A medida que pasan los días, más inverosimilitudes e incongruencias aparecen en torno a la versión oficial de la presunta muerte de Osama Bin Laden a manos de los Navy Seal, en mi opinión, resulta altamente descriptiva la enumeración que hace el periodista español Juan Manuel de Prada respecto a las inconsistencias de la versión oficial dada a conocer por las autoridades norteamericanas, aquí citamos una parte de su artículo:
Aquí quisiera referirme a la torpeza con que el Gobierno americano ha solventado este episodio. Algunos aspectos del mismo, como que los miembros del comando liquidador filmasen en directo la escabechina, para disfrute exclusivo de Obama y sus validos, le confieren unos ribetes sórdidos que me recuerdan aquella película de Michael Powell, El fotógrafo del pánico, sobre un psicópata que se excitaba retratando en directo la muerte de sus víctimas; pero aquí, más que torpeza, se detecta una depravación que da asco (en lo que se igualan con Bin Laden, que también disfrutó de su escabechina por televisión y en directo).
La torpeza del Gobierno americano se muestra en el modo empleado para deshacerse del cadáver, que no se le habría ocurrido ni al que asó la manteca. Empiezan por asegurarnos que los liquidadores de Bin Laden cumplieron con todos los ritos que exige un funeral musulmán. ¿Quién se puede creer semejante patochada inverosímil? Uno se imagina a los liquidadores de Bin Laden, tras el subidón de adrenalina, escupiendo sobre su cadáver, cagándose en sus muertos y en su jeta, pateándolo y haciéndole todo tipo se sevicias (después de todo, también Aquiles hizo lo suyo con el cadáver de Héctor); pero, ¿rindiéndole exequias fúnebres, y según el rito establecido en el Corán, para más coña?
La torpeza del Gobierno americano se muestra en el modo empleado para deshacerse del cadáver, que no se le habría ocurrido ni al que asó la manteca. Empiezan por asegurarnos que los liquidadores de Bin Laden cumplieron con todos los ritos que exige un funeral musulmán. ¿Quién se puede creer semejante patochada inverosímil? Uno se imagina a los liquidadores de Bin Laden, tras el subidón de adrenalina, escupiendo sobre su cadáver, cagándose en sus muertos y en su jeta, pateándolo y haciéndole todo tipo se sevicias (después de todo, también Aquiles hizo lo suyo con el cadáver de Héctor); pero, ¿rindiéndole exequias fúnebres, y según el rito establecido en el Corán, para más coña?
Resulta también interesante, guardando proporciones, la comparación que hace entre el Saudita y el Cartaginés Aníbal, quien sin duda fue todo un símbolo de terror para los Romanos, aunque claro, el fenicio combatía en campo abierto contra las legiones de la urbe de las siete colinas, y no usaba la estrategia cobarde del terrorismo de atacar a los civiles para con ello golpear a su rival, aunque también, hay que decirlo, sí se caracterizó por una "crueldad extraordinaria" en palabras del tratadista político del siglo XVII Ludovico Settala y ser un verdadero monstruo para todo aquel latino que cayera prisionero de sus tropas. Igualmente, la idea que delinea de que Osama se convertirá en un símbolo para la resistencia o más bien, el terrorismo islámico en contra de EUA e Israel no está muy lejos de la realidad, y así, a poco de la presunta muerte del líder de Al Qaeda, se dió un motín en una prisión iraquí donde uno de los antiguos comandantes de la resistencia iraquí se llevó consigo a 9 soldados norteamericanos antes de caer y los Talibán lanzaron un feroz ataque contra las fuerzas de la OTAN en Kandahar, además de dos intentos de pasajeros musulmanes por entrar a las cabinas de aviones en el propio EUA.
La verdad es que EUA había sobredimensionado a Bin Laden, tal y como en los 60 se sobredimensionó al Ché, que fuera de Cuba no consiguió éxitos con su teoría militar del "foco revolucionario", fracasó en Africa y también en Bolivia no logró el apoyo popular para una revolución socialista; al eliminarlo antes de que su estrella se apagara por sí sola, lo convirtieron en un símbolo y un mártir de la Izquierda mundial y en especial de la Latinoamericana; ahora, el saudita, tal y como De Prada lo dice, puede alcanzar el mismo estatus legendario entre los antiamericanos y en especial, entre los musulmanes; aunque en la realidad Osama distó mucho de ser un líder tipo "Comandante Cobra" que nos quisieron pintar: Al Qaeda, lo reiteramos, no es un ejército que el millonario árabe tuviera a su disposición como en esa vieja serie de animación o en la película, bajo las órdenes directas de un rico empresario encarnado por Christopher Ecclestone (en uno de sus días de mal actor, siendo todo lo contrario) Es una simple lista o base de datos de diferentes grupos o movimientos que en común tienen su radicalismo ideológico, su postura antinorteamericana y antiisraelí, y entre los cuales existe cierto nivel de coordinación o colaboración, así como un fin último: el restablecimiento del Califato y por ende, del Imperio Musulmán, muerto desde 1920 con la derrota de los Otomanos en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Osama no era el líder de todos ellos y probablemente no era el candidato para ocupar el vacante trono de Harun Al-Raschid y Solimán el Magnífico, sino que esta restauración islámica se prevé a largo plazo y como un ideal a alcanzar tras todo un proceso de unificación que no sería pacífico en muchos casos.
Tan es así que las agendas islamistas siguen su curso: en Egipto es clara la radicalización islámica reflejada en los ataques a los Cristianos Coptos, mientras que en Siria, la minoría Cristiana tanto Católica como Ortodoxa ve con espanto tambalearse a la dictadura de los Assad, ante la cual las potencias Occidentales tienen sentimientos encontrados y ambiguas posturas y que ha sido hasta cierto punto tolerante y protectora con ellos, mientras, Hamas y Fatah, los dos movimientos palestinos rivales (religioso el primero, laico el segundo) se unen ante la alarma de Israel y bajo los auspicios del nuevo régimen del país del Nilo, lo que pinta un panorama bastante explosivo en el conflicto eterno entre los Judíos y sus vecinos; Yemen, Bahrein, Jordania y Omán entran en "stand-by" pues sus regímenes pro-occidentales han logrado, momentáneamente controlar las insurrecciones, y en Libia, ante la desafortunada entrada en el conflicto de la OTAN, la Guerra Civil se prolonga en un pulso entre Gaddafi y sus misteriosos opositores. En Marruecos, por su parte, nuevos atentados trastornan la aparente estable monarquía del ambicioso Mohamhed VI y le recuerdan que los islamistas amenazan su trono.
Para colmo y como si no estuvieran complicadas las cosas, el presunto operativo con el que los norteamericanos dieron muerte a Bin Laden ha contribuido a disparar la tensión entre EUA y su supuesto aliado Pakistán, que siempre se ha comportado de forma ambivalente en todo este proceso, apoyando a gringos e islamistas por igual. Tal vez Obama quiso tener el pretexto para dar por finalizada la "Guerra contra el Terrorismo" iniciada por Bush, pero las consecuencias de los acontecimientos recientes tal vez lo obliguen a intervenir en la potencia nuclear indo-islámica en un nuevo conflicto de pronóstico reservado y que llevará a agotar aún más las fuerzas económicas de su país y posiblemente a dañar su proyecto de campaña por la reelección presidencial, además de su imagen de pacificador, ya totalmente dañada y puesta en el suelo.
El panorama, por tanto, luce bastante complejo y poco halagüeño, sigamos atentos, que la situación nos hace prever emociones extremas.
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La Marcha por la Paz:
La marcha organizada y convocada por el doliente escritor Javier Sicilia (en la imagen) ha contribuido no ha pacificar y a calmar los ánimos de nuestro golpeado México, al contrario, desgraciadamente, ha servido para polarizar los ánimos y aumentar la partidización en la "Campaña Electoral Permanente" en que se ha convertido toda nuestra política nacional. No sé si el propio poeta se lo propuso así, y si así fue, qué lamentable y qué bajo el lucrar con la muerte de su hijo para fines partidistas, y si no, resulta deleznable que en el dolor de un padre se encuentre el pretexto para el apoyo a posturas políticas.
Como muestra de ese radicalismo, resulta muy grave que en la marcha se exija prácticamente la renuncia de todo el Gobierno Federal y se culpe exclusivamente a éste de todo lo que sucede y no se diga nada en contra de los criminales que son el origen de la violencia y el delito que invade todo; también, qué triste que el Gobierno de Calderón haga oídos sordos y que haya gente que defienda a capa y espada una estrategia que evidentemente no ha funcionado y que ha llevado a un mayor empoderamiento de la delincuencia organizada en vez de avances en su contra por el Estado.
Qué triste e incongruente que en la marcha tenga presencia el EZLN que precisamente le declaró en 1994 la guerra al Gobierno mexicano y ahora ve en el movimiento del Sr. Sicilia, presuntamente ciudadano, la oportunidad de renacer tras años de lenta decadencia y pérdida de presencia mediática, qué mal que López Obrador se monte ahora en el carro de esta marcha y se proponga un cobarde pacto con la delincuencia que más que pacto sea rendición, sin que haya las condiciones que aseguren la preeminencia del Estado sobre los delincuentes (como, nuevamente lo repetimos, sucedió en Rusia con Putin).Qué triste que se le eche la culpa de todo al PRI únicamente con la mira de deteriorar sus posicionamientos electorales, qué pena que el PRI no haga autocrítica y se cuestione cómo bajo sus gobiernos se dejó crecer al Narcotráfico en obvia complicidad, y prefiera recalcar la ineptitud de las administraciones panistas, también con fines electoreros, y qué oportunidad desperdiciada para que el Gobierno de Calderón rectifique, se de cuenta que no planeó las cosas y que antes de haberse lanzado a una guerra sin plan ni estrategia debió haber limpiado los órganos de administración y procuración de Justicia, reformado las policías, abatido la corrupción o al menos establecer las bases para ello, y realizado las reformas estructurales para hacer un sistema económico eficiente que disuada a la gente dela delincuencia como vía para subsistir y mejorar su sitúación económica, mas no hizo nada de eso.
Qué tristeza ver que en las redes socales se manifiesta la división de nuestra sociedad, en debates estériles y dimes y diretes entre "pirrurris" panistas que defienden a Calderón pese a sus fracasos y los "chairos" de la Izquierda que desean el fracaso del adversario ideológico y el derrumbe de las instituciones pese a que esto lleve al desastre al país.
Pero, por otro lado, vienen los rumores y las preguntas: circula la versión de que el actual conflicto surge de la estrategia planteada desde EUA de hacer que el "Chapo" Guzmán, (que ahora sustituye a Osama Bin Laden en lo alto de la lista de los más buscados y que al igual que el Saudita con los Pakistaníes, todo mundo sabe dónde vive, pero no lo capturan ni le hacen nada), sea el único que distribuya drogas en EUA, y que toda la violencia es únicamente con el fin de quitarle la competencia, así se mantiene el negocio pero con un monopolio que garantice beneficios para todos.¿Será ésta la razón de que Calderón sea tan agasajado en EUA por Obama, condecorado y reconocido pese a sus evidentes desatinos como gobernante?
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