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10 de julio de 2015

EL JUEGO DE TSIPRAS


Como buen izquierdista, Alexis Tsipras es un sinvergüenza y un cínico --el gesto en la fotografía con la que ilustro esta entrada, sacada en su comparecencia ante el Parlamento Europeo es elocuente de ello,-- combinado con la tradicional tortuosidad de la diplomacia helena, lo cual se les ha achacado desde los tiempos clásicos; pero en absoluto es un estúpido; por el contrario, el Ateniense bien podría haber sido nativo de Itaca y descendiente del ingenioso Ulises; como éste, resulta fecundo en ardides como diría el inmortal Homero y el referéndum del pasado domingo fue uno de carácter magno, que hasta ahora, le ha venido resultando, mientras parece demostrar que la Unión Europea es un castillo de naipes a punto de desmoronarse, así como que el pretendido liderazgo de la Canciller germana Angel Merkel resulta ser un mito; el aqueo parece develar que detrás del pomposo membrete de "mujer más poderosa del mundo" se encuentra una señora ordinaria, cuyo empoderamiento se debió a heredar una hegemonía alemana cimentada en el milagro y el poderío económico construido durante la postguerra y a la posición indiscutible de líder del bloque continental, pero que ante una situación que se sale del plan como es el caso griego, --o el ucraniano, donde la alemana parece debatirse entre su alianza con EUA (debilitada tras revelarse el espionaje sistemático ejercido por la Inteligencia useña a Alemania) y la necesaria y eterna relación de amor-odio con Rusia-- se muestra indecisa y no sabe como reaccionar.

Tsipras, es cierto, es sin embargo, lo mismo que su país, un tipo limitado, la situación actual griega que se pintaba como generadora de un ominoso porvenir para la Unión y para la Economía Mundial, parece que en realidad no llega a tanto; y es lógico, la economía de los Argivos es de peso ligero comparada con la de muchos otros países fuera de Europa, como México, por ejemplo; al ser un país que no genera gran cosa más allá de turismo y productos agrícolas como aceite de oliva o ganado ovino y en escasa cantidad.

Por ello, el referéndum y la astuta idea de organizarlo y llevarlo a cabo debe ser visto desde la lógica interna de la Hélade, antes que ver en ello una medida dirigida a romper la Unión Europea y poner en jaque a las cabezas dirigentes del Bloque; en esta semana casi que ha pasado desde que los Dánaos acudieron a las urnas sintiéndose en los tiempos de Pericles o de Pelópidas y Epaminondas las cosas se han  mantenido prácticamente igual, y pese a que sí ha existido cierta turbulencia en los mercados, la misma fue controlada y el pánico fue calmando al pasar de los días. Finalmente se dimensionó que la mínima aportación griega al PIB continental no podía influir mucho en la pérdida de valor del Euro de darse el Grexit.

Y es que, también, al final, Tsipras llegó ante el Parlamento Europeo, y ante los negociadores, con una bandera blanca y dispuesto a aceptar más reformas de austeridad; como si en la consulta hubiese ganado el "NO"; el día de hoy, incluso, el Parlamento Heleno ha aprobado más recortes y la cúpula europea se muestra obsequiosa a aceptar un plan presentado por el gobierno izquierdista que no varía mucho, en realidad, de las condiciones que le pretendían imponer días antes de la votación popular, sin embargo, ésta le dotó de, por un lado cierta fortaleza para hacer que los líderes europeos aceptasen una vez más sentarse a negociar con él, al exhibirlos y victimizando a su propio pueblo que de esta manera abiertamente se manifiesta en contra de la élite del Bloque; pero sobre todo, le justifica y legitima ante su propia gente.

De esta manera, el Primer Ministro heleno puede presentarse ante su pueblo como facultado para negociar defendiendo sus intereses, como un nuevo Leónidas contra la malvada Merkel, resistiendo en las Termópilas contra los ataques de la horda depredadora financiera liderada por Berlín. Ahora, si al fin la posición helena debe ceder, como parece ser, ante las presiones del Bloque, puede plantearse como víctima de éste y que hizo todo lo posible por defender a Grecia; así, el costo político lo puede trasladar hacia afuera del país, costo que ha empezado a devengarse con cierta división al interior del partido Syriza.

Finalmente, Tsipras no es más que un político pragmático, díscolo y verdaderamente manipulador que no busca más que salir al paso de una crisis que heredó y aprovecharla para mantenerse en el poder en Atenas a base de populismo y demagogia; lo realmente preocupante para Europa y la Economía Mundial no es lo que pase en Grecia; lo realmente alarmante es que el ejemplo de lo ocurrido aquí se contagie a otros países del bloque: en Inglaterra, si bien el Partido Independiente UKIP no ganó, si influyó junto a la generalizada y ya antigua desconfianza de los británicos hacia la Unión para que ahora, como lo anunciara Isabel II, se plantee el referéndum para salir de la Unión (sin que la isla haya sido parte de la moneda única), pero este no es el peor caso: tenemos a España, donde Podemos salió triunfante de las elecciones municipales y locales y va con fuerza hacia las generales; la situación económica, el descrédito de los partidos tradicionales como el PP y el PSOE, y la corrupción generalizada hasta en la familia real lleva a que el electorado hispano, en especial los más jóvenes que se enfrentan al desempleo, se decanten por el discurso populista de Pablo Iglesias, aunque ya en el gobierno, los integrantes de esta formación de Izquierda se esté revelando como una abigarrada colección de fanáticos comunistas, excéntricos, por decir lo menos, que están implementando medidas rayanas en el ridículo en muchos casos, o desnortados que no saben qué hacer ahora que se encuentran en el poder, no son astutos ni pragmáticos como el griego, sino, por el contrario, se encuentran totalmente fanatizados y, al parecer, con intenciones realmente perversas.

La salida de España del Euro y posiblemente de la Unión mientras se aplican estrategias chavistas sin duda golpearía al bloque en forma irremediable, pero nada sería peor como la salida de Francia, lo que es una de las principales banderas del Partido Front Nationale de Marine Le Pen, en este sentido, y si es cierto que Syriza trabaja para los intereses de la Rusia de Putin encaminados a dividir la Unión Europea y aliviar la presión sobre el gigante eslavo así como arrebatarle a EUA sus aliados europeos, el objetivo se ha cumplido; puede que Grecia sola no rompa al Bloque Continental, pero ha desnudado sus fallas y fragilidades en forma rotunda, y aunque termine por aceptar las condiciones y medidas que se le impongan para su salvamento financiero, habrá diseminado por todos los miembros del Bloque, y en especial entre los más afectados por la crisis desde 2008, el virus de la división y la discordia; amargos serán, sin duda, los frutos que saldrán de esto.

1 comentario:

Zendir Haidar: Director dijo...

"Como buen izquierdista, Alexis Tsipras es un sinvergüenza y un cínico" La verdad es que veo aquí más ideología que análisis objetivo, ¿Cuando alguien por ser "buen izquierdista" pasa automáticamente a ser un sinverguenza y un cínico? A pesar de que soy alguien cercano a varios militantes de la izquierda, soy tradicionalmente Anticomunista, y sin embargo nunca he visto a estos buenos izquierdistas como sinverguenzas o cínicos.
Es lógico que entre la izquierda haya gente honrada -pero errada en su forma de pensar, desde mi punto de vista- cuyas conclusiones los llevan peligrosamente al populismo paternalista de cierta filiación comunistoide. Luego también están los corruptos, sinverguenzas y cínicos (Como en todas las ideologías). Si yo, que me considero de centro, encuentro cínicos y sinverguenzas entre la gente de derecha ¿Acaso son "buenos derechistas"? Yo más bien diría que son una degeneración de la derecha, así como los degenerados izquierdistas sinverguenzas y cinicos.
A pesar de que tampoco comulgo mucho con la derecha, reconozco a gente honorable y patriota de mi tierra, como Corral, Don Luis H. Álvares y otros, pues es obvio que hay elementos valiosos tanto de un lado como del otro. La verdad es que en el caso de Europa, me he dado cuenta de que el adoptar una única moneda y buscar una unión económica ha sido algo demasiado "artificial". Antes que eso quizás hubieran buscado los 3 lazos en común que pudieran haber unido a la región: Identidad tradicional religiosa cristiana, Cultura de origen Helenístico e Instituciones de origen Romano. Algo que sería "como un buen sueño" fuera que el Vaticano mismo promoviera en toda la unión, la recuperación del Latín como lengua internacional, y del Heleno como lengua culta.
Pero como eso no se dió, y como parece ser que la sociedad Europea sigue "traumada" desde las 2 guerras mundiales, quizás lo único que me queda es concordar en varios de los puntos con Marine Le Pen. Total que demográfica, social y económicamente los Europeos siguen inmersos en un proceso de "suicidio cultural"...