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19 de junio de 2011

JUEGO DE TRONOS, UN ANALISIS


Este post está dedicado a la memoria de mi papá, hoy sería su cumpleaños y aparte es Día del Padre... Felicidades a los padres que me leen...
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He estado disfrutando la lectura de la edición original en inglés de la novela de George R.R. Martin, "A Game of Thrones", primera parte de su saga de fantasía "A Song of Ice and Fire" y no me arrepiento de no estar viendo en TV la serie producida por HBO, ciertamente, por lo poco que he visto la adaptación ha sido llevada a cabo con gran cuidado, visualmente es impactante y cuenta con la excelente actuación de un elenco encabezado por el gran Sean Bean, gran actor irlandés, un tanto desperdiciado en Holywood, donde casi siempre ha interpretado a villanos o papeles secundarios y a quien ya vimos en otro clásico, --el más grande, sin duda-- del genero fantástico: "El Señor de los Anillos", donde interpretó a Boromir, hijo de Denethor, Senescal de Gondor y miembro de la Comunidad del Anillo. Desgraciadamente, HBO se ha detenido mucho en los detalles morbosos, fundamentalmente sexuales, que en la obra original o no aparecen o son comentados de mera pasada; tal parece que el lema de que "el que  no enseña no vende" se lo han tomado muy en serio los productores de ese canal.

No me cabe duda que la obra de Martin será un clásico del género, de la simple lectura del primer libro (y que voy a la mitad) he quedado gratamente impresionado: no tiene la majestuosidad del relato de Tolkien, ni una exaltación de la inocencia como en la obra de Ende, ni las pretenciones morales de la Narnia de Lewis o la complejidad de las relaciones entre realidades y planos de la Torre Oscura de King, y quizá en ello radica su particular grandeza: en un contexto fantástico, Martin narra una historia demasiado humana y demasiado plausible: intrigas políticas, luchas por el poder e intereses contrapuestos. No cabe duda, nos ha brindado un respiro y una renovación al relato fantástico. Aquí no existe un malo claramente definido: ni un Sauron, ni un Voldemort o un Rey Carmesí... no, aquí todo mundo tiene virtudes y defectos y todo mundo tiene intereses y posiciones que defender, tampoco hay un Aragorn, un Harry Potter o un Atreyu que sea el héroe arquetípico, no, aquí todo mundo, al final, lucha por su pellejo.

Pero decimos que la historia de intrigas y conspiraciones se ubica en un contexto fantástico, y es ahí donde Martin logra lo que Tolkien llamaba la "Subcreación", es decir, imaginar todo un universo diferente al nuestro, con su propia naturaleza, su geografía, su civilización y su historia. Al provenir del ámbito anglosajón la mayoría de los autores, desde el profesor de Oxford hasta Martin, se basan en las antiguas culturas germánica, escandinava y celta, y en la Edad Media europea, la excepción quizá sea Robert E. Howard, que en sus relatos sobre Kull el Conquistador o Conan y su Edad Hiboria mezcla elementos de diversas culturas y épocas, haciendo de su universo algo bastante complejo y muy parecido a la antigüedad, edad histórica a la que sus relatos imaginariamente preceden.

--OJO: SPOILERS--

La acción acontece en un continente llamado Westeros (el giño a Occidente, igual que en Tolkien, es patente), un territorio gigantesco, del tamaño de Sudamérica y que se extiende de norte a sur, cruzando el Ecuador (aunque la mayor parte se encuentra en el Hemisferio Norte) de un mundo que, todo indica, no parece ser la Tierra, donde además las estaciones del año tienen una duración irregular: a veces, los inviernos o los veranos pueden duar unos meses, a veces, años y hasta décadas. En Westeros existe una civilización humana que desciende de colonizadores llegados de un continente oriental, separadas ambas masas de tierra por el "Mar Estrecho" y en el que, en su tiempo, miles de años antes, floreció el Imperio de Valyria, una especie de civilización madre, tipo Imperio Romano, cuya época de gloria coincide con el florecimiento de la magia, una era en la que los humanos convivían con duendes, elfos, trolls, grifos, unicornios, sirenas y sobre todo, los temibles dragones, y que poco a poco se fueron extinguiendo, hasta el pasado reciente anterior a los acontecimientos contenidos en la novela.

He aquí un mapa de Westeros:


Tras la caída de Valyria, los humanos emigraron a Westeros y llevaron a la extinción a la civilización nativa, los "Hijos de los Bosques", una especie de elfos, y conformaron una sociedad feudal, fundándose 7 reinos que durante miles de años combatieron entre sí y ocuparon casi todo el continente, como puede verse en el mapa, salvo la parte del extremo norte, en el círculo ártico de ese mundo, donde continuaron existiendo amenazas comunes a todos los humanos de los reinos: tribus salvajes similares a esquimales y lapones, mamuts y lobos huargos, ambos animales reales, pero prehistóricos, propios de la Era de Hielo, (en las tierras más al sur, pastan grandes manadas de Uros, bóvido prehistórico, extinto en el siglo XVI y que es antepasado directo del toro de lidia) además de criaturas míticas y lo peor los llamados "Otros" o "Caminantes Blancos", especie de espectros asesinos.

Para defenderse de esas amenazas, los 7 reinos construyeron una enorme muralla de 600 metros de alto y que atraviesa costa a costa el itsmo que conduce al extremo norte, y una especie de orden de monjes guerreros, la "Guardia Nocturna", con la misión de defender la muralla. La civilización de los 7 reinos es similar a la europea medieval, aproximadamente como a fines del siglo XIV o inicios del XV, una Edad Media pagana, aunque las religiones politeistas que plasma Martin se parecen mucho al Cristianismo medieval, con órdenes religiosas y clérigos (los maestres), encargados de la educación y dedicados al estudio de la ciencia, artes e Historia. Del otro lado del Mar Estrecho, en el continente oriental, existen ahora ciudades-estado, similares a las griegas o a la antigua Cartago, así como un pueblo nómada guerrero y poderoso: los Dothraki, especie de mezcla entre los Mongoles y los Indígenas Norteamericanos de las Grandes Llanuras.

300 años antes de los hechos de la novela, llegó a Westeros Aegon Targarigen y sus hermanas, con un gran ejército y tres poderosos dragones, atacó a los siete reinos y sometió tanto a los monarcas como a sus señores feudales en grandes batallas. Al final, se procalmó rey de todo Westeros e hizo que uno de sus dragones fundiera las espadas de todos los reyes y señores feudales derrotados, forjando así el "Trono de Hierro" donde el rey de los Siete Reinos se sentaría en su palacio de su capital, la ciudad de King's Landing, fundada en el lugar donde desembarcó. Los reyes derrotados quedaron reducidos a ser señores feudales y gobernadores de las 7 provincias en las que se dividió el nuevo imperio.

La dinastía Targarigen gobernó con puño de hierro a Westeros, algunos de sus reyes fueron considerados grandes gobernantes, pero la mayoría fue detestada, pues fueron terriblemente tiranos, hasta que, 15 años antes del inicio de la trama de la novela, estalló una rebelión lidereada por dos nobles: Roberto Baratheon (Gobernador del Este)y Eddard Stark (Gobernador del Norte); al igual que la caída de los Tarquinios en Roma fue por la violación de la hermana de Marco Junio Bruto por el hijo del último rey romano-etrusco, lo que detona la rebelión contra el tiránico y demente Argierys Targarigen es la violación cometida por el heredero del rey de la hermana del Gobernador del Norte. La rebelión triunfa, los Targarygen exterminados salvo dos príncipes: Visyeris y su hermana Danayeris, que huyen a las ciudades-estado del este y Roberto, al ser descendiente de un medio-hermano de Aegon, el fundador de la dinastía, es proclamado nuevo rey, por tener por tanto cierta legitimidad para reinar, sin que nadie se planteara la disolución del reino unificado, al contrario, se buscó respetar el orden jurídico establecido por los reyes anteriores.

Aquí es donde viene lo interesante: "Juego de Tronos" es la historia de una trancisión mal llevada a cabo entre un régimen dictatorial y uno nuevo que promete ser más justo y liberal, pero que fracasa por dos cosas: primero, porque los rebeldes que terminan con el gobierno de los Targarygen no plantean un cambio real con el régimen anterior en sus fundamentos, digamos, no hacen las reformas constitucionales necesarias, sino simplemente, se da una continuidad con la sustitución de la cabeza coronada. En segundo lugar: por la falta de liderazgo de quien se esperaba, realizara la trancisión: Roberto Baratheon, tras haber sido un gran comandante en la rebelión, como Rey es un desastre: frívolo y perezoso, sólo se preocupa de fiestas y torneos, cacerías y mujeres, derrochando las arcas públicas en sus placeres. Ante la falta de fuerza de un gobierno central, las grandes familias nobles, empezando por los Lannisters, a la que pertenece la esposa del Rey, empiezan a conspirar para destronarlo y hacerse con el poder en Westeros, lo que llevará a la disolución del reino unificado y a una sangrienta y prolongada guerra civil, mientras que las amenazas comunes, como un probable ataque de las fuerzas sobrenaturales que habitan más allá de la muralla y la debilidad de la Guardia Nocturna, o el creciente poder de Danayeris Targarygen, casada con el rey de los Dothraki, que amenaza con regresar a retomar el trono de hierro, les tiene sin cuidado alguno.

Si no fuera porque el libro fue publicado en 1996, juraría que George R.R.Martin se basó en nuestra malhadada trancisión mexicana, donde se derrotó al régimen autoritario, no del dragón Targarygen, sino del dinosaurio priísta, no hubo pacto alguno para la transición ni se hicieron las reformas necesarias para modificar la conducción del Estado, sino que se planteó el continuismo, el "hacer lo mismo, pero diferente", y el líder encargado de hacer el "cambio", Vicente Fox, se manifestó como un buen candidato, pero fue un desastre como Presidente, igual que Roberto Baratheon: frivolidades, festejos, pan y circo, caracterizaron su mandato, lo mismo que la extrema ambición de su esposa que soñó con lograr el poder, al igual que en el libro que analizamos aquí, tras Fox y el vacío de autoridad, la violencia, el desórden y la falta de acuerdos, cada uno de los partidos vela por sus intereses y el país y la sociedad se descomponen, se desmoronan poco a poco.

No cabe duda, George R.R. Martin nos está regalando un nuevo clásico de fantasía que, seguramente, tiene como su gran mérito sustentarse en un excelente conocimiento de la realidad y de los entramados políticos; será que descubrió las características de todas las trancisiones frustradas y lo difícil que es romper con los hábitos autoritarios del pasado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta esta saga, desafortunadamente la conoci primero en HBO como serie. Me parecio muy interesante y cierta tu analogia con la politica actual mexicana, en verdad se esperaba mucho con el cambio de Gobierno, esperemos que esto siga cambiando para bien del pueblo.
Saludos.