29 de junio de 2025

POR ESTA HACHA GOBIERNO!!


El escritor norteamericano Robert E. Howard fue uno de los autores más importantes de la Literatura Fantástica del siglo XX, al lado del sudafricano J.R.R. Tolkien, su compatriota Howard P. Lovecraft (en su vertiente de terror), el irlandés C.S. Lewis y el alemán Michael Ende. Creó personajes icónicos, siendo el más famoso Conan de Cimmeria, o el Bárbaro, pero igualmente la guerrera Red Sonja y el atlante Kull el Conquistador. Sus historias, las ambientaba en épocas ficticias al igual que Tolkien, que situaba sus relatos en tiempos olvidados anteriores a la Historia escrita, y así, Howard nos habla de la Edad Hiboria, situada entre el hundimiento de la Atlántida y el inicio de las civilizaciones más antiguas conocidas, donde se situarían las aventuras de Conan, hacia el 10,000 a.C., mientras que las historias de Kull, se colocarían en el 20,000 a.C., dentro de una era anterior, la Era Thuria. Es curioso que, actualmente, la arqueología ha descubierto ruinas como la de Göbekli Tepe en Turquía, que demuestran que, en tiempos muy anteriores a los tradicionalmente considerados como del inicio de las civilizaciones antiguas, ya existían culturas muy avanzadas, precisamente por los tiempos en que Howard situaba la acción narrada en sus cuentos y novelas, aunque muy probablemente no habían alcanzado el grado de desarrollo ni el aspecto de Fantasía Medieval imaginado por él.

El vídeo con el que abro esta entrada pertenece a la adaptación cinematográfica de 1997 de la historia de Kull el Conquistador, personaje interpretado por el actor estadounidense Kevin Sorbo, entonces muy popular por encarnar al semidiós Hércules o Heracles en una excelente serie televisiva de aquellos años que relataba los mitos grecorromanos con gran fidelidad aunque con una estética, precisamente, de Fantasía Medieval, que contribuía a situarlos precisamente en una era mítica y olvidada, anterior a la Grecia Clásica tan conocida. 

La escena, creo, contiene una gran profundidad acerca del pensamiento de Howard; ciertamente, él era un creyente en el mito del Buen Salvaje planteado por Jean Jacques Rousseau, y así, sus personajes, principalmente Conan, pero también Kull, dado que él imaginaba a la Atlántida no como sede de una civilización brillante como la ideara Platón, sino como una isla habitada por pueblos belicosos y conquistadores, pero un tanto primitivos y seminómadas, son tipos pragmáticos, pero dotados de un fuerte sentido de Justicia y de una sabiduría natural que descansa en el sentido común y que opone a las florituras y supersticiones de las sociedades civilizadas; en ese sentido, esta escena, que corresponde al final de su historia, Kull toma el poder del Reino de Valusia y al ser coronado por los sacerdotes, le llevan ante una estela en la que se encuentran grabadas las leyes en las que se sustenta el poder del monarca. El guerrero atlante, toma su hacha de guerra y derriba la estela, gritando: "Soy el Rey Kull, y por esta hacha, yo gobierno!!"

Es decir, Kull --y detrás de él, Howard-- desprecia la idea de "Estado de Derecho" una noción surgida de la Ilustración, (precisamente de Rousseau, además de Montesquieau) y las consecuentes Revoluciones de Independencia de EUA y Francesa, y en cambio, mucho más realista, determina que su gobierno no se sustenta en la Ley, sino en su poder, en la fuerza pura y dura que se materializa en su hacha de guerra, con la que mató a sus enemigos y con la que, en el campo de batalla, obtuvo su corona. En base a esa fuerza, él puede hacer Justicia, imponer su voluntad y eliminar al transgresor.

Hoy en día, estamos viendo un fenómeno similar a la conquista del poder por Kull en Valusia, lo estamos viendo en México, y en Estados Unidos, de la mano de movimientos populistas que prometen una reconstrucción de un Estado y una sociedad dañadas tras décadas de gobiernos corruptos y que no han obrado en pro del interés nacional. Lo que se dice es que en México las instituciones eran débiles, y el sistema democrático, implantado desde los años 90, era endeble y fue fácil derribarlo desde 2018 con la llegada de AMLO a la Presidencia y aún más fácil tras el proceso electoral de 2024, y que su partido, MORENA, obtuvo una mayoría aplastante en el Poder Legislativo que le permite cambiar la constitución a placer, pero, en EUA, si bien Trump no cuenta con las mayorías en ambas cámaras del Congreso Federal, y el Poder Judicial había presentado cierta oposición y control a su forma de gobierno, mediante órdenes ejecutivas, como lo habíamos señalado en posts anteriores, sin contar con la aprobación parlamentaria, de repente, empieza a mostrar una sumisión absoluta y casi servil, a los dictados del magnate neoyorkino, especialmente con lo ocurrido el viernes, en que la Suprema Corte norteamericana prácticamente ha revocado lo que fue el precedente fundamental del caso Mabrury Vs. Madison, mismo que estableció el principio del Judicial Review, es decir, la capacidad de que los actos del Poder Ejecutivo pueden ser revisados y controlados por los tribunales, que se erigen en "guardianes de la constitución", ¿qué pasó, no se supone que las instituciones en EUA eran más "fuertes" que en México?

Olvidémonos de eso, en México, EUA, China, Noruega, Japón o Dinamarca, las instituciones son todas igualmente débiles y sólo existen en un papel. ¿Porqué digo eso? Porque la fuerza se las otorga una cuestión meramente subjetiva: el consentimiento tácito de las personas que aceptan someterse a las leyes y que de alguna manera creen, que esas instituciones poseen la capacidad para aplicar esas leyes y que trabajarán basadas en esas mismas normas. El día que las personas de alguna manera, dejan de creer en las instituciones, las despojan de su poder, e igualmente, dejan de creer en la Ley, y por tanto, de obedecerla, entonces son sustituidas por la fuerza pura y dura, tal como el hacha de Kull.

En México, la gran mayoría del electorado votó en 2018 por quien había mandado al diablo a las instituciones, pero porque la gente creía que éstas la había mandado al diablo antes. En pocas palabras, se convencieron --no sin fundamento-- de que las instituciones no existían para protegerles ni ayudarles, sino para beneficiar a los ricos, y las leyes sólo existían en beneficio de éstos. En EUA, pasó algo similar, sobre todo desde que con los Clinton, los gringos promedio comenzaron a ver que las instituciones existían para favorecer a grupos privilegiados: feministas, homosexuales, inmigrantes y las personas de raza negraa tenidas a subsidios del Gobierno, e incluso, delincuentes. Por ello, votaron por quien prometió eliminar esas instituciones y ese orden legal corrupto y privativo.

Así, lo que ocurrió el viernes en EUA, no es solamente una cuestión, perfectamente entendible de combatir el fraude a la Ley consistente en la existencia de los bebés ancla, que, nacidos en territorio estadounidense, obtienen la nacionalidad por el principio de Ius Soli, lo que favorece que sus padres, inmigrantes ilegales, se mantengan dentro del territorio norteamericano por ser necesarios para el menor sobre el que ejercen su patria potestad, algo que bien pudo haber sido resuelto de alguna otra manera. No, eso no es lo grave de la determinación tomada por la Corte, que además, no entró al fondo de la cuestión, sino dejó todo en términos muy ambiguos y como prestando todo a incongruencias entre los diferentes estados de la federación, sino el que se despoja a los tribunales federales de la capacidad de suspender la aplicación de las órdenes ejecutivas emitidas por el Presidente de la República mientras sean impugnadas, es decir, le ha quitado los dientes a la revisión judicial, puesto que, para cuando se resuelvan los juicios dirigidos contra la Administración, sus actos estarán ya irremediablemente consumados. Es muy posible que la cuestión migratoria haya sido sólo el pretexto para conseguir este precedente, de mucho mayor impacto y a través del cual, Trump ha obtenido poderes absolutos, para gobernar por decreto, incluso por encima del Congreso, si algún diputado o senador pretende impugnar eso, no podrá parar la aplicación de la orden presidencial.

Así, Trump tiene el hacha, y por ella gobierna.

¿Qué pasó? Hasta hace poco, el Presidente de la Corte, el Ministro John Roberts, había dicho que "no había jueces de Trump o de Obama, sino jueces de Estados Unidos", refrendando la imparcialidad de la Judicatura, pero de repente empezaron a validar las redadas masivas y las deportaciones a terceros países, o el control de la Guardia Nacional sobre California y no por parte del Gobernador del estado, y ahora esta situación, aunque hay que decirlo, los tres Ministros nombrados por los Demócratas se opusieron a este proyecto de resolución, y ahí sí, la Ministra Sotomayor señaló con razón el peligro de deriva autoritaria hacia la que se está dirigiendo el mandato de Trump, quien tras la demostración de fuerza hecha con sus ataques sobre Irán, ha derribado la estela de piedra donde estaba labrado el orden jurídico norteamericano.

En México, lo que estamos viviendo es un intento de reconstruir un orden autoritario, evidentemente no como el PRI del pasado, pero sí inspirado en éste, encontrándonos en el caos de la transición, como nuestro vecino del norte y muchos otros en el Mundo Occidental que se encuentran igualmente en un proceso de cambio que proviene del fracaso y demolición del Estado Liberal de Derecho y de la Democracia moderna representativa; esto, muy probablemente, se debe a que el Orden Liberal se encuentra sustentado en ficciones jurídicas como el Contrato Social y la Voluntad General, o la creencia en una Democracia absoluta en la que todo voto cuenta por igual, sin importar los niveles educativos o las capacidades de las personas, sobre todo, que cualquier persona pueda llegar a puestos de responsabilidad. de igual manera, el hecho de que se pretendiera que ante la situación de ser un régimen en que todo se decide por mayoría, habría que proteger a las minorías, lo que pronto llevó ya no a la defensa de los derechos, sino a la creación de privilegios y a que estos se confundieran con los primeros.

Ahora, habría que decir que con todo y que la llamada "elección judicial" no fue más que una pantomima diseñada para que llegasen a los cargos judiciales los fieles al nuevo régimen, aún así precisamente para aparentar que se trató de un "proceso democrático" es probable que los nuevos jueces, magistrados y ministros más de una vez lleguen a emitir fallos no muy acordes con la voluntad de quienes dirigen al nuevo sistema, mientras que en EUA es muy probable que ya no cuenten con tal libertad, donde el Presidente seguirá interviniendo en la elección y asignación de cargos en la judicatura, campeando encima de los jueces la amenaza de ser detenidos y procesados, como ha estado ocurriendo con aquellos juzgadores acusados de ayudar a inmigrantes indocumentados, cuando no, es posible que Trump haya amenazado a los miembros de la Suprema Corte con una purga o declarar el Estado de Emergencia y dentro del mismo, sin contar con el Legislativo, plantear una reforma integral del Sistema Judicial, o quizá que armó expedientes sobre los integrantes del alto tribunal conteniendo sus trapos sucios y sabrosos datos personales que amenazó con divulgar o filtrar... debe haber alguna explicación sobre aquel súbito cambio de posición del Poder Judicial Federal norteamericano para con el actual mandatario y sus medidas.

En cuanto a México, existe la esperanza de muchos opositores de que Trump intervendrá en México y derrocará al nuevo régimen para restaurar la "Democracia" y el "Estado de Derecho"; eso no ocurrirá, no puede restaurar tal sistema quien no cree en él, y pese a la cuestión de los bancos señalados de lavado de dinero y que la Fiscal Pam Bondi ha colocado a México dentro de la lista de adversarios de EUA, hay que tomar en consideración que lanzó tal ofensiva el mismo día que, igualmente cortaba negociaciones comerciales con Canadá. En este sentido, es muy probable que sólo se trate una forma de presionar en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, más si como creo, existe una relación oculta entre MORENA y MAGA, y que el papel de Clau es hacer aquello que Don le pide, pero guardando las formas, sin caer en el servilismo descarado de Rutte en Europa (con las reformas que van a tender a crear una vigilancia permanente de la población, se obtendrán datos que irán a EUA, por ejemplo), o incluso darle fin --pese a que el propio Trump lo renegoció-- y de darse alguna intervención tanto hacia el norte como al sur, sería para poner gobiernos títeres que no serían ni demócratas ni restaurarían el orden jurídico anterior, sino uno planteado para asegurar el control sobre ambos vecinos y los intereses del nuevo régimen instalado en Washington.

Estamos en tiempos de transformación, ¿hacia dónde vamos? Poco a poco lo iremos descubriendo.

 

2 comentarios:

  1. Estimado Yorch:
    Soy lector habitual del blog y comparto sus grandes planteos, especialmente el de la crisis terminal del aparato demoliberal y que el pleonasmo Estado de Derecho nada significa, con los consiguientes efectos cuyos alcances son por ahora inciertos y, por cierto, bastante peligrosos. Pero respecto del fallo de SCOTUS respecto de los "bebés ancla", no me parece que tenga los efectos catastróficos que le asigna. Transcribo el primer párrafo del fallo que resume la cuestión:
    “Los Estados Unidos ha presentado tres solicitudes de urgencia que cuestionan el alcance las competencias de un juzgado federal para prohibir a los empleados públicos la aplicación de una orden ejecutiva. Tradicionalmente, los juzgados adoptaban resoluciones que impedían a los empleados públicos aplicar la ley o acto impugnado, pero únicamente en relación a los demandantes. Las que hoy tenemos ante nosotros reflejan una práctica más reciente: los juzgados de distrito afirman poseer la competencia de prohibir la aplicación de una ley o acto a cualquier persona. Estas medidas resoluciones como «resoluciones universales», probablemente exceden la competencia que el Congreso otorgó a los tribunales federales.”
    La cuestión es, pues, si la decisión de un tribunal federal alcabza sólo a las partes involucradas en el caso o se exiende erga omnes. Es decir, si se convierte en una "national injuction". Es una cuestión debatida desde antes de Trump. Ello sin perjuicio de que privarlos a los nacidos en territorio estadounidense de su
    nacionalidad -una vuelta al "jus sanguinis"- me parece inconstitucional en los términos de la carta de Filadelfia.
    Cordial saludo
    Luis María Bandieri

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    1. De hecho, se parece a una reforma reciente a la Ley de Amparo que hizo el gobierno de MORENA aquí en México: retomar la idea del principio de relatividad de la sentencia en el Juicio de Amparo, (medio de defensa que permite combatir los actos de autoridad violatorios de derechos humanos) en vez de darle efectos generales. Nuevamente, semejanzas entre ambos regímenes a ambos lados del Río Bravo.

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