Recientemente, los sucesivos escándalos de Harvey Weinstein, Jeffrey Epstein, Vince McMahon y Sean Puff Daddy/P. Diddy/Diddy Combs, han cimbrado a la opinión pública norteamericana e incluso mundial, pues han desenmascarado a buena parte de las élites norteamericanas, y mostrado sus ligas y complicidades en actividades ilícitas, inmorales y realmente asquerosas como resultado de un exceso de soberbia, falta de escrúpulos y corrupción que garantizó décadas de impunidad a tres personajes que eran considerados casi como encarnaciones mismas del Sueño Americano, el cual, en realidad, parece tener mucho de pesadilla.
No entraré en detalles sobre las historias del productor de cine, el financiero, el promotor de lucha libre y el rapero y productor musical, sino quisiera ir más al fondo y resaltar lo que estos casos tienen en común: en los cuatro, se llega al abuso sexual practicado de forma sistemática como culminación de unas carreras aparentemente ascendentes pero que en realidad muestran que los cuatro transitaron un camino de degradación propia y de sus víctimas. Creo que de entrada muestra lo que ocurre cuando el obtener dinero, fama y el consecuente poder se convierten en los únicos objetivos a alcanzar en la vida y todas las acciones se dirigen a ello; alcanzados esos objetivos, y más en la mentalidad protestante vigente en EUA y que hizo del American Dream, únicamente centrado en el logro del éxito económico y el bienestar material, --que por otro lado, ya lo había comentado alguna vez que esto había sido positivo, en cuanto a que el logro del bienestar de la población debe ser importante, lo malo es cuando esto se sustituye por la ambición y la avaricia excesiva como motores de la vida-- llega el pensamiento de que se es superior al resto de las personas y que debe mostrarse esa superioridad mediante actos de dominio.
El abuso sexual se aborda generalmente desde un punto de vista meramente de que un sujeto busca satisfacer su necesidad de placer carnal mediante forzar el acto con otra persona; pero ese placer es, en realidad, secundario; se trata de ejercer poder, tal y como los animales lo hacen; de entrada, generalmente, los que abusan ejercen una posición de autoridad sobre sus víctimas: es el padre, madre, madrastra, padrastro, tío, tía, maestro o maestra, entrenador, sacerdote, rabino o pastor, jefe en la oficina, etc. Entre los animales, particularmente los mamíferos, el macho dominante muestra su poder teniendo a su disposición a todas las hembras del grupo o del área, pero además, se exige la sumisión de todos los machos, que la demuestran asumiendo una actitud "homosexual" y ofreciendo el trasero al líder. No en balde, los romanos mostraban asco hacia el homosexual pasivo, pero tenían cierta tolerancia por el activo, ya que mostraba dominación sobre el otro, generalmente, un esclavo o situado en un rol servil.
Esto es claro en el caso de Combs; por lo que se sabe, más que tuviera una preferencia sexual determinada, lo que parece es una búsqueda de mostrar su dominio sobre otras personas, fueran hombres o mujeres, y la capacidad de controlar sus vidas y actos, esto sobre todo se ve en el caso de Justin Bieber, quien al parecer fue una de sus principales víctimas.
En el caso de McMahon, recientemente objeto de un documental proyectado en la plataforma Netflix, es la clara historia de una persona de origen humilde, que pasó los primeros años de su vida en un ambiente nocivo, en la miseria, el maltrato y la violencia, que, al llegar a ostentar una inmensa riqueza, ve la oportunidad de desatar todas sus represiones y sus deseos de venganza que proyectó hacia sus subordinados: la frialdad que muestra ante las tragedias de la muerte de Owen Hart y los asesinatos y suicidio de Chris Benoit, muestran sin duda la reacción propia de un psicópata carente de empatía hacia los demás.
Pero además, es claro que tanto las fiestas de Epstein como las de Diddy, servían como trampa para capturar, en cierta forma, a celebridades del mundo político, empresarial o del espectáculo haciendo cosas indebidas para después chantajearlo; así, el financiero de origen judío pudo labrar una cuantiosa fortuna más allá de sus asesorías y manejos de portafolios de inversión, mediante el simple chantaje y extorsión, algo que sirvió a Combs también para labrar su poderío al interior de la industria musical estadounidense, como arma para manipular carreras, obtener contratos, elevar a unos y derrumbar a otros, y ayudar, en cierta forma a otras de sus actividades ilícitas, pues Combs no es más que el hijo de un mafioso de poca monta, asesinado en una negociación por drogas que salió mal, y que, siguiendo esos pasos, participaba en multitud de otros delitos, además de la trata y explotación sexual de personas: tráfico de influencias, narcotráfico, pandillerismo, asesinatos (entre los que aparentemente se encuentran las muertes de la joven cantante Aaliyah, y de los grandes raperos Tupac Shakur y Notorius B.I.G.), y tráfico de armas.
Además de lo que ve a estos personajes en concreto, es claro que las llamadas "élites" norteamericanas se han constituido algunos verdaderos carteles criminales que participan en estas actividades, más que por pertenecer a cultos secretos y sectas ocultistas, qué pueden hacerlos, sin duda, pero sí como una forma de mantener su estatus, controlar el acceso al poder e imponerse a otros grupos. De ahí que aparezca ahora la probable complicidad en los crímenes de Puff Daddy de las cantantes Jennifer López y Beyoncé Knowles , así como el actor Ashton Kutcher. De ahí que no es de extrañarse que apoyen o sean casi los autores de la agenda woke o progresista del Partido Demócrata, quizá como una búsqueda de justificar su modo de vida, pero a la vez, su poder, en algo que se vende como una pretendida "superioridad moral" sustentada en el ecologismo, la diversidad, inclusión y tolerancia, aunque, en realidad lo que les impulsa y presentan es una completa falta de moral.
Esto no es nuevo, sabemos por Suetonio, y en el imaginario popular quedan grabadas, en mucho por aquella controversial película Calígula con los entonces jovencísimos Malcom McDowell y Helen Mirren, o por la obra de Robert Graves en Yo, Claudio, también llevada a la pantalla genialmente en los años 70, la idea de que las élites romanas destacaban por una falta absoluta de moral y dar rienda suelta a los fetichismos sexuales más extremos, por la misma idea de manifestación de dominio animal de los miembros de las élites sobre los sometidos, particularmente los esclavos.
En todos esos casos, a la vez, no puede negarse la genialidad de Weinstein como productor cinematográfico con un gran olfato para hacer películas excitosas, de Epstein su capacidad para los negocios entre las grandes esferas, y qué se puede decir de Vince McMahon, probablemente la persona con más influencia en la Historia de la Lucha Libre profesional a nivel mundial y que la elevó a rangos de negocio billonario, más allá de un entretenimiento para las "clases populares" en EUA y el resto del mundo. (En México, gracias a la imitación de lo que ocurría en el vecino del norte con la WWE, a fines de los 90 y primera década del 2000, la Lucha se puso de moda entre los jóvenes de clase alta) y Diddy sin duda es un sujeto con una inteligencia con nivel de genio, igualmente con un gran talento para identificar nuevos valores y navegar en la industria discográfica y emprender negocios como en la industria de la moda o los licores.
Sin embargo, en todos estos casos es claro que a la vez de esa genialidad, se trata de sociópatas, y que este tipo de conductas se ha hecho habitual entre los miembros de las llamadas "élites" norteamericanas y Occidentales en general (basta recordar en México el caso de Gloria Trevi, o el famoso "catálogo de Televisa", en que actrices y cantantes de ambos sexos con contrato con la otrora poderosa televisora eran ofrecidos también en el mercado de los servicios sexuales) ¿Porqué se da esto?
Creo que, en este punto, tienen razón los comentaristas de la Izquierda al señalar que se trata de un signo de la decadencias del orden Neoliberal, que mercantilizó todo, y que propició el ascenso de sujetos totalmente amorales, movidos únicamente por la codicia y dispuestos a hacer todo lo posible por el logro de la riqueza material; sin embargo, no creo que la solución sea la intervención del gobierno, el establecer límites por ley a la acumulación de la riqueza en manos de particulares o lisa y llanamente la adopción de la utopía comunista. No, lo que ha sucedido es que, desde el siglo XVIII, la Economía se convirtió en un mero asunto de números y resultados, es decir, se ha reducido a las simples finanzas, y se ha olvidado un factor primordial que los Clásicos tenían en cuenta para abordar su estudio: la dimensión Moral. En su lugar, se creó un sistema que premia la falta de escrúpulos y límites, que prioriza únicamente el enriquecimiento personal sin importar los medios ni las consecuencias: el resultado lo justifica todo.
Como lo señala el Jesuita y Economista Xavier Scheifler, para pensadores como Aristóteles, o para la Escuela de Salamanca, la Economía era parte de la Moral, y era fundamental el dilucidar si cuestiones tales como la usura eran cuestiones moralmente lícitas o ilícitas. más allá de los beneficios monetarios que era capaz de producir. Hoy en día, lo que importan son esos resultados, y de ahí que tengamos un sistema corrupto en el que las acciones de psicópatas carentes de principios como McMahon o Combs, sean premiadas y se les mire como "historias de éxito", y se deje que esos orates lleguen a la cúspide de la sociedad y se consideren a sí mismos como una élite, de ahí que luego, los delirios de un evidente enfermo mental como Harari tengan difusión, soñando con que los ricos, sin otro mérito más allá de su dinero, tienen derecho a volverse dioses cibernéticos.
Así que no nos extrañe que, como dice el politólogo español Fernando Moragón, "estemos en manos de psicópatas" y el peligro al que nos han llevado, hoy que el mundo está al borde de una Tercera Guerra Mundial; si queremos evitar esto, tenemos que diseñar un sistema en que de alguna manera, sí se tome en cuenta el esfuerzo individual y éste sea premiado, pero siempre y cuando se de dentro de un esquema de respeto a los demás y de brindar un efectivo beneficio a la sociedad, es decir, que se tome en cuenta una dimensión ética de las personas en su relación con los demás o la sociedad, sólo así tendremos la constitución de verdaderas élites de personas que no solamente se enriquecen en lo individual, sino que contribuyen a sumar al beneficio de las sociedades donde viven y suman al desarrollo de sus semejantes. De lo contrario, tendremos a cargo, en los gobiernos, en las empresas, y en los medios, a verdaderos depredadores que seguirán destruyendo todo, empezando por ellos mismos.
¿Lo de Liam Payne o Anne Heche estarán relacionado a esto?
ResponderEliminarEn el caso de Heche tal vez fue más bien su adicción a drogas que la llevó a estrellarse, y posiblemente fue la DeGenres quien la boicoteó en Hollywood tras haber roto con ella y renunciado a la homosexualidad; lo de Payne, quién sabe si estaba involucrado en lo de Diddy o en otra trama de ilícitos, ya que se describe que recibió un correo, entró en desesperación y determinó suicidarse rápidamente.
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