La visita del Presidente López Obrador a Estados Unidos no puede más que calificarse de desastre, un desastre para México, para Estados Unidos, pero a la vez, un éxito rotundo para el tabasqueño en lo particular.
¿Porqué digo esto? Porque AMLO regresará de Washington con el espaldarazo del magnate inmobiliario, hoy primer magistrado del coloso del norte, pero a costa de una postura servil, y como decimos en México "barbera"; aceptando una postura humillante para el país. En el caso de Trump, quien habrá quedado con el ego halagado ante las --fuera de todo lugar-- comparaciones hechas por su homólogo mexicano con el papel histórico de Abraham Lincoln, pero en realidad, a ojos de muchos de los votantes republicanos, ha quedado con alguien que se ha dejado lambisconear y a causa de esto, ha dado su apoyo, a un socialista que es parte del Foro de Sao Paulo, quien tiene presumiblemente nexos con el crimen organizado y que, por supuesto, pertenece al bando de los enemigos de EUA... y es que pese a las expresiones lerdas y lentas de parte del mandatario mexicano, es un enorme error el subestimarlo y creer que es una especie de estúpido o retardado mental. No lo es; puede ser alguien incapaz para el ejercicio del poder, o un incompetente, pero es en realidad un sujeto astuto y hábil para la consecución del poder, porque para él, el poder es un fin, no un medio, y de esta manera, sabe gozar del poder, pero no usarlo.
Así, con toda esa astucia, supo por dónde llegar al neoyorkino, y es que más que nunca quedan patentes los errores y las falencias de Trump como Presidente de Estados Unidos, que no son pocos, ni son menores. Esto no quita que Trump no haya hecho, a lo largo de su mandato, medidas tendientes a resolver muchos de los problemas que sus antecesores, en particular Barack Obama/Barry Soetoro y George Bush Jr. le dejaron; ha tenido que enfrentarse también a poderes fácticos demasiado fuertes y demasiado peligrosos, mucho lo que ha sido su gobierno ha sido en realidad, la tensión entre las grandes entidades privadas que crecieron gracias a la Globalización, y el Estado. Trump ha intentado fortalecer de nueva cuenta al Estado ante entes y personajes como Soros, Gates, Rockefeller, Bezos y los gigantes mediáticos de Hollywood, que han retado, y superado, muchas veces, a la supremacía del Estado. El presidente ha intentado echar abajo la dictadura moral de las empresas que han fomentado toda esa división social a través de ideologías a fin de crear mercados, porque en eso, consisten todos sus fines, mantenerse en la cúspide y evitar una libre competencia a fin de conservar monopolios y privilegios.
Pero Trump ha volcado su gobierno hacia el interior de EUA, es un sincero patriota y un creyente en el "excepcionalismo norteamericano", un mito fundacional del país que, sin embargo, impulsó su crecimiento de ser trece colonias inglesas subdesarrolladas a una potencia imperial, y que parte del Destino Manifiesto derivada de la idea de la predestinación protestante. Sin embargo, ha descuidado enormemente la política exterior norteamericana; creo que su mandato, hacia fuera de EUA, ha sido una serie de fracasos que le ha permitido crecer a sus rivales, potencias que, a comparación de nuestro vecino del norte, son mucho más débiles, pero que, quizá, incluso hasta pasmados, han avanzado para ocupar los espacios que el mandatario estadounidense les ha ido dejando de manera casi gratuita. Veamos algunos de ellos:
- Cedió Siria a Rusia; es cierto, Obama y Hillary Clinton abrieron la caja de Pandora de la llamada Primavera Árabe, que convirtió a los radicales islamistas que para Bush Jr. eran los principales enemigos de EUA tras el 11 de septiembre de 2001, en aliados y campeones de la Democracia. Pero Trump se portó con tibieza, no se atrevió a apoyar a Bashar El Assad por tener éste el estigma de dictador, pese a que éste garantizaba un Estado laico y tolerante para con credos diversos al Islam incluyendo el Cristianismo; pero, por supuesto, tampoco se puso del lado del ISIS, así que se limitó a hacerse a un lado, quien sí aprovechó esto, fue Vladimir Putin que, junto con Irán, se puso como principal soporte del presidente hereditario en Damasco, el país, entre tanto, se convirtió en lo que a lo largo de milenios ha sido, desde que Ramsés II de Egipto y Muwattali II de los Hititas resolvieron sus diferencias sobre su territorio; un campo de batalla donde las grandes potencias de Oriente colisionan: Irán en su eterno afán de expandirse hacia el Oeste, Arabia por lanzarse hacia la Creciente Fértil, y Turquía hacia el este y el sur, además de Israel que ha adoptado una postura defensiva ante la colisión de potencias que se libra a su lado. EUA, abandonó la región después de haberla desmadrado.
- Un apoyo meramente moral a Israel: Si el Estado de Israel fue hecho a un lado por Bush Jr. y después por Obama a favor de Arabia Saudita, quien incluso, adoptó una retórica casi hostil contra el país hebreo, Trump llegó y cambió la postura hacia el Estado Judío, lo que se reflejó en el cambio de la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén, reconociendo a la ciudad santa como capital del país, e incluso renunciando a la UNESCO cuando esta organización subsidiaria de la ONU calificó a Jerusalén como ciudad históricamente islámica desconociendo el papel de la urbe para Judíos y Cristianos... ¿Y? EUA ha abandonado Medio Oriente, y es de dudarse que vaya a intervenir nuevamente en la región a fin de apoyar a Israel... para su fortuna, cuenta con el que probablemente ha sido el mejor y más valiente gobernante que ha tenido: Benjamín Netanyahu, Israel ahora parece sostenerse por sí mismo; los años de Netanyahu en el poder, se han convertido en los más pacíficos para el Estado de Israel, sin embargo, ha quedado abocado totalmente a una posición defensiva.
- El Hundimiento de Venezuela: A Trump no le interesa intervenir en Venezuela, un objetivo pragmático para intervenir en el país sudamericano ya no existe, como habría sido el petróleo, ya no es importante; EUA ya es autosuficiente, y hasta el mayor exportador, gracias al fracking. Sin embargo, y si bien fue primero, el fracaso del intento de golpe de Estado de 2004, uno de los varapalos que se llevó Bush Jr., y luego, que Obama dejó crecer a Chávez, y luego a Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores, y con él, al Foro de Sao Paulo. Para el actual ocupante de la Casa Blanca, esto no ha representado un peligro, a pesar de que personajes tales como Alexandra Ocasio-Cortez emiten postulados muy sospechosamente parecidos a los Chavistas, o que se vio a personajes venezolanos y cubanos detrás de las manifestaciones de Black Lives Matter o Antifa, lo que muestra que el virus del "Socialismo del Siglo XXI" ha llegado a EUA porque no se le cortó de tajo en el momento oportuno. Pero además, Venezuela es el foco por el cual los intereses de Rusia, China e Irán, se irradian en nuestro continente. El apoyo dado a Juan Guaidó para hacerse con el poder efectivo en Caracas ha sido meramente retórico e inútil; Maduro está plenamente afianzado en el poder por el Kremlin, Teherán y la Ciudad Prohibida.
- La Caída de Hong Kong: Pese a que Trump se ha portado muy beligerante contra China desde que llegó al poder, por el escaso respeto del régimen de Pekín hacia las normas internacionales que regulan la propiedad industrial e intelectual y el comercio global, y ahora por la pésima o dolosa gestión hecha por el gigante asiático de la pandemia, no pudo hacer nada para evitar que Pekín pusiera fin efectivo a la autonomía de Hong Kong mediante su Ley de Seguridad Nacional. La comunidad internacional no ha movido un solo dedo, y fue un golpe durísimo que muestra el poderío chino por encima de lo que era una cabeza de puente occidental en Asia.
- Un Pleito Gratuito con Europa: Es cierto que EUA carga prácticamente con todo el peso de la defensa europea a través de la OTAN, salvo quizá los casos de Francia y Gran Bretaña, y medianamente España, ninguno de los otros países europeos miembros de la Alianza Atlántica cuenta con la fuerza suficiente para defenderse por sí mismo o contribuir a la defensa común, simplemente, el caso alemán y su Bundeswehr, que es una burla de mal gusto a la Historia Militar germana, es muy representativo. Sin embargo, el súbitamente plantear el cese del apoyo norteamericano y el retiro de tropas, lleva a un conflicto directo con Europa, incluso, su postura con respecto a los vejatorios tratados en materia ambiental, debía haberla manejado de una manera más gradual y procurando no romper de golpe con sus aliados.
- Irán, fortalecido: Ya anteriormente traté aquí de la muerte del General Iraní Qasem Soleimani, que parece más bien haber sido un daño colateral de la muerte buscada por los órganos de inteligencia norteamericana, inicialmente dirigida contra un líder iraquí de milicias, ante la muerte de uno de los principales arquitectos de la derrota del Estado Islámico en Siria, el Gobierno de Trump no supo como reaccionar, después vino un ataque de represalia de parte de los Persas que se saldó con la muerte de 80 efectivos norteamericanos en una base militar en Irak, y el Presidente rehusó hacer cualquier otro tipo de represalia. Ya anteriormente, no inició ninguna acción militar en contra de Irán cuando éste bloqueó el paso por el estrecho de Ormuz hacia el Golfo Pérsico, lo cual mostró una gran debilidad de EUA en contra de los Persas. Estos incidentes, sobre todo la muerte de Soleimani y lo sucedido después, en vez de debilitar a Irán, lo han fortalecido, pues EUA le ha dejado solo en el escenario de Medio Oriente y ejerciendo una influencia, a la que sólo falta la anexión, como en los tiempos de los Aqueménidas, sobre Irak, cuyo Parlamento ha votado por la salida de las fuerzas norteamericanas de su territorio, mientras se entrega gustoso a la supervisión persa.
- En Bolivia, la caída de Evo no la provocó él: La caída de Evo Morales no fue provocada por los órganos de inteligencia de EUA ni hubo realmente una política norteamericana dirigida contra el líder cocalero, pese a sus más que probables nexos con el Narcotráfico; después de todo, Evo había mantenido la retórica anti-yankee y el lenguaje socialista mientras mantenía una economía de libre mercado y aceptaba inversiones del exterior, EUA incluido; así que Trump lo veía como alguien prácticamente inocuo. Pero no veía el contexto general de la amenaza que representa el Socialismo del siglo XXI organizado en el Foro de Sao Paulo y alimentado por el Narcotráfico, incluso para su propio país. El movimiento que terminó con el derribo del mandatario de origen aymará vino de las propias Iglesias Protestantes o Evangélicas Bolivianas que terminaron organizando a la oposición; hoy sin embargo, el Gobierno Provisional de la Presidenta Jeanine Áñez se tambalea ante la falta de apoyos reales por parte de EUA y la comunidad internacional, la Pandemia del Coronavirus que incluso ha terminado por afectarla personalmente y un posible regreso del MAS, el partido de Evo, al poder, de celebrarse elecciones.
De igual modo, ante muchos círculos norteamericanos, Trump habrá quedado como alguien que da su respaldo a un comunista, miembro del Foro de Sao Paulo y que además cuenta con una sospechosa relación con el crimen organizado, como se desprende de la liberación de Ovidio Guzmán, sobre quien pende un pedimento de extradición por el Departamento de Justicia de EUA, y su afectuoso saludo a la madre de Joaquín El Chapo Guzmán.
Nuevamente, y como lo he mencionado antes, parece ser que el actual Presidente norteamericano no sopesa el riesgo internacional que este movimiento situado al sur de su frontera representa, ni siquiera por la aparente infiltración y el apoyo que los manifestantes de Antifa y Black Lives Matter reciben no solamente de las élites financieras, informática y de comunicación y entretenimiento en EUA, sino de poderes externos con los que tiene una siniestra alianza.
Sin embargo, tal parece que Trump es muy sensible a las lisonjas, y es lo que AMLO hizo durante su visita, compararlo con Lincoln, celebrar el servilismo de Juárez a los intereses norteamericanos en el siglo XIX, no reclamar cosa alguna ante la política migratoria seguida por el neoyorkino y esperar en él para la salvación económica de México a través de las inversiones que lleguen por el nuevo tratado de libre comercio o T-MEC.
Yo simpatizo con Trump y aquí abiertamente lo he expresado, si yo fuera estadounidense votaría por él, porque el Partido Demócrata, del cual más adelante hablaré, me parece un partido siempre al servicio del repugnante establishment enfocado en sus intereses egoístas y la manipulación de las masas para obtenerlos y que, en el poder en EUA, se convertirían, más que nunca, en una amenaza al corazón mismo de nuestra civilización, pues solo los guía un ímpetu destructivo basado en el lucro. Trump me ha parecido un patriota y alguien que quizá está reconduciendo su conducta y su vida ante la benéfica influencia de su actual esposa Melania, una devota católica eslovena y que ha aguantado ataques, calumnias e insultos de todo tipo provenientes de los medios "progresistas". Es encomiable su defensa de la vida del no-nacido y su lucha contra la ideología de Género, su indudable amor por su país y los intentos por someter a las élites a la obediencia de la Ley y el respeto a las libertades; sin embargo, le falta comprensión del mundo, no es culto, parece no interesarle conocer a sus allende las fronteras de su país, y no puede dejar de ser un showman, impulsivo y muchas veces fanfarrón. Cree que Estados Unidos, por el solo hecho de serlo, es ya la indudable primer potencia mundial, y no sabe defender ese lugar ante un mundo plagado de enemigos que, como los buitres, empiezan a volar en círculo ante los indicios de decadencia que, al parecer, no ha sabido revertir ante la falta de habilidades y recursos políticos. Temo mucho que los errores pesarán más que los aciertos y tras él, EUA y todo Occidente, arrastrado consigo, se hundirá en tiempos oscuros.