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15 de marzo de 2015

VENEZUELA Y EL ABISMO



Una de las razones por las que Aristóteles de Estágira consideraba a la Democracia como una forma de gobierno mala o nociva era por señalarla como la puerta de entrada para otras formas de gobierno peores, como la Oligarquía y la Tiranía; Polibio, dos siglos más tarde, concluiría que es inevitable que se de esta evolución hacia lo peor, en un ciclo de cambios políticos que el desprendió de su estudio de la Historia Romana.

Esto se puede percibir en la Historia actual, en un entorno que ha divinizado a la Democracia como la única forma de gobierno aceptable y capaz de lograr todas las panaceas, y en que, de ser un medio para el control de la actividad de los gobernantes se ha convertido en una finalidad, en un dogma digno de ser impuesto por la fuerza a pueblos y naciones completamente ajenos al desarrollo histórico y social que le hizo hasta cierto punto posible en Europa Occiental, aunque siempre se ha soslayado un aspecto: todas las Democracias, sin excepción, tal y como Polibio concluyera, terminan por fracasar y degenerar en regímenes que le son contrarios y terminan por ser opresivos hacia el pueblo so pretexto de defenderlo.

Ustedes dirán: ¿y EUA? Bueno, si en los últimos 30 años la política únicamente se encuentra dominada por dos apellidos: Bush y Clinton, es que estamos ya no ante una Democracia, sino ante un régimen oligárquico en el que se ha impedido el ascenso de nuevos liderazgos mientras se mantienen en la cúspide aquellos que defienden ciertos intereses o son representativos de los mismos.

En el caso de nuestros países hispanoamericanos, y en especial el caso de Venezuela o de México, tenemos el ascenso de partidos políticos que se han aislado de la sociedad y han dejado de ser canales para la participación de los ciudadanos en la política o ser el medio de conversión de los mismos en candidatos y después en autoridades. Hoy, parecen ser más bien grupos privilegiados y ajenos a la gente, que no se preocupan de ésta y se encuentran absortos en sus rivalidades, conflictos e intereses. En el caso venezolano, existía una Democracia que se había mantenido a salvo de las dictaduras militares en los años 60 y 70 y parecía más que consolidada; sin embargo, y quizá por eso mismo, los partidos del país caribeño se sintieron muy seguros y se apoltronaron en el poder; la corrupción y la ineficacia gubernamental creció a cotas extraordinarias y en consecuencia, la desconfianza y la aversión del ciudadano promedio hacia los partidos y sus miembros.

En un ambiente así, tal y como el gran filósofo griego del Reino de Macedonia lo planteó en su momento, el hartazgo de las masas en contra de la élite que se adueñó del poder llevó a apoyar a un caudillo carismático que les prometió el oro y el moro o limpiar la sucia política del país; así fue que el Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías llegó al poder en Caracas como el hombre capaz de poner fin a un régimen gangsteril y ver por el bien de la gente; en pocas palabras, las masas, que no tienen raciocinio pero sí emociones, reaccionando como los roedores ante la flauta de Hamelin se deja llevar por quien les promete realizar la ansiada venganza contra quienes se han burlado de ellos, ha abusado del poder y les ha engañado para lograr sus fines: de esta manera, se implanta la tiranía de quien, sin respetar las leyes, implanta su gobierno mediante la violencia y suprimiendo a todos aquellos potenciales rivales por el poder.

El tirano, así, es visto como un potencial restaurador del orden, y en dado caso, el tirano puede legitimarse y convertirse en un gobernante que sustenta su poder en una estructura constitucional y legal, además de que obtiene el consenso de la sociedad para mantenerse en el mando, por ser considerado como benéfico: tales fueron los casos en España y Chile, en mucho, de los regímenes de Francisco Franco y Augusto Pinochet, respectivamente. En este caso, el término tirano se referirá a la ilegitimidad de su modo de llegar al poder, en ambos casos, mediante la violencia, por lo que estaremos ante una tiranía ex defecto tituli, lo cual es la acepción original del término, mientras que puede darse el caso de alguien que, llegando al poder por la vía legal, sea por herencia en las monarquías, o por elección en el caso de las Democracias, ejerce el poder de manera brutal: tal fue el caso de Hitler en Alemania o bien, el propio caso de Chávez y actualmente de su sucesor: Nicolás Maduro, en este caso, estamos ante una tiranía ex parte principi, en la que el problema no radica en la forma por la cual éste llegó al poder, sino en la maldad interna de éste que se expresa en su violenta manera de ejercer del poder.

El actual Presidente de la llamada República Bolivariana de Venezuela es un hombre de bajísima instrucción, que se desempeñó originalmente como chófer del transporte público en Caracas; posteriormente y aprovechando su corpulencia se abrió paso en los círculos chavistas hasta convertirse en parte del equipo de seguridad del coronel, para posteriormente hacerse de su confianza. Sin mérito ni preparación alguna para el puesto, Chávez le nombró ministro de relaciones exteriores y posteriormente: Vicepresidente, de donde saltó a la primera magistratura, siendo ratificada en ella mediante elecciones en las que derrotó a Henrique Capriles, abanderado de la oposición. Hoy, tiene a Venezuela al borde del colapso económico y social producido por el proceso de transformación de la economía venezolana de un sistema parcialmente liberal y de mercado en un sistema soviético en que el Estado ha asumido el control de actividades esenciales, el control de precios de los productos y eliminado la libre competencia, asumido un rol asistencial y prácticamente matado todo aliciente para dedicarse a la industria y al comercio, puesto que los productores no encuentran la posibilidad de resarcir los costos de producción invertidos al no poder acceder a utilidades, consideradas como abusivas por el Estado protector del pueblo desvalido al que empobrece para mantener bajo el amparo de sus alas.

Además de una crisis económica que ronda ya lo humanitario, Maduro ha desatado la persecución de la oposición y la represión abierta de las protestas. Sin embargo, el régimen en poco tiempo ha logrado posicionarse, ante el antiamericanismo, como un genuino representante del pueblo venezolano y defensor de la libertad contra el imperialismo norteamericano, para la Izquierda internacional, en particular para la extrema, es un símbolo de esa lucha, incluso del pueblo --entiéndase por éste a "los pobres"-- contra la malvada burguesía servil a los intereses de EUA con tal de mantener sus privilegios. Por ello, intelectuales y políticos de esa corriente ideológica siempre han utilizado el discurso de la lucha a favor del oprimido y contra la injusticia como una manera bastante inteligente de limpiar su cara: de esa manera, los malvados, asesinos y tiranos siempre serán los regímenes autoritarios "de derecha" como el régimen de Franco en España o la dictadura militar de Pinochet en Chile.

Así, la matanza de opositores y los fusilamientos masivos ordenados por el "Ché" Guevara en Cuba son vistos como parte de la necesaria violencia que existe en el proceso revolucionario, ya que Marx planteó que la revolución no puede darse sin derramar sangre y sin la destrucción de la Burguesía opresora, lo mismo con la matanza de Paracuellos del Jarama efectuada por Santiago Carrillo en la Guerra Civil Española, en que era necesario acabar con aquellos que, por su catolicismo podían resultar sospechosos de ser contrarios al régimen de la II República Española, mientras que en los libros de Historia se oculta o no aparece el episodio del Genocidio de la Vendeé, perpetrado por la Revolución Francesa.

Ante ello, no es de extrañarse que exista tan poco eco y no se eleven voces de la comunidad intelectual o de gobernantes en Hispanoamérica o Europa denunciando al régimen de Nicolás Maduro como uno que se encuentra en proceso de volverse una sangrienta y cruel dictadura incluso de corte estalinista, no en balde, el propio presidente venezolano, con orgullo, dice tener un parecido físico con el brutal georgiano (quien no aparece como la epítome de la maldad, gracias a esa "buena prensa" del socialismo) mientras en la cárcel languidecen Leopoldo López y el alcalde metropolitano de Caracas, militares disidentes y otros acusados de conspirar contra Maduro y planear golpes de estado e intentos de asesinato del mandatario, lo que muestra como el régimen bolivariano ha recuperado el discurso paranóico que Castro empleó durante años, diciendo haberse salvado de innumerables operaciones encubiertas de la CIA dirigidas a acabar con él.

Hoy en día y tras después de mucho tiempo, desde la vida de Chávez la retórica del sistema bolivariano ha sido totalmente de culpar a EUA de todos los males y problemas de la región e incluso de los particulares de Venezuela, incluso de aquellos que son claramente responsabilidad del propio gobierno caraqueño; las medidas adoptadas por Obama de contrarrestar el creciente despotismo del Presidente venezolano y las amenazas que pueda representar el régimen chavista contra EUA, que existen, y más adelante las veremos, han tenido un efecto contraproducente y muestra nuevamente cómo la administración Obama, en materia de política exterior actúa en forma tardía y desacertada, tal y como ha sido en los casos del Medio Oriente, donde provocó el surgimiento del ISIS, o en Ucrania, donde impulsó una guerra civil y ha empoderado más a Rusia en vez de aislarla o lograr el derrocamiento de Putin. Ahora, precisamente en una repetición del discurso de Fidel Castro y aún del mismo Putin, en el empleo de la idea de la "fortaleza asediada" utilizada como base para sustentar la posición defensiva en contra de las potencias occidentales, gracias a esto, ahora Maduro recibió mediante una "Ley Habilitante" plenos poderes, en algo que parece lo ocurrido en Alemania tras el incendio del Reichstag o edificio del Parlamento, que le permitió a HItler solicitar al Legislativo una Ley que le brindó plenos poderes y la posterior prohibición de los partidos políticos; el pretexto es proveer a la defensa nacional ante lo que él dice, es casi una inminente invasión norteamericana contra Venezuela, cosa que en realidad ni parece haber sido soñada o imaginada por Soetoro o su equipo en Defensa y Estado.

Queda claro además que Maduro está muy seguro en su posición, desde que Chávez sufrió aquel intento de derrocamiento que terminó en fiasco y detrás del cual hubo cierto --inepto-- apoyo de la administración de Bush Jr., el Palacio de Miraflores se acercó a la sombra protectora del Kremlin, iniciando un proceso que ha culminado con Maduro: con el apoyo de Putin, Venezuela ha construido un ejército muy poderoso, que ha engrosado con fuerzas paramilitares dependientes directamente del régimen que sin duda constituye una amenaza para Colombia, casi el único aliado que le queda a Washington en el Cono Sur, al que se suma la periódica y constante presencia de fuerzas militares y bombarderos rusos en la región. Hoy, en una evidente muestra de poder y de advertencia a EUA sobre quien apadrina a la Venezuela chavista, un buen número de tropas del llamado Ejército Rojo han llegado al país sudamericano a participar en ejercicios militares conjuntos. Algo que nunca antes se había dado: jamás los ejércitos moscovitas habían pisado América continental, al menos desde que se colonizara Alaska y se intentara por Catalina II el penetrar en California, en ese momento perteneciente al Virreinato de la Nueva España, y aún así, en esos tiempos se trataba de pequeñas avanzadas, ahora se trata de buques, aviones y baterías antiaéreas, así como lanzacohetes Smerch, que Rusia ha vendido al país sudamericano y tropas de tierra.

Y no solo es Rusia, a través del chavismo, han entrado a Sudamérica tanto los moscovitas como también las otras potencias emergentes: China, la India, e incluso Irán, como lo demuestran los recientes acontecimientos en Argentina, demuestran que la gran República del Norte ha perdido enorme terreno de influencia en Sudamérica. La culpa ha sido de el propio EUA, si sus gobernantes hubiesen tratado a nuestros países hispanoamericanos como iguales y aliados, de la manera que trabó sus relaciones con Europa Occidental, muy probablemente el terreno para el "antiamericanismo" o la anglofobia tan presente en círculos de Izquierda nacionalista en nuestros países jamás se hubiese presentado; pero no fue así, abonó el terreno para la llegada de demagogos que ahora cuentan con el apoyo de sus más temibles enemigos; el futuro no pinta optimista para EUA, por el contrario, todo parece, más allá de una supuesta economía fortalecida, que nadie ve dentro del propio país, pero que sí sentimos sus efectos en México con la devaluación de nuestra moneda, que está siendo cercado, rodeado y arrinconado.

Pero los más afectados son los Venezolanos mismos, cautivos en medio de una nueva Guerra Fría, sometidos a políticos que hablan de rebelarse contra el Imperio norteamericano sólo para ser ahora esclavizados por el Imperio Ruso que resurge y los intereses de los aliados de éste, no parece que tendrán una salida pronto. Cuba lleva ya 50 años bajo la férula del sovietismo, los cambios que vienen serán concesiones dadas por un Washington derrotado por la estoica posición de los Castro que aguantaron todo este tiempo y finalmente obtuvieron la garantía de que el régimen no caerá, y por supuesto, tampoco se alejará de Moscú.

Sigamos atentos. Esto se pone interesante.



1 comentario:

Father Karras dijo...

Enrique Alfaro es un potencial Maduro, si los tapatío lo eligen, no se la van a acabar como los venezolanos