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11 de mayo de 2025

BALANCE DEL TRUMPISMO II

Trump publica una imagen que lo muestra vestido como el papa -  ContraRéplica - Noticias

Una semana antes de la elección de León XIV al solio pontificio, Donald Trump publicó esta ilustración en la que aparece ataviado con el hábito blanco papal, aunque incorrectamente tocado con la mitra, misma que se usa únicamente en las ceremonias litúrgicas y acompañada de otras vestimentas sacerdotales. ¿Cuál fue su intención de hacerlo? Probablemente quiso trollear a sus enemigos y críticos, aunque, en realidad, fue un gesto bastante ofensivo y de mal gusto, hecho además, durante el luto por el deceso del anterior Soberano Pontífice Francisco I. Luego, el mandatario norteamericano negó haber sido él quien hiciera el dibujo con Inteligencia Artificial, aunque lo publicó no solo en su cuenta particular de X o de Instagram, sino en la oficial propia del Poder Ejecutivo de la República.

Otros han interpretado la ilustración como una declaración de que iba a intervenir en la elección del nuevo sucesor de San Pedro, y el hecho de que Prevost sea nativo de Chicago, Illinois, hizo señalar a muchos que esto es producto de la influencia del neoyorkino, y haciendo nacer varias teorías de la conspiración; sin embargo, el nuevo Pontífice se ha mostrado bastante seco con respecto a su origen estadounidense, y en cambio, dedicó, en su mensaje el día de su proclamación, un saludo en perfecto idioma Español, a su diócesis peruana del pueblo de Chiclayo, e incluso, la propia reacción de Trump y en buena medida de comentaristas y medios norteamericanos, ha sido un tanto protocolaria o fría, --no hay que olvidar que, pese a las conversiones, sobre todo entre los anglosajones al catolicismo, éstos siguen siendo una relativa minoría en un país dominado por el Protestantismo-- mientras que en el país andino se ha desatado una verdadera locura en torno al Padre Roberto, como le decían en su diócesis y se le recuerda con mucho cariño y respeto por su labor misionera.

Además de ello, que puede interpretarse como que se ha identificado más como peruano que como estadounidense, el hoy Romano Pontífice ha sido muy crítico tanto con Trump como con el converso Vance, y de sus políticas, principalmente migratorias, por lo que, igualmente emulando lo hecho de algunos antecesores suyos del mismo nombre, como León III y San León I Magno, quizá aparece como un contrapeso al actual poder imperial, lo que no necesariamente lleve a un choque hostil como el de Santo Tomás Beckett con Enrique II de Inglaterra, sino más bien como una conciencia y una guía; repito, si asumimos una postura crítica hacia Trump y su administración que acaba de cumplir 100 días hace poco, no es porque seamos wokes, marxistas o de Izquierda, como luego señalan flamígeramente su consejero Steve Bannon, quien quisiera que el Papa fuera America First... o comentaristas como John Acquaviva, fanatizados en torno a la figura del neoyorkino.

Yo creo que, detrás de esa ilustración, está que el Presidente Trump por un lado buscaba irritar a sus críticos, pero también, mostrarse con un grado de arrogancia, soberbia y vanidad, como deseoso de contar con una potestad universal como la del Papado, y en esto es que asiento mi crítica para con el empresario devenido en mandatario, y ya lo había comentado anteriormente: la soberbia puede llevar a cometer errores y a tomar malas decisiones impulsadas sólo por el ego, o ser víctima de aduladores y sicofantes que lleven a convencerle, a base de lisonjas, de ordenar tal o cual cosa beneficiosa para unos, pero desastrosa para el país. Ahora, indudablemente, la Presidencia de Trump, con todo y su caos, sus medidas extremas y su fanfarronería, es mucho mejor que lo que estaría pasando, o quizá pasa en un universo paralelo al nuestro, con Kamala Harris en la Casa Blanca, quien, probablemente, ya habría hecho estallar la III Guerra Mundial al irse directamente a un enfrentamiento con Rusia a través de la OTAN, o apoyando a los miembros de la Unión Europea en su contra.

Trump va decidido a barrer por completo con el Wokismo, y eso es muy positivo, sin embargo, no todo es eso. Es indudable que el Presidente está buscando y ejerciendo un autoritarismo sin cortapisas, de entrada, ha estado gobernando vía "órdenes ejecutivas", una figura jurídica que, por ejemplo, no se encuentra contemplada en el Derecho Constitucional Mexicano, donde sin embargo, el Presidente sí cuenta con la facultad reglamentaria, es decir, de expedir normas generales que únicamente obran para la aplicación de la Ley, expedida ésta por el Poder Legislativo; sin embargo, en nuestro vecino del norte, el Titular del Ejecutivo no cuenta con facultades reglamentarias salvo que el Congreso se las delegue, pero sí puede emitir directivas, de carácter "técnico" para guiar la aplicación de normas por parte de dependencias específicas de la Administración Pública, es decir, Trump puede establecer ciertas normas de carácter interno para la operación de la Patrulla Fronteriza, para la captura de inmigrantes ilegales, por ejemplo, y al efecto emite una orden ejecutiva destinada a la Secretaría de Seguridad Interna, sin que esto implique la promulgación de normas nuevas que vayan más allá de las ya establecidas en la Ley correspondiente y su reglamentación.

Pero Trump está yendo más allá, tal es el caso de los aranceles, mismos que constituyen contribuciones que únicamente pueden ser establecidas en Ley por el Congreso Federal; sin embargo, él está enviando a la Secretaría del Tesoro una orden ejecutiva en la que establece una tabla con las tasas a aplicar de arancel a cada país, tabla que exhibió en aquellos famosos cartones gigantes el pasado mes de abril, lo cual hizo brincándose por completo al Poder Legislativo y sin que éste dijera ni pío. En este sentido, es de señalar que, hasta ahora, el Presidente que más órdenes ejecutivas ha emitido ha sido Franklin D. Roosevelt, y que las mismas tuvieron un carácter reglamentario, cuando no, hasta legislativo, pero el Congreso le había delegado facultades ante la emergencia económica primero, provocada por la Crisis de 1929, y posteriormente por la Segunda Guerra Mundial, tomando en cuenta además, sus sucesivas reelecciones.

El problema no es tanto el número de ordenes ejecutivas que emita Trump, sino que las mismas abordan materias que deberían estar reservadas a Ley, y por tanto, que necesariamente tendría que contar con el respaldo de la mayoría los legisladores, cuando, dadas las materias que pretende tocar o los derechos que puede afectar, muy probablemente no la podría obtener. Como resultado, ya hay numerosas demandas en contra de dichas órdenes ejecutivas, alegando su inconstitucionalidad, a lo que el mandatario está respondiendo con una cada vez mayor hostilidad hacia el Poder Judicial Federal, acosando a Jueces y Magistrados, y también ejerciendo amenazas y presiones sobre despachos de abogados o firmas legales,  a fin de disuadirles de intervenir en esos casos. Sin ir más lejos, ya se ha dado la detención por parte del FBI, de jueces federales a los que se ha señalado de interferir en la captura de inmigrantes ilegales, cuando se estaba simplemente ejerciendo sus labores jurisdiccionales. Incluso, y en una repetición de lo que ha pasado en México, empiezan a crecer las alegaciones respecto a que los Jueces Federales, que no son electos, sino suben por escalafón, oposición y un proceso de designación en que interviene tanto el Ejecutivo como el Legislativo, carecen de legitimidad para cuestionar las decisiones del Presidente, quien se encuentra legitimado para todo por el sufragio recibido en las urnas.

Y es que en esta era de regímenes populistas, cada vez más autoritarios, se busca la concentración del poder y la eliminación de los pesos y contrapesos; por eso, yo muchas veces me pregunto si la llamada Reforma Judicial, en que a través de unas complejas y muy imperfectas elecciones se le va a sujetar al juego político y a ser controlado por el nuevo partido hegemónico, no es sino un experimento de los cambios que se pretenden implementar no solamente en países hispanoamericanos (Argentina es otro caso similar, y ahí, Milei ha estado colocando jueces y magistrados a modo), sino incluso en países "desarrollados", quizá como parte de un proceso que va a llevar a la implementación de regímenes autoritarios, con el poder centralizado, muy en la línea de la Ilustración Oscura o del Tecnofeudalismo, tema del que posteriormente haré un post, ya que es bastante interesante, y que creo, estamos entrando a la etapa de transición hacia algo así.

Quizá nada ilustre más el peligro de abusos autoritarios en los que está incurriendo Trump que la criminalización de los inmigrantes ilegales y el caso de la deportación sin respetar derechos fundamentales como los de audiencia y defensa, o incluso, el principio de Cosa Juzgada, como es el caso de cierto salvadoreño que, ya contaba con la ciudadanía estadounidense, pero al que se le acusaba de pertenecer a la famosa banda criminal Mara Salvatrucha o MS-13, razón por la que se le deportaba, y no solo eso, se le remitía a la prisión de máxima seguridad construida por Nayib Bukele en el Salvador para delincuentes de alta peligrosidad; el caso es que su situación era cosa juzgada y dichos cargos habían sido desestimados, ya que la demanda contra la deportación llegó hasta la Suprema Corte de EUA, donde se resolvió que había sido deportado por error y se tenía que regresarlo al país del norte.

Tanto Trump como Bukele se negaron a hacer eso al ser entrevistados en una visita del salvadoreño de origen palestino, y calificaron al individuo de "terrorista", más tarde estuvieron exhibiendo pruebas de la vinculación del sujeto con la temida pandilla, y bueno... si tenían esas pruebas de que efectivamente es un delincuente peligroso ¿porqué no se exhibieron dentro del proceso penal correspondiente y en el momento o etapa oportuna? Si ya era un asunto que había llegado hasta la más alta instancia y ésta había resuelto de manera favorable al detenido, fue entonces error o mala actuación de la Fiscalía que no hizo valer tales pruebas y ya no hay nada qué hacer, aunque Trump diga que la mismísima Virgen María se le apareció y le entregó las pruebas de la criminalidad del tipo, se trata de cosa juzgada, y si todo depende del dicho del Presidente, entonces se abre la puerta a la actuación arbitraria y la persecución de personas sin darles respeto a sus derechos básicos, lo cual pavimentaría el camino a la tiranía, por muchas buenas intenciones que se tengan de combatir al crimen.

Lo que es más, Trump, como Presidente de la República, a quien se ha condenado por una resolución judicial a traer de regreso a un ciudadano por naturalización, está incurriendo en desacato y demostrando que sólo está dispuesto a obedecer al más alto tribunal del país, si éste le favorece; si no hay consecuencias por ese desacato, entonces el Estado de Derecho se encuentra en riesgo; a mi modo de ver, creo que el neoyorkino busca generar un conflicto con la Judicatura, para de algún modo, quién sabe cuál, porque no cuenta con la mayoría necesaria en el Legislativo para lograrlo, impulsar una reforma judicial profunda al estilo AMLO. Algo se trae entre manos, incluso puede que no haga una reforma a la estructura del Poder Judicial, pero sí, encuentre la vía para convertir sus resoluciones en papel mojado.

Ahí cabe señalar una apreciación sobre Bukele, creo que es digno de todo elogio su política de seguridad que le ha permitido convertir a El Salvador de un país peligroso infestado por las pandillas violentas en un verdadero oasis de seguridad --claro hay que tomar en cuenta factores favorables a su política: las bandas salvadoreñas no tenían el poderío económico, ni el poder de fuego de los carteles mexicanos, se reducen a las áreas urbanas y el territorio y población del país centroamericanos son pequeños.-- pero igualmente, parece que encontró como un filón de oro a explotar en su país el convertirlo en un país-cárcel, esto es, da a entender que recibirá inversiones para la construcción de prisiones de alta seguridad y recibirá a todos aquellos convictos que le sean enviados desde EUA, a cambio seguramente, de grandes sumas, que cabría preguntarse si eso no solamente irá a parar a las arcas del Estado sino a las particulares de un Presidente que, igualmente, parece estar buscando concentrar y eternizarse en el poder con el respaldo del ocupante del Despacho Oval.

Aparte de lo anterior, los efectos de la crisis arancelaria desatada por el propio mandatario tras el liberation day no han resultado tan positivos, los puertos están sin actividad, la inflación, galopante, y tras treinta de los noventa días de plazo para la aplicación de aranceles, solamente ha logrado la firma de un acuerdo comercial con Reino Unido. Provocó la victoria de Mark Carney en Canadá, dado que el Partido Liberal asumió un discurso patriótico de defensa de la Soberanía y moderó sus políticas woke, mientras que Pierre Poilievre, líder opositor, se fue desinflando y terminó incluso por perder su escaño en el Parlamento Canadiense ante su servilismo para con el magnate, y es claro que los habitantes de la hoja de maple no están dispuestos a ser anexados por EUA como parte de su federación.

Peor aún ha sido el caso de la frivolidad con la que su asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz y su Secretario de Defensa, Peter Hegseth, han manejado los delicados temas de la guerra que lleva librando con los piratas Houtíes de Yemen, con filtraciones a un periodista vinculado a los Demócratas y el empleo de aplicaciones de mensajería comerciales y poco seguras como Signal, o que incluso, se habla del tema en conversaciones personales con familiares y amigos, y si bien Trump ha despedido a Waltz, sostiene a Hegseth, pese a que éste ha incurrido en nepotismo, caos administrativo y carece de dotes de mando, de experiencia y conocimientos reales sobre el estado de las fuerzas armadas... ¿porqué? Porque Trump conserva a quienes le son adictos de manera fanática, aunque no tengan capacidades para los puestos en que se les coloca, pero como dijimos anteriormente, eso se explica porque Trump escarmentó de meter a cuadros profesionales el Partido Republicano como Pence, Pompeo o Bolton en su equipo, a los que consideró traidores a su causa.

Así, la administración de Trump trae una crisis interna que se ilustra también con los desencuentros y la práctica salida de Elon Musk de ella, Trump necesita de cierto contrapeso y cierta guía que le permita replantear, en términos realistas, la primacía estadounidense en el momento actual y no incurrir en excesos, ¿podrá acaso, el Papa León XIV serlo? Lo veremos en las próximas semanas, el caso es que, de momento, a Trump, quien se concibe como el hombre más poderoso del mundo, le ha salido un compatriota suyo que, por lo pronto, le ha robado los reflectores, y que en términos políticos, y si él lo concibe así, puede convertirse en un oponente mucho más fuerte que Xi o Putin para su ego narcisista.

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