Don Mario Vargas Llosa, recién Premio Nobel de Literatura, se ha referido a la situación actual en que, tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales peruanas, han quedado como contendientes a la primera magistratura del país andino, por un lado la japo-peruana Keiko Fujimori, hija del ex-presidente y hoy presidiario Alberto Fujimori y el General quechua Ollanta Humala, (espejo de la multietnicidad de Perú, aunque bueno, japoneses y quechuas, mal llamados "incas", pues la palabra "inca" es un título monárquico traducible como "emperador" y hablar de "emperador inca" es por tanto, un pleonasmo, son en cierta forma parientes, dado el origen asiático de los indígenas) como si a una persona le diesen a elegir entre el Cáncer o el SIDA.
Y es que ambos candidatos tienen en común a la en apariencia frágil y encogida silueta del ya anciano Alberto Fujimori, recluido en prisión por delitos tales como corrupción, tráfico de influencias, enriquecimiento inexplicable, abuso de autoridad, secuestros, homicidios, torturas, desaparición de personas, etc. que realizó bajo su largo mandato, mismo que prolongó gracias a un autogolpe de Estado y la mano férrea de su principal colaborador, Jefe de sus servicios de seguridad y cómplice en las corruptelas: Vladimiro Montesinos, también preso; sin duda, la dupla puso fin al terrorismo cruel y demente de uno de los mejores amigos y protegidos de Gaddafi: Abimael Guzmán y su grupo "Sendero Luminoso" (no se trataba de un grupo que interpretaba cumbias, pese a los nombres, jaja) y resolvieron con heroísmo y efectividad aquel famoso episodio del secuestro de la Embajada Japonesa (un blanco que dolía al entonces presidente por su doble nacionalidad) el día 23 de diciembre de 1996, celebración del nacimiento de Heisei Tenno, es decir, del Emperador Akihito, por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, pero eso no les exenta de toda la serie de tropelías que cometieron tanto el ingeniero asiático como su criollo lugarteniente para adueñarse del poder y mantenerse en él y disfrutar a manos llenas del erario.
Beneficiaria, según se dice, de los saqueos al dinero público peruano fue la joven candidata Keiko Fujimori, hija del entonces presidente, que así se le acusa de haber financiado sus estudios en carísimas universidades norteamericanas, mientras que uno de los principales hombres de Montesinos en sus labores represivas, sobre todo en las zonas indígenas y campesinas no era otro más que el entonces Capitán y que llegó a ascender a General Ollanta Humala, quien sin embargo, cuando el régimen de Fujimori empezó a derrumbarse, se rebeló en su contra y protagonizó junto a su hermano Anturo sendas asonadas.
Pese a provenir de una familia de "cholos" esto es, de indígenas plenamente occidentalizados e integrados a la vida criolla y mestiza, según el término popular empleado en Perú, Humala fue educado por su padre en una tradición indigenista y mucho más que antiespañola, antioccidental, que aplica un racismo al revés, es decir: el indígena ahora se concibe como superior al blanco, predicando el revanchismo y la exaltación nacionalista, se ha declarado admirador de la dictadura militar que gobernó al país de los Andes en los años 60 y 70 y actualmente es patrocinado y apoyado desde fuera por el Teniente Coronel Hugo Chávez.
Así, como bien lo indica el laureado literato hispano-peruano, los andinos tienen, por un lado, la perspectiva de elegir a la heredera del Ingeniero Fujimori, y con ella, retornar muy probablemente a que éste ejerza desde prisión, o sea amnistiado por su propia hija y puesto en libertad, una gran influencia de nueva cuenta sobre el Gobierno y con las arcas públicas nuevamente a disposición de la familia, y a que se reconstruya el autoritarismo que ejerciera el nipón sobre Perú, mientras que el temor sobre el General Humala radica sobre si llegando a la Presidencia establecería un sistema neofascista tropicalizado al más puro estilo Chavista, a pesar de que en el discurso, en esta campaña electoral, a diferencia del 2006, ha empleado un discurso más moderado, en el que pretende aparecer como una especie de "Lula" peruano.
¿Porqué los peruanos, pese a que bajo los gobiernos sucesivos de Alejandro Toledo, (otro "cholo" y candidato derrotado en la Primera Vuelta, de nada le valieron sus éxitos macroeconómicos y haber recogido el tiradero de Fujimori) y un Alan García reinventado, han conocido el crecimiento económico y en mucho, mejoras a las condiciones de vida, una mayor libertad de expresión, política y demás, están apostando ahora por el retorno de los viejos demonios? Por la misma razón que en México también estamos decidiendo, o por el retorno de una severa y crónica artritis que provoca parálisis, que vendría a ser el PRI, por la prolongación de un grave tumor cerebral que es el PAN o por una fulminante y feroz enfermedad venérea que es el PRD o más bien, toda la Izquierda nacional... cualquiera de las tres opciones, no representa un camino hacia el desarrollo o la prosperidad de nuestro país, sino para recuperar el sistema autoritario del pasado, seguir con un sistema de desgobierno, aprendiendo mientras echan a perder y la verdad, aprendiendo muy poco a gobernar, pero eso sí, con control sobre el Estado y las mieles del poder que es lo único que les interesa, en el caso del PAN, o bien, establecer un sistema autoritario, populista y caudillista en el caso de los Izquierdosos.
La causa de que peruanos y mexicanos sólo pensemos en el retorno al pasado es, en pocas palabras, el HARTAZGO; sí, el hartazgo de una Democracia de Partidos que está fracasando, implotando sobre sí misma, pues no ha consistido más que en conflictos constantes, escándalos e irresponsabilidades entre los Partidos Políticos; no es de extrañarse que la gente le esté dando la espalda a una serie de políticos que se preocupan más por sus intereses de grupo que por los de la sociedad, y que al calor de sus conflictos, han descuidado el ejercicio debido de la autoridad para establecer el orden en la sociedad, la gente se siente abandonada y sin nadie que dé solución a sus problemas por una clase política que aparece ajena y lejana a los ciudadanos, en los que únicamente ve una fuente de recursos y de legitimación para llegar al poder y desde ahí orquestar las campañas, vueltas casi permanentes, para mantenerse en el mando y excluir a los otros. Ante esa situación, no es de extrañarse que se volteé al pasado y se añoren los tiempos autoritarios, en que a pesar de todo, se tenía orden, y se acerquen a quienes proponen la mano dura, la reconstrucción de un régimen que prometa la paz y la estabilidad, y además, que con el populismo prometa la solución a todos los problemas del pueblo.
Los demonios ponen tentaciones, sobre todo cuando hay situaciones de presión que facilitan que las personas caigan en ellas; así, no hay duda que se decida escucharlos y retornar a su control; no en balde, el dicho señala que "mas vale malo por conocido que bueno por conocer" y se prefiere regresar a un pequeño infierno ya vivido que seguir experimentando con una serie de diablos que han estado resultando peores que aquellos de los que se escapó originalmente.
Así, como bien lo indica el laureado literato hispano-peruano, los andinos tienen, por un lado, la perspectiva de elegir a la heredera del Ingeniero Fujimori, y con ella, retornar muy probablemente a que éste ejerza desde prisión, o sea amnistiado por su propia hija y puesto en libertad, una gran influencia de nueva cuenta sobre el Gobierno y con las arcas públicas nuevamente a disposición de la familia, y a que se reconstruya el autoritarismo que ejerciera el nipón sobre Perú, mientras que el temor sobre el General Humala radica sobre si llegando a la Presidencia establecería un sistema neofascista tropicalizado al más puro estilo Chavista, a pesar de que en el discurso, en esta campaña electoral, a diferencia del 2006, ha empleado un discurso más moderado, en el que pretende aparecer como una especie de "Lula" peruano.
¿Porqué los peruanos, pese a que bajo los gobiernos sucesivos de Alejandro Toledo, (otro "cholo" y candidato derrotado en la Primera Vuelta, de nada le valieron sus éxitos macroeconómicos y haber recogido el tiradero de Fujimori) y un Alan García reinventado, han conocido el crecimiento económico y en mucho, mejoras a las condiciones de vida, una mayor libertad de expresión, política y demás, están apostando ahora por el retorno de los viejos demonios? Por la misma razón que en México también estamos decidiendo, o por el retorno de una severa y crónica artritis que provoca parálisis, que vendría a ser el PRI, por la prolongación de un grave tumor cerebral que es el PAN o por una fulminante y feroz enfermedad venérea que es el PRD o más bien, toda la Izquierda nacional... cualquiera de las tres opciones, no representa un camino hacia el desarrollo o la prosperidad de nuestro país, sino para recuperar el sistema autoritario del pasado, seguir con un sistema de desgobierno, aprendiendo mientras echan a perder y la verdad, aprendiendo muy poco a gobernar, pero eso sí, con control sobre el Estado y las mieles del poder que es lo único que les interesa, en el caso del PAN, o bien, establecer un sistema autoritario, populista y caudillista en el caso de los Izquierdosos.
La causa de que peruanos y mexicanos sólo pensemos en el retorno al pasado es, en pocas palabras, el HARTAZGO; sí, el hartazgo de una Democracia de Partidos que está fracasando, implotando sobre sí misma, pues no ha consistido más que en conflictos constantes, escándalos e irresponsabilidades entre los Partidos Políticos; no es de extrañarse que la gente le esté dando la espalda a una serie de políticos que se preocupan más por sus intereses de grupo que por los de la sociedad, y que al calor de sus conflictos, han descuidado el ejercicio debido de la autoridad para establecer el orden en la sociedad, la gente se siente abandonada y sin nadie que dé solución a sus problemas por una clase política que aparece ajena y lejana a los ciudadanos, en los que únicamente ve una fuente de recursos y de legitimación para llegar al poder y desde ahí orquestar las campañas, vueltas casi permanentes, para mantenerse en el mando y excluir a los otros. Ante esa situación, no es de extrañarse que se volteé al pasado y se añoren los tiempos autoritarios, en que a pesar de todo, se tenía orden, y se acerquen a quienes proponen la mano dura, la reconstrucción de un régimen que prometa la paz y la estabilidad, y además, que con el populismo prometa la solución a todos los problemas del pueblo.
Los demonios ponen tentaciones, sobre todo cuando hay situaciones de presión que facilitan que las personas caigan en ellas; así, no hay duda que se decida escucharlos y retornar a su control; no en balde, el dicho señala que "mas vale malo por conocido que bueno por conocer" y se prefiere regresar a un pequeño infierno ya vivido que seguir experimentando con una serie de diablos que han estado resultando peores que aquellos de los que se escapó originalmente.
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