El vídeo con que encabezo esta entrada, corresponde a esos 22 minutos que se considera, han sido la apoteosis de la música del Rock & Roll, verificada en el viejo estadio de Wembley, hoy remodelado, en 1985, en el transcurso del concierto Live Aid, promovido por el músico y actor Bob Geldof para recaudar fondos para auxiliar a las víctimas de la hambruna en Etiopía que venía de sufriendo la feroz tiranía del socialista Megistu Haile Mariam y los infructuosos y atroces intentos de Fidel Castro por crear una especie de "Imperio Cubano" en Africa con la bendición de Moscú.
La banda Queen se coronaba como probablemente, la mejor agrupación musical del género en presentar un acto en vivo en todos los tiempos. Hoy en día, la vida de su vocalista-pianista-guitarrista rítmico ocasional Farroukh Bulsara, mejor conocido como Freddie Mercury, y de manera secundaria de la agrupación en su ascenso a las cumbres de la fama y la fortuna durante las décadas de los 70 y 80 ha sido llevada a la pantalla grande en una producción en la que intervinieron dos de los miembros supervivientes del grupo: Brian May, guitarrista y corista, y Roger Taylor, batería y segunda voz, y dirigida por Bryan Singer intitulada como Bohemian Rhapsody, el título de su canción más emblemática y en la que probablemente Mercury plasmó sus conflictos internos, así como su extraordinario talento musical y su inmensa cultura que le llevaba a ser un decidido aficionado a la música clásica y la ópera. En cierta forma, esa canción marcó la pauta para todos aquellos que en los últimos años, con bandas como Apocalyptica, Epica, Therion o Nightwish han buscado fusionar elementos clásicos, orquestales, corales y operísticos, con los sonidos eléctricos del rock.
Al ser una película basada en hechos históricos, creo que no vale aquí la advertencia de que esta entrada contiene spoilers, así que libremente expresaré aquí mi opinión: la película es buena, pero no extraordinaria, y quedó un tanto corta; no es culpa del realizador ni de la producción, por supuesto: Bulsara es un personaje complejo cuya desaparición es aún relativamente reciente y está pendiente hacer un estudio profundo tanto de su obra como de su vida, --de lo cual el actual clima ideológico probablemente impediría hacerlo en forma objetiva-- y ni se diga de la obra completa de la banda: Queen fue un cuarteto compuesto por cuatro músicos extraordinarios, decididamente superdotados intelectualmente y que lograron armonizar egos y talentos, razón por la cual si bien su obra no es considerada pionera como la de los Beatles, ni tampoco alcanza las cotas de complejidad y experimentación de la música de Pink Floyd, es sin embargo, considerada quizá como la más completa y la que además de tener un enorme éxito comercial y llenar estadios al dirigirse a audiencias masivas y tener una influencia enorme en agrupaciones posteriores, fue de una calidad enorme, quedando su música como parte de un patrimonio cultural masivo sin distinción de nacionalidades, clases o razas.
Mercury era un genio con grandes dotes artísticas y muy culto, además de poseer una capacidad vocal extraordinaria, Brian May, además de ser un guitarrista extraordinario, que incluso construyó su propio instrumento siendo un adolescente, con ayuda de su padre, un talentoso ingeniero, es un académico reconocido y respetado, con Doctorado en Astrofísica que ha colaborado en el diseño de experimentos con la NASA norteamericana y ha sido rector de la Universidad John Moores de Liverpool; Taylor ha destacado como compositor, productor y empresario y el bajista John Deacon encuadra en el caso tal cual del genio antisocial, que ahora vive un retiro dorado pero con humildad, avecindado en un barrio londinense de clase media y rodeado de una tranquila y numerosa familia.
La película sin embargo, no me dejó plenamente satisfecho: creo que la primera parte es demasiado rápida y parece por momentos, un montaje de videoclips ensamblados pero sin el hilo conductor. La actuación de Rami Malek es correcta y puede que le alcance para una nominación al Óscar; sin embargo, por momentos luce sobrada y presenta a un Mercury más afeminado o amanerado de lo que era en realidad, según se ve en sus entrevistas y actuaciones, por lo que dudo que gane la codiciada estatuilla, aunque le auguro un crecimiento enorme en su carrera; además que, mientras la caracterización de los otros actores: Ben Hardy como Roger Taylor, Joseph Mazzelo como Deacon y Gwilym Lee como May, es perfecta y parecen clones de los originales, además de que su trabajo actoral es muy bueno; tanto la dentadura como el bigote que usa el histrión egipcio se ven falsos a leguas. Lo que sí, la escena con la que cierra el filme y que corresponde a la reconstrucción punto por punto de la presentación en el Live Aid, y que fue la primera en ser grabada al iniciar la producción, es impresionante por su exactitud y porque sabe llegar al público, logrando que los espectadores nos sintamos dentro de las tribunas o cancha del Wembley coreando las canciones de la banda en ese momento; la edición de sonido, además, es impecable y la música de Queen que suena durante todo el metraje se escucha potente y más viva que nunca.
El filme por otro lado, posee notas interesantes o que han golpeado a ciertos interesados: si bien el guión se tomó muchas licencias respecto a lo que en realidad ocurrió, es de tomar en cuenta que los testimonios de May y Taylor fueron importantes en su construcción: así, ha sido políticamente incorrecto, puesto que, tal y como se plasma en el filme, la homosexualidad, o bisexualidad de Mercury nunca fue algo que él ostentase al estilo del Lobby LGBT actual, sino era una cuestión personal del cantante, y sentimentalmente siempre se mantuvo atado a Mary Austin, a quien siempre consideró el amor de su vida y con quien estuvo a punto de casarse. La relación con Jim Hutton, con quien vivía al momento de su muerte, es retratada más como la búsqueda de un amigo que se encontrase en situación similar a la suya y que pudiese ser un confidente y un apoyo, antes que algo amoroso, y en mucho, se señala a Paul Prenter, parte del staff detrás del grupo, como el responsable de haber descarrilado a Mercury y haberlo conducido por los caminos del vicio y la promiscuidad, de donde sacó la infección con el VIH que le llevaría a la muerte.
Vanos son los intentos de los lobbies de hacer de Mercury un símbolo para su causa, éste nunca consideró que sus preferencias en los placeres eróticos le definieran como persona; ciertamente fue un hedonista que se fue hacia los extremos en muchos aspectos, pero también fue una persona generosa, abierta, sensible, profesional y ante todo, alguien dueño de un talento musical inmenso y de una voz privilegiada, así como de un innegable carisma que le hacía dominar el escenario y las audiencias como nadie antes (salvo quizá Elvis Presley) y después lo ha hecho en la Historia del Rock & Roll. Él mismo se fijó como meta ser una leyenda de la música popular y lo logró, y dejó un inmenso legado artístico que supera toda faceta oscura o cuestionable que haya podido tener.
Independientemente de toda la controversia y la crítica que pueda hacerse respecto al filme, hay algo muy positivo que ha dejado tras su paso en las pantallas: Queen ha destronado al Reggaetón y a cualquier otro género de la decadente música popular actual en la escucha de los servicios de música en línea. Esto es alentador, las nuevas generaciones, esto es, los llamados Millenials, han crecido escuchando una música popular cada vez más mediocre, vulgar, simple y artificial que ha generado a anodinos como Justin Timberlake, artistas de plástico como Katy Perry, Justin Bieber o Ariana Grande, y de plano porquerías como Maluma, Bad Bunny, Pit Bull o los demás reggaetoneros, o la cultura del narco que les ha llevado a aplaudir a sujetos cuestionables como Julión Álvarez o todo el llamado "Movimiento Alterado", al menos en México; el hecho que los jóvenes se atrevan a escuchar a la banda británica puede ser, como ellos mismos lo pretendían, inspirador e impulsar a muchos con talento musical a tratar de subirse a su estela y generar nueva música de gran calidad.
Urge una revolución musical, y quién sabe, quizá esta película sirva para sembrar la semilla o la inquietud para lograrla.
Independientemente de toda la controversia y la crítica que pueda hacerse respecto al filme, hay algo muy positivo que ha dejado tras su paso en las pantallas: Queen ha destronado al Reggaetón y a cualquier otro género de la decadente música popular actual en la escucha de los servicios de música en línea. Esto es alentador, las nuevas generaciones, esto es, los llamados Millenials, han crecido escuchando una música popular cada vez más mediocre, vulgar, simple y artificial que ha generado a anodinos como Justin Timberlake, artistas de plástico como Katy Perry, Justin Bieber o Ariana Grande, y de plano porquerías como Maluma, Bad Bunny, Pit Bull o los demás reggaetoneros, o la cultura del narco que les ha llevado a aplaudir a sujetos cuestionables como Julión Álvarez o todo el llamado "Movimiento Alterado", al menos en México; el hecho que los jóvenes se atrevan a escuchar a la banda británica puede ser, como ellos mismos lo pretendían, inspirador e impulsar a muchos con talento musical a tratar de subirse a su estela y generar nueva música de gran calidad.
Urge una revolución musical, y quién sabe, quizá esta película sirva para sembrar la semilla o la inquietud para lograrla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario