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23 de julio de 2025

ADIÓS A OZZY OSBOURNE

 La Jornada - Al Olimpo de los dioses, el metalero Ozzy Osbourne, 'Príncipe  de las Tinieblas'

Apenas dos semanas después del homenaje rendido en el estadio Villa Park de la ciudad de Birmingham, Inglaterra, tanto a la banda Black Sabbath, como en lo particular a la persona de su vocalista, John Michael Ozzy Osbourne, por el retiro definitivo de estos artistas de los escenarios, dada su avanzada edad y problemas de salud, Ozzy nos ha dejado, a la edad de 76 años. Caray, comenté ese evento en el primer artículo que publiqué aquí al iniciar este mes.

Era evidente el estado de fragilidad en que el icónico cantante y compositor, el hombre que por más de 50 años encarnó al Heavy Metal, ya se encontraba; muy debilitado por el Mal de Parkinson fulminante que padecía, que le hizo aparecer sentado en un sillón hecho al efecto, pues ya no podía sostenerse sobre sus piernas, y con una mesita a un lado con sus medicinas. Sin embargo, esto no le impidió cantar con su voz clara y potente, varios de sus éxitos tanto en su etapa de solista como al frente de Sabbath, ni dominar al público con su presencia, su carisma y su innegable alegría de estar sobre el escenario, dedicado completamente a la música.

No hay mucho que agregar, Ozzy fue un hombre que vivió a plenitud, y por eso mismo, conoció tanto la luz como la oscuridad, se dejó atrapar por los vicios, excesos y adicciones incluso en un grado grotesco, pero gracias a su segunda esposa, Sharon Arden, hija del antiguo y explotador productor de Black Sabbath, y a todos sus hijos, incluyendo los de su primer matrimonio, y a su verdadera y enorme pasión por la música, y el sentirse arropado por el público, encontró la manera de reencausar su vida.

Porque si hay alguien que debe ser celebrado es la figura de la señora Sharon, a quien, a mi modo de ver, se le acusó injustamente de explotar y exprimir hasta el último centavo de la figura de su esposo; no creo que haya sido así. Ella aguantó todo, desde que lo conoció, cuando su padre la envió, tras la salida de Ozzy de Black Sabbath, a sacarlo a rastras de un hotelucho donde el cantante se había encerrado a autodestruirse en un abismo de drogas y alcohol para ponerlo a trabajar en su proyecto solista, algo vio ella en él más allá de un talento, una marca o producto a vender; si sólo hubiera sido eso, no se habría quedado a su lado en sus primeros años, cuando, acuciado por las deudas con su propio suegro, Osbourne no pudo ofrecerle como casa más que su propio tour-bus, no habría aguantado sus extravagancias, payasadas y locuras, algunas de ellas peligrosas, como la vez en que, fuera de sí por las drogas y los licores, Ozzy intentó ahorcarla. Ella se quedó, lo salvó, le dio un hogar y una familia. Como en su momento a Johnny Cash, a Ozzy le tocó una mujer extraordinaria que creyó en él, que le amó de verdad y fue siempre su apoyo más firme, su refugio y su mayor fan, que estuvo con él en todo momento, a pesar de todo y hasta el final.

La señora Sharon es una mujer extraordinaria, ahora que, confirmando lo dicho por Umberto Eco respecto a que las redes sociales han dado voz y relevancia a los idiotas, se han difundido los dichos del futbolista Javier Chicharito Hernández, --el ejemplo más claro y evidente de fracaso profesional y personal de un sujeto carente de moral y de buenas influencias que le guíen en su vida (ha tenido la del sociópata y embaucador Diego Dreyfus)-- sobre cómo deberían ser las mujeres, queda claro que contrario a lo que ese patán y estúpido dice, la señora Osbourne es un ejemplo de lo que debe ser una mujer en la vida de un hombre: un sostén constante, alguien digno de la admiración de su marido y que haga que éste vea en ella un impulso a salir adelante superando todos los obstáculos. Mi admiración y respeto para ella.

Mi amigo y mentor, el Dr. Rigoberto Ortiz me compartía que la conmoción producida por la muerte de Ozzy es comparable a la ocurrida hace 200 años con la muerte del compositor alemán Ludwig Van Beethoven, quien fue despedido por multitudes en su funeral en Viena, y no es para menos, el Rock and Roll no muere con él ni se apaga, como lo decíamos en el post sobre el homenaje hace dos semanas, estamos en una etapa de transición a una nueva generación que está transformando los sonidos del género, pero que le dará continuidad a lo iniciado por esa generación, ya no de pioneros en estricto sentido como lo fueran Elvis, Chuck Berry o los Beatles y los Rolling Stones, sino a quienes lo diversificaron y experimentaron, y le convirtieron en una música seria, incluso culta y que marcó generaciones. No habrá bandas legendarias como Sabbath, Judas Priest o Iron Maiden en el mismo sentido que éstas, pero sí seguirán apareciendo genios y artistas capaces de mantener la llama encendida. La figura de Osbourne, así, no es ninguna broma, es igual de trascendente que la del Coloso de Bonn.

Descanse en paz Ozzy Osbourne, cuenta con mis oraciones por el descanso de su alma, y mi gratitud eterna por su obra, que, como dije anteriormente, ha sido parte de la banda sonora de mi vida y lo seguirá siendo. GRACIAS.

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