Los recientes apagones que recientemente hemos sufrido en Estados Unidos y en México como consecuencia de una fuerte tormenta invernal que sobre todo se abatió sobre el estado de Texas en nuestro vecino del norte, y los estados de Nuevo León y Coahuila del lado mexicano, ilustran un punto que va a ser, dentro de lo que resta del siglo XXI, uno de los principales problemas a los que se va a enfrentar la humanidad: la necesidad de fuentes de energía; pero también, los obstáculos que los propios políticos estarán interponiendo para evitar su solución --porque, parece, que el papel de los políticos no es encontrar soluciones a los problemas que afectan a su país, sino cómo complicarlos más-- centrados fundamentalmente en la "ceguera ideológica" que les afecta.
En apariencia las posturas de ambos mandatarios es contradictoria, sin embargo, tienen algo en común: la obcecación en modelos ineficientes e insuficientes para satisfacer la creciente demanda de energía para mover países que, inmersos en la Era de la Información y Postindustrial, --porque México en buena medida ya lo está-- tienen constante hambre de electricidad.
En el caso de EUA, Biden, como ya lo decíamos en un post anterior, ha manifestado su adhesión al Ecologismo y al dogma progresista del Cambio Climático, que ya no hablan del Calentamiento Global. En realidad, lo que hay detrás de toda esta postura, que como dogma se plantea para que, de manera universal, se adopte una serie de políticas tendientes a disminuir la emisión de los "gases de invernadero", en particular, el CO y el CO2, mismos que ya desde hace cuarenta años, Carl Sagan señalaba que amenazaban con convertir a nuestro planeta en otro mundo infernal como Venus, pese a que existen multitud de factores y circunstancias que diferencian a ambos mundos, desde la mayor cercanía al sol, la composición química de la atmósfera, que no es atribuible a la contaminación generada por una civilización industrial venusina, evidentemente, y una mucho mayor actividad volcánica en nuestro planeta vecino, que en el nuestro. Ahí Sagan, pese a ser alguien a quien admiro por haberme conducido con su serie Cosmos a interesarme por la ciencia siendo niño, vendió un auténtico hombre de paja e hizo una muy desafortunada, e interesada analogía.
Como lo plantea el Coronel Pedro Baños, en su libro Así se Domina el Mundo, muy posiblemente la tesis de que el cambio climático sea de origen antropogénico y no la propia naturaleza del clima, cambiante a lo largo de las eras y de los siglos, sirva en realidad como una táctica de "patear la escalera" que sirve para asegurar la preeminencia futura de Estados y quizá, cada vez más, de empresas con la capacidad de controlar y vender tecnologías en materia de energía que sólo ellos pueden desarrollar, manteniendo así, la dependencia tecnológica de los países que se encuentren en proceso de industrialización sustentados en combustibles fósiles: pensemos en el caso de Nigeria, país petrolero y que se encuentra en camino a convertirse en un país desarrollado en el centro de África; si de repente, ya nadie le compra su petróleo, y además, se le exige a su creciente industria el cambio de tecnologías por otras más limpias, se le obliga a adquirirlas a los países del Primer Mundo, con quienes se tendrá que endeudar para poder comprarlas; cuando no, su industria nacional se tenga que convertir en maquiladoras o simples franquiciatarios de la extranjera... recuérdese el caso de España tras la transición del Franquismo hacia la Unión Europea, en que se desindustrializó a favor de Alemania y EUA que terminaron por desmantelar la capacidad que el hoy satanizado caudillo había conseguido para su país, dejándolo en 1975 como la novena economía mundial, para convertirlo en un simple destino turístico y proveedor de servicios, donde conserva dos grupos financieros de los más poderosos del mundo, como Santander y BBVA, o de telecomunicaciones, donde destaca Telefónica-Movistar.
Ahora bien, tal parece que en EUA, la política que está iniciando Biden está destinada, igualmente, a desindustrializar al país... y eliminar su autusuficiencia energética, como ya lo había apuntado en un post anterior, es muy posible que los ganadores de esta situación sean tanto los Sauditas como el Chavismo Venezolano, que van a poder volver a entrar al mercado estadounidense con su petróleo, ante la prohibición del fracking, la cancelación del oleoducto canadiense en los términos del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica actual, y la apuesta por los actualmente ineficientes --y en realidad, muy contaminantes o dañinos para el ambiente-- parques eólicos y solares, como quedó patentado ante el crudo invierno texano actual.
Del otro lado del Río Bravo, el Gobierno de López Obrador, aparentemente en sentido contrario a su colega del norte, parece ir hacia el mismo fin, frenando el desarrollo que México estaba comenzando a tener al sacudirse los lastres del estatismo socialdemócrata del régimen Priísta; es cierto, la desigualdad es una realidad en México y el país se encontraba, hasta el 2018, ya plenamente inmerso en la dinámica de la Globalización. AMLO, justificándose tanto en su discurso de lucha contra la corrupción, el logro de la igualdad, y el nacionalismo más rancio, está por echar atrás dichas reformas para reconducir la generación y distribución de la energía a través de los dos monopolios estatales: la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX), y todo, aparentemente, dirigido a tratar de salvar, desesperadamente, a esta última, y librarnos, como siempre, de los malvados extranjeros, para lo cual, se pretende exprimir hasta la última gota la cada vez más raquítica producción de la petrolera, sosteniendo en ella la generación de energía eléctrica y evitando la cogeneración por parte de particulares. Todo esto va a redundar en energía costosa y contaminante, ineficiencia y más corrupción, tal y como era en los años 80, y por supuesto, tampoco lograremos la autosuficiencia energética, sino que tendremos que comprar combustibles refinados en EUA, provenientes de los petróleos árabes...
Aquí en México, se ha intentado defender por parte del Gobierno que las energías limpias son ineficientes, lo cual, como hemos dicho, es cierto, o la contaminación visual y de chatarra, que generan los campos solares y eólicos, pero eso no es el principal cuestionamiento, como lo hace en EUA Trump, sino el intentar salvar a PEMEX por capricho.
Permítaseme ser un poco "conspiranoico" al respecto, pero me parece que los gobiernos tanto de AMLO como de Biden parecen estar coordinados y contar con una serie de similitudes, no sólo que se trata de dos ancianos que por momentos parecen seniles y están identificados con la Izquierda, rodeados por extremistas y radicales que impulsan la agenda globalista, como Kamala Harris en el caso de Estados Unidos, u Olga Sánchez Cordero en México, pero también, parecen estar dirigidos ambos con el mismo objetivo: en el caso de EUA, de echarlo abajo y que pierda su preeminencia mundial, con una sociedad dividida por el discurso progresista y grupos que son arropados y privilegiados por el Estado, mismo que al tiempo, se va diluyendo en pro del poderío de las grandes corporaciones financieras, tecnológicas y mediáticas, que sostienen una verdadera luna de miel con el régimen chino.
En México, es innegable que se arrastraban numerosos problemas: desigualdad, inseguridad y corrupción, los principales, pero también que el país había entrado a una trabajosa, pero sostenida senda de desarrollo económico que había mejorado ostensiblemente, en los últimos treinta años, las condiciones de vida de muchos mexicanos y había insertado al país en el mundo; ya se hablaba que para el 2050, México estaría entre las principales economías del planeta y seríamos un país totalmente desarrollado. Sin ir más lejos, por ahora somos parte del G-20, y de la OCDE.
Sin embargo, el Gobierno de AMLO parece decidido a anclarnos en el tercermundismo, en convencernos de que somos un país pobre y que no tenemos remedio más que una lucha interminable contra las fuerzas del mal que nos mantienen así y que nunca ganaremos, como la selección de fútbol nunca lo hace, o como el "campeón sin corona", que no merecemos aeropuertos modernos y avanzados, sino mediocres terminales, por que somos humildes, y que no debemos insertarnos en la competencia global por que los extranjeros, como siempre, nos buscarán someternos para robarnos, que somos pobres y está bien que lo seamos.
En pocas palabras: tal parece que los gobiernos de Biden y Obrador tienen la misión de "patear la escalera", para que EUA caiga de lo alto de ella, y que México no suba peldaños. La pregunta es ¿a quién beneficia esto?
Por supuesto, quien cuestione esto, en EUA es señalado de "ultraderechista", "racista", "xenófobo y quién sabe que más, en México, el Presidente no ha dudado en señalar a quien combata estas reformas regresivas, como traidor.
Resumiendo: no debe detenerse el avance hacia encontrar nuevas formas de generación energética, pero tampoco se debe perder de vista, que al día de hoy, las fuentes más eficientes son los hidrocarburos y la nuclear; en todo caso, no debe detenerse el desarrollo de tecnologías e investigaciones en torno a medios más limpios y más seguros para lograrlo; y al mismo tiempo, se debe abandonar el fetiche estatista, que en realidad es un lastre. Pero lamentablemente, vemos que esto no será así.
Y como siempre, estas son decisiones políticas estratégicas que no tienen nada de democráticas, son tomadas desde arriba e impuestas por unas élites que compran y manipulan políticos y se encargaron de lograr que a ambos lados del Río Bravo, la Izquierda se impusiera para beneficio de sus intereses. Tarde que temprano, nos daremos cuenta al ver quiénes son los verdaderos beneficiados de todo esto.
2 comentarios:
Hará algún escrito respecto a la visita del papa Francisco a Irak. He leído opiniones hasta de tradicionalistas que hablaron bien de la presencia del vicario en esas tierras.
Esto se va a poner peor antes de mejorar. En México es una necesidad y urgencia nacional arrojar de la presidencia a MORENA y a López Obrador mientras que en Estados Unidos tienen que hacer lo propio con Biden y los demócratas, si es que queremos seguir teniendo países más adelante.
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