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27 de marzo de 2016

REFLEXIÓN DE SEMANA SANTA


Uno de los pasajes que más me impresiona de la Biblia, y en particular de los Evangelios es aquel en que Jesús, en la cruz, perdona al "Buen Ladrón", aquel de quien la Tradición y algunas revelaciones privadas como la de la Beata Ana Catalina Emmerich, nos ha conservado el nombre de Dimas, quien, ante la actitud de su compañero de suplicio y probablemente cómplice de fechorías, que por la mismas fuentes es recordado como Gestas o Gesmas, quien pide a Jesús que se salve y a su vez les salve a ellos del cruel tormento y la muerte por crucifixión.

En este Año de la Misericordia, y dentro de mis pobres conocimientos teológicos, solo llevado por mis propias cavilaciones, es que he llegado a concluir que si se quiere conocer a fondo lo que es la misericordia divina, uno debe leer a conciencia este pasaje; en él radica la clave para entender la Misericordia Divina, misma que no se encuentra exenta de Justicia. Hoy, y debido a las ambigüedades, gestos y expresiones de Bergoglio, propias de la tendencia modernista que ha seguido buena parte del clero desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días, mucha gente piensa en Dios como alguien sumamente sentimental y que perdona todo, hasta que le vean la cara, muchos han llegado, por ejemplo, a negar la existencia del Infierno o la posibilidad de que Dios castigue, consideran que si Dios es amor, entonces es una especie de cursi incurable que todo lo pasa y todo lo consiente, que no exige al ser humano ningún esfuerzo porque éste es débil y él lo comprende y por ello acepta que el ser humano no puede demandarse nada: ni continencia, ni templanza, ni paciencia, ni ponerse límites. --"Dios nos ama"-- dicen--"con independencia de lo que hagamos o cómo seamos".

Sin embargo, esa actitud es como la de Gestas, que pide a Jesús que, gratuitamente, y para demostrar su poder, se salve de morir y los salve a ellos del castigo, mientras que Dimas, por su parte, reconoce en primer lugar la justicia de haber sido condenado a recibir la forma de ejecución más cruel y espantosa que jamás se ha ideado. Aunque tradicionalmente se conoce que ambos personajes eran "ladrones", la palabra que los Evangelios nos dan, en griego, para describirlos es la de kakurgos, misma que tiene un significado mucho más amplio y deriva a criminales capaces de los peores crímenes, ladrones simples, en una época en que el Derecho Romano era aplicado por los Pretores como Pilato en las relaciones entre quirites y bárbaros como los judíos es poco probable que simples bandidos o culpables de robo, en latín furtum, que para los romanos no era un delito perseguido por la Ley Penal, sino un asunto civil que se resolvía con la restitución del bien sustraído, ya sea con su devolución o el pago de su precio por el ladrón, fuese castigado con un medio tan extremo; en caso de haber sido ladrones reiterados, habrían sido reducidos a la esclavitud o condenados a galeras, mas no se les hubiese llevado a padecer la muerte reservada a quienes eran considerados sediciosos como Espartaco o el propio Jesucristo o criminales violentos y peligrosos, pretendiendo con su ajusticiamiento disuadir a la población mediante el terror.

De esta manera, el "buen ladrón" reconoce la justicia de su condena, y después de ese reconocimiento, le pide misericordia a Jesús, éste le asegura que estará con él en el Paraíso, mas no lo baja de la cruz ni le libra de morir, poco después, asfixiado entre horribles dolores al romperle las piernas los guerreros romanos para acelerar su fin. Esto nos lleva a que Jesús, Dios, es misericordioso, pero también justo: Dimas ha reconocido sus culpas y acepta la consecuencia de las mismas que consiste en la pena de muerte de cruz y la cumple hasta el final, la diferencia es que, por su arrepentimiento y la fe demostrada en Cristo, habrá saldado la cuenta que tenía y podrá gozar del Paraíso. Por el contrario, Gestas pide una salvación sin dar nada a cambio y sin reconocer sus malas acciones, simplemente desea, para creer, que Dios lo libre del sufrimiento, mismo que es consecuencia de sus acciones y obre prodigios en su favor.

Así, podemos concluir, por un lado, que la Misericordia no puede ser ajena a la Justicia, como lo dijera después Santo Tomás de Aquino, sino que ambas virtudes van de la mano, de lo contrario se puede llegar a la crueldad al abandonarse toda posibilidad de cambio para las personas, de redención aún sea de último minuto; por otro lado, resulta impresionante que, el primer hombre en entrar al paraíso, el primero en recibir los beneficios de la salvación haya sido un criminal de lo más bajo, cuyo catálogo de delitos probablemente fuese una lista de horrores... cuántas veces en el mundo de hoy, al conocer de tantos terribles crímenes que acontecen en nuestro país, no deseamos para los delincuentes los peores tormentos y las mayores crueldades. Claro, nadie puede quedar exento de la Justicia humana, pero jamás nos hemos preguntado que existe detrás, que hay en la historia personal de cada quien que le haya llevado a cometer acciones atroces. Muchas veces, puede ocurrir que los que nos consideramos "gente decente" olvida que todos estamos susceptibles de incurrir en errores o en acciones dañosas para los demás dada nuestra naturaleza corrompida y que la Misericordia es para todos.

Pero tampoco la Misericordia puede ser licencia y una dejadez para hacer todo lo que se quiera creyendo que no habrá consecuencias o pensando que todo será consentido; como el Aquinate lo señalaba, eso es el principio de toda disolución, pues es la puerta de la impunidad; la Justicia no es algo inexistente o abstracto o algo que depende de las leyes humanas, es real y está presente; de nuestras acciones tendremos las consecuencias positivas o negativas que merezcamos, en esta vida o en la otra. 

Es cierto, no es fácil, pero nada que valga la pena será fácil, nada será gratuito ni simple; por ello es que en la época actual en que el sacrificio y el esfuerzo son despreciados se ha construido una imagen de un Dios displicente, consentidor y permisivo...
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El re-make de Ben Hur:


El pretender hacer una nueva versión de un clásico perteneciente al cine "peplum" o bíblico de los años 50 o 60, no siempre es una buena idea, ya en 2014 Ridley Scott con Christian Bale se atrevió a hacer una nueva versión de Los Diez Mandamientos titulada Exodus, o qué tal Noé del mismo autor con Russell Crowe, más cuando ahora se pretende aplicar el contexto ideológico moderno a historias empapadas de todo lo contrario: resulta un fiasco contar el Diluvio Universal del Génesis desde una clave New Age o presentar a un Moisés descreído y lleno de dudas. Ahora, parece que el argumento de la nueva cinta del director ruso Timur Bermambetov es más cercano al de la novela del General Lewis Wallace, quitando los cambios realizados genialmente por Gore Vidal para el filme de William Wyler, --el cual ya fue, en sí, un re-make de una película muda de los años 20, protagonizada por el mexicano Ramón Novarro, pero también bastante impregnado, por exigencias de Hollywood, de postmodernidad y carente de la virilidad con la que Charlton Heston y Stephen Boyd impregnaron a sus personajes, y la película entera será un filme de aventura más, sin el trasfondo de fe que reinaba en la película anterior.

Los clásicos no mueren, pretender rehacerlos no les hace un homenaje, antes bien, los devalúan; por otro lado, esto muestra la falta de originalidad de un Hollywood que se refugia o en los cómics hasta llegar a la saturación o en lo ya visto anteriormente; sin duda, estamos ante una crisis de creatividad que evidencia cómo el cine se encuentra en un estado de estancamiento. Como siempre, el espectador tendrá la última palabra. 

24 de marzo de 2016

AHORA: BRUSELAS


Pues todo indica que el Estado Islámico se encuentra ganando la guerra, pese a la intervención rusa, sobre la que hablaré en el próximo post, tan súbitamente interrumpida, las fuerzas del Califa Abú Bakr II Al-Baghdadí no han perdido en nada su capacidad para entrenar, dirigir y coordinar células capaces de realizar ataques en el exterior, con más fuerza ahora que los anteriores atentados en París contra la revista Charlie Hebdo o la masacre de la sala de conciertos Bataclán, los que se pueden considerar fueron meros ensayos de lo que se venía encima.

Si bien puede que en el "frente convencional" los islamistas estén perdiendo la contienda ante las reforzadas tropas del Bashar el Assad en Siria, debilitados por los bombardeos rusos y occidentales, también es cierto que bien pueden estar preparando el trasladar el teatro de operaciones al Viejo Continente a través de una guerra de guerrillas y, como ya se había adelantado, por conducto de células o comandos pequeños que harán ataques esporádicos, contundentes y demoledores, a fin de establecer un reinado del terror; para esto, la oleada de refugiados que han salido de Siria, Irak, Libia o Túnez ha servido excelentemente para la infiltración; lo que ya también habíamos comentado: resulta curioso que la mayoría de los presuntos solicitantes de refugio sean hombres jóvenes, en edad militar y excelente condición física, más propia de combatientes que de hambrientos afectados por el conflicto, además de que resulta bastante curioso que otros países islámicos desarrollados como Arabia, Emiratos o Qatar se hayan negado a recibirlos y sí en cambio, hayan hasta financiado el traslado de estas personas a Europa Occidental y en particular fijado como destino a Alemania.

Cabe preguntarse porqué estos hombres fuertes y sanos, en vez de huir cobardemente del ISIS, no hayan decidido quedarse en Siria a enfrentarlo; pero además, resulta impresionante la ingenuidad, o el contubernio de las autoridades europeas que han permitido y aceptado el éxodo gigantesco que les ha llegado. Lo que es más y como ya lo señalaba en un post anterior, han dejado que los recién llegados cometan una serie de abusos contra habitantes locales, particularmente mujeres, como considerando que ya se encuentran en territorio conquistado y se encuentran disfrutando ya del botín de guerra en el que se cuentan, por supuesto, las féminas de los vencidos.

El que se hayan cometido estos terribles ataques contra el aeropuerto de Bruselas y estaciones del metro en la misma ciudad, capital tanto del Reino de Bélgica como de las instituciones comunitarias europeas y de la OTAN muestra la enorme fragilidad del Viejo Continente dominado por la Izquierda Socialdemócrata y buenista, pacifista y para la que son temas de mayor importancia el veganismo, la homosexualidad o el uso de la bicicleta antes que la seguridad de los ciudadanos, evidencia que los órganos de Inteligencia son inoperantes e incapaces de detectar y prevenir la acción de los grupos islamistas en territorio europeo; ha quedado más que evidente el sucio contubernio entre los gobiernos occidentales y las tiranías islámicas como la Saudita, la Qatarí o la Emiratí que se cubren detrás de sus enormes inversiones y participación en negocios para ganar impunidad a nivel internacional: a nadie se le ocurriría hacer una invasión para "democratizar" Arabia e instalar en Riyad a una República democrática y representativa en vez de la Monarquía wahabista que la rige, ni bombardear Dubai para liberar a los esclavos malayos, filipinos, hindúes o somalíes que trabajan en sus proyectos inmobiliarios, cuando los mismos políticos que día y noche recitan el credo de la Democracia y los Derechos Humanos son socios de negocios de los jeques que financian al terrorismo.

Ahora, después de los hechos, resulta doblemente preocupante ver la reacción, por un lado, de los liderazgos y por otro, de la gente, para los primeros, está el pasmo, el no saber qué hacer, o de plano la huída: primero que nada, aparentemente parece que no existe una estrategia planeada y consensada para hacer frente a la amenaza del terrorismo y la presencia de grupos infiltrados en el continente; las acciones policiales desatadas tanto por Francia como por Bélgica para dar con y capturar a la mente maestra detrás de los atentados de noviembre pasado en París no demostraron ser suficientes; por otro lado, parece que no habrá cambios en la política migratoria, sino que seguirá recibiéndose a la cantidad ingente de personas sin poder hacer nada para filtrar a los solicitantes de refugio; cualquier cosa antes de parecer antidemocráticos, racistas o excluyentes cuando el gol es lograr una "sociedad multicultural" y plenamente "respetuosa de los derechos humanos" o de la "diversidad". En el caso de Obama, la reacción no puede ser más extraña: pese a haber sido atacada la ciudad que alberga a la sede central de la principal alianza militar que encabeza EUA, no hubo cambio alguno en su agenda de visita a Cuba, sobre la que hablaré en otra parte, y a Argentina, en lo que pareció, en su visita a la isla, como una claudicación ante la dictadura de los Castro que se han alzado con la victoria tras 57 años de tensión, sin que haya esperanzas de cambios reales para los cubanos, sino impunidad asegurada para uno de los regímenes más sangrientos de este hemisferio, y a Argentina, donde reinó un clima vacacional, de frivolidad e indiferencia que se ilustra en el baile del tango presidencial. Tal parece que el afroamericano, consciente del fracaso que ha representado su mandato, y sin saber cómo terminarlo con al menos algo de dignidad y guardando las formas, ha decidido terminar disfrutando de las delicias del poder que jamás supo ejercer.

En segundo lugar, la gente: ésta se encuentra contaminada tras cincuenta años de "amor y paz" por una postura pacifista al extremo, no desea luchar, cree que con sus lágrimas, altares laicos de velas, flores y peluches --pues han olvidado rezar y ahora se señala a la Religión (al Cristianismo, curiosamente y no al Islam) como única causa de los conflictos-- poner la bandera del país atacado y exhortar al diálogo, a no demonizar al Islam y a la apertura con vacuos mensajes de amor pintados con gis en el piso; como dijo Pérez Reverte: "Los jihadistas deben estar acojonados por las florecitas, las velitas y nuestro enérgico 'todos somos Bruselas'. Y hasta la próxima..." No en balde, ha trascendido que en las redes sociales islamistas circula una encuesta sarcástica: ¿Con los colores de qué bandera crees que será la próxima iluminación de la Torre Eiffel? 

Poco me queda más que decir, salvo que concuerdo plenamente con la columna del periodista español Carlos Esteban: Bruselas y los Ultimos Días de Occidente, carecemos de liderazgos capaces de defender nuestra civilización, cuando hasta el mismo Papa Francisco I ha claudicado ante el discurso globalista y se pone de alfombra ante el Islam con el discurso buenista y "humanitario"  y la mayoría de las personas no están conscientes de la delicadísima situación en la que estamos viviendo y lo trascendente de nuestros tiempos. Como bien dice este columnista: moriremos a causa de nuestra estupidez. No hay marcha atrás.
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¿Porqué no somos Ankara?

Se ha señalado que ante estos hechos, se ha olvidado lo que ha ocurrido en Nigeria, Kenya o como en estos últimos días pasó, en Ankara, capital de Turquía. Mucha de esta falta de solidaridad ocurre no por la malignidad de Occidente, sino por que las personas de este lado del mundo no se identifica tan fácilmente con personas que son de otras regiones o ámbitos culturales; la realidad es que, por ejemplo, México posee vínculos innegables y directos con Francia que provienen desde el siglo XVIII con el afrancesamiento del Imperio Español tras la llegada al poder de los Borbón, dos enfrentamientos armados entre México y París, y la enorme influencia que ejerció en temas políticos y culturales Francia sobre nuestro país durante el siglo XIX y en particular durante el Porfiriato; mientras que difícilmente tendremos elementos comunes con Nigeria o cualquier otro país subsahariano.

En el caso de los atentados de Ankara pesan otros factores, además de la cultura islámica y del pasado agresor otomano: cada vez queda más claro que Reccep Tayyip Erdogan y su partido islamista está actuando en consonancia para establecer un régimen dictatorial y además confesional, acabando de una vez con los remanentes de la república laica fundada por Mustafá Kemal Atatürk tras la caída del Califato Otomano, lo que ha quedado patente en su campaña por acabar con la libertad de expresión e independencia de la prensa escrita. De igual modo, cada vez crecen más las evidencias sobre la vinculación de Turquía con el ISIS y el cómo ha atacado arteramente a los Kurdos que luchan contra las fuerzas del nuevo y autoproclamado Califa Abú Bakr II Al-Baghdadí.

Así que los atentados o bien pudieron ser obra de opositores a Erdogán, de los Kurdos intentando una represalia contra la política de exterminio desatada por éste, o incluso, sabiendo que el Presidente turco es una mente siniestra, podría ser hasta un autoatentado planeado con manera de lavar su imagen y decir que también es víctima de los islamistas radicales.

Por esa razón, yo puedo ser francés o belga en solidaridad, pero jamás turco...

14 de marzo de 2016

SCALIA, TRUMP Y LULA

1.- Scalia:


Hace unas semanas se tuvo la lamentable noticia del deceso del Ministro de la Corte Suprema de Justicia de EUA: Antonin Scalia, sin duda un ejemplo a seguir por todo Jurista Católico, que conformaba junto a los Ministros Samuel Alito, John Roberts y Clarence Thomas el bloque "conservador" opuesto al resto de los miembros de tan alto tribunal, mismos que se encuentran del lado "progresista" y respaldados por la actual administración de Obama, fieles a su programa de reingeniería social.

Scalia fue un hombre congruente y devoto --uno de sus hijos es sacerdote y además, representante del movimiento Tradicionalista tan fuerte allende del Bravo-- pero sobre todo ajeno a los fanatismos positivistas en la visión del Derecho: una de sus frases conocidas se refiere a no sobredimensionar el papel de la Constitución, en la que no hay que buscar, mediante rebuscadas interpretaciones, sentidos y apoyos favorables a tal o cual postura: la más reciente, la referente a la aprobación del "matrimonio" homosexual, a lo que él se refería como que la Constitución sólo dice lo que dice y es un mero documento legal con una finalidad muy restringida: regular la relación entre gobernados y el Estado, no un "organismo vivo" que evolucione según el gusto o modas de cada época. Tampoco es la constitución, sea en la república del norte o en México una especie de revelación divina intocable, incuestionable y que además, contiene en sí misma la fórmula de la felicidad eterna para el país y sus habitantes; como lo dijo Scalia, es un simple documento legal que fija las reglas del juego entre gobernantes y gobernados, dilucidar de ella si procede o no cualquier cosa, y si está escrita en ella es constitucional y válido, o si no está, es ilícito y debe ser rechazado es darle alcances que no tiene ni sus redactores tuvieron tales intenciones, la constitución no puede abarcarlo todo ni describir la naturaleza humana o la física en su articulado. 

La ausencia de Scalia, probablemente será aprovechada por los Demócratas ante la coyuntura electoral que vive EUA este año: tal vez Obama postule para ocupar el puesto vacante a otro progresista para garantizar que la Corte continúe por la línea ante la posible victoria de algún candidato republicano --¿Trump?-- opuesto a las políticas liberales en terrenos de familia y migración. Cabe decir además que Scalia era un conservador que no llegaba a los extremos tremendistas o escandalosos, su arma era la razón y el Derecho Natural, las convicciones y la congruencia; de forma calmada, serena, con argumentos y seguridad, el Ministro derrotaba a sus pares.

Es triste ver cómo nos quedamos sin los mejores hombres cuando más necesarios parecen ser ante el crepúsculo de nuestro mundo occidental, como lo comentan en este otro Blog, sin esos talentos y sin reemplazos capaces de suplirlos, no podemos si no sentirnos abandonados, tristes y presas de la incertidumbre.

DESCANSE EN PAZ.

2.- Trump:


La columna escrita por Juan Manuel de Prada el otro día respecto a la campaña presidencial de Donald Trump en EUA, no tiene desperdicio, me parece un análisis tan bueno que he decidido transcribirlo aquí:



TRUMPETEANDO, por Juan Manuel de Prada


(ABC, 7 de marzo de 2016)


Explicaba Waldo Frank en un viejo libro, “Redescubrimiento de América”, que para entender los Estados Unidos hay que empezar por asumir que se crearon cuando Europa empezaba a perecer. Y que, por estar construidos con materiales de decadencia y descomposición (aunque instintivamente los repudien), están infectados por su carcoma, de tal modo que su pujanza no es más que un esplendor crepuscular. Es, pues, comprensible que una nación formada con los retales de una Europa caduca y enferma desarrollase a modo de antídoto un optimismo ingenuo y fanfarrón que la llevó a suponer que era un nuevo pueblo elegido y que estaba destinada a salvar al mundo, a través de la religión democrática. Esta idea desquiciada encubría la inmunda voracidad de poder y el desmesurado afán de riquezas de sus élites dirigentes, que desde 1898 hasta hoy han multiplicado las calamidades por el extenso atlas, justificándolas siempre como esfuerzos apostólicos por propagar el evangelio negro de la democracia.


A la hora de juzgar a Trump no podemos olvidar que es un producto típicamente americano. Pero en Trump todavía hay, mezclada con sus fanfarronerías, una subsistencia auténtica de aquel repudio que los americanos originarios sentían hacia los materiales de decadencia y descomposición europeos: por eso Trump es igualmente odiado por los liberales globalistas encargados de pervertir al pueblo con derechos de bragueta y por los neocones obsesionados por la hegemonía global que ha convertido el mundo en un polvorín y alimentado el fanatismo islámico. Unos y otros representan la voracidad de poder y el afán de riquezas de unas élites que se han aprovechado de la buena voluntad de los americanos, infundiéndoles delirios de grandeza que no tenían otro fin sino garantizar los intereses de la casta financiera. Y de repente aparece este Trump como un elefante en una cacharrería, meándose encima del criptogay Rubio y del fariseo Cruz y lanzando un órdago con posibilidades de triunfo a la bruja Hilaria, la hija predilecta del Nuevo Orden Mundial… ¡Y todo el sistema, desde sus mascarones de proa a sus plumillas paniaguados, se revuelve contra él, como un solo hombre! Sería grotesco presentar a Trump como un santito con peana, porque está amasado con los mismos materiales de decadencia con que fueron amasados los Estados Unidos; pero hay en él una autenticidad que conecta con esos americanos numantinos que todavía tienen vigor moral para rechazar las perversiones que los liberales pretenden infiltrarles, para convertirlos en chusma con papiloma y ojete reventado; americanos que todavía guardan un rescoldo de lucidez que les permite rechazar los delirios paranoides que los neocones pretenden inocularles, con sus sueños de hegemonía global. Americanos, en fin, refractarios a las artimañas que hasta hoy se han empleado para debilitarlos y convertirlos en esbirros del mundialismo y las élites financieras. Americanos hartos de que, con el caramelo de la libertad abstracta que les prometen sus gobernantes, se les arrebaten las libertades concretas que fundaron su tradición patriótica.



Esta es la razón por la que Trump es odiado por los lobbies, los mass media del sistema y hasta por su propio partido. Trump tal vez sea un fanfarrón que exagera el tamaño de su polla, Trump tal vez sea un botarate al que habría que enseñar que los pueblos hispánicos pueden ser la savia fresca que salve a su patria de la decrepitud. Pero es un tipo que inquieta, que subleva y saca de sus casillas a los corifeos del Nuevo Orden Mundial. Y un tipo odiado por esa gentuza, un tipo que logra que interrumpan sus falsas divisiones para hacer contra él un frente común algo bueno tiene que tener.

Me parece que el empresario metido a político ha causado tanta controversia es porque por un lado ha empleado la receta que siempre le ha dado éxito: el escándalo, la payasada, lo estrafalario, la actitud y la palabra incendiarias, y nuevamente, le está funcionando; pero detrás de ese show, el señor está dando voz a la "mayoría silenciosa" que ya se hartó de los ocho años de Obama y los ocho de Bush en que el país se ha estado hundiendo como potencia mundial ante una serie de decisiones e intervenciones desacertadas por un lado, en que se han implementado políticas favorables a minorías que pasan por encima del interés general, ha denunciado los arreglos entre los políticos norteamericanos y las monarquías árabes, ha replanteado la necesidad de devolver el apoyo a Israel --fuera del antisemitismo de los Tradilocos, Israel puede y debe ser aprovechado como aliado principalísimo en la lucha contra el terrorismo islamista-- y ha incomodado, como lo dice el escritor español, al establishment ideológico de Izquierda "progresista" en EUA y el mundo, aquí mismo en México y en consonancia con los principales medios norteamericanos, (empezando por la influencia del nefasto Jorge Ramos) se ha lanzado una campaña para sembrar terror ante la cada vez más probable llegada de Trump a la Presidencia del país vecino.

Así se ha magnificado su postura antiinmigrante, se han sacado de contexto y se han magnificado sus declaraciones sobre México, sin hacer nada de autocrítica al papel de los mexicanos en EUA, no se ha planteado lo que ha veces han sido verdaderos fraudes cometidos por las corruptas administraciones mexicanas con la ayuda financiera recibida de EUA, ni se menciona que la migración al norte no ha sido sino por el fracaso estrepitoso de gobiernos en México y Centroamérica para ofrecer mejores condiciones de vida y empleo a sus nacionales; quienes son los responsables de la situación, sin que Washington esté obligado a crear empleos y oportunidades que sus países no generan; además de que es la alianza del globalismo la que hace que medios a ambos lados de la frontera apoyen y hagan causa común a favor de Hillary Clinton, responsable con mucho de los inmensos genocidios abortistas, de la destrucción de las familias y de las guerras brutales en Oriente junto con los Neoconservadores republicanos, ahora aterrados ante el ascenso del magnate.

Ahora, y ante los conatos de violencia en Chicago del otro día, se acusa a Trump de polarizar la política norteamericana. Falso, quien ha polarizado como nunca la contienda política en EUA ha sido el propio Obama con su racismo inverso, su asistencialismo y sentimentalismo con el que ha enajenado a buena parte de la juventud a su favor el que ha polarizado como nunca al panorama político norteamericano y ha llevado tanto a los Republicanos con el empresario precandidato a la cabeza, como a los Demócratas con el socialista Bernie Sanders por el otro lado, a tomar posturas extremas, lo que augura un futuro cada vez más oscuro para EUA; como sea, el liderazgo de Donald Trump es o será crepuscular para el país y es muestra de la decadencia inevitable a la que se dirige la súperpotencia, así como también evidencia la decadencia de la Democracia que es víctima de sus propias características como lo plantearan Platón y Aristóteles hace más de 2,300 años: el discurso demagógico y la mercadotecnia se ha impuesto sobre las propuestas y las ideas; no nos quejemos si los líderes que surjan de esto son de ínfima calidad.

3.- Lula:



Hasta hace poco tiempo, hablar de Luiz Inácio Lula Da Silva y de Brasil era hablar de un mandatario que supuestamente había hecho una gestión ejemplar y convertido al coloso amazónico en una potencia emergente, es de recordar cómo muchos políticos de todo el espectro se llenaban la boca de elogios dirigidos al antiguo obrero convertido en Presidente; Lula, de igual manera, fue parte importante en la conformación de los BRICS como un bloque real y de la alianza que diversas naciones sudamericanas, hermanadas por los regímenes de Izquierda crecidos al rededor de Hugo Chávez celebraron principalmente con la Rusia de Putin y con China o Irán para alejarse de la influencia de EUA,

Hoy en día, sin embargo, queda claro que todo aquello fue un espejismo; ciertamente Brasil ha sacado de la pobreza extrema a una gran parte de su población, en una tendencia que viene desde los años noventa y que no puede ser atribuida únicamente al mandato del abanderado del Partido de los Trabajadores, esto ha tenido como consecuencia la formación de una sociedad mucho más consciente a la que ya no se puede engañar con el fútbol y la pasión por los deportes del vanidoso pueblo brasileño; esta sociedad se ha dado cuenta que a Brasil le falta algo para convertirse, ahora sí, en una potencia de alcance global: una clase política a la altura y con liderazgos honestos y patriotas, que vayan más allá de corruptelas y de egos, preocupados por ahora sí, acabar con las favelas y la indignante realidad de muchos habitantes que viven en marginación y pobreza extremas, mas aparte, los brasileños han despertado y han señalado con dedo flamígero los negocios sucios que se ocultan detrás del pasado Mundial de Fútbol de 2014 y ahora la organización de los juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, mientras el país desea y necesita mejores infraestructuras y servicios.

En fin, el teatro ha caído, la función se terminó y las máscaras caen: detrás de las administraciones sucesivas de Da Silva y de Rousseff se ha escondido una trama de corrupción e ineptitud gigantescas, hoy en día, los medios, los mismos que critican y linchan a Trump y que en su momento quemaron incienso al antiguo tornero brasileño se esconden y apenas comentan lo sucedido con el otrora ídolo, lo mismo que muchos políticos que, en México, por ejemplo, citaban a Lula como ejemplo y le invitaban a dar conferencias y seminarios sobre la lucha contra la pobreza, --olvidaban que se trataba de la del propio mandatario, la cual desapareció para volverse un potentado-- y me pregunto si no habrá por ahí algo que, escarbando nos demuestre que el otro ídolo de las Izquierdas: José Mújica también tiene sus secretos negros escondidos.

Por lo pronto, el "Eje Bolivariano" se tambalea, no solo con la caída del Kirchnerismo, sino también con el derrumbe de Lula, la negativa a una nueva reelección por parte de Evo Morales y la situación cada vez más peligrosa en Venezuela; no cabe duda que Vladimir Putin debió escoger mejor a sus aliados.

8 de marzo de 2016

BALANCE DE LA VISITA PAPAL... ESTA VEZ DE FRANCISCO I


He de reconocer que la reciente visita del Papa Francisco I a nuestro país me dejó sorprendido gratamente y ha motivado cierto cambio en mi apreciación a su figura y pontificado, aunque no dejo de ser cauteloso a este respecto.Me parece que lo hecho y dicho por Jorge Mario Bergoglio en estos días de la semana pasada que visitó tanto el Santuario de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México, Morelia, capital del estado de Michoacán, Tuxtla y San Cristobal de las Casas en Chiapas, Ecatepec en el Estado de México y Ciudad Juárez, Chihuahua, manifestaron sin duda, la primera vez que el argentino actúa plenamente como Papa, haciéndolo en una línea muy similar a la de sus inmediatos predecesores: Benedicto XVI y San Juan Pablo II, claro, dentro de la línea del Concilio Vaticano II que ha condicionado el actuar general de la Iglesia desde la década de los 60, lo que por supuesto, lleva a gestos equívocos o ambiguos que no a todos convence, pero en general, creo que durante estos días no vimos a Bergoglio, si no a Su Santidad Francisco I, Servum Servorum Dei, Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, Apostólica Romana.

Incluso, creo que podría decirse que el pontífice, con tacha ex defectu tituli bien pudo quedar legitimado por lo hecho en nuestro país. Realmente, su accionar durante estos días fue muy diferente a lo que ya nos tenía acostumbrados; sin embargo, si bien es un exceso y erróneo caer en el catastrofismo tremendista de muchos Tradicionalistas que ven moros con tranchetes o pruebas irrefutables de que Bergoglio es "la bestia del Apocalipsis", tampoco es para que ahora confiemos en que estamos ante un Papa que se mantiene firmemente fiel a la doctrina y la tradición al estilo de un Pío XII o que cayó en el camino de Damasco y transformó su actuar en este sentido; podríamos decir sin embargo, que se trata de un pontífice que en líneas generales se mantiene en la continuidad del post-concilio, con desplantes y declaraciones, como las que hizo tras subirse al avión de regreso a Italia, respecto al virus del Zika o el uso de anticonceptivos que más que atribuirlos a una intención realmente revolucionaria o de transformar la doctrina inveterada de la Iglesia quizá podamos señalar como su causa, así francamente, a algún problema de imprudencia e irreflexión cuando pretende improvisar y no se encuentra debidamente asesorado, porque, hay que reconocerlo, el argentino carece de una formación docta en la Historia de la Iglesia, Teología y Filosofía a diferencia de los Papas anteriores; aunque no es de descartarse algún problema de salud mental que le hace dar bandazos, como en algunos sitios argentinos siempre se ha dicho del ahora Papa desde la época de su ejercicio arzobispal en Buenos Aires, e incluso mucho antes.

 Primero lo positivo de la visita papal:

  • La mejor señal de que el viaje y los dichos y hechos de Francisco I se ajustaron a la doctrina de la Iglesia fue el desencanto, cuando no el verdadero enojo de los medios "progresistas" mexicanos, que esperaban ver a un Papa "revolucionario" con declaraciones a favor de los divorciados o de los homosexuales y de una moral sexual relajada, no encontraron eso, se toparon con un Papa que una y otra vez refrendó la postura de siempre respecto a la familia y el matrimonio, señalando directamente los males y amenazas que la azotan actualmente; finalmente, no podía contradecirse de la declaración que acababa de firmar con el Patriarca Kiril en la Habana, donde ese punto se colocó como uno de los fundamentales.
  • El Papa evitó igualmente enmarcar su visita como una dedicada al activismo político a favor de posturas ideológicas de Izquierda, los radicales, como los Ayotzinapos esperaban un espaldarazo a su causa y un ataque inmisericorde al gobierno de Peña Nieto. No lo hubo, el pontífice se condujo de manera diplomática y centrado además en un mensaje pastoral.
  • Tampoco el Papa se colocó abiertamente a favor de la Teología de la Liberación; el gesto de rezar en la tumba de Samuel Ruiz queda en su esfera privada: bien pudo haber pedido a Dios misericordia para el difunto y exaltado obispo, aunque, como veremos, su mensaje para los indígenas no fue precisamente lo mejor del viaje.
  • Tampoco los Neoconservadores católicos mexicanos encontraron un apoyo en el Papa ni que éste se identificara con ellos; por el contrario, grupos como el Yunque, los Legionarios de Cristo o el Opus Dei se esforzaron por acaparar la visita y lucir como la élite de la Iglesia Católica mexicana; mientras que el episodio del joven de clase alta (algunos dicen que se trató en realidad de la cantante pop Belinda, de quien hablaré más adelante) que tironeó al Papa en un intento de darle un abrazo, provocando que cayera sobre un discapacitado y que motivó una reacción justamente iracunda de parte del pontífice ilustró como ninguna el desagrado de éste con esas actitudes, poses e hipocresías.
  • El mensaje al episcopado mexicano fue duro, valiente y necesario: a los obispos mexicanos se les conoce por su mimetismo con la clase política mexicana, su afán de reconocimiento social y su capacidad para la intriga, en pocas palabras, por su cobardía y ser acomodaticios; siendo quizá muestra palpable de ello el gris Cardenal Norberto Rivera de la Ciudad de México. Una exhortación a que actúen con hombría no lo viene nada mal a los obispos de nuestro país... ni a nadie.
  • El mensaje a la juventud, o sus referencias a la corrupción y al narcotráfico, sin volverlos mensajes políticos, se circunscribieron a sus causas profundas: la gravísima crisis moral y el alejamiento respecto a Dios de los jóvenes mexicanos y de muchas personas en un medio secularizado, materialista y pragmático.
  • Francisco I demostró tener una fe mariana sincera... sigo sin entender por dónde encuentran algunos Tradicionalistas radicales, (a los que, como saben, he llamado Tradilocos) que el pontífice argentino se burló de la Virgen María al rezar frente a su imagen milagrosa de Guadalupe durante unos minutos... sí, estaban las cámaras de la TV, pero lo mismo ocurrió en su momento en la visita de San Juan Pablo II, hasta Pío XII fue numerosas veces captado por las cámaras orante y no lo señalan como protagonista. A mi parecer, incluso en ese momento el Papa tuvo una experiencia mística, basta ver cómo cayó derribado en la silla ante la imagen.
  • La recepción al Papa en el Palacio Nacional manifiesta para muchos la agonía de la herencia nefasta de Benito Juárez y el Partido Liberal del siglo XIX cuyo jacobinismo costó mucha sangre, la destrucción de patrimonio histórico y artístico y numerosos mártires así como la generación de multitud de complejos y dobles morales en el mexicano; del laicismo hipócrita y antirreligioso que empezó a ser practicado por el masón zapoteca y otros rufianes como Valentín Gómez Farías parece que nos encaminamos hacia una actitud más abierta hacia el fenómeno religioso a pesar del "progresismo" reinante; el hecho de haber visto al Presidente Peña asistir a misa y comulgar --en mi opinión con mucha mayor sinceridad que otros políticos que se dieron cita en los actos papales--es una muestra de ello.
Pero ahora, veamos lo cuestionable:

  • Como en todas las ocasiones anteriores que un Papa ha venido a México, ha habido dos entidades que han tratado de sacar raja del asunto: el Estado Mexicano, y más que nada el Gobierno en turno y el mundo de la farándula mexicana, cada vez más decadente y controlado por la empresa Televisa, que tampoco es ya lo que era hace 30 años. Organizaron un verdadero carnaval para recibir a Francisco I en el aeropuerto, intentaron controlar la agenda del pontífice y tapar aquello que no resultaba conveniente que viera, lo que nuevamente dejó malparado al Presidente Peña ante su escaso tino para su manejo de medios, quedando esta vez en evidencia el burdo intento de "taparle el ojo al macho".
  • La Clase Política mexicana demostró ser un conjunto abigarrado de hipócritas deleznables, todos se oponen entre sí y luchan por el poder, pero al momento de simular lo que no son son exactamente iguales; todos ellos se estuvieron peleando por salir en la foto con el Papa y así no ganar su bendición apostólica, sino colocarse con ventaja en la campaña electoral permanente al obtener popularidad. Resulta particularmente chocante e incongruente que los políticos de Izquierdas parecían desesperados por tomarse la foto con Bergoglio mientras aprueban e impulsan iniciativas a favor del homosexualismo, la legalización de las drogas, el divorcio express y el aborto.
  • Los abusos y la corrupción que quedaron patentes, por ejemplo, con el triste caso de la cantante Belinda --la misma que al parecer fue responsable de los tironeos hacia el pontífice-- quien al parecer es por ahora el interés amoroso de Silvano Aureoles, Gobernador izquierdista de Michoacán, quien hizo que su amada en turno fuese transportada en un helicóptero de la policía estatal hasta el evento papal, recordando que en su momento su partido, el PRD fue de los principales en criticar el uso que le daba el anterior titular de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld, a la aeronave oficial de la dependencia para transportarse él y su familia a lugares de recreo, lo que precipitó la caída del funcionario, y que, viviendo el estado una crisis en materia de seguridad, uno de sus principales activos, como es la nave de ala rotatoria sea utilizada para que el mandatario local "quede bien" con la meretriz de su predilección en una forma por demás descarada, lo que demuestra cómo nuestra clase política ha perdido totalmente la vergüenza.
  • La tendencia de siempre, desde el siglo XVI, de la Iglesia Mexicana por considerar y tratar a los indígenas como perpetuos menores de edad y especímenes exóticos. La debatida postura de Juan Ginés de Sepúlveda, que era partidario de una total integración de los nativos americanos a la sociedad europea transplantada por los Conquistadores a este lado del Atlántico fue derrotada por la postura excesivamente sobreprotectora de Fray Bartolomé de las Casas, Vasco de Quiroga o Fray Toribio de Benavente Motolinía. Si bien en un principio esto redundó en evitar abusos a los vencidos y el respeto a sus propiedades, costumbres y cultura, a largo plazo permitió la marginación de los indígenas y su existencia como sociedades paralelas a la Occidental constituída por criollos y mestizos; hasta ahora, la dificultad para la integración de los indígenas a los esquemas económicos, políticos y sociales mexicanos constituye tanto una enorme herida abierta en la sociedad como un lastre para el desarrollo de los indígenas y del país; Francisco I en su discurso de San Cristobal de las Casas, desgraciadamente, continúa con esta visión que ha hecho de nuestra población nativa --reconociendo que hay excepciones-- un conjunto de atenidos a la caridad eclesiástica o gubernamental, reacios al cambio, convenientemente situados en la pobreza para seguir siendo sujetos de la asistencia social, conformistas y perezosos.
  • La evidente descristianización de nuestra sociedad: los recorridos del Papa por las calles de la Ciudad de México destacaron el vacío o la menor asistencia de personas a lo que se veía con San Juan Pablo II o lo visto con Benedicto XVI en León, Guanajuato. La Izquierda con su gobierno basado, en el decir de Pío Moa en la trilogía de trola, choriceo y puterío, ha surtido efecto en la población de la capital del país, seducida por la oferta de placeres sin freno que ofrece la Izquierda con su permisividad y fobia a los principios morales pese a que tenga convertida a la antigua Tenochtitlan en un muladar. Por supuesto, que alguien llegue a hablar de Dios choca contra quienes se encuentran sumergidos en un discurso que prima el materialismo y el hedonismo.
  • Las propias ambigüedades e imprudencias de Bergoglio; si bien durante la visita el Papa se comportó como tal, esto debe presumirse a una febril y acertada actividad de sus asesores que no dejaron que el argentino incurriese en sus conocidos patinazos, también es muy claro que el pontífice decidió no salirse del guión, quizá porque al toparse con el corazón católico de México decidió no abonar al ambiente confuso y de conflicto en que está nuestro país, no sucedió esto, sin embargo, en el vuelo de regreso a Roma, donde el Papa volvió a sus espontáneas ruedas de prensa improvisadas, donde volvió a liarla, demostrando su, en realidad, escasa preparación y pobres conocimientos teológicos y doctrinales: el haber aludido a un mito urbano como el que el Papa Pablo VI haya autorizado el uso de anticonceptivos a monjas en Africa ante el peligro de ser violadas, o de recomendar el preservativo como mal menor para prevenir contagios del Virus Zika hizo las delicias de nuestra prensa de izquierdas sedienta de encontrar en el pontífice un aval a sus porquerías, la verdad no llega a tanto: Bergoglio, me parece, es un ignorante e imprudente, que no por ello es menos peligroso, cuya elección al papado me sigue pareciendo terriblemente errónea y que causará un sinnúmero de daños a la Iglesia, que no podremos aquilatar sino hasta después de su pontificado.
Así transcurrió la visita de Francisco I a nuestro país; reitero, me hizo cambiar de opinión respecto a él, con matices; me veo obligado a reconocerle cierta legitimidad y su sincera devoción mariana y preocupación por el estado actual de la Iglesia y de la sociedad; sin embargo, queda patente que el hábito papal blanco le queda grande, como queda patente el estado de crisis que vive la sociedad mexicana no solo en el aspecto económico o político, carente de liderazgos capaces y con proyecto a largo plazo, o en materia de seguridad; estos problemas son consecuencia de la grave crisis en materia moral y religiosa que vivimos, con un alejamiento cada vez mayor de nuestras raíces Cristianas por un lado, y la adopción de modelos hedonistas y materialistas importados del "mundo desarrollado", pensando que por imitar seremos iguales a ellos, han socavado nuestras fortalezas y parecemos un barco de papel a la deriva en la corriente, cada vez más cerca de hundirnos.

En eso fue muy claro el Papa Francisco I, y desgraciadamente, será lo menos recordado de su visita.