Como bien sabemos, el día 07 de octubre de este año, el grupo terrorista radical islámico Hamás, lanzó un ataque que, más que un atentado, fue una operación militar perfectamente planificada y llevada a cabo, con grandes recursos económicos que fueron invertidos en equipo y logística, e incluso, que no pudo haberse realizado sin un minucioso, y largo trabajo de inteligencia que se llevó tiempo, trabajo de campo, análisis de información y planeación, probablemente desde hace un año o más.
Por supuesto, tomando en cuenta que el terrorismo es una estrategia de guerra asimétrica, en que el bando "débil" opta no por atacar a las fuerzas militares rivales, sino a la población civil, a fin de lograr un cambio en la opinión pública, que, atemorizada, presionará a su gobierno a fin de acepte las demandas del atacante, efectivamente, ejercitó una estrategia de puro terror: atacó a población civil, asesino en forma cruel y salvaje a ancianos e incluso bebés, y tomó de rehenes a 200 personas aproximadamente, no todas ellas israelíes o judías. La operación incluyó tropas aerotransportadas en parapentes, operaciones anfibias de desembarco, un bombardeo de cobertura mediante un ataque de más de 5,000 misiles que saturaron las defensas israelitas del sistema Cúpula de Hierro, ciberataques que trastornaron la vigilancia electrónica de las fronteras, el aprovechamiento de la celebración de una festividad religiosa, nuevamente, como 50 años exactos antes, el Yom Kippur o Día del Perdón y la acción de comandos que se dirigieron a puntos específicos: varios kibbutz o comunidades rurales de colonos judíos, y un festival de música electrónica.
¿Cuál era el propósito de esto? Evidentemente, no lograr la independencia plena ni el reconocimiento del Estado Palestino. Israel no aceptaría un chantaje de este tipo, sino, haría, como lo está haciendo, una contundente operación en represalia... y es que eso, era lo que los islamistas buscaban.
La dirigencia de Hamás y las potencias islámicas detrás de ella, sabían que era el momento preciso para hacerlo y que la respuesta israelí les brindaría elementos para minar la posición de Israel ante la opinión pública mundial e incluso, ante sus propios Estados aliados, después de todo, ya hace algunos años, los israelíes lanzaron ataques aéreos contra Gaza que provocaron estragos en la población civil y que fueron usados como medio para incentivar el antisemitismo en Occidente, y reducir los apoyos a Israel, sobre todo de su principal aliado: Estados Unidos, mismo que, desde la administración de Bush Jr., fue reduciendo la importancia de su alianza con el Estado Judío en pos de Arabia Saudita, que se fue convirtiendo en el principal aliado en la región, a grado tal que el Príncipe Mohamhed bin Salman, actual gobernante de facto del país peninsular ante la ancianidad de su padre, pudo deshacerse de la forma más cruel y grotesca posible de un opositor como el periodista Khashoggi a plena luz del día y contar con total impunidad. Todo mundo sabe que es un asesino, pero el príncipe no ha dejado de ser el heredero al trono ni el vocero del reino en todo foro y ante todo Jefe de Estado sin problema alguno.
Contrario a lo que muchos dicen y a la impresión que se tiene, es claro que los medios de comunicación actuales no se encuentran del lado Sionista como dirían los Tradilocos y creyentes en la Conspiración Judeo-Masónica Internacional, por el contrario, todos los medios se han puesto del lado Palestino. Increíblemente, han brindado legitimidad a las acciones y a la existencia misma de Hamás identificando a ésta con la causa palestina; llegando al colmo de que el mismísimo Secretario General de la ONU: Antonio Guterres ha justificado el actuar del grupo terrorista en la situación de "opresión, ocupación y apartheid" que ha vivido el Pueblo Palestino desde 1948, con lo que prácticamente ha dado reconocimiento a una organización criminal y que, precisamente, ha sido el principal victimario de los palestinos desde su origen en los años 80, durante la "Primera Intifada", que pasaría a ser un "Movimiento de Liberación Nacional" con capacidad de comparecer en foros internacionales, incluso.
Se basan en ello en la misma justificación estúpida que hace el Presidente López Obrador o cualquier simpatizante de MORENA ante las denuncias de que funcionarios emanados de este partido han incurrido en corruptelas: "el PRI robó más", así ahora la justificación es que "Israel mató más". La realidad es que Israel no tiene de otra más que acabar con vidas de civiles , --niños incluso, lo que no deja de ser hilarante que en Occidente se preocupen tanto por los niños cuando existe cada vez una mayor fobia a la infancia en nuestro hemisferio,-- cuando, dentro de una de las zonas más densamente pobladas del mundo, los cobardes islamistas usan a la población gazatí como escudos humanos, y en infraestructura civil como hospitales, comercios, escuelas y aún en unidades habitacionales, esconden baterías lanzamisiles, arsenales, cuarteles y piezas de artillería que apuntan igualmente, día y noche, contra Israel. Las muertes civiles son así inevitables, y los dirigentes de Hamás, que cómodamente viven en Qatar, al amparo del régimen criminal de su Emir, que con la riqueza petrolera ha comprado eventos deportivos internacionales, silencios en las instituciones europeas, e impunidad, los utilizan para atizar el sentimiento antijudío que late en Occidente por múltiples razones y que se difunde en las redes con teorías de la conspiración, calumnias y odios.
Se dice que lo sucedido fue provocado o dejado pasar por Netanyahu, porque no es posible que la Inteligencia Israelí fuese tan fácilmente engañada para que ocurriesen los hechos del 07 de octubre; como siempre, los Antisemitas, más que odiar a los Judíos, parecen admirarlos, y siempre ha habido el mito de que el Mossad es algo infalible, perfecto y dotado de una eficacia casi sobrenatural, no tomando en cuenta la posibilidad del error humano, que puede ser engañado, como lo fue la Inteligencia Norteamericana que no prevía la recuperación del movimiento Taliban en Afganistán y que éste terminaría por vencerles y retomar el poder, y que el propio político israelí se encuentra en sus horas más bajas: cuestionado por su autoritarismo que le ha llevado a buscar acabar con la independencia del Poder Judicial--un fenómeno que se está volviendo común en las "Democracias" occidentales, como lo estamos padeciendo en México-- y al que ahora se suman sus cuestionamientos por su permanente fanfarronería y actitud de buscapleitos ante el mundo islámico, y la ineptitud desplegada precisamente ante la operación de Hamás, por lo que si bien se encuentra apuntalado actualmente al frente del Ejecutivo con la formación de un Gobierno de Unidad Nacional que constituyó con partidos de extremistas religiosos y ultranacionalistas, es probable que pasada la emergencia, Don Benjamín salga del poder y se vea con la perspectiva de entrar en prisión, ante las exigencias de responsabilidades y el descontento popular hacia su persona, que ha dominado la política israelí desde hace veinte años, tras la enfermedad y muerte de Ariel Sharon.
Las perspectivas no son buenas: en EUA, la administración Biden, continuadora de la de Obama y de Bush Jr. --quitando el paréntesis anómalo de Trump-- juega a ser aliado de Israel a la vez que le trata con el mismo desdén que empleó el afroamericano, y ha acudido a Medio Oriente más a defender los terrenos ganados en Siria apoyando al ISIS en los años pasados que a Tel Aviv. Cada retraso en iniciar la ofensiva terrestre contra Gaza, provocado por las presiones de Biden, entrega más y más la iniciativa a Hamás, a Hezbollá, que ya ha realizado ataques desde Líbano, y a su patrón: Irán.
Arabia ha puesto un alto a la normalización de relaciones diplomáticas con Israel, y Turquía incluso siendo miembro de la OTAN, y continuando con el juego propio de ese zorro llamado Reccep Tayyip Erdogan, se atreve a amenazar a EUA si interviene a favor de Israel "en contra de Palestina", y califica a Hamás de guerreros del Islam Mujhaideen, Putin por su parte, fingiendo negociar la liberación de los rehenes, legitima a la misma organización islamista al recibir a sus emisarios en Moscú y entablar pláticas con ellos. Por todos lados, las manifestaciones pro-palestinas minimizan los crímenes de ese grupo no solo contra los Judíos, sino contra los propios Palestinos, y contribuyen a deslegitimar al Estado de Israel, señalado de racista y de establecer un sistema similar al sudafricano durante las décadas de supremacía blanca, olvidando que el 20% de los ciudadanos israelíes son musulmanes de lengua árabe, --un porcentaje bastante grande-- y que muchos habitantes de Gaza y Cisjordania trabajan en Israel, sí, por supuesto, y como lo decía en el vídeo anterior: hay fanáticos y locos en el lado judío como los hay en el lado mahometano y como también los hay en el cristiano, y los abusos también se dan. Sin embargo, ni todo el pueblo judío es del Likud, ni todo el pueblo palestino es Hamás, ni todos los cristianos son Carlistas.
Yo no creo en la "solución de los dos Estados", cuando uno ve los mapas acordes a las resoluciones de la ONU de 1947, o de 1967, uno no puede dejar de ver que las mismas son ridículas y contrarias a todo sentido común, reflejo del nefasto nacionalismo decimonónico que fue el germen de los males que se vivieron en el siglo XX. La solución sería un solo Estado en el que Judíos, Palestinos Islámicos, Cristianos, Druzos y demás, pudiesen convivir en paz y con interdependencia como ciudadanos con igualdad de derechos y oportunidades, a ese Estado se le podría llamar Israel, Palestina (nombre inventado por el emperador romano Adriano, gobernante tiránico, pedófilo y sanguinario que, extrañamente, goza de buena prensa a diferencia de Nerón o Calígula por no haberse confrontado con el Senado, mismo que bajo su reinado ya era una simple caricatura) o si quieren, Canaan o hasta Judea, eso es lo de menos.
Sin embargo, las voces objetivas, las que no se suman a ver todo como cuento de vaqueros de buenos vs. malos son ahogadas en una vorágine de odios, filias, fobias e intereses que nos van a orillar al abismo: la presión va a ser tan grande que Israel huirá hacia adelante, ya de hecho, se están dando las primeras incursiones terrestres en Gaza, después, Hezbollá lanzará un ataque sobre Israel desde el norte, Israel responderá, Irán atacará a Israel, y lo demás será una reacción en cadena.
Que Dios nos agarre confesados.