La caída repetida de Joe Biden al subir las escaleras para acceder al avión presidencial Air Force One, es todo un símbolo de la debilidad y tambaleante situación en la que se encuentra Estados Unidos de América en estos momentos. Pero además de este hecho, que muestra que el anciano político demócrata quizá se encuentra ya perdiendo ciertas facultades neuromotoras, también se tienen sus constantes dislates, incoherencias y una patética conferencia de prensa el pasado 25 de marzo de 2021, en la que se muestra divagante, agotado y enfermo; es evidente que Biden no puede ejercer un liderazgo efectivo sobre el todavía país más poderoso del mundo. Igualmente, no parece que la Vicepresidente Kamala Harris sea, como se ha pensado y dicho anteriormente, la verdadera titular del poder... su frívola y nerviosa reacción al ser cuestionada sobre la situación de la crisis migratoria en la frontera con México, no parece propia de quien ejerce efectivamente el poder y toma decisiones, sino más bien, la de alguien incompetente que busca evadir sus responsabilidades, no sabe cómo enfrentar una situación problemática, sobre la cual, posiblemente, tampoco tiene gran idea sobre ella, y trata de minimizarla, para no pronunciarse al respecto; cuando no, sea indicio de que padece algún trastorno nervioso, como aquel representado por Joaquín Phoenix en Joker, ya que en otro evento público, mientras se encontraba hablando sobre temas de política educativa, sin que ella misma, ni nadie dijera algo chistoso, comenzó a carcajearse.
¿Qué está pasando en EUA? Si había dudas respecto a las alegaciones de fraude electoral en los pasados comicios del 03 de noviembre, creo que la extraña, vergonzosa e incluso peligrosa presidencia de Biden por sí misma las confirma: no puede ser posible que un anciano ya evidentemente presa de la demencia senil, carente de carisma y que tampoco realizó una campaña electoral real, haya sido el candidato más votado de la Historia con 80 millones de votos... Pese a los constantes elogios y pretensiones de parte de los medios de comunicación de disculpar a Biden, hacer ver como cosas sin importancia sus dislates: --como el provocar una tensa relación con Rusia tras haber afirmado con ligereza que Vladimir Putin es un asesino-- y considerar que se trata de un mandatario que está buscando recuperar la unidad nacional, cuando más bien parece lo contrario, es evidente que la salud mental, y física, del mandatario es cuestionable.
Sin embargo, esto tiene que ver con el proceso de neo-feudalización al que me he referido en este espacio anteriormente: si las grandes corporaciones y empresarios partidarios e impulsores de la Globalización, apuestan por el debilitamiento del Estado, a fin de que sean sus intereses y posiciones las que tomen las decisiones sobre los países, borren las fronteras y eliminen las barreras fiscales y las regulaciones para la expansión de monopolios y oligopolios en la informática, la tecnología y las finanzas; esto, ya se ha visto en el pasado:
Hay que recordar que la caída del Imperio Romano de Occidente no representó, en automático, la desaparición de la figura del Estado en Europa Occidental; la figura del César fue sustituida por la del rey en las diferentes regiones donde los pueblos germanos se asentaron y que adoptaron tanto el sistema legal como administrativo, en buena medida, de los Romanos. Ahora bien, los terratenientes se iban convirtiendo en grandes poderes de facto en las provincias romanas desde la época de la Crisis del siglo III, pero aún se encontraban sujetos al poder del Estado. El Reino de los Francos y el de los Visigodos, por ejemplo, constituyeron Estados centralizados que fueron verdaderos sucesores del Imperio Romano en Occidente; incluso, pese a la decadencia de la familia Merovingia y la fragmentación del reino debido a su primitivo sistema sucesorio, la necesidad de mantener el Estado aupó a Pipino el Breve al trono en sustitución de un rey como Childerico III que lo era meramente ceremonial.
El Feudalismo se impuso como consecuencia de la implosión del Imperio Carolingio y su fragmentación entre los hijos, nietos y demás descendientes de Carlomagno, los cuales fueron siendo cada vez más incompetentes, como en el pasado, había ocurrido con los Merovingios; esto se puede ver en los apodos de los últimos monarcas de la dinastía: Ludovico El Piadoso, Carlos el Gordo, Carlos el Calvo, Carlos el Simple, o Luis el Holgazán, ante estos gobernantes incapaces y débiles, los grandes terratenientes, que no eran otra cosa los Señores Feudales, llenaron el hueco dejado por un poder real que se debilitaba y se diluía, y que no pudo enfrentar a la amenaza de los Vikingos o Normandos, razón por lo que los Señores Feudales asumieron los roles propios del Estado: la Seguridad y la administración de Justicia, sujetando a la población a relaciones de trabajo, de prestación de servicios respecto a ellos, quienes a cambio, les ofrecían protección y la oportunidad de mantenerse trabajando las parcelas que les asignaban y quedarse así con un porcentaje de la producción...
Algo muy similar a lo que sucede hoy, en que parece que las grandes corporaciones y los grandes magnates desean aupar al poder a personajes incompetentes, a los que defienden y secundan por así convenir a sus intereses, mismos que consisten, fundamentalmente, en mantener o consolidar sus monopolios, nos desean como consumidores cautivos, y a la vez, como trabajadores de ellas, cerrando el círculo; habría que preguntarse si detrás de las peticiones que se dan en EUA detrás de la muerte del delincuente George Floyd, convertido en ícono de las reivindicaciones raciales de los afroamericanos, de quitar financiamiento a la policía, no existe en realidad la búsqueda de sustituir a las corporaciones estatales de seguridad pública por empresas privadas; como un ejemplo, en México ante la creciente inseguridad que se vive desde hace unos 20 años, ha habido una gran proliferación de empresas de seguridad privada; y en EUA, desde la Guerra de Irak, en ese entonces, nacieron algunas corporaciones, como Blackwater, hoy denominada Academi, y que, al parecer, actualmente es controlada por el gigante agropecuario Monsanto.
Así, el ascenso de Biden, el Senil, y su muy probable pronta sustitución por Kamala la Mala, como algunos ya le dicen, parece operar en esa lógica: debilitar al Estado y sustituirlo por la dictadura del Mercado, controlado a su vez por las grandes empresas y capitales... en pocas palabras, el sueño de los Libertarios, quienes sin embargo, no dudan en calificar de "comunistas" a quienes, en realidad, representan la máxima realización del Capitalismo salvaje; si Zuckerberg, Dorsey, Gates o Soros pretenden restringir las libertades y controlar a la sociedad, no es porque sean partidarios de las tesis Estalinistas o Marxistas, sino que, igualmente que los duques y condes del siglo X, buscan someter a las poblaciones a sus intereses particulares, creando una masa uniforme de trabajadores-consumidores cautivos de ellos en el esquema ideado por Ford, (no es de extrañarse que en la obra de Aldous Huxley, el creador del Modelo-T aparezca como un profeta fundador de su Mundo Feliz) en que el obrero produce los propios bienes que luego adquiere de su patrón y que elaboró para éste, mediante el crédito que le concede el banco, propiedad de los mismos oligarcas.
Pero en la dinámica internacional actual, un Estado norteamericano debilitado deja un hueco que, contrario a la opinión de los Globalistas, no podrán llenar las instituciones internacionales para constituir un Gobierno Mundial, como pudieran querer George Soros y otros potentados; la oposición islámica a tragarse el discurso de Género, por un lado, y el increíble empoderamiento de China lo hacen algo prácticamente imposible, y en el que, el Imperio de los Dragones, no desperdiciará la oportunidad de ejercer un poder hegemónico en el que incluso utilice a las instituciones globales en su beneficio, como ya lo ha hecho con la OMS ante la Pandemia. Sin embargo, eso al parecer no lo ven los Globalistas, quienes únicamente, guiados por su codicia, ven en la relación con Pekín la oportunidad de negocio y optimizar ganancias aprovechando la elevada oferta de mano de obra y la enorme demanda del mercado de consumo más grande del mundo.
A mi parecer, EUA, sea con Joe Biden o con Kamala Harris ocupando el Despacho Oval, se dirige a un colapso: endeudamiento, impuestos elevados que frenarán el crecimiento de EUA a al vez que medidas inútiles, como el asegurar la "inclusión" con operaciones de reasignación de sexo y no a la modernización y mejora de equipos, ni al diseño de alguna estrategia para la contención de China, a la que, ya antes, Trump había dejado aplastar lo que quedaba de la autonomía de Hong Kong; por el contrario, hubo ya un encuentro diplomático entre la Administración Biden(-Harris) y el Gobierno de Xi Jinping, en que los funcionarios enviados por Washington, se dejaron humillar ante las acusaciones y el cinismo de los chinos, quienes alegaban que Estados Unidos no le puede reclamar cuestiones de derechos humanos mientras se mantenga el "racismo sistémico" en la gran república del norte, a lo que se suma una tendencia hacia el empobrecimiento de la clase media, que constituía la fortaleza de la sociedad norteamericana, más la división de la sociedad por cualquier motivo: raza, género, posturas políticas... no hay elementos de cohesión que la mantenga unida, sin elementos que generen una verdadera identidad nacional; de igual manera, la curiosa aparición nuevamente de tiroteos, que bajo el mandato de Trump fueron escasos, son señalados como probablemente -e inhumanamente- provocados desde arriba, como atentados de "falsa bandera", para buscar prohibir la tenencia de armas, lo cual siempre ha sido temido en EUA como paso para la implantación de un régimen autoritario, y con cierta razón, dado que el que la población pueda armarse y dedicarse a actividades como la caza, clubes de tiro, o formar milicias paramilitares, sin duda constituyen un contrapeso disuasorio para cualquiera que pretenda establecer una represión contra la población.
La negativa que goza del apoyo, hasta de las élites de la farándula hollywoodense, de implementar reformas electorales, como el uso de una identificación para votar, --algo por lo que se luchó en México sobre todo en los años 80 a fin de evitar los fraudes en las votaciones-- no solamente levanta sospechas respecto a la validez y limpieza de los comicios que llevaron a Biden a la primera magistratura, sino también lleva a preguntarse qué pretende el Partido Demócrata, si a constituir un régimen de partido hegemónico con el apoyo de inmigrantes ilegales que votarán sin tener ni siquiera la nacionalidad y por supuesto, menos la ciudadanía, y la creación de clientelas al más puro estilo tercermundista, y buscar casi la proscripción de un Partido Republicano o cualquier otra opción que pretenda ir contra las prédicas progresistas.
A mi modo de ver, la situación de EUA es actualmente, cada vez más tensa, la Presidencia de Biden y los extraños sucesos que se han venido dando desde el 20 de febrero no da una perspectiva halagüeña del futuro de nuestro vecino del norte: Si el Gobierno Demócrata continúa con la prohibición de armas y la política de fronteras abiertas, qué hará Texas? ¿Buscará separarse de la federación norteamericana como ya lo hizo de la mexicana en 1836? ¿Se dará un conflicto interétnico entre anglosajones y afroamericanos? ¿Las políticas ambientalistas e impositivas de Biden llevarán a la salida de capitales, que beneficiará probablemente a China y destruirá lo que queda de la industria estadounidense?
Estemos atentos, esta situación apenas comienza.
1 comentario:
Creo que me estoy quedando corto, creí que Jimmy Carter fue el peor imbécil que ha estado en la Casa Blanca, pues parece que me he equivocado, ahora ese título se lo lleva Joseph Biden.
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