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14 de julio de 2011

LA PROTECCION A LOS DATOS PERSONALES Y EL ESPIONAJE EN INGLATERRA


He hablado en este espacio acerca del caso Wikileaks como muestra de lo que viene a ser en buena medida un abuso del derecho a la información por parte de los articulares, y fundamentalmente, de los medios periodísticos, que se han convertido, más que los ciudadanos de a pie, en los principales adalides de este derecho, no porque realmente sea una cuestión fundamental para las personas el tener acceso a toda la información generada por el Gobierno, lo cual no es cierto, ya que en muchas ocasiones depende de que cierta información se mantenga confidencial el brindar seguridad a las personas, sino por que muchos datos resultan ser platillos apetitosos para los medios de comunicación que de esta forma, no sólo hacen negocio por que una noticia escandalosa genera elevados ratings o aumenta las ventas de diarios y revistas, sino también por que el control de la información genera poder. Assange ha asegurado no que la sociedad ejerza poder sobre los Gobiernos, sino que los consorcios mediáticos que se nutren de las filtraciones chismeadas por el portal del australiano sean quienes tienen en sus manos la capacidad de modificar decisiones y presionar a los gobernantes con la amenaza de publicación de una u otra nota importante.Así, la caída del embajador norteamericano Carlos Pascual se debió a la filtración hecha por Wikileaks de los cables "confidenciales" enviados por el diplomático a Washington en los que reflejaba su pésima opinión personal sobre la Administración de Calderón y su partido.

Pero ahora, en Inglaterra, se ha desvelado todo un escándalo que ilustra las ansias de poder de los medios de comunicación y su completa falta de moralidad. Sin duda, muestran ser tal y como Stan Lee los retratara en sus cómics encarnados en el personaje de J.Jonah Jameson, dueño y editor del "Daily Bugle" en el Universo Marvel: "la verdad no importa, solo importa la noticia, porque la noticia vende", y he ahí que el grupo mediático encabezado por el magnate inglés Rupert Murdoch y cuya punta de lanza era el diario "News of the World" llegó a meterse con información confidencial no del Gobierno británico, sino de particulares.

Es bien sabido que sobre todo a la prensa escrita del Reino Unido le agradan las notas picantes, amarillistas o escandalosas, por ello, no se escatiman los medios a fin de conseguir la información que más estimule ese carácter de las noticias a publicar, así que el grupo de Murdoch empleó hackers, paparazzis, intervención de líneas telefónicas y micrófonos para saber lo que se contiene en conversaciones o mensajes privados, como por ejemplo, de familiares de víctimas de crímenes o viudas de los soldados británicos muertos en Irak o Afganistán, y lo peor, quizá, fue el haber intervenido en el entorpecimiento de las investigaciones sobre un secuestro con tal de no perder la noticia antes de que se pagara el rescate. En cierta forma, se jugó a ser como Tin Tín, el personaje del cómic del belga Hergé, que en vez de investigar la noticia se convertía en la noticia.

El escándalo le ha estallado a la Administración de David Cameron, hombre que está dispuesto a hacer cambios radicales en Gran Bretaña: por un lado ha planteado ya acabar con la discriminación hacia los católicos, ha hablado abiertamente de la importancia de la familia a una sociedad en crisis moral y espiritual, ha tratado de frenar la omnipresencia del "Lobby Gay" y ha tomado decisiones valientes y directas: como reformar el régimen financiero de la educación superior, reducir el tamaño de la administración y así reducir el gasto público; ahora le toca lidiar con el monstruo mediático, no solamente representado por Murdoch, sino por el propio consorcio público de TV y Radio: la BBC, o los nuevos consorcios que dependen de capitales extranjeros: islámicos y rusos, principalmente. Por lo pronto, ha iniciado una investigación ha fondo y se ha intervenido al consorcio de Murdoch, lo que representó el cierre del diario "News of the World", uno de los periódicos más antiguos, todavía en circulación, pues inició su publicación en 1842, bajo el cetro de la Reina Victoria, y se plantea la comparescencia del magnate británico ante el Parlamento, pues se trata de actividades no solo carentes de Etica, sino ilegales y de las que se desprenden numerosos delitos contra la libertad y privacidad de las personas afectadas.

Ciertamente, Reino Unido cuenta con una de las Legislaciones más avanzadas en materia de Transparencia y Protección de Datos Personales del mundo; sin embargo, como siempre, la tecnología avanza más rápido que el Derecho y he aquí que nuevamente se demuestra que en esta época de Internet y Redes Sociales, nadie tiene a salvo su privacidad, o al menos, resulta difícil protegerla. A muchos, la defensa del derecho a la privacidad de las personas les puede parecer algo trivial o incluso sin sentido en la actualidad, mas no es así, es una defensa ante todo de la libertad, misma que debe estar por encima de los intereses del Estado o de las grandes empresas de medios de comunicación y de todo sueño colectivista que siempre termina en pesadilla.

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