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30 de noviembre de 2018

¿POR QUÉ FRACASÓ PEÑA NIETO?


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A unas cuantas horas de que termine el mandato de Enrique Peña Nieto, cabe hacer un análisis de porqué fracasó su mandato y se allanó el camino para la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, mejor conocido como AMLO o el Peje hacia la Presidencia de la República. 

Más que hablar de un fracaso de un individuo en particular, estamos hablando del fracaso de todo un proceso reformista del Estado Mexicano iniciado hace treinta años que pretendió pasar de un régimen de economía socialdemócrata-keynesiano, con control del Estado sobre la economía, populista y nacionalista, hacia un Estado con Democracia representativa, economía de libre mercado y anclado en la Globalización. Este fracaso ha provocado el triunfo de aquellos que pretenden regresar al esquema anterior, combinados con radicales de Izquierda, sea de la clásica marxista o de los "progresistas". Brevemente aquí quiero dar mi opinión al respecto:

En primer término, el fracaso individual del todavía mandatario emanado del PRI se debió, más que a errores de fondo en su gobierno, a enormes fallas de su equipo de comunicación y relaciones públicas, a una falta de comprensión de la evolución de la sociedad mexicana entre el año 2000 y el 2012, y lo que fue evolucionando durante su mandato y a soslayar el peso cada vez mayor, de las redes sociales:

  1. Generación de expectativas que no pudieron cumplirse: Al inicio de su mandato, Peña presentó una serie de reformas que iba a realizar y que iban a generar de manera inmediata resultados de prosperidad para la población, sin tomar en cuenta las cambiantes circunstancias internacionales y económicas, como las variaciones en los precios del petróleo y los conflictos en Medio Oriente, la situación en Corea, la rivalidad China-EUA, etc. Además también de los obstáculos internos que tendría la aplicación de esas reformas.
  2. Falta de asesoría: Peña Nieto se convirtió en el "Presidente de los memes" debido más que nada, a la falta de asesores efectivos en materia de imagen pública en Internet y a través de las redes sociales: se sobreexpuso mediáticamente y de manera innecesaria, por lo que, los que son errores típicamente humanos, quedaron a la vista de todos y ante el imaginario colectivo mexicano, en que los Presidentes tradicionalmente son vistos como figuras hieráticas e impecables, como actos propios de un idiota, además de que resultaba evidente que lo que le pasaba al mandatario era un enorme pánico escénico que nunca supo manejar y le llevó a numerosos dislates. Nadie le ayudó a controlar esa situación, de manera que el Presidente no pudo superarla.
  3. Apuesta por los medios inadecuados de promoción del Gobierno: Lo había dicho en este espacio: el matrimonio entre Peña y la actriz Angélica Rivera se antojó más como una alianza con Televisa en vez de una cuestión personal y familiar; sin embargo, fue un error fatal establecer esa alianza con una televisora que durante el sexenio fue en picada al no saber responder a los retos del Internet y las plataformas en línea de TV interactiva, al incremento de la televisión de paga, ya sea satelital o por cable y a las redes sociales. La propaganda tradicional cada vez tuvo menos efecto, mientras que, precisamente la Izquierda, supo apoderarse del Internet y manipular la opinión pública a su antojo sin que hubiera un verdadero esfuerzo por contrarrestarla. El caso más claro de ello fue la desaparición de los "estudiantes" de Ayotzinapa, que fue parte de un ajuste de cuentas entre bandas criminales locales del estado de Guerrero, y con la implicación probable de políticos de Izquierda, incluso cercanos a AMLO, pero que terminó por aparecer como un delito de Estado orquestado por el propio Gobierno de Peña, un manejo propagandístico digno de Goebbels terminó por hacerlo parecer así.
  4. Lealtad antes que experiencia: El designar a personajes como Luis Videgaray o Miguel Ángel Osorio Chong, o a Murillo Karam en puestos clave como Hacienda y luego Relaciones Exteriores, Gobernación o la Procuraduría General de la República por el mero hecho de ser gente de confianza personal de Peña fue un error garrafal, no mostraron oficio ni experiencia en el manejo de cada uno de los rubros de dichas dependencias y la eficiencia del gobierno se vio comprometida. Peña pretendió gobernar al país como hizo con el Estado de México, donde hizo un buen papel, pero a base de las tradicionales redes clientelares y compadrazgos del Grupo Atlacomulco, que resultaron insuficientes para un país mucho más complejo que esa entidad federativa y ante una sociedad presta a denunciar esa forma de gobernar tendiente a la corrupción.
  5. La Corrupción: Por supuesto, no puede soslayarse la corrupción presente en la administración de Peña, aunque, a mi modo de ver fue mucho peor durante los mandatos de sus dos inmediatos antecesores del PAN, sólo que en esta ocasión, ante el auge de las redes sociales, quedó mucho más visible y fue hábilmente empleada en su contra por sus enemigos. 
  6. La Incapacidad de frenar la inseguridad: Peña heredó de Calderón una situación caótica en el combate al crimen organizado, no pudo frenar la violencia de las bandas del narcotráfico y tuvo que soportar la vergüenza del escape del Chapo Guzmán, por si fuera poco, tampoco pudo detener que las televisoras --sus supuestas aliadas-- iniciaran una campaña de verdadera apología del delito como ha sido la proliferación de las llamadas "narcoseries" con las que los criminales han sido colocados en alturas de grado heroico por una población que es su principal víctima.
  7. Reformas insuficientes en materia penal: El nuevo sistema penal ha venido a resultar un fiasco, al parecer, lo que lo impulsó fue más bien los deseos de crear un ambiente amigable y parecido al de los tribunales y procedimientos del Derecho del Common Law para abogados norteamericanos y canadienses en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ahora renegociado de manera menos amplia, por lo que habrá que ver si el experimento de sistema sobrevive a esos cambios; por supuesto, el sistema oral no ha mejorado en nada ni la procuración de Justicia ni los índices de condenas, sino que la impunidad campea por doquier.
Esas siete son las causas que considero, inmediatas que provocaron la debacle electoral del PRI y le abrieron las puertas a lo que parece, será un retroceso hacia el autoritarismo más pesado y el marxismo más bananero que se combinará en la administración del tabasqueño, que no tiene nada de transformadora ni positivo ante los efectos negativos que han tenido sus hechos y declaraciones aún antes de entrar en funciones, así como la evidentemente perturbada personalidad o salud mental de algunos de sus representantes, como el escritor Paco Ignacio Taibo II, entre otros.

Pero en general, ¿porqué las reformas neoliberales han fracasado? Y eso, con matices; podemos decir que hay zonas del país donde dichas reformas implementadas desde el mandato de Carlos Salinas sí produjeron efectos positivos, como el norte del país o incluso, Jalisco, mi estado, Guanajuato o Aguascalientes. Sin embargo, podemos concluir que el efecto no fue general, y sí se generó descontento entre sectores de la población o regiones. He aquí lo que opino al respecto:

  1. La cultura e idiosincracia del mexicano: La sociedad mexicana ha sido una sociedad vertical, paternalista y corporativa desde el Virreinato; es muy difícil que en solo tres décadas se cambien 500 años de una sociedad estructurada de esa manera; existen muchos estamentos cerrados, --véase el medio del espectáculo en México, donde hay sucesiones dinásticas, el notariado, el gremio médico, etc.-- y en amplios sectores existe la idea de que el gobierno debe ser todopoderoso y resolver todos los problemas y cumplir todos los caprichos de los gobernados. Por ello, programas como el Solidaridad iniciado por Salinas, que implicaba que la gente misma se organizara y decidiera iniciar o ejecutar proyectos de infraestructura o productivos con la inversión estatal, no tuvieron eco y quedaron truncos. Los "Liberales" del siglo XIX no aplicaron el credo de Adam Smith, sino por el contrario, aumentaron la intervención y el autoritarismo del Estado con Juárez, Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz, salvo en lugares como Nuevo León, donde Bernardo Reyes aplicó las ideas planteadas por un "Conservador" y monárquico: Santiago Vidaurri.
  2. Reformas en exceso graduales y truncas: Por supuesto, el impulso reformista afectó intereses muy poderosos: los sindicatos, los burócratas, monopolios empresariales, etc. a fin de no afectarlos de golpe, Salinas inició reformas graduales que quizo ir acelerando a medida que veía que no le generaban ninguna respuesta contraria, hasta 1993, en que empezó la debacle con el asesinato del Cardenal Posadas, con quien había concretado la reforma que reconocía la personalidad jurídica de la Iglesia y restablecía las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, luego, la oscura y tortuosa "rebelión Zapatista" en Chiapas y la muerte de su sucesor designado: Luis Donaldo Colosio, quien en un famoso discurso habló prácticamente de retar a los viejos estamentos del régimen revolucionario y continuar las reformas aún con más énfasis, vino después la muerte de Alfredo Ruiz Massieu, y con Zedillo, una especie de pacto de no afectar más esos intereses; los dos presidentes emanados del PAN: Fox y Calderón, llegaron incluso a aliarse con lo más pútrido del régimen como han sido el sindicato petrolero y el de los docentes, para finalmente, cuando Peña Nieto decide proceder a hacer reformas en el ámbito energético y educativo, verse sobrepasado por el poderío fáctico de estas mafias, quienes finalmente, brindaron su apoyo al nativo de Macuspana.
  3. La ineptitud y corrupción del PAN: Cuando finalmente, en el 2000, un partido diferente al PRI: el PAN, de la mano de Vicente Fox llegó a la presidencia, las reformas prácticamente cesaron y por el contrario, se entró en una etapa de estancamiento en la cual se mantuvo la estabilidad económica, pero el mandato del guanajuatense se caracterizó por un gobierno de ocurrencias, poco serio y anárquico con guerras por la sucesión presidencial internas que fueron minando al partido por dentro, aunque todo empeoraría bajo Calderón, cuyo mandato errático, violento que desató una enorme crisis de seguridad pública, y autoritario hacia el partido del que emanó le llevó a hundirse en las elecciones de 2012 y a aplazar reformas que Peña apenas pudo realizar.
Como puede verse, estamos sufriendo las consecuencias de gobiernos ineptos para la gestión de un proceso de reformas y entrampados por la eterna lucha por el poder, que fue visto siempre como un fin y no como un medio y cuyos representantes no dejaron de ser mezquinos pese a que pudieron haber tenido altura de miras; y esto mismo es lo que es lo que sucederá: AMLO tiene ahora en sus manos el poder absoluto que le legó un pueblo que no desea moverse ni desea cambiar, quiere quedarse cómodamente en su cactus envuelto en el sarape y bajo el sombrero, las desigualdades ciertamente existen, pero éstas se dan en sociedades cuya economía se encuentra creciendo, no en economías estancadas; como nos ha pasado antes, y en eso consisten las "Transformaciones" a las que alude la Izquierda en sus eslóganes, siendo que ninguna nos llevó a algo mejor a lo anterior, pues México no ha vuelto a gozar de la riqueza y prosperidad que tuvo la Nueva España en los siglos XVII y XVIII, cuando probablemente fue la zona del mundo con mejor nivel de vida y paz social, esto ha sido aprovechado por demagogos llámense Miguel Hidalgo, Benito Juárez o Francisco I. Madero para su búsqueda del poder cargándose al país consigo. Es curioso que ahora López Obrador busque reivindicar a estos personajes y los ponga en su logotipo de administración, cuando, precisamente cada vez existen más cuestionamientos y una mayor crítica a ellos --lo mismo que a Lázaro Cárdenas, sujeto fundamental en el establecimiento del sistema priísta al que se supone combate el nuevo presidente-- de parte de la sociedad y las redes sociales están contribuyendo a ello, es sin duda un intento por acallar las críticas y anclarse en el pasado, funesto, que esos supuestos "héroes" dejaron.

Pues bien... cada pueblo merece el gobierno que se merece, y también escoge su propio castigo, los mexicanos tenemos muchos y abundantes pecados individuales y sociales, nosotros mismos hemos escogido nuestro tormento... ¿cómo acabará esto? Como siempre: la crisis será superada en unos años a un costo enorme, para volver a crecer y de nueva cuenta derrumbarnos por el peso de nuestra propia indolencia, violencia y envidias, que esos han sido los verdaderos factores que han movido la política en este país desde 1821. Y aquí seguiremos hablando al respecto, hasta donde se pueda.

15 de noviembre de 2018

BOHEMIAN RHAPSODY


El vídeo con que encabezo esta entrada, corresponde a esos 22 minutos que se considera, han sido la apoteosis de la música del Rock & Roll, verificada en el viejo estadio de Wembley, hoy remodelado, en 1985, en el transcurso del concierto Live Aid, promovido por el músico y actor Bob Geldof para recaudar fondos para auxiliar a las víctimas de la hambruna en Etiopía que venía de sufriendo la feroz tiranía del socialista Megistu Haile Mariam y los infructuosos y atroces intentos de Fidel Castro por crear una especie de "Imperio Cubano" en Africa con la bendición de Moscú. 

La banda Queen se coronaba como probablemente, la mejor agrupación musical del género en presentar un acto en vivo en todos los tiempos. Hoy en día, la vida de su vocalista-pianista-guitarrista rítmico ocasional Farroukh Bulsara, mejor conocido como Freddie Mercury, y de manera secundaria de la agrupación en su ascenso a las cumbres de la fama y la fortuna durante las décadas de los 70 y 80 ha sido llevada a la pantalla grande en una producción en la que intervinieron dos de los miembros supervivientes del grupo: Brian May, guitarrista y corista, y Roger Taylor, batería y segunda voz, y dirigida por Bryan Singer intitulada como Bohemian Rhapsody, el título de su canción más emblemática y en la que probablemente Mercury plasmó sus conflictos internos, así como su extraordinario talento musical y su inmensa cultura que le llevaba a ser un decidido aficionado a la música clásica y la ópera. En cierta forma, esa canción marcó la pauta para todos aquellos que en los últimos años, con bandas como Apocalyptica, Epica, Therion o Nightwish han buscado fusionar elementos clásicos, orquestales, corales y operísticos, con los sonidos eléctricos del rock.

Al ser una película basada en hechos históricos, creo que no vale aquí la advertencia de que esta entrada contiene spoilers, así que libremente expresaré aquí mi opinión: la película es buena, pero no extraordinaria, y quedó un tanto corta; no es culpa del realizador ni de la producción, por supuesto: Bulsara es un personaje complejo cuya desaparición es aún relativamente reciente y está pendiente hacer un estudio profundo tanto de su obra como de su vida, --de lo cual el actual clima ideológico probablemente impediría hacerlo en forma objetiva-- y ni se diga de la obra completa de la banda: Queen fue un cuarteto compuesto por cuatro músicos extraordinarios, decididamente superdotados intelectualmente y que lograron armonizar egos y talentos, razón por la cual si bien su obra no es considerada pionera como la de los Beatles, ni tampoco alcanza las cotas de complejidad y experimentación de la música de Pink Floyd, es sin embargo, considerada quizá como la más completa y la que además de tener un enorme éxito comercial y llenar estadios al dirigirse a audiencias masivas y tener una influencia enorme en agrupaciones posteriores, fue de una calidad enorme, quedando su música como parte de un patrimonio cultural masivo sin distinción de nacionalidades, clases o razas.

Mercury era un genio con grandes dotes artísticas y muy culto, además de poseer una capacidad vocal extraordinaria, Brian May, además de ser un guitarrista extraordinario, que incluso construyó su propio instrumento siendo un adolescente, con ayuda de su padre, un talentoso ingeniero, es un académico reconocido y respetado, con Doctorado en Astrofísica que ha colaborado en el diseño de experimentos con la NASA norteamericana y ha sido rector de la Universidad John Moores de Liverpool; Taylor ha destacado como compositor, productor y empresario y el bajista John Deacon encuadra en el caso tal cual del genio antisocial, que ahora vive un retiro dorado pero con humildad, avecindado en un barrio londinense de clase media y rodeado de una tranquila y numerosa familia.

La película sin embargo, no me dejó plenamente satisfecho: creo que la primera parte es demasiado rápida y parece por momentos, un montaje de videoclips ensamblados pero sin el hilo conductor. La actuación de Rami Malek es correcta y puede que le alcance para una nominación al Óscar; sin embargo, por momentos luce sobrada y presenta a un Mercury más afeminado o amanerado de lo que era en realidad, según se ve en sus entrevistas y actuaciones, por lo que dudo que gane la codiciada estatuilla, aunque le auguro un crecimiento enorme en su carrera; además que, mientras la caracterización de los otros actores: Ben Hardy como Roger Taylor, Joseph Mazzelo como Deacon y Gwilym Lee como May, es perfecta y parecen clones de los originales, además de que su trabajo actoral es muy bueno; tanto la dentadura como el bigote que usa el histrión egipcio se ven falsos a leguas. Lo que sí, la escena con la que cierra el filme y que corresponde a la reconstrucción punto por punto de la presentación en el Live Aid, y que fue la primera en ser grabada al iniciar la producción, es impresionante por su exactitud y porque sabe llegar al público, logrando que los espectadores nos sintamos dentro de las tribunas o cancha del Wembley coreando las canciones de la banda en ese momento; la edición de sonido, además, es impecable y la música de Queen que suena durante todo el metraje se escucha potente y más viva que nunca.

El filme por otro lado, posee notas interesantes o que han golpeado a ciertos interesados: si bien el guión se tomó muchas licencias respecto a lo que en realidad ocurrió, es de tomar en cuenta que los testimonios de May y Taylor fueron importantes en su construcción: así, ha sido políticamente incorrecto, puesto que, tal y como se plasma en el filme, la homosexualidad, o bisexualidad de Mercury nunca fue algo que él ostentase al estilo del Lobby LGBT actual, sino era una cuestión personal del cantante, y sentimentalmente siempre se mantuvo atado a Mary Austin, a quien siempre consideró el amor de su vida y con quien estuvo a punto de casarse. La relación con Jim Hutton, con quien vivía al momento de su muerte, es retratada más como la búsqueda de un amigo que se encontrase en situación similar a la suya y que pudiese ser un confidente y un apoyo, antes que algo amoroso, y en mucho, se señala a Paul Prenter, parte del staff detrás del grupo, como el responsable de haber descarrilado a Mercury y haberlo conducido por los caminos del vicio y la promiscuidad, de donde sacó la infección con el VIH que le llevaría a la muerte.

Vanos son los intentos de los lobbies de hacer de Mercury un símbolo para su causa, éste nunca consideró que sus preferencias en los placeres eróticos le definieran como persona; ciertamente fue un hedonista que se fue hacia los extremos en muchos aspectos, pero también fue una persona generosa, abierta, sensible, profesional y ante todo, alguien dueño de un talento musical inmenso y de una voz privilegiada, así como de un innegable carisma que le hacía dominar el escenario y las audiencias como nadie antes (salvo quizá Elvis Presley) y después lo ha hecho en la Historia del Rock & Roll. Él mismo se fijó como meta ser una leyenda de la música popular y lo logró, y dejó un inmenso legado artístico que supera toda faceta oscura o cuestionable que haya podido tener.

Independientemente de toda la controversia y la crítica que pueda hacerse respecto al filme, hay algo muy positivo que ha dejado tras su paso en las pantallas: Queen ha destronado al Reggaetón y a cualquier otro género de la decadente música popular actual en la escucha de los servicios de música en línea. Esto es alentador, las nuevas generaciones, esto es, los llamados Millenials, han crecido escuchando una música popular cada vez más mediocre, vulgar, simple y artificial que ha generado a anodinos como Justin Timberlake, artistas de plástico como Katy Perry, Justin Bieber o Ariana Grande, y de plano porquerías como Maluma, Bad Bunny, Pit Bull o los demás reggaetoneros, o la cultura del narco que les ha llevado a aplaudir a sujetos cuestionables como Julión Álvarez o todo el llamado "Movimiento Alterado", al menos en México; el hecho que los jóvenes se atrevan a escuchar a la banda británica puede ser, como ellos mismos lo pretendían, inspirador e impulsar a muchos con talento musical a tratar de subirse a su estela y generar nueva música de gran calidad.

Urge una revolución musical, y quién sabe, quizá esta película sirva para sembrar la semilla o la inquietud para lograrla.

13 de noviembre de 2018

EL CASO KHASHOGGI


La Globalización, un proceso iniciado en Occidente, ha sin embargo, beneficiado a sus enemigos principales: China, Rusia y el Islam, principalmente, todos ellos han obtenido más del proceso mundialista que perdido, y dentro, por ejemplo, del mundo islámico, un indiscutible ganador ha sido Arabia, gobernada por la Casa de Saud y que aspira a convertirse en el Estado central o hegemónico de la civilización musulmana, como diría Samuel Huntington, cuando no, incluso, aspira a ocupar el trono califal, vacante desde 1923 con el derrocamiento de Mohamhed VI, último representante de la Casa de Othmán.

Aunque nominalmente el viejo Rey Salman bin Abdul-Azziz ibn Saud es el Jefe de la "Casa de los 3,000 príncipes", el poder en realidad lo ostenta ya su hijo y heredero, representante ya de una nueva generación dispuesta a tomar las riendas del país que es cuna del Profeta Mahoma y del Islam, terminando así la serie de hijos del primer Rey que se fue turnando el trono en orden de edad y de importancia de sus respectivas madres en el harem real. Mohamhed bin Salman ibn Saud, es hoy por hoy, quizá el líder islámico más poderoso y más peligroso para Occidente --aunque ahí compite de cerca con el Presidente turco Reccep Tayyip Erdogán-- tiene a su cargo no sólo el ser el heredero al trono, sino también, el ser el Ministro de Defensa y gobernante de facto del desértico y petrolizado reino.

Mientras en Occidente nos estamos suicidando de la mano de la Democracia y mil y una discusiones bizantinas, sea sobre aeropuertos, el género de Miss Universo, si un personaje animado es ofensivo para cierta etnia, si los animales tienen derechos, etc. los islámicos conocen, practican y aplican la política real, la lucha por el poder verdadero, saben que una civilización cuyas nuevas generaciones se sienten ofendidas por palabras, y cuyas instituciones básicas como la Iglesia Católica se autodemuelen  para no incomodar a la orgía de consumo, hedonismo y frivolidad que inunda nuestras calles desde Londres hasta Buenos Aires, ellos tienen todo para tomar el poder global por asalto; no en balde, el propio príncipe Mohamhed ha declarado que "Medio Oriente es la nueva Europa", una frase desafiante que recalca que ahora será, como lo fue en la antigüedad, que en la región del "creciente fértil" nuevamente se tomarán las decisiones vitales y trascendentes.

Los últimos monarcas árabes han sido muy inteligentes en planear el empoderamiento de su país: fue el rey Fahd, probablemente el más notable que ha generado la dinastía saudita hasta el momento, quien sentó las bases para convertir a su país en una potencia regional, aprovechando la coyuntura representada por la Guerra del Golfo en 1991; hasta ese momento, Arabia no era más que un país productor de hidrocarburos de relativa riqueza; a partir de esos acontecimientos, se convirtió en un país desarrollado, y con ella, sus vecinos Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Bahrein. ¿Qué hizo Fahd? Estableció una alianza estratégica con EUA, permitiendo la instalación de bases militares en su territorio que sirvieron tanto para aplastar al régimen laico de Saddam Hussein como para amenazar y contener a Irán, con quien pronto nació la rivalidad, ya presente por la división entre Sunnitas y Chiítas. 

Pero no solamente abrió las puertas a los extranjeros, también logró que estos le abrieran las puertas a Arabia: el país, con altas ganancias petroleras, las comenzó a invertir tanto en Europa como en EUA, y eso hicieron también emiratíes o qataríes. Por esa razón, hasta los potentados más impulsores de las políticas globalistas, como un Bill Gates o un George Soros doblan las manos y hasta la cerviz ante el poderío económico súbito de las petromonarquías de Medio Oriente, quienes de esta manera se brincan ideologías de género, abortismos, legalización de drogas y demás, es más saben que ante la crisis demográfica que los países europeos sufren, pueden aportar inmigrantes que lograrán el sueño de la conquista e Europa y sometimiento o destrucción de la Cristiandad ante la Ummah, la comunidad de creyentes en el Islam.

Tras el 11 de septiembre de 2001, en vez de que Arabia fuese vetada por ser el origen de la mayoría de los atacantes, se colocó como el aliado más cercano de Washington en Medio Oriente en detrimento de Israel, que pronto se vio cuestionado y hecho a un lado por EUA por la cuestión palestina, llegando al extremo con Obama quien tuvo sucesivos desencuentros con el Estado Judío. Entre tanto, EUA armó a Arabia, que ahora cuenta con unas poderosas fuerzas armadas y una billetera llena con la que ha movilizado recursos para financiar movimientos islamistas radicales de inspiración wahabita-salafista en Medio Oriente, como el Estado Islámico o los rebeldes sirios en contra de Assad, las Primaveras Árabes o más recientemente la brutal guerra que tiene desatada Arabia contra la etnia Huti, de Yemen, chiítas y aliados incondicionales a los Persas desde los tiempos Sasánidas.

El artífice de toda esta política agresiva ha sido el Príncipe Mohamhed, quien busca, sin duda, convertir a Arabia en el Estado hegemónico del Mundo Islámico, y qué mejor con él como Jefe de Estado, y quizá también alguna preeminencia más allá; por ello, no ha dudado en emplear los medios clásicos de la política en Medio Oriente existentes desde los tiempos bíblicos: el homicidio y la intriga, y así, ha purgado tanto a la familia real como a la alta burocracia de la monarquía saudita, mediante acusaciones de corrupción y eliminado así rivales en el control de los hilos que manejan al reino y sus tentáculos islamistas en el exterior. 

Pero ahora, las ambiciones de Mohamhed chocan directamente con las de Erdogán el turco, y ambos líderes se encuentran ahora enfrentados por el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi, (en la imagen al inicio de esta entrada) un opositor a la política seguida por la familia Saud, y en especial, por el príncipe.

No nos equivoquemos: Khashoggi, si bien era un opositor al absolutismo real y teocrático que los Saud han desplegado por ochenta años al frente de la Arabia unificada tras de que Abdul-Azzis Ibn Saud expulsara a los Haschemitas del Hedjaz (región donde se encuentran las ciudades sagradas de La Meca y Medina), tampoco era un impulsor de la Democracia y la Libertad; las sociedades islámicas están tan compenetradas por las enseñanzas coránicas en todos los aspectos que plantear que va a aparecer alguien crítico a las doctrinas del profeta y plantear una sociedad regida por los valores de la Ilustración francesa del siglo XVIII y el Racionalismo inglés del XVII es una falacia, y los hechos recientes han demostrado, con las Primaveras Árabes o la deriva islamista de Turquía, que el legado pro-occidental y de laicización de las sociedades impulsado por personajes como Atatürk, Saddam Hussein, Nasser o Ghaddafi, o ha sido derrotada o se encuentra seriamente en peligro.

Así, aunque el periodista árabe colaborase en un diario tan progresista como el Washington Post, y diese su opinión para la CNN, la realidad es que el personaje había sido simpatizante, y hasta amigo de Osama bin Laden, que recordemos, comenzó su carrera terrorista como opositor a la política de acercamiento de Fahd a EUA, y el haber permitido la presencia de tropas norteamericanas en la tierra de origen del Islam; pues si bien Osama también había comenzado como aliado de los norteamericanos en contra de los rusos soviéticos en Afganistán, eso no implicaba permitir que ellos tuviesen una injerencia directa en los asuntos internos del reino, ni tampoco que asentasen sus reales en "tierra sagrada".

De este modo, Khashoggi no era ningún "progresista" en el sentido occidental del término; más bien era un purista, al igual que Bin Laden, crítico del pragmatismo saudita, y de las decisiones tomadas por capricho de los monarcas o del príncipe heredero actual, y que había sido arropado, como lo ha sido el fundamentalismo islámico recientemente, por la Izquierda occidental tanto en Europa como en EUA, que ve en los islamistas a buscadores de justicia en contra de las prácticas coloniales occidentales y sus esbirros israelíes, como son medios como The Washington Post o CNN, pero que sin embargo, para la Casa de Saud era un opositor peligroso, como lo había sido el antiguo magnate de la construcción. De forma tal que un complot que culminó con el degollamiento y descuartizamiento del periodista para ser sepultado clandestinamente en los terrenos del consulado árabe en Estambul parece algo que fue organizado desde arriba.

Por supuesto, la casa real derivará la responsabilidad en uno o más chivos expiatorios, que dirán ser los autores intelectuales del horrendo crimen, aunque quizá Erdogan, quien es un verdadero zorro, pretenda utilizar este caso como arma en contra de sus rivales del sur en la búsqueda del poder sobre el Islam Sunnita, y tratar de contribiuir al alejamiento de Trump respecto de la Corte de Riyadh y una mejora de las relaciones entre EUA y Ankara, después de todo, los Turcos forman parte de la OTAN, aunque para muchos, como para los Griegos y los Búlgaros, sean un convidado de piedra o un enemigo en casa.

Como puede verse, las cosas han cambiado poco en Medio Oriente desde la Edad de Bronce: la intriga, el crimen de Estado y el juego de alianzas y contra alianzas son moneda corriente, y esto es apenas el principio; ¿qué pasará cuando el hoy príncipe Saudita alcance la corona a la muerte de su padre? ¿será aceptado como nuevo rey por el resto de príncipes de la petromonarquía? ¿Turquía le dejará seguir sus planes hegemónicos? ¿Buscará el Califato para sí? Definitivamente, veremos un thriller político de proporciones bíblicas del que se definirá, en mucho, el futuro del planeta entero para generaciones venideras.

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Pregunta:

¿Quién dotó a los Palestinos de misiles de verdad, que han sido capaces de vulnerar el sistema de defensa antiaérea Cúpula de Hierro de Israel en vez de los cohetes caseros imprecisos y poco efectivos?

El ataque del 12 de noviembre fue, decididamente, una declaración de guerra contra el Estado Judío y una advertencia de que las hasta ahora débiles fuerzas militantes de la Franja de Gaza cuentan hoy con armamento capaz de amenazar realmente a los hebreos. Y la pregunta es: ¿Quién está detrás?

Todo esto me lleva a afirmar: algo, gordo, está pasando en Medio Oriente, y es la lucha por el poder verdadero más allá de nuestros bizantinos e inútiles debates ideológicos.

12 de noviembre de 2018

HASTA SIEMPRE, STAN LEE

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Como fan de toda la vida de los cómics, Stan the Man Lee --su verdadero nombre fue Stanley Martin Lieber, de origen judío-- ha sido para mi un referente en cuanto al "octavo arte", un viejo conocido, no como para muchos que apenas se aficionaron a sus personajes por la presencia cinematográfica de los mismos en las últimas dos décadas; sin duda alguna, es el historietista más influyente de todos los tiempos: habrá otros, desde nuestro mexicano José Guadalupe Posada, al belga Hergé, pasando por Bob Kane, Jerry Siegel, o los franceses Goscinni y Uderzo; pero ninguno de ellos pasará a la Historia con la trascendencia del neoyorkino.

Stan Lee llevó al cómic a la mayoría de edad; antes de él, las historietas eran un simple entretenimiento infantil de viñetas coloridas e historias simples y maniqueas de héroes contra malvados. Lee, en cambio, demostró que a través de los dibujos dialogados podían narrarse historias adultas, serias, con contenido social y temas profundos: los héroes podían tener problemas comunes, como un Peter Parker con problemas para llegar a fin de mes con sus gastos, o una psicología compleja como el abogado ciego Matt Murdock, de quien hablé hace poco; los héroes podían sufrir pérdidas irreparables, como el propio fotógrafo arácnido y la muerte del amor de su vida, Gwen Stacy, incluso, podían ser patriotas y cuestionar las acciones de su gobierno, sin caer en la deslealtad como el Capitán América o demostrar pocos escrúpulos, como muchas veces lo hace Tony Stark, para lograr sus fines. Los villanos, por su parte, pueden tener motivos incluso justos, como pasa en el caso de Magneto, que explican sus decisiones, pueden tener una faceta benevolente y positiva, como pasa con el Dr. Doom, o pueden ser capaces de amar, defender a los suyos y tener honor, como pasa con Wilson Fisk; en pocas palabras, sus personajes son profundamente humanos sin perder sus características fantásticas, y en eso, Lee sentó un parteaguas al beber directamente de la literatura clásica para imaginar a caracteres de mallas coloridas y bíceps imposibles.

Es cierto que los enormes logros de Lee --que nunca fue dibujante-- se debieron también a la colaboración con artistas como Steve Ditko, Jack Kirby o John Romita, ellos sí artistas del lápiz y pincel, y que muchos de sus personajes, ya sea concebidos por él, o creados por sus continuadores y subordinados o discípulos, no fueron del todo originales; en mucho se debieron a lo hecho previamente por DC Comics desde los años 30; sin embargo, fue en la redacción de sus guiones, el planteamiento de los contextos y el diseño de personajes, donde Lee estableció un cambio de paradigmas en el género del cómic de superhéroes: situó a sus personajes en locaciones reales, como es la ciudad de Nueva York, les creó vidas normales, con problemas cotidianos y realistas e hizo que los superpoderes fuesen accesorios a personas que podrían vivir en la casa de al lado o salir en el noticiero. Aquello llevó a que los lectores nos identificáramos con ellos y nos encariñáramos más: para un adolescente, es más cercano un Spider-Man que tras enfrentarse a mafiosos o villanos igualmente poderosos, tiene que estudiar para un examen o planear una salida con su novia, que el alienígena kriptoniano poderosísimo cuya vida  encubierta como reportero en un periódico es muy secundaria y apenas vista.

Tras Lee, cuya explosión creativa ocurrió en los años sesenta, salvando a Marvel Comics de la irrelevancia y la quiebra, el cómic se convirtió en arte: guionistas como Alan Moore, Frank Miller o Neil Gaiman se atrevieron a ir por más y a escribir verdaderas novelas contadas con dibujos, mismos que también se elevaron a alturas artísticas mucho mayores al estilo kitsch de Ditko, Kirby, Romita o Buscema, y también se convirtió en una industria billonaria, que pronto brincaría a otros medios, como la TV y el cine. Impulsó a la competencia a DC, que sobre todo, en los años 80, y tras el evento conocido como Crisis en las Tierras Infinitas, y la llegada de John Byrne a las páginas de Superman, tomó mucho de su influencia y aterrizó bastante a sus personajes sin perder, el por otro lado, igualmente atractivo e interesante estilo de la vieja editora. Si bien ésta incursionó primero en la TV, fue Marvel, de la mano de Stan Lee, que en los 70 produjo una serie con mucho más contenido pese a los pocos recursos, con la inolvidable interpretación de Bill Bixby y Lou Ferrigno en la representación de la lucha del Dr. Bruce Banner contra el demonio de su ira representado por Hulk. Lo demás es Historia: hoy, Marvel ha rebasado por completo en sus logros cinematográficos a DC, que no ha logrado conjuntar su universo de fantasía de manera coherente en el celuloide. 

Hace tiempo, leí una crítica bastante dura contra el viejo editor y guionista: se le recriminaba su amargo rompimiento con Ditko o Kirby, la manera un tanto tiránica con que dirigió a "la Casa de las Ideas", y sobre todo que, tras esa gran explosión de creatividad en los años sesenta, los demás proyectos que Lee encabezara tanto dentro como fuera de Marvel fueran fracasos: el Nuevo Universo que prometía un contexto aún más realista para una serie de nuevos personajes, ideado a mediados de los 80 no cuajó; proyectos de animaciones, incluso de intervención o colaboración de Lee con DC, o nuevos personajes y seriales, no fructificaron; en mucho, Stan se convirtió, y pasó las últimas décadas, convertido en ícono o imagen de Marvel y de ahí, junto con su afición al cine y querer imitar a Hitchcock, sus repetidos cameos en las películas hechas basadas en sus personajes.

Sin embargo, creo que el papel de Stan Lee fue en el momento y circunstancias exactas, echó a rodar el balón, tocó a otros patearlo más lejos y jugar con él y quizá, en algún momento, él quedó desfasado o superado, sin embargo, con lo que hizo bastó para convertirse en ícono y guía para los creativos que expandieron la historieta, no sólo del género de superhéroes, sino en su totalidad. Por otro lado, sus cómics no estuvieron exentos de la enseñanza de virtudes y valores, siendo de origen judío, era creyente pero no muy practicante, y casó con una mujer católica, quien falleció el año pasado y con quien procreó una hija a la que educó en la fe cristiana de su esposa. En su obra se respira el valor, la justicia, la esperanza, la tenacidad, la fortaleza, templanza y empatía. También durante un tiempo, se reflejó la oposición al Marxismo en plena Guerra Fría. Probablemente, y pese a las equivocadas lecturas que se han dado a los X-Men, cuyas historias deben verse en el contexto de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos, Lee no estaba muy de acuerdo con la deriva progresista que ahora Disney le ha impuesto a Marvel y sus productos, y apenas intervenía ya en la línea editorial. Creo que, pese a todo, Lee trató de mantener su obra fuera de los debates políticos sin perder sensibilidad y denuncia a problemas sociales, incluso tan graves como el abuso de drogas.

Para mi, en lo personal, Stan Lee fue un héroe, alguien que con sus cómics, particularmente los de Spider-Man, Avengers y los Cuatro Fantásticos, hizo gran parte de mi infancia y que he crecido leyendo y siendo testigo de la expansión del imperio mediático que construyó paso a paso. Stan Lee me abrió las puertas de la imaginación y me ha hecho atreverme a activar la creatividad. 

Lo extrañaré, pero también agradezco haberle conocido a través de la obra de su ingenio. Por eso, ¡¡GRACIAS POR TANTO, STAN!! Descanse en paz.