta: por el gobierno o por particulares, no es más que un gigantesco y muy caro fraude.
Sin embargo, tal y como se muestra en el documental "De Panzaso" el resultado al realizar operaciones matemáticas por alumnos de una escuela de Gobierno y de una particular es el mismo: la incompetencia absoluta.
En mucho, la causa de esto es la misma: la imposición de un único modelo por parte de las autoridades educativas en el país, que impide que cada escuela, y actuando con EQUIDAD, y no con IGUALDAD, acorde con las circunstancias de la población de alumnos a los que se dirige, diseñe sus propios planes de estudio, se den las medidas tendientes a filtrar los mejores alumnos en cada caso, a estimular la competitividad y el premio al mérito, estimulando a los alumnos a mejorar; muchas veces, y en esto radicaba la clave del sistema tradicional: la amenaza de la reprobación y sus consecuencias constituía un aliciente para salir adelante y alimentar el esfuerzo.
La educación, bien entendida, nunca será igualadora por el simple hecho de que los seres humanos no somos iguales, sino diferentes, las circunstancias y capacidades de unos y otros cambian, pero las personas pueden sobreponerse a sus limitaciones y destacar, si son adecuadamente estimulados para ello; algunos lo aprovecharán, otros no, no porque esto sea cruel o injusto, al contrario, porque eso depende de cada uno y es de su exclusiva responsabilidad individual, lo que es lo más justo que puede haber y convierte a la escuela, en realidad, en una institución diferenciadora entre las personas; por el contrario, hoy en día se aplica un criterio de igualdad que no lleva a que todos tengan el mismo nivel de excelencia, sino en un mismo nivel de mediocridad: no se impulsa al éxito ni se sanciona el fracaso, por tanto, todos quedan en el medio, en la nada.
Si vemos los casos actuales de Japón, Singapur, Qatar, Finlandia o incluso China, vemos que son países cuyos sistemas educativos han crecido mucho en base a estimular la competitividad entre los alumnos y la búsqueda de la excelencia, la enseñanza de valores morales por encima del materialismo y el afán por la ganancia y la productividad, y donde, más allá de las competencias, mantienen la enseñanza de conocimientos y de los medios de aplicación de los mismos, estimulan la curiosidad científica y la experimentación y se han enfocado a la enseñanza de las ciencias, antes que una tendencia literaria.
Pero lo más importante, salvo el caso de China, en los otros países y en Estados Unidos la educación es vista no como una función exclusiva del Estado como lo plantea el artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la educación es vista como una función y una responsabilidad de la sociedad en su conjunto, lo que incluye tanto al Estado como a los ciudadanos particulares, así, tanto los Gobiernos como las entidades privadas deberían tener plena libertad de prestar los servicios educativos y de acuerdo a los planes de estudio y en las condiciones que libremente quisieran establecer; y que por ejemplo, sean organizaciones ciudadanas y de los propios profesionistas los que evalúen y acrediten a egresados e instituciones educativas universitarias. Es cierto que una excesiva libertad podría llevar a que se funden escuelas por locos, como el caso de
Summerhill por A.S. Neill en Inglaterra, o fanáticos raciales y religiosos en EUA, sin embargo, también es cierto que esos quedarán como experimentos marginales que al lado, no han podido desbancar a las instituciones más tradicionales que siguen siendo las líderes por encima de todas las más pretendidamente innovadoras, la propia calidad educativa y las diferencias en el éxito de sus egresados lo demuestran.
Mientras tengamos la educación organizada, controlada y dirigida totalmente por la Secretaría de Educación Pública, y la investigación científica copada por el CONACYT(Consejo Nacional para la Ciencia y Tecnología), la politización, la burocracia, la corrupción y el nepotismo, así como el adoctrinamiento ideológico, seguirán siendo los cánceres que minan la calidad educativa.
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Lance Armstrong:
En plena época post-olímpica, aparece la noticia de Lance Armstrong y el retiro de todos los premios y competencias ganadas desde 1998, lo que incluye 7 ediciones del Tour de Francia, ante las serias sospechas de que el ciclista norteamericano obtuvo sus victorias gracias al dopaje, en un deporte que precisamente se ha destacado en los últimos años por un aumento en el uso de sustancias químicas que aumentan el rendimiento y la resistencia de sus practicantes profesionales, de la corrupción en sus organismos directivos y la intervención interesada de los patrocinadores que influyen económicamente para cubrir todas estas situaciones de corrupción en el deporte de las dos ruedas.
No puede aducirse que, como en el caso del español Alberto Contador, se trate de una denuncia motivada por el no saber perder de sus rivales, envidias o demás, finalmente, quien le está sancionando es una autoridad deportiva de su país, Estados Unidos, esto es, la Agencia Antidopaje del Deporte de Estados Unidos o USADA por sus siglas en inglés, determinando además la suspensión de por vida del atleta, quien, por otro lado, ya se encontraba retirado desde el año 2011, entre tanto, la Federación Internacional de Ciclismo ha hecho mutis, como siempre, dado que a esta asociación se le ha acusado de encubrir también todos los casos y toda la porquería que abunda en esta disciplina.
Lance Armstrong quedará así en la Historia como uno de los grandes fraudes del deporte mundial de todos los tiempos: ahora todo queda en duda, desde su presunto cáncer testicular en la década de los noventa del que repentinamente se recuperó para alcanzar su mayor nivel como ciclista de ruta y llevarse los 7 Tour de Francia seguidos, hazaña nunca antes conseguida. Aparejado a ello, el hombre presentaba su fundación "Livestrong" para la lucha contra el cáncer, a cambio de un donativo, uno recibía una pulsera de plástico amarilla (como el color del sweater de líder en el Tour de Francia) que pronto se puso de moda, durante los años 2003 a 2006 era lo máximo portar la pulserita de goma amarilla en la muñeca. El ciclista, entre tanto, alternaba las competencias con las conferencias, debidamente patrocinadas por la marca de ropa deportiva Nike, su patrocinador personal, además, en las que se presentaba a sí mismo como un ejemplo de vida y de superación de las dificultades, cabe pensar hoy si no todo el tinglado de su enfermedad y curación , la fundación, las pulseras y las conferencias no fueron si no un pingüe negocio planeado entre el tramposo deportista y su codicioso patrocinador.
Mucha gente, sin embargo, no cree en lo ocurrido y mantienen una gran admiración hacia Armstrong, quien, por otro lado, ha rechazado impugnar la decisión de la USADA, lo que a mi parecer, implica que está reconociendo sus culpas y que no hay más que hacer.
Definitivamente, estamos ante una época en que las personas tienen una mentalidad propia de los personajes de las películas de Sergio Leone: están dispuestos a hacer lo que sea con tal de obtener fama y fortuna, mientras que la integridad se envía al bote de la basura.
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La Nueva Jerusalén:
Actualmente se está viviendo en el vecino estado de Michoacán un caso que podría ser como la versión mexicana de David Koresh y sus Davidianos, se trata de la secta "Nueva Jerusalén" y su resistencia a la instalación e inicio de clases de una escuela pública en su comunidad, situada en el Municipio de Turicato, pues la ven como contraria a sus valores religiosos y morales, pues, al ser una escuela pública, la educación que se imparte en ella es laica. (volvemos ante el modelo educativo impuesto desde el artículo 3° constitucional y los obstáculos a establecer modelos propios.)
La "Nueva Jerusalén" es una comunidad cismática y supuestamente tradicionalista y aunque sigue muchas doctrinas y dogmas católicos, no es sino sedevacantista, puesto que no reconocen a los Papas posteriores a Pablo VI, (Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI) sus fundadores, demencialmente, aseguraban que éste había sido víctima de una especie de golpe de estado y encerrado en los "calabozos del Vaticano" en 1978 y que por tanto, Luciani, Wojtila y Ratzinger no han sido sino antipapas, por lo que ellos decidieron formar su propia comunidad, que empezó a gestarse aún antes de la muerte del pontífice italiano en 1973, la "verdadera Iglesia" y esperar la milagrosa liberación del verdadero Papa: Giovanni Batista Montini, cosa muy improbable, pues éste tendría hoy 115 años de edad.
La realidad es que se trata de una entidad realmente fanática, en la que se prohibe la tecnología moderna, existen reglas en el vestir para las mujeres más similares para los Musulmanes que para los Cristianos, se prohiben lecturas profanas y se tiene obediencia ciega a los líderes irracionalmente.
Como sea, las graves perturbaciones que están provocando los integrantes de este grupo religioso son la muestra de la "tierra de nadie" en la que se ha convertido el estado natal del Presidente Calderón, víctima de las bandas criminales, de agitadores políticos y sindicales, movimientos estudiantiles igualmente azuzados por los partidos, y ahora esta secta. No cabe duda: muestra de que el gran legado de Calderón, y del Gobierno o desgobierno michoacano de Leonel Godoy, terminado hace ya un año, no ha sido sino la anarquía, el caos y la violencia, así como la inacción total de la autoridad pese a las fuerzas militares y policiacas desatadas.