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22 de julio de 2016

BREXIT!-PARTE 2: CONSECUENCIAS

1.-Las reacciones:


Antes y después del referéndum, las predicciones sobre el futuro de Gran Bretaña y aún del mundo sobre las consecuencias que tendría la salida de la isla de la Unión continental rozaban y rozan lo apocalíptico... por supuesto, dichas predicciones provienen de los derrotados y quienes han sido los principales beneficiarios del estado de cosas: la farándula inglesa, sin duda una de las grandes fuerzas culturales y económicas con las que aún cuenta el reino desde los años 60 se ha manifestado con luto, lo mismo los intelectuales, economistas y escritores; incluso, han llegado hasta el insulto, al grado de calificar de "analfabetos", "ignorantes", "iletrados económicos" a los ciudadanos que ejercieron su derecho a decir "NO".
No nos debe extrañar, en primer lugar, son los de la Izquierda y los "progresistas" quienes en nombre de la "tolerancia", "diversidad" y "no discriminación", terminan siempre por etiquetar a las personas y a denostar a quienes no piensan como ellos, y en este caso, se trata de gremios que han sido beneficiados por la Globalización a la que perciben ahora como resquebrajándose ante los resultados de la votación. Hugh Laurie, Gerard Butler, Daniel Radcliffe, James McAvoy y demás histriones británicos no inundarían a Hollywood de no ser por la mundialización, aunque también deberían darse cuenta que el cine británico no produce el mismo número y calidad de películas que el de EUA debido a las cuotas y subsidios gubernamentales que recibe pese a su inmenso potencial y la enorme cantidad de talento que posee, además de los corsés políticos e ideológicos que se le imponen a sus realizadores (mismo caso que en España y que poco a poco, desde Obama, se está imponiendo en EUA), todo para complacer las regulaciones y políticas de "fomento a la cultura" o a "la diversidad" "el medio ambiente" y demás que se fijan en Bruselas, claro que, por supuesto, esta situación beneficia a realizadores y actores que reciben financiamiento público para proyectos domésticos o para asociaciones, fundaciones, ONG's y demás que sirven tanto para hacerse publicidad como para deducir impuestos; de ahí que gustosos, los faranduleros -lo que incluye también a la constelación de músicos británicos- apoyen a la Unión y coman gustosos del pesebre y, a cambio, sean corifeos de las bondades del bloque.
También no es de extrañarse que una escritora de bodrios como la escocesa J.K. Rowling proteste vehementemente contra quienes votaron contra la unión, después de todo, los bajos estándares culturales del mundialismo y la publicidad global hacen que tenga más éxito y sea más leída que Cervantes, Shakespeare u Homero. Igualmente, cantan alabanzas a las medidas burocráticas emanadas de Bruselas.
Y del sector financiero ni se diga, es el más afectado, puesto que la City de Londres, como ya anteriormente lo expuse en mi primer blog, se ha convertido en un "paraíso fiscal" donde han llegado capitales no solo provenientes de otros países comunitarios, sino del mundo islámico, de la India, Rusia o China, --HSBC, el gigantesco y controversial banco asiático tiene su sede en la capital inglesa-- por lo que la entrada de un gobierno con una perspectiva nacionalista que buscaría de una vez terminar con la ridícula vigencia de leyes promulgadas por Enrique II en el siglo XII pensadas en su tiempo para fomentar ferias de mercaderes, y que han servido actualmente para proteger y eximir de responsabilidades a usureros y lavadores de dinero.
Pero también los medios de comunicación principales, -los mainstream- y no solo en Inglaterra, donde hay que decirlo, desde el Telegraph, el Guardian y hasta el tradicionalmente "progresista" Independent, se comportaron de manera objetiva al respecto al presentar opiniones diversas con pros y contras ante el referéndum, muestra del alto nivel del periodismo británico que ya quisiéramos en México, han lamentado casi con alaridos la decisión tomada por los votantes ingleses, llegando hasta calificar, en los diarios de Grupo Milenio aquí en México, como "las horas más tristes para el Reino Unido". Incluso el caricaturista Paco Calderón, tradicionalmente conservador y crítico de la Izquierda o del "Progresismo", despotrica contra la decisión y la califica como algo visceral, propio de los viejos contra los jóvenes (típico cliché de la modernidad: los jóvenes serán la fuerza del cambio, son el futuro, siempre tienen la razón pese a no tener experiencia, faltarles formación y madurez... muy diferente a la idea que se tiene de ello en China), además que al colocar a Felipe II de España al mismo nivel que Napoleón o Hitler como "déspota", comete una inmensa injusticia histórica y demuestra enorme ignorancia que le hace tragar la "leyenda negra" generada por los Ingleses contra el Rey Prudente y en la que ya ni ellos mismos creen.
Sabemos bien que los medios en México están vinculados con muchos intereses ajenos a los que deberían ser nacionales, pero son los del dinero (como los de Slim) y ejercen de porra a favor de Hillary Clinton en el proceso electoral estadounidense, son partidarios de la ideología de género, del homosexualismo político y de la eugenesia, de la drogadicción como modo de diversión válido aunque sea en realidad una forma de idiotizar y adormecer a los jóvenes por los que tanto se preocupan, del ateísmo y un cientifismo superficial e ignorante, que reducen la palabra "diversidad" a una serie de fetichismos, perversiones y gustos sexuales según los cuales clasifican a las personas y le dan importancia pública, mientras promueven la uniformización del modo de vida de la gente según los modelos que nos da el cine y la TV norteamericanas, para luego derramar lágrimas de cocodrilo por la pérdida de tradiciones, lenguas y pueblos autóctonos; todos ellos elementos del discurso de la Unión Europea y de los grandes poderes económicos y empresariales que han sido los grandes beneficiarios de la Globalización.
Todo esto hace que no se vea que, en realidad, para las generaciones de ingleses que ya median entre los 70 y 35 años, la experiencia de pertenecer a la Unión Europea ha sido desastrosa y no les ha redituado beneficios, mientras que los jóvenes se decantaron por seguir en el bloque porque son estómagos agradecidos del pienso hedonista y de subvenciones que las autoridades comunitarias gustosamente les brindan, en pocas palabras, y como asentirían los sabios chinos: son manipulables.
Así que ahí entendemos las reacciones.
2.- El Futuro del Reino ¿Desunido?


Los celtas del Ulster y de Escocia, conducidos por sus nacionalistas, jugaron bien y votaron masivamente por mantenerse en la Unión Europea; como dije en el post anterior, esto es una apelación nueva al continente como desesperadamente lo hicieran en el siglo XVIII  y en 1916 ante, la que hay que reconocer, brutal estrategia de dominación anglosajona sobre ellos.
Sin embargo, en Inglaterra la mentalidad ha cambiado: si en los años setenta se luchó denodadamente contra el violento y cruel separatismo insuflado por el Sinn Feinn y el IRA en el norte irlandés y se menospreciaba como algo folklórico el separatismo de Pictos y Escotos en la antigua Alba, quienes por otro lado, habían dado muestras de lealtad a la corona en las Guerras Napoleónicas y en las dos Mundiales, hoy en día los anglos parecen entre resignados, cuando no hasta ansiosos por que la union jack se desmantele y vuelva a ondear sola la cruz de San Jorge como fuera en las Cruzadas con Ricardo I Corazón de León.
Finalmente Irlanda y Escocia son zonas subdesarrolladas y constituyen lastres para Londres. A menudo comparo la situación de ambas regiones con Chiapas y Oaxaca en México: después de todo, los Celtas son la raza indígena de Europa y de las propias islas británicas: Escoceses, Galeses e Irlandeses son los últimos de una serie de pueblos que antiguamente se extendían por toda Europa y hasta llegaron a Asia Menor en la Epoca Helenística (Galos, Lusitanos, Helvecios, Celtíberos y Gálatas por ejemplo, fueron exterminados o integrados por los Romanos, lo mismo que los Bretones, destruidos finalmente por los Anglosajones al invadir la isla en el siglo V, pese a la resistencia organizada por el romano Quinto Flavio Artorio, mejor conocido en las leyendas como el Rey Arturo), son por tanto, tan indígenas como los Zapotecas o los Mayas aquí en América, y como ellos, se sienten acreedores de una deuda histórica, piden subvenciones, privilegios fiscales, programas sociales y se sienten perpetuamente víctimas, exigiendo a los gobiernos la solución de todos sus problemas sin ellos poner nada de su parte.
Pese a las zonas industriales de Glasgow o Belfast, los Celtas tienen altas cotas de desempleo, tienen ingresos más bajos y un nivel de vida inferior a Ingleses y aún a sus hermanos de raza Galeses. Para los contribuyentes Ingleses, se trata de haraganes y conflictivos, y en el caso de los Irlandeses, de un peligro latente de que regresen a las andadas terroristas, además de ser en general muy proclives al conflicto dada la división tanto entre Escoceses como Irlandeses del norte, entre Católicos y Protestantes, estos últimos -quizá a partir de ahora, ya no tanto- leales a la corona como lo manifestaban en los desfiles de la Orden de Orange en Belfast, o se percibe en las incontables broncas entre jugadores y aficionados del Celtic y del Rangers en Glasgow. Además, el peso económico que aportan al PIB británico es mínimo comparado con lo que aporta Inglaterra que sigue siendo, con sus zonas industriales en Londres, Manchester, Sheffield o York, sus finanzas y sus puertos como Liverpool, Plymouth, Bristol o Porthsmouth donde se centra la generación de riqueza y la educación gira en torno a sus grandes universidades y no en los yermos helados y ventosos escoceses, que más bien vienen a ser barriles sin fondo donde se consumen enormes recursos en forma de ayuda gubernamental.
La realidad es que la mayoría de los Ingleses quieren escuchar Erin go bragh! Alba gu brath! y que los celtas decidan continuar a bordo del Titanic comunitario, y que el deber de subsidiarles su manutención pase a los Alemanes, -quienes se han hecho cargo de mantener como territorios vasallos a la esquilmada Europa Oriental y han abusado inmoralmente de los Griegos- sería en realidad deshacerse de peso muerto y de problemas que ya tienen siglos sin solución.
Por cierto, en relación a la industria de la bebida nacional escocesa, el whiskey, éste pasaría a manos no de los celtas, sino a ser una inversión en el extranjero de los odiados sassenach, puesto que desde el siglo XIX, y aunque algunas marcas conserven los apellidos gaélicos de los fundadores, la producción y comercialización del "agua de vida" está en manos de consorcios basados en Londres y presididos por anglosajones, si no, pregúntenle a John Walker...
3.- ¿Aislamiento?

aislamiento
Los medios parecen presentar que, una Inglaterra que volviera a sus fronteras de inicios del siglo XIV, sin Escocia ni nada de Irlanda, y excluida de la Unión Europea se convertiría en una especie de Cuba europea, lo cual, en el mundo de hoy es imposible, tanto que hasta la isla caribeña se está abriendo al comercio global ante el retiro de sanciones por EUA; y es de dudarse que Nigel Farage o Boris Johnson tengan un proyecto político similar al de la familia Kim norcoreana.
Inglaterra tendría muchísimas opciones:
Primero: El divorcio con la Unión Europea no significa que, en el periodo de salida del bloque no se negocie un acuerdo de libre comercio con éste.
Segundo: Podrá potenciarse a la Commonwealth donde Inglaterra cuenta con grandes potencias emergentes que vendrían a volverse socios de primera importancia: Australia, la India, Canadá o Singapur, por ejemplo. Aunque el gigante infantil de América esté gobernado por un "progresista" extremo como Justin Trudeau y en Inglaterra lleguen al ministerio partidarios del conservadurismo y tradicionalismo como los mencionados Farage y su partido UKIP o Johnson y el ala más conservadora de los Tories, es muy difícil que el francocanadiense cometa la locura de romper con la Comunidad Británica y proclame la república, lo mismo en Australia, por más presiones que se ejerzan de los lobbies y de un EUA que sienta que un ministerio de orientación nacionalista se aleje de la "relación especial" entre la antigua colonia y su metrópoli; sería casi suicida, mientras que los hindúes verían en Inglaterra un vasto campo para multitud de relaciones económicas comerciales a aprovechar.
Tercero: Sin el lastre de tener que preguntar a Bruselas, Inglaterra podría negociar tratados comerciales e intensificar su comercio con Rusia -uno de los grandes ganadores del Brexit- Latinoamérica, Africa, China y hasta con EUA. Como vemos, más que quedar encerrada en sí misma, la monarquía sajona tendría mucha mayor libertad para relacionarse con el mundo.
4.- El Fracaso de la Unión Europea:
Eurozona
Lo que en general provocó o influyó en mucho en los votantes ingleses fue el evidente fracaso de la Unión. Es muy simple, incluso va hacia las intenciones de sus fundadores; estos fueron principalmente, el Canciller de Alemania Occidental Dr. Konrad Adenauer, el Primer Ministro francés Robert Schuman, y su ministro de economía Jean Monnet, así como el Primer Ministro italiano Alcide de Gasperi. Todos ellos tenían un denominador común: eran católicos, y a excepción de Monnet, quien no fue sino hasta su vejez que regularizó su situación matrimonial y se volvió devoto, lo eran en forma acendrada, a grado tal que en torno a Schuman y a de Gasperi han surgido movimientos que han promovido procesos de beatificación para ambos.
Incluso, como nos lo narra el reconocido periodista e intelectual católico inglés (y partidario del BrexitDamian Thompson, el proyecto de unidad que se concretó con la Comunidad Europea del Carbón y el Acero y luego con el Tratado de Roma, impulsado por estos estadistas, estaba influido por el pensamiento tanto del Papa León XIII como de Jacques Maritain, el pensador católico que más influyó -para bien o para mal- en la Iglesia durante el siglo XX. La intención final del proyecto de unidad no era crear un "bloque supranacional" ni una especie de Estados Unidos de Europa como llegara a proponer, irónicamente, Winston Churchill, sino aprovechar las relaciones económicas para generar una situación de interdependencia entre las potencias europeas, y en especial entre aquellas que desde 1870 eran los causantes de todos los conflictos en el continente: Francia y Alemania, para lograr mantener la paz: en este esquema, Alemania no buscaría someter a sus vecinos galos porque necesitaba de sus productos o servicios y viceversa, y lo mismo los demás; se pondría así fin a una serie interminable de luchas y rivalidades entre los más poderosos del continente que existía desde el siglo XVI cuando España se encumbró sobre los demás.
La inspiración cristiana quedó más marcada con la bandera misma de la Unión, la corona de 12 estrellas está inspirada en un vitral de la Catedral de Estrasburgo:
De forma que aparte de simbolizar a los 12 Estados miembros originales de la Unión se invocaba a la protección de la Virgen María, en la idea del autor de la bandera, el pintor francés católico Arséne Heitz.
Supongo que, desde el cielo, la cara de Adenauer y Schuman debió ser de espanto cuando vieron a sus sucesores Angela Merkel y Françoise Hollande presidir la inauguración del túnel de San Gotardo hace unos días:
 [youtube https://www.youtube.com/watch?v=iqltRuQbs1k&w=560&h=315]
Espeluznante, ¿no? De verdad que si yo voy alguna vez a Europa evitaré entrar a ese túnel; y espera mantenerse uno escéptico ante las teorías de la conspiración... la verdad es que muchos de los actuales líderes están metidos en Masonerías y ocultismos, y son altamente supersticiosos, como también ha quedado demostrado con el correo electrónico filtrado en el que Hillary Clinton deja ver el culto que rinde al antiguo dios fenicio Moloch, así que no es de extrañarse esto. Lo que sí, esta traición tan enorme a los principios de los fundadores,  no debe ni puede ser interpretada sino como fracaso, para empezar. Hoy en día, la Unión Europea es sin duda un polo de descristianización, donde se busca arrinconar al Cristianismo fuera de la vida pública mientras se abren las puertas al Islam.
Pero además de este fracaso (¡uno más! aunque el mayor quizá sea el propio Concilio Vaticano II) del pensamiento Demócrata-Cristiano de Maritain y demás, se encuentra algo que impacta directamente en lo material de cada europeo: la crisis del Euro, misma que ha sido el detonante de lo que estamos viendo; porque lejos de que se crea que el Brexit es o será causante de una crisis económica sin precedentes, la realidad es que se trata de un síntoma o una consecuencia de lo que se estaba dando en el bloque desde el 2008 y que terminó por estallar con la crisis griega: la moneda única ha sido un error tremendo, y si bien Inglaterra no se encuentra dentro de la unión monetaria, también lo es que con su PNB contribuye a sostener la economía de todo el conjunto, la cual es sustento del Euro: pero por ello es que el contribuyente inglés resiente el pago de subsidios a las economías ineficientes o menos desarrolladas de Grecia o Polonia que sin embargo están en la zona de la moneda única, y en realidad, se está contribuyendo a que sea Alemania la potencia dominante al ser la economía más poderosa del continente.
Esto había sido previsto por Margaret Thatcher, quien en 1990 se oponía a la reunificación alemana, pues tenía claro que Alemania de inmediato se lanzaría a la búsqueda de la hegemonía continental sin los contrapesos ruso y occidental que habían mantenido a Alemania Occidental en cierta forma controlada pese a su potencia económica, y en efecto, los germanos promovieron la expansión de la Unión hacia el este, recibiendo a países en situación económica deteriorada tras cuarenta años de comunismo castrante y estéril a fin de contar con su área de influencia con mano de obra barata y mercados cautivos; finalmente, los alemanes del oeste tendrían que subsidiar el desarrollo de la parte oriental, saqueada y destrozada por gentuza como Hönecker y adláteres y la ocupación soviética; pero para estabilizar a Europa del este y aprovecharla, necesitaría no solo aplicar fondos ella, sino que los demás países desarrollados del oeste cooperaran, y así ha sido desde entonces. De igual manera, Alemania estimuló el nacimiento del Euro, del cual es el principal sostén y conductor desde su banca en Fankfurt.
El hecho es que el pueblo inglés, y también gran parte del español, fancés, holandés y otros, se están dando cuenta que todo ha sido para mantenerle a flote el negocio a los germanos, cuya ambición ha sido una de las principales causas de que de ser un área de libre comercio esto haya degenerado en un intento de Estado federal con una regulación y una policía del pensamiento propia de los tiempos soviéticos.
5.- Efecto dominó:
Si ya para el año 2000, ante la inminencia de la Unión Monetaria se difundieron estos afiches en España, imagínense hoy cómo han aumentado y se han fortalecido los "euroescépticos", no solo en el país ibérico, sino en el resto del continente tras los resultados del Brexit, ciertamente, en las elecciones generales de este domingo, celebradas en España, no ganó Podemos -afortunadamente, porque, aunque euroescéptico, el partido de Pablo Iglesias esconde detrás intereses oscuros del Chavismo venezolano, de Irán y Rusia- sino que se le concedió un tercer mandato consecutivo al Partido Popular y a Mariano Rajoy, quien está más que comprometido con el proyecto europeo, en una línea similar a la que tenía el derrotado Cameron en Londres.
La Unión Europea era como una torre del popular juego de mesa "jenga", al sacar una de las tablillas, el resto del edificio empieza a tambalearse y guarda por ahora un equilibrio precario.
La victoria del referéndum que fue postulada por un partido político de reciente aparición: UKIP Partido por la Independencia del Reino Unido, liderado por Nigel Farage, y por el ala más conservadora de los tradicionalmente llamados Tories, dirigidos por Boris Johnson, quien siendo alcalde de Londres ejerció como opositor en casa al gobierno de David Cameron que no ha resultado nada conservador, sí "progresista" y totalmente europeísta. Como siempre, por parte de los medios, de los intelectuales, farándula y demás élites parte de la intelligentsia, si aparece alguien defendiendo la identidad nacional en contra del mundo globalizado, si se defiende la necesidad de contar con principios morales, si se reconocen las raíces cristianas de Occidente, si se habla de los riesgos de la migración descontrolada y del peligro del Islam radical anidado en las comunidades de dicha procedencia enquistadas a su vez en Europa, de inmediato es etiquetado como "extrema Derecha" y como "neonazi", "xenófobo" y "racista".
Es cierto: el nacionalismo fue fuente de las grandes guerras europeas, en especial desde Napoleón y hasta la Segunda Guerra Mundial; sin embargo, como hemos dicho, la idea original de la formación de las comunidades europeas radicaba en generar interdependencia como seguro contra la rivalidad entre las potencias europeas por tener intereses compartidos, no en la desaparición de las identidades nacionales y de los propios Estados, la renuncia a las propias culturas, raíces y costumbres para generar un espacio neutro, antiséptico, monocromático y cuadrado como es la cultura estadounidense a fin de servir de terreno para el multiculturalismo, convertido en necesario para aceptar a los inmigrantes sin los cuales las industrias y el sistema de pensiones, se quedaría sin quién los nutriera ante una natalidad bajísima y escasos jóvenes en edad productiva, lo cual es consecuencia de la entrada masiva de las mujeres al mundo laboral y el rechazo a fundar familias y tener responsabilidades que quiten el tiempo a los logros profesionales, a los viajes y a la diversión.
 Todo esto ha propiciado el ascenso en los últimos años de opciones políticas que se centran en la defensa de las identidades nacionales y culturales, del rescate de los valores tradicionales y poner límites a la migración: los casos más relevantes, además del UKIP, son del Front Nationale en Francia, Amanecer Dorado en Grecia, el Partido por la Libertad en Holanda, de Geert Wilders, el Partido de la Libertad austriaco, el partido Alternativa para Alemania, y los ya en el poder Unión Cívica Húngara de Víctor Orbán y el Partido Ley y Justicia en Polonia de Beata Szydlo, la actual Primer Ministro. Incluso desde la Izquierda aparecen movimientos euroescépticos, como Syriza, en el poder en Grecia, y el mencionado Podemos en España. Hoy todos estos grupos y partidos con un cada vez mayor apoyo popular, ante los resultados de la votación en Reino Unido, piden la celebración de referéndums en sus países para plantear la salida de la Unión Europea; en algunos casos, ciertas encuestas parecen augurar un resultado similar a favor del desmantelamiento del bloque, como en Francia, donde solo un 38% del electorado está a favor del mantenimiento de la Unión.
Todos esos movimientos encarnan el descontento con una Unión a la que ven encarnada en una élite de burócratas parasitaria, donde se refugian políticos descartados en sus países de origen, como es el caso actual de Donald Tusk, ex-Primer Ministro polaco y que salió por piernas de Varsovia acusado de no defender el interés nacional del país eslavo, sino de favorecer a Alemania y debilidad ante la amenaza rusa, que ven en el Euro un desastre o que temen a la hegemonía germana a cambio de perderlo todo, como pasó con República Checa, convertida en un prostíbulo o mero centro turístico despojado de sus industrias que han pasado a poder de consorcios alemanes, también, los recientes ataques islamistas en París y Bruselas llevan a concluir que las débiles políticas migratorias europeas, y la inoperante política de seguridad continental ante el terrorismo islámico lleva a que los europeos tengan un enorme temor ante la evidencia de su fragilidad ante una amenaza real y ubicua.
El avance de estos partidos y movimientos, que se rehusan a ser parte de una masa gris y uniforme aborregada en pro de la multiculturalidad y de la "diversidad", que en realidad es repetir los mismos discursos que políticos, músicos, periodistas, estrellas de la farándula y del deporte les dicen, que consuman las mismas cosas y piensen las mismas ideas, que están dispuestos a defenderse ante la irrupción de peligrosos extranjeros que les obliguen a abandonar sus libertades y su forma de ser implica una reacción, una apertura de ojos ante los proyectos mezquinos de oligarquías empoderadas que se benefician de esta uniformidad y del caos generado para provocarlo. Hoy, cómo no, ante la perspectiva de el ascenso de estos movimientos, y del magnate Donald Trump, un marginado, pese a sus millones, de los círculos del poder en EUA, las élites de la Globalización movilizan sus ejércitos de sicofantes para advertirnos de que viene el lobo, cuando los lobos verdaderos son ellos.
6.- Otros ganadores... y perdedores:
Putin brexit
Un indudable ganador de todo esto es Vladimir Vladimirovich Putin. Ya en el anterior blog decía que este año parecía de derrotas para el amo del Kremlin, mas parece que no es así, sino que, como también apuntaba, puede encontrarse ahora cambiando de objetivos, y en vez de irse tan lejos de su fría patria, a Sudamérica, puede que empiece a armar un bloque aliado en Europa de la mano de estos partidos conservadores que empiezan a ganar terreno y del debilitamiento y final desmembramiento del bloque continental.
Ya David Cameron había acusado al astuto eslavo de haber intervenido y apoyado al UKIP... quizá tiene razón, quizá Putin apoyó de alguna manera a ese partido y a quienes se pusieron a favor del Brexit: a Moscú le interesa una Europa dividida y debilitada que ya no pueda sostener las sanciones económicas decretadas en su contra por el asunto de Ucrania-Crimea; también quiere que las políticas europeas, hasta ahora tan dóciles a EUA se resquebrajen y una Inglaterra, como habíamos dicho, necesitada de mercados ante la salida del bloque, busque acercarse a Rusia y establezca nexos con el gigante eslavo, levantando sanciones. También sabe, o supone que, debilitando y dividiendo a la Unión, también debilitará a la OTAN a la larga.
Claro, Putin tendrá que vencer la desconfianza histórica que polacos y húngaros tienen hacia Rusia, por ejemplo, aunque compartan principios, ideologías y tendencias,por lo pronto, cuenta con la simpatía del UKIP y del Front Nationale francés. Veremos qué tal le va en los próximos meses y años.
Del lado de los perdedores tenemos a EUA, quien apostaba por una Europa integrada, pero compuesta por países debilitados al rango de entidades federativas que por sí mismas no representasen nada, con gobiernos dóciles a sus intereses. La eventual separación del bloque volvería a traernos a Estados que competirían entre sí por tener relevancia en el concierto de las naciones, lo que aumentaría los focos de poder en el mundo más allá de EUA y los emergentes. La división, y la vuelta a la competencia entre sí de las potencias europeas tal vez nos llevaría a un mundo con más riesgos, pero a la vez, más diverso y con menos acumulación de poder en un solo o en pocos puntos.
Otro de los perdedores es el Papa Francisco I; como Damian Thompson señala, mientras el Arzobispo de Canterbury, Justin Wellby habló dejando en claro que era cuestión de la propia conciencia de cada quien el votar a favor o en contra de la unión, Bergoglio y los obispos católicos británicos llamaron a votar a favor de ella, impelido el pontífice por el reciente "premio Carlomagno" por su papel en la integración europea ante su discurso favorable a la recepción de la oleada de refugiados musulmanes. (Carlomagno, en realidad, hubiera combatido para expulsar a esos sarracenos y mantener a la Europa romano-germana intacta); nuevamente y fiel a su estilo de político sudamericano, el pontífice argentino se mete imprudentemente en temas que no le corresponden y se resbala y confunde, a los fieles poniendo en riesgo su credibilidad.
Conclusión:
Lo que acabamos de ver es, posiblemente, el mayor acontecimiento del año: las consecuencias y alcances están por verse; de igual manera qué tanto dejan que esto se haga efectivo por los intereses en juego. Las pérdidas económicas serán inmensas; simplemente pensemos en el impacto en la Liga Premier del fútbol inglés ante el cambio de la situación migratoria de los jugadores comunitarios.
Sin embargo, quizá la gente que votó a favor de salir pensó en algo mucho más valioso que el dinero: la libertad. Es algo invaluable y merece todos los sacrificios, y sí, una mayor libertad lleva a una mayor prosperidad pero cuesta tiempo y trabajo lograrla más que estar como vacas en el pesebre que los poderosos brindan para la engorda del ganado al que luego sacrifican. El pueblo inglés que votó por la salida demostró valor de oponerse a los dictados de las élites de burócratas y financieros para recuperar su identidad, su dignidad y su voz; por eso los dedos acusadores y las críticas. Los demás pueblos europeos deberían imitarles y poner fin a un experimento que sólo les ha traído debilidad, limitaciones y exposición a peligros externos y regresarla a la idea original: un área de libre comercio, de cooperación y defensa común sin eliminar la soberanía ni las identidades ni raíces de sus miembros en un esquema que ahoga hasta las libertades de los individuos.
En su cumpleaños número 90, el pueblo inglés le ha regalado algo muy especial a Isabel II: por primera vez, desde 1972, ella puede ser saludada como "Soberana".

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