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22 de noviembre de 2011

EL REGRESO DEL MESIANISMO POLITICO


Y bien, Andrés Manuel López Obrador se proclamó candidato de la Izquierda en México para las elecciones presidenciales de 2012, mostrando nuevamente, como en el caso de Cuauhtemoc Cárdenas Solórzano, que los movimientos de esa opción política en nuestro país se encuentran sujetos al caudillismo o a la voluntad de un líder providencial que llega para someter bajo su control a todas las "tribus" o "corrientes" en las que se dividen y que frecuentemente tienen entre sí rivalidades realmente feroces a las que luego dicen que es la consecuencia de la Democracia... y ¡pues qué concepto de Democracia si son consecuencia de ella los enfrentamientos a golpes, gritos e intolerancia, a pesar de eso, muchas veces, estas rivalidades no se refieren a diferencias ideológicas, como Socialdemócratas Vs. Comunistas Vs. Liberal-progresistas Vs. Ecologistas Vs. Anarquistas, como quizá algún lector europeo podría suponer de las diferentes posiciones que se consideran conforman la llamada "Izquierda", sino a la persona o líder al que se apoya para algún puesto de elección popular o para la dirigencia del instituto político del que se trate. Sin embargo, de repente puede surgir uno de esos lidercillos con más fuerza, apoyo de las bases de los partidos, recursos o que da una especie de "golpe" para hacerse con el mando de todos los grupos, mismos que, ante la esperanza de conseguir el poder, se unen ante el personaje y le apoyan a cambio de que éste parta y reparta los suculentos puestos públicos.

Debo aclarar, antes que nada, que esto no es exclusivo de la Izquierda Mexicana: el PRI y el PAN son igualmente, cada uno de ellos, hervideros de grupos y rivalidades, motivados igualmente, por las ambiciones de poder y las expectativas de medrar a costa del erario: en México núnca han pesado las ideologías, sólo los caudillos y sus grupos de lambiscones, aliados y "borregos" han edificado nuestra historia política, por eso, en México siempre hablamos de los Santanistas, de los Juaristas, del Porfirismo y del Maderismo, de los Felicistas (seguidores de Félix Díaz), Huertistas, Orozquistas, Zapatistas y de los Villistas, del Carrancismo, Obregonismo, Callismo, Cardenismo, y más recientemente, del Salinismo, Zedillismo, Foxismo, Calderonismo y por supuesto, del Lopezobradorismo.

De esta forma, López Obrador durante el sexenio de Calderón no se quedó dormido: a través de su "Presidencia Legítima" estructuró en torno suyo un movimiento o grupo que le permitiera mantenerse vigente (y vivir bien, como se juzga de los lujos de sus hijos) y buscar nuevamente la candidatura en esta ocasión, y presentarse como amo absoluto de la Izquierda, para ello, derribó a Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno del Distrito Federal que parecía ser el candidato ya hecho del PRD, cosa que no fue nada dfícil, pese a que sobre el gobernante capitalino se daba el apoyo desde los sectores más "moderados" de ese partido, en especial los llamados "Chuchos" liderados por Jesús "Chucho" Ortega, y contaba con la soterrada simpatía que existía dese el PAN y Los Pinos: lo dicho, para los políticos mexicanos la ideología no cuenta, y si bien Ebrard copió las políticas zapateriles españolas con el "matrimonio" homosexual y el aborto, a los Panistas, banda de hipócritas y falsos democristianos, "progresistas" de clóset y conservadores de careta, eso no les importaba tanto como la posibilidad de hacer una alianza para mantenerse dentro del poder ante su previsible debacle ante el PRI.

Ebrard, por su parte, es un personaje patético que si bien cuenta con ciertas dotes políticas y de liderazgo siempre ha sido un tipo al parecer acomplejado y que ha estado siempre a la sombra de otro: Manuel Camacho Solís primero, su mentor en la política, cuando ambos militaban en el PRI en tiempos de Salinas de Gortari y antes de que Camacho rompiera con el entonces Presidente, despechado por no haber sido designado sucesor en vez de Luis Donaldo Colosio, y de López Obrador después, cuando tras las elecciones del 2000, maestro y discípulo entraron a formar parte del círculo del líder izquierdista. De hecho, los tres o cuatro matrimonios sucesivos de Ebrard creo que son suficientes para reflejar que se trata de una personalidad inestable, mientras que es de recordar cómo, cuando fue Jefe de la Policía de la capital del país bajo el mandato de López Obrador, dejó que las turbas lincharan a policías federales en la localidad de Tláhuac, cobardemente sometiéndose a las órdenes del entonces Jefe de Gobierno, que eliminaba así a unos agentes de la ley que al parecer investigaban la protección que el PRD daba a células criminales vinculadas con los círculos chavistas y organizaciones criminales y terroristas centroamericanas y aún de más allá.

El caso es que ahora López Obrador regresa, o más bien inicia la carrera hacia Los Pinos exhortando a la conformación de una "República Amorosa" (nada que ver con los gays) "más cristiana y solidaria" y a todos ha sorprendido ese lenguaje, en el que, ciertamente, por un lado es posible ver la demagogia de siempre que utiliza conceptos indeterminados, pegadizos e indefinibles como "Bien Común", "Honestidad valiente" (ya empleado por él), "Cambio", "Renovación Moral", "La solución somos todos", etc. pero también una curiosa semejanza con el lenguaje que la Izquierda latinoamericana, encabezada por el venezolano Chávez, que se ha venido adoptando últimamente: el propio Chávez ha hablado de amor, y también se la ha pasado invocando a Jesucristo, la Virgen María y a toda la Corte Celestial en su mandato, pese a los enfrentamientos con la Jerarquía Católica y los gestos de simpatía que ha recibido de algunas Iglesias Protestantes, Correa en Ecuador, ha hecho lo mismo, pese a tambièn enfrentarse a los Obispos, aunque es de recordar su formación en la Universidad Católica de Lovaina, centro difusor de la "Teología de la Liberación" y el caso más notorio es el de Daniel Ortega en Nicaragua, que contó, por el contrario, con el aval del clero de su país y convirtió al Sandinismo de un movimiento de inspiración religiosa antes que Marxista, como era originalmente, obteniendo la Reelección con ese lenguaje y también gracias a los éxitos económicos de su último mandato, apuntalados en el BRIC y en Chávez.

¿Qué sucede? a AMLO hasta hace no mucho le molestaba hasta el sonido de las campanas de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y ahora sale hablando en un mensaje propio de un predicador del Movimiento Neocatecumenal; su mismo movimiento que le llevó a acumular fuerza para enfrentarse a los "Chuchos" a Ebrard y demás obstáculos dentro de la Izquierda, el "MORENA" (Movimiento de Regeneración Nacional) parece una secta religiosa centrada en su culto como mesías capaz de resolver todos los problemas del país con un pase mágico al estilo de Harry Potter, Yo diría que en mucho, Obrador se sustenta tanto en las estrategias de las sectas evangélicas "Made in USA" que tienen mucha fuerza en su natal Tabasco, uno de los estados más descatolizados desde la persecución en los años 20, como en la Teología de la Liberación, que sigue ejerciendo una gran influencia en la Izquierda Latinoamericana como desde los años sesenta y ahora sirve de base propagandista a los líderes de esta opción política, necesitados de contenidos y de sacudirse la fama de revoltosos y violentos, para aparecer ahora como mansas ovejas o más bien, como amorosos y precavidos pastores deseosos de guiar a sus naciones a pastar sobre verdes praderas y hermosos campos donde reposar...

El problema es que, por debajo, siguen siendo lobos.
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España y el fin de Zapatero:
 
El domingo fueron las elecciones generales en España que culminaron con la predecible derrota del PSOE y su candidato Alfredo Pérez Rubalcaba, sucesor impuesto por José Luis Rodríguez Zapatero al frente de la Izquierda Española. Los resultados han sido demoledores: el Partido Popular, integrado por el conservadurismo heredero hasta cierto punto de Franco, pero creyente en el Liberalismo Económico, ha aplastado absolutamente a los socialistas, desacreditados y detestados por el electorado tras 8 desastrosos años.
 
Sin embargo, no creo que Mariano Rajoy proceda a demoler toda la obra destructora de Zapatero en las cuestiones de fondo, que, como en el post anterior decía, son las causas profundas de la crisis europea, y por supuesto, española; Rajoy no dará marcha atrás al "Progresismo" instaurado por el "clon de Mr. Bean", al igual que David Cameron en Inglaterra, se avocará a los problemas económicos y eliminará el intervencionismo estatal estimulado por el gobierno de Izquierda, buscando alentar las inversiones y la capacidad emprendedora para nuevos negocios, el ahorro en el gasto público (se acabaron las subvenciones a cineastas y cantantes) y medidas de austeridad; por lo demás, al igual que Cameron, se acobardará ante las presiones de los lobbies gay, feministas, ecologistas y demás, buscando además evitar que le tilden de franquista, ultramontano o integrista católico; al menos, eso demostró durante su periodo como oposición.
 
Sin embargo, la salida de Zapatero, hombre fanático que puso sus utópicos sueños de destrucción de la "sociedad burguesa" para la implantación del orden socialista en España, que alentó los separatismos, la corrupción, la degeneración sexual, el fracaso familiar y concedió impunidad a la banda criminal de ETA, todo en pro de su ideología, mientras dejaba sin resolver los verdaderos problemas del país que crecieron hasta traducirse en 5 millones de desempleados, es algo alentador, es difícil que Rajoy o cualquier otro pueda ser peor que Zapatero.
 
Lo que sí, es que el nuevo Ejecutivo deberá tener cuidad: los "Indignados", la farándula y los sindicatos, todos ellos brazos armados de la extrema Izquierda a la que que tanto alentó Zapatero y que tanto le apoyó, serán enemigos hostiles de los que no habrá de esperar una tregua ni mucho menos ayuda; Rajoy deberá actuar con valor y con la fuerza del Estado para oponerse a estos grupos y evitar caer bajo su perniciosa influencia. España es un gran país con una cultura y una Historia vibrantes y grandiosas que merece algo mejor que la triste decadencia que está viviendo.




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