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15 de septiembre de 2009

LA VERDADERA INDEPENDENCIA: POR LA REIVINDICACION DE ITURBIDE

Como me lo expresó una amiga el día de hoy, y como hemos reiterado en varios posts, la Historia mexicana ha sido manipulada, desde la época de Porfirio Díaz (quien luego fue víctima de esa misma manipulación) a fin de mostrar una irreal continuidad entre el Imperio Azteca, el movimiento insurgente de Hidalgo y Morelos, el Liberalismo de Juárez y la Revolución Mexicana. De igual forma, Hidalgo es celebrado como el "Padre de la Patria" y el próximo año festejaremos el bicentenario de nuestra Independencia Nacional.

Cualquier persona que estudie los hechos, se dará cuenta que en realidad, nuestro bicentenario debería ser festejado hasta el año 2021, y que el Padre Hidalgo solamente lo fue por recibir ese tratamiento como sacerdote. Su movimiento, carente de disciplina, de orden y de objetivos claros, fracasó tras unos cuantos meses, siendo fusilado en agosto de 1811 en la ciudad de Chihuahua.

La Independencia de México es un proceso muy "sui géneris", diferente al de todos los demás países de América, aunque todos tienen denominadores comunes; en realidad, los movimientos de independencia en el seno de las colonias españolas fueron movimientos bastante reaccionarios y contrarios al liberalismo que, desde el ascenso de la Dinastía de los Borbón, había empezado a implantarse en España y que culminó con, tras la invasión napoleónica, la implantación de la Constitución de Cádiz de 1812. Dentro de la aplicación de las ideas de la Ilustración que los monarcas de la dinastía que actualmente sigue en el trono de San Fernando estuvo tanto la centralización del poder como la racionalización administrativa y jurídica de la península y del Imperio ultramarino, lo que pasó por la eliminación de las autonomías regionales en España que habían tolerado los Habsburgo y que es el lejano origen de los "nacionalismos" catalán, gallego y vasco, con los Decretos de Nueva Planta de Felipe V, y por la exclusión total de criollos y mestizos de altos puestos públicos y eclesiásticos en las colonias y su sustitución por funcionarios españoles o europeos enviados directamente desde Madrid, además de reformas económicas que eliminaron diversos monopolios y privilegios, como las encomiendas, que perjudicaron a muchos.

Los Criollos y Mestizos de alta posición, por su parte se vieron de repente privados no solamente de sus privilegios de señores feudales como encomenderos y hasta de puestos públicos que habían comprado y heredado como descendientes de conquistadores y de los primeros colonos, por lo que, buscando mantener sus privilegios, se lanzaron a la lucha por la Independencia, encontrando en las ideas de la Ilustración, que no comprendieron al 100%, la justificación ideológica para ello; en Sudamérica, la elite criolla se organizó bien y financió la creación de potentes ejércitos, bien uniformados y entrenados, con los que pudieron pelear al tú por tú contra el poderoso ejército imperial español, San Martín, Bolívar, O'Higgins o Sucre pertenecían a la elite colonial y pese a largas y complicadas campañas, lograron finalmente organizar gobiernos que condujeron políticamente la lucha por la independencia y unificar un movimiento contra la dominación hispana.

Todos esos caudillos, por su partem distaron de ser liberales y democraticos, soñaron con establecer presidencias vitalicias, senados aristocráticos y hasta con ceñir coronas imperiales y en definitiva, se miraron en el espejo de Napoleón.

En resumidas cuentas, todos los movimientos de independencia de las colonias españolas se lanzaron en contra de las Juntas de Gobierno formadas por los liberales y ante el temor, fundado además, dada la gran influencia de los llamados "afrancesados" en la política ibérica (grupo de nobles y políticos españoles partidarios de la Ilustración y la Revolución Francesas) de que el Imperio Español pasara a ser parte de las posesiones familiares de los Bonaparte, como lo estaba siendo Europa y la propia Metrópoli.

En México sin embargo, aunque en las primeras conspiraciones se planteaba algo similar, la violencia sin control desatada por el movimiento de Hidalgo llevó a que una buena parte de la elite criolla y españoles, tanto civiles como militares y eclesiásticos que estaban a favor de la Independencia cambiaran de posición política y se lanzaran a acabar con el movimiento como condición necesaria para lograr la emancipación; el más organizado movimiento de Morelos, por su parte, al provenir de un sacerdote de pueblo mulato, no logró ganar el apoyo al postular unas ideas más auténticamente revolucionarias que no agradaron a los miembros de esta elite, que tampoco estaban a favor del liberalismo español que dañaba sus privilegios.

Entre esos criollos estaba Agustín de Iturbide, quien al ver el vendaval caótico que era el movimiento de Hidalgo (de quien era pariente lejano, al descender ambos del fundador de Valladolid, hoy Morelia en Michoacán) rechazó el ofrecimiento que le hizo el cura de Dolores de integrarlo a su ejército y nombrarlo general, al ser, igual que Allende y Aldama, un capitán en el ejército español y haber estado implicado en las conspiraciones de Valladolid en 1808. Iturbide, en cambio, se volvió uno de los mejores comandantes de las armas del rey y uno de los oficiales mimados del temible General Brigadier Félix María Calleja, el azote de los Insurgentes; de hecho, Iturbide fue fundamental en la derrota de Morelos, cuando el general español ocupaba ya el cargo de Virrey.

Cuando para 1820 Fernando VII, que a su regreso a España había reimplantado el absolutismo se preparaba a lanzar con un ejército reorganizado y reequipado con armas inglesas una ofensiva contra los movimientos libertadores, este ejército se rebeló, impulsado por los masones que se encontraban infiltrados en sus filas, para restablecer la Constitución de 1812. A la elite colonial, por supuesto, esto no le convenía, pues significaba más reformas a las ya establecidas desde 1700 por los Borbones y menos privilegios en la colonia, por otro lado, la casi extinción del movimiento insurgente, reducido a una guerrilla (algunos dicen que ya más bien una banda de asaltantes de caminos) dirigida por Vicente Guerrero y su segundo, Pedro Ascensio, llevó a que la situación fuese perfecta para la Independencia, la cual se hizo mediante una astuta maniobra política a cargo del propio Iturbide.

Iturbide fue un personaje contradictorio y complejo, era mujeriego y a la vez devoto de su esposa, la bella Ana Huarte, convencido de la independencia, y a la vez enemigo de los Insurgentes, excelente militar y a la vez, buscó una vía pacífica, feroz guerrero y hábil negociador, preocupado por la prosperidad del país y a la vez, corrupto que extorsionaba a los comerciantes cuyos cargamentos custodiaba, altivo y servil, patriota desinteresado y ambicioso. En definitiva, era un hombre y no una estatua de bronce como los que son del agrado de la Historia oficial.

La independencia fue un movimiento político estructurado a base de acuerdos y consensos: Iturbide negocia con Guerrero y éste se pone a sus órdenes, los otros jefes criollos y aún muchos españoles del ejército del Rey se unen a la lucha y se suceden los pronunciamientos en favor del Plan de Iguala: ¿Conservador Iturbide? En el Plan mismo se establece la vigencia provisional de la detestada Constitución de Cádiz de 1812 y se convoca a elecciones para un Congreso Constituyente, algo muy contrario a mantener una monarquía absoluta y un sistema virreinal de privilegios y mercantilismo. En unos cuantos meses, y casi sin combates, Iturbide logra lo que el desordenado amotinamiento de Hidalgo, el ordenado movimiento de Morelos que se agotó a sí mismo y el arrojo irreflexivo de Mina no pudieron lograr con su baño de sangre y destrucción de casi 10 años. Un buen artículo que encontré sobre lo que debería significar Iturbide está aquí: http://www.lag.uia.mx/acequias/acequias17/a17p56.html

Desde su derrocamiento como emperador, se ha buscado borrarlo de nuestra historia: se le fusiló sin el debido proceso, se declararon nulos hasta el Plan de Iguala, se propuso cambiar la bandera mexicana, que es de su autoría por un horroroso diseño de cuadros blancos y azules enmarcando al águila, afortunadamente, la tricolor ya había arraigado popularmente y ha llegado hasta nosotros, ganando el concurso de la bandera más bella del mundo; finalmente, un masón fanático, en la década de los veinte, llamado Antonio Díaz Soto y Gama, que participó en la Revolución desde el bando zapatista y llegó a denostar a la bandera tricolor, consiguió retirar el nombre de Iturbide escrito con letras de oro en el Congreso Federal. (Por cierto, cuando lean el artículo de Wikipedia al que lleva la liga, verán que el tipo no era más que un vulgar cobarde, un maricón que rectificó su posición ideológica al ver que cientos de pistolas le apuntaban), finalmente, el pueblo de Padilla, donde fuera fusilado el caudillo, fue sepultado bajo una laguna artificial al construirse la presa Vicente Guerrero, a quien se le endilga el ser el único consumador de la independencia, porque el pobre mulato, hombre patriota, bueno y sencillo, pero ignorante e inocentón, se prestó a ser instrumento de los albañiles cósmicos en el primer conflicto postelectoral de nuestra Historia y después, también fue eliminado por nosotros, el pueblo parricida.

¿Porqué no se recuerda a Iturbide como el héroe de la Independencia que fue? Porque es incómodo, ya que no fue masón sino un devoto católico, porque defendió los intereses nacionales, como en su momento lo hicieron Miramón, Maximiliano de Habsburgo, incluso, o Porfirio Díaz y no se entregaron a los intereses de los norteamericanos, (en su momento, habrá un post sobre cómo EUA podría ser en realidad un experimento social de la Masonería) como sí lo fueron los liberales, desde Gómez Farías (que al momento de la firma del Tratado Guadalupe-Hidalgo, según se cuenta, le ofreció al General Winfield Scott la incorporación total de México a EUA, contestando éste que en México había "Too much indians e iba a ser too much expensive el acabar con ellos; quizá algo más que sus achaques de anciano tuvieron que ver en su ineptitud al mando del ejército de la Unión al inicio de la Guerra Civil para acabar con los racistas confederados casi 20 años después) Juan Alvarez, Ignacio Ramírez, etc. y por supuesto, su instrumento mayor: a Benito Juárez, es incómodo también por la cómica ironía que representa al haber logrado todo con astucia y estrategia y no con los sacrificios y también la fuerza bruta de los primeros caudillos, a quienes incluso combatió, y es incómodo, en ultimadas cuentas, porque en México se nos ha enseñado a ensalzar a los fracasos y a despreciar los triunfos: Hidalgo fracasó, y por tanto se le considera héroe, Iturbide venció y por tanto es de los malos.

En mi opinión, el epitafio puesto en su cripta en la Catedral de México, describe lo que Iturbide debería representar para todos nosotros:

AGUSTÍN DE ITURBIDE
AUTOR DE LA INDEPENDENCIA MEXICANA, COMPATRIOTA, LLÓRALO;
PASAJERO, ADMÍRALO.
ESTE MONUMENTO GUARDA LAS CENIZAS DE UN HÉROE. SU ALMA DESCANSA EN EL SENO DE DIOS

3 comentarios:

Rene Zepeda dijo...

Muy buen escrito. Soy mexicano y estudie la historia de México en la secundaria y primaria, y ahora estoy en Estados Unidos en la "hight school" estudiando la historia de Estados Unidos.

Que mal que tantos politicos en la historia de México siempre han favorecido a Estados Unidos y no a su propio pais. No sabrias porque o en que momento empezo a crecer esta forma de pensar entre algunos dirigentes mexicanos??

Tambein concuerdo con lo que dices de Maximiliano, pues el amaba con todo su corazon a México.

Puedes escribir algo de lo sucedido en la independencia de Texas y la intervencion de Estados Unidos al país???

YORCH dijo...

Por supuesto que hablaré al respecto en otro post, pero la influencia americana se da desde el propio inicio de la independencia, hay que recordar que EUA fue la primera nación en obtener su libertad en el continente respecto de su metrópoli: Inglaterra, por lo que fue tomado como un ejemplo a seguir, lo demás fue por la influencia nefasta de los masones, ya abundaré más al respecto en posts venideros.

Atello dijo...

He leído varias versiones sobre lo que hizo y dijo Agustín de Iturbide mientras vivió y a mí también me parece injusto que no se le recuerde como debería y no tenga siquiera una calle con su nombre, mientras que otros "asesinos" de nuestro país, como Obregón, Calles y Carranza sí las tienen.
Es triste que uno tenga que enterarse de la verdadera historia de México solo cuando uno es mayor y puede leer a los historiadores "no oficiales", esos que no escriben en los libros de texto, que solo dan a conocer la versión de la historia que al gobierno en turno le conviene. Recomiendo la lectura de "La caída del dragón", de Juan Miguel Zunzunegui.