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15 de mayo de 2025

NARCOS, TERRORISTAS Y UN AVIÓN

 Trump anuncia el fin de las sanciones a Siria: cómo el país pasó de ser el  más firme aliado de Rusia en Medio Oriente a cortejar a Occidente - BBC  News Mundo

Fíjense que están pasando cosas muy interesantes y que revelan, una vez más, que Donald Trump ha dejado atrás la política exterior norteamericana basada en los pretextos, o el impulso fanático, de "difundir la Libertad y la Democracia" para centrarse en una Realpolitik, es decir, en los intereses puros y duros, en la realidad terrena, junto al paulatino, y posiblemente irreversible, abandono de esas ideas de Democracia y de Estado Liberal por parte de EUA, lo que es parte de ese derrumbe del sistema o modelo imperante desde la Revolución Francesa y más concretamente, desde 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Así, la foto con la que abrimos el post de hoy corresponde a las reuniones en Arabia entre el Presidente Norteamericano, el Príncipe Heredero de Arabia Saudita: Mohamed Bin Salman ibn Saud y el autoproclamado Presidente de Siria: Ahmed Al Sharaa, quien es líder del movimiento Hayat Tharir Al Sham, (HTS) que derrocó finalmente al régimen del Partido Baath, liderado por Bashar el Assad, y se hizo con el control de Damasco, veterano militante islamista y que anteriormente había sido miembro del ISIS o Estado Islámico y de Al-Qaeda, y que últimamente, llegado al poder, desató una feroz persecución contra Cristianos y Musulmanes Chiítas, sacando a Siria de la influencia Iraní y Rusa, para colocarla, como se ve en la imagen, bajo la égida de Arabia --la máxima potencia Sunnita-- y Estados Unidos. Cabe decir que con este evento, también se ha desligado, sino traicionado, al otro rival en la esfera Sunnita de la monarquía saudita: Turquía, cuya intervención fue clave para otorgarle el poder a este caudillo, conocido también bajo el seudónimo de Abu Mohamed Al-Jolani.

A pesar de haber sido un peligroso terrorista, haber sido detenido en su momento por las fuerzas norteamericanas contra las que combatió en Irak antes de unirse al malogrado pretendiente al trono califal Abu Bakr II al Baghdadí y su Estado Islámico, haber contribuido a la destrucción de patrimonio cultural e histórico en Siria, su cabeza haber tenido precio fijado por el FBI y otros organismos de seguridad estadounidenses, por seguramente, haber matado a más de un soldado norteamericano, el magnate neoyorkino le lava la cara, diciendo de él que es "un gran líder" y que "ha tenido un pasado muy duro", si con la dureza de según dicen, haber jugado fútbol con las cabezas decapitadas de sus enemigos...

Y en cuanto al Príncipe Mohammed, heredero de la Casa de Saud, ¿qué se puede decir? De entrada, es sabido que la mayoría de los autores de los atentados del 11 de septiembre de 2001 eran sauditas, entre las teorías de la conspiración más plausibles, existe aquella que habla de que aquellos hechos fueron, en realidad una especie de golpe de Estado orquestado por la Corte de Riyadh para someter a EUA  a sus intereses, y que luego, Washington enviara a sus fuerzas armadas a deshacerse primero de Saddam Hussein, obstáculo laicista para la expansión del fundamentalismo Wahabita-Salafista Sunní, al que patrocinan, y después de Osama Bin Laden, quien era un personaje incómodo y opositor político al poder de la Casa de los 3,000 Príncipes; posteriormente, Mohammed, quien realmente ejerce, ante la ancianidad de su padre, el Rey Salman, el poder absoluto sobre el reino peninsular, lo que augura un gobierno, tras la muerte de su progenitor, feroz y totalitario, pero con la benevolencia de Occidente, gracias a su indudable talento político y astucia diplomática, es responsable directo de la espantosa muerte del periodista Yamal Khashoggi, en Estambul; sin embargo, nadie sanciona a Arabia, ni al aristócrata, dado que controla el petróleo, el precioso jugo con el que se mueve el mundo, pues las energías alternativas no son eficientes ni alcanzan a cubrir la demanda del modo de vida actual, tal y como se vio en el caso del apagón de España, Portugal y otras regiones europeas de hace unos días.

Entre tanto, la Casa de Saud patrocina y financia la construcción de mezquitas y la islamización en Europa, lo mismo que la formación de escuelas en la versión más radical del Islam Sunnita: el Whahabismo o Salafismo en el viejo continente. Cuentan con el poder económico, ante el cual, seguramente, el de los sobrevalorados y en realidad venidos a menos en tiempos actuales de los Rotschild y Rockefeller palidece, como para sobornar, comprar y fomentar legislaciones favorables al mahometismo en la otrora Cristiandad, como también lo hacen Emiratos, Qatar y Marruecos, gobernados por sátrapas similares.

Así que vemos a Trump alegremente departir con dos sujetos que no son otra cosa que criminales, a quienes, incluso en el caso de Arabia Saudita, está comprometiéndose a entregar tecnología nuclear militar, pues el objetivo es contener a Irán, quien, igualmente, sigue empeñado en su eterno expansionismo desde el siglo VI a.C. y por métodos igualmente repugnantes. La pregunta es si Trump, entonces, está dispuesto a traicionar a Israel, fortaleciendo a sus enemigos, porque, por más benevolente que sea ahora la postura Saudita tras los Acuerdos de Abraham firmados por impulso del magnate en su anterior periodo presidencial, esto bien puede ser una táctica de tafiya o simulación, porque a la larga, Arabia no podrá tolerar la incrustación de una potencia regional de tipo occidental como es el Estado Judío en el Medio Oriente, por lo pronto, acaba de obtener del neoyorkino, la posibilidad de tener ventaja no solo sobre los Persas, sino también sobre las otras potencias sunnitas: Turquía y Egipto.

Quién sabe cuánto haya tenido que ver en esto el ostentoso regalo hecho por Qatar --Estado satélite de Arabia-- de un lujoso avión presidencial para Trump, quien no está dispuesto a devolverlo, sino convertirlo en el nuevo Air Force One, pese a los elevados costos de su acondicionamiento y verificación de que no constituya un "caballo de Troya", sin olvidar que Qatar ha sido refugio y sede financiera de la directiva de Hamas y otros grupos islamistas, o que construyó la infraestructura para el pasado Mundial de Fútbol con mano de obra esclava, y es que los Narcisistas Patológicos como Trump, pese a considerarse a sí mismos como genios, manipular y aprovecharse de otros, suelen ser, igualmente, fácilmente manipulables: basta dorarles la píldora apelando a su ego y llenándoles de elogios y lisonjas.

Todo lo anterior, nos lleva a apreciar, ya en corto, lo que acontece en México: recién llegado al poder, Trump firmó una orden ejecutiva declarando como Terroristas a los carteles de la droga mexicanos y otras organizaciones sudamericanas como el Tren de Aragua, banda mafiosa venezolana, pero cabría pensar, si con esto, en vez de combatirlos, los está legitimando como agentes políticos con los que, pese a que la Patriot Act prohiba negociar con terroristas, se puede llegar a acuerdos; tal es el caso de lo que se ha visto con Ovidio Guzmán, con quien han pactado darle protección a él y su familia a cambio, presuntamente de información, ¿de quién, de otros ahora "líderes terroristas" con los que va a negociar? ¿Igual va a llegar el día en que, Trump se tomará una foto con Ovidio y dirá, lo mismo que con Al-Jawlani, que es "un joven bien parecido, un líder fuerte con un duro pasado"? Olvidando sus atrocidades y la violencia desatada, todo en función de que beneficia a los intereses de EUA, y quién sabe si a los personales del neoyorkino.

Porque eso queda claro: a Trump no le interesa acabar con el Narcotráfico, sino controlarlo y usarlo, en pocas palabras, parece que está adoptando la política de abrazos y no balazos, de AMLO.

Como decía el Quijote: "cosas veredes, Sancho"...

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