11 de junio de 2025

LA SEGUNDA GUERRA CIVIL AMERICANA

 El politólogo ruso Peter Turchin en su libro El Final del Juego, nos habla de que nos encontramos en un punto de inflexión de la Historia, junto al imprescindible La Derrota de Occidente del francés Emmanuel Todd y El Final es Sólo el Principio, del norteamericano Peter Zeihan, me parece que es uno de los tres libros fundamentales para comprender lo que está pasando.

Así, Turchin quizá parte de un análisis marxista pero bastante novedoso: sí habla de la existencia, en cierta forma, de una "lucha de clases", sin embargo, esto no es de oprimido vs. opresor, sino entre las mismas élites, cuando surge un nuevo grupo que repentinamente alcanza cierta capacidad económica y de innovación que le permite buscar llegar al poder y a la influencia sobre el Estado, topando con la resistencia de las élites ya instaladas en el mando y que utilizan al poder político, al que controlan, para su beneficio.

La Historia de Estados Unidos de América muestra eso, --pese a su discurso de presentarse como defensor de la Democracia, en realidad, no lo es, ni nunca lo ha sido, pese al discurso de Abraham Lincoln en Gettysburg, sino una Oligarquía, siempre gobernada por élites reducidas-- sus principales cambios históricos se han dado por cambios en las élites: la Independencia fue fruto del nacimiento de una poderosa élite aristocrática (Jefferson, Washington, Franklin y demás venían de familias nobles inglesas venidas a menos, o de hijos segundones que no habían heredado y buscaron fortuna del otro lado del Atlántico) de terratenientes que tuvieron la capacidad de poder dominar o controlar el espacio de las 13 colonias originales y dirigir su expansión, en un primer momento, buscando aumentar la riqueza a través de la explotación agrícola y otros recursos naturales, esto es, de actividades primarias con mano de obra esclava; la Guerra Civil vino, en realidad, cuando una nueva élite de industriales nacida en el Norte aplastó, arruinó y despojó del poder a aquella aristocracia esclavista de las plantaciones agrícolas; la Lucha por los Derechos Civiles surgió cuando entre los antiguos esclavos de origen africano surgió una élite que ya había tenido formación académica y se había elevado a formar parte de la clase media, e incluso alta, representada por el Doctor en Teología (Protestante) Martin Luther King, por lo que exigieron participar en el juego político y ser incluidos en la toma de decisiones. Hoy, lo que ocurre es un nuevo cambio de élites: la decadente élite industrial tradicional, impulsó a Donald Trump a la Presidencia de la República aprovechando los errores y el descontento generado por la naciente élite tecnológica, mediática y financiera, que le había estado arrebatando el poder desde los años 90.

Pero si esa élite nueva, se había hecho con el control sobre las administraciones de Clinton, Bush Jr., Obama y Biden, manejando a las cúpulas de los partidos políticos tradicionales, además de atajar en mucho a Trump en su primer mandato, ¿cómo fue que dejaron que Trump llegara al poder? Porqué de repente, personajes como Elon Musk, Jeff Bezos, Peter Thiel o Mark Zuckerberg se pusieron de su lado cuando estuvieron, por años, combatiéndolo y sumándose a las causas ideológicas del Partido Demócrata?

¿Y qué está pasando ahora?

Aquí una teoría o interpretación mía de lo que está pasando

1.- El Consenso efímero:

En fotos: Trump sienta a multimillonarios en la primera fila de su toma de  posesión por delante de su propio Gabinete

El cambio de bando de los magnates tecnológicos se dio después del fracasado atentado en contra de Trump el 13 de julio de 2024. Muy probablemente, lo que ocurrió fue, que por un lado, al sobrevivir el neoyorkino a este hecho, se dieron cuenta que la candidata Demócrata, Kamala Harris iba a perder rotundamente las elecciones a celebrarse en noviembre, y también se dieron cuenta que, de no lograr pactar con el empresario inmobiliario, éste, llegado a la Presidencia de la República, se iba a lanzar contra ellos para revelar su implicación en el incidente, además de todos sus crímenes, vicios, fraudes y tranzas, (con los archivos de los casos Epstein y Diddy a buen recaudo) y lisa y llanamente, vengarse.

Entonces, esta élite tecno-financiera, cuyo representante fue el sudafricano Elon Musk, decidió dar una especie de "voto de confianza", aceptar las políticas de reindustrialización y arancelaria de Trump, y llegar a un acuerdo con sus rivales industriales. Musk se insertaría dentro de la Administración y desde ahí entraría a cuidar los intereses y orientar al Presidente quizá a atemperar su política anti-globalización y anti-China, dados los numerosos intereses y negocios concertados de estos potentados con Pekín.

Pero no pudieron controlar a Trump, quien de inmediato comenzó a desmantelar las estructuras de la Globalización y se dirigió a confrontar a China, a desnudar los vicios, falencias y perversiones de la Unión Europea y a buscar un acercamiento con Rusia, y a combatir el wokismo con todo. El colmo llegó con el proyecto de reforma fiscal al que el mandatario, con su característica --e insana, hay que decirlo-- grandilocuencia tituló the Big and Beautiful Bill, que si bien prevé las reducción de impuestos a las grandes fortunas y grandes empresas, prevé también la reducción de subsidios a rubros como los vehículos eléctricos y "energías limpias" a los que estas élites habían apostado, además de un renacimiento del Estado y del gasto público, para frustración de los libertarios como Milei.

La verdad es que Trump actuó de manera, si se quiere, intempestiva e imprudente, tratando de reformar el sistema de golpe en los primeros meses de su mandato sin importarle las consecuencias: los acreedores, como China y Japón, empezaron a deshacerse en masa de los bonos de deuda pública norteamericana, la inflación se disparó, las inversiones, en vez de volar de regreso al país, huyeron y el valor del dólar empezó a desmoronarse... lo más perturbador es pensar que quizá todo esto es lo que se busca, pues se quiere depauperar a los norteamericanos para que decidan volver a dedicarse a la actividad fabril como mano de obra barata, lo que pareciera no tomar en cuenta la automatización gracias a la inteligencia artificial, y que la misma ya se encuentra extendida en China, y por ello, aunque volviera la producción a gran escala a EUA, ésta seguiría siendo más cara.

La guerra comercial recrudecida con China, las amenazas a Dinamarca, Canadá, México o Panamá, los intentos, por otro lado, tardíos y mal planteados de lograr la paz en Ucrania, en la que Trump, por puro ego, quería ser el protagonista en detrimento de Putin, quien terminó desinteresándose en ella, y decidiendo continuar con su plan de lograr una victoria en cinco años, como estima Emmanuel Todd, terminó por irritar a tecnólogos y financieros, que vieron peligrar sus intereses y se vino la ruptura tras seis trepidantes meses en la Casa Blanca.


1.- La Ruptura del Consenso:

Desde hace tiempo, he dicho en este blog que el personaje de Elon Musk siempre me ha despertado sospechas. El sudafricano, salido de la nada, con antecedentes familiares bastante extraños, como un abuelo canadiense que, en su momento, fue miembro de un movimiento político más fantasioso que realizable, el llamado Movimiento Tecnocrático y que tras aquel conato de golpe de Estado que no llegó a nada en los años 30 en contra de Franklin D. Roosevelt, marchó a Sudáfrica. Lejos de ser un hombre hecho a sí mismo, Musk vino a ser el heredero de una de las mayores fortunas del país africano, pues su padre, dedicado a la minería de metales preciosos, diamantes y minerales industriales, amasó una riqueza considerable, y es que ni Musk, Gates, Jobs, Bezos o Zuckerberg empezaron de cero; ese mito de ser unos geeks que en el garage de su casa con una computadora barata y un teléfono iniciaron negocios millonarios, es uno de los mitos repetidos hasta la saciedad por los llamados coaches de vida, gurúes financieros y demás charlatanes representantes del falaz echaleganismo, deseosos de ocultar los defectos y las injusticias del sistema económico vigente; la realidad es tal y como escuetamente la describe el dicho, muy mexicano de "dinero llama a dinero"; no se puede iniciar un proyecto empresarial de éxito sin arriesgar una inversión inicial jugosa, que muchas veces, proviene de papi y mami.

Pero Musk es, a mi parecer, un mito: se le pretende mostrar como una especie de Toni Stark o Lex Luthor de la vida real, como tales personajes salidos de las páginas de los cómics, quiere ser visto como un genio científico y a la vez, empresarial, innovador, filantrópico y a la vez, dueño de un poderío temible (Luthor en los cómics es un genial inventor e investigador en diversas ciencias, además de hábil con las finanzas y administración, e incluso podría ser considerado "bueno" por mucha gente a la que llega a ayudar, pero que ve en Superman una posible amenaza, además de tenerle envidia, porque él quiere ser el "defensor de la humanidad"); creo más bien, que Musk, sin quitar que, efectivamente por él mismo tenga méritos,  como uno de los creadores de la aplicación Paypal a inicios del siglo, junto al no menos enigmático Peter Thiel, es casi una especie de actor, una figura mediática que es la cara visible de intereses oscuros ¿cuáles son esos?

Primero: no hay que olvidar que Musk no es gringo, es Sudafricano, si bien su abuelo nació en Canadá, lo mismo que su madre, era netamente de ascendencia Afrikáner, por lo que quizá la denuncia que hace pocos días comentábamos aquí respecto de la hostilidad de la mayoría negra para con los blancos también llamados bóers, y del Gobierno de Ciril Ramaphosa, que hiciera Trump, tiene que ver con los intereses, o pretensiones políticas que tiene el empresario en su país natal; yo insisto, que él pretende en su momento, llegar a ser el primer blanco en recuperar la Presidencia de la República de Sudáfrica desde Frederik De Klerk, y muy probablemente, llegar a aparecer como el "líder de los BRICS" tras el retiro de Vladimir Putin y quizá, tras la finalización de su tercer mandato en la Ciudad Prohibida, igualmente la salida de escena de Xi Jinping... no en balde, aparecen ahora las denuncias de Steve Bannon, --aunque hay que ser cautelosos con las mismas, dado el carácter conspiranoico del personaje-- respecto a los vínculos de Musk con el Partido Comunista Chino, los que se sustentan en los negocios que tiene en el Celeste Imperio., y resulta igualmente, curioso, el ofrecimiento hecho por Putin de que, en dado caso, puede brindar asilo político en Rusia al dueño de Tesla y X.

Puede que Musk, además de miembro de la élite tecno-financiera, efectivamente sea una especie de intermediario o testaferro de los intereses de las potencias rivales de EUA en ese país, y un vehículo para moderar la política nacionalista y el discurso anti chino de Trump, pero igualmente puede serlo de la nueva oligarquía tecnológica, misma que terminó por apoyar al neoyorkino en su carrera por regresar al Despacho Oval y que se encuentra interesada en hacer realidad lo que el economista griego Yannis Varoufakis ha denominado como Tecnofeudalismo y que se sustenta en las ideas de los filósofos Curtis Yarvin y Nick Land: la Ilustración Oscura, cuando poco antes se encontraba ligada al Partido Demócrata e impulsaba tanto a la Eugenesia como al Transhumanismo, teniendo por gurú al cada vez más desplazado hacia la nada Yuval Noah Harari. Por ello, no es de extrañarse que Musk esté proclamando la necesidad de sacar a Trump de la Presidencia y en su lugar, poner a JD Vance, quien no sólo es un católico converso, sino discípulo de las ideas de Yarvin.

Tras la ruptura, Musk no ha dudado en atacar a Trump e iniciar con éste un violento intercambio de acusaciones e insultos, señalando incluso que el neoyorkino se encuentra dentro de los archivos del caso Epstein, siendo ésta una razón por la que no se han hecho públicos. Posteriormente, no hay que olvidarlo, sin embargo, Musk borró el mensaje, y es que, probablemente, Trump sí tuvo una relación de amistad y trabajo, --Epstein antes que proxeneta y extorsionador, era administrador de fondos de inversión-- con el hoy suicidado, y por los vídeos que el propio Musk había difundido en su berrinche, sí acudió a algunas fiestas con él, pero en modo alguno se ven menores en ellos; es conocido que el hoy Presidente era bastante mujeriego durante aquellos años, en los que tuvo ya bastantes escándalos como para que su resurrección le afecte, así que en realidad, es probable que el sudafricano no tenga mucho con qué exhibirle o acusarle de pedófilo.

Trump, por su parte, ha amenazado con llevar a la ruina al dueño de Tesla con la cancelación de sus concesiones y contratos.

Pero sin duda, donde muy probablemente sí tengan con qué atacar a Trump, es armándole una Revolución de Colores en el propio Estados Unidos, después de todo, fue el sello de la casa de los Demócratas bajo Obama y Biden, siguiendo las directrices de estos Globalistas.

3.- La Batalla de Los Ángeles:


Primero que nada, para tratar de este tema, debemos quitarnos de la cabeza toda calificación maniquea y pensar que estamos como en la Lucha Libre, presenciando la lucha del bien vs el mal, que Trump es el bueno, y los inmigrantes y los Demócratas y magnates globalistas son los malos o viceversa; también el pensar que esto lo hace el mandatario norteamericano impulsado por mero racismo, cuando el hecho de que tenga a un cubano de Secretario de Estado, que la esposa de su Vicepresidente sea de origen hindú, lo mismo que su Director del FBI, indican que no es ese el motivo de su actuar respecto de la inmigración mexicana e hispanoamericana en general, sería algo demasiado simplista y tragarse la propaganda de sus rivales. 

Ahora, hay varias cosas también a tomar en cuenta: primero que es muy cínico tener una actitud con EUA en la que parece exigírsele que tiene que aceptar forzosamente a todos los inmigrantes ilegales y resolverle el problema del desempleo a México y el resto del continente (porque hasta canadienses se van a EUA) y que cada que el Gobierno de EUA quiere poner límites salir a decir que es racismo o xenofobia, cuando es un simple ejercicio de Soberanía de cualquier Estado en pro de la seguridad de sus nacionales. Yo recuerdo que en los años de mi infancia, ya se señalaba a la Administración de Ronald Reagan de esto por la Ley Simpson-Rodino que intentó poner ciertos límites a la regularización de la situación migratoria de muchos mexicanos allá.

Pero por otro lado, también hay cinismo de los gobiernos estatales de California y demás estados fronterizos, o incluso de Illinois, generalmente dominados por el Partido Demócrata, que admiten migrantes a carretadas, para que hagan el trabajo que sus haraganes nativos anglosajones y negros no quieren hacer, y así, tener mano de obra barata y mantener los votos de sus universitarios pero inútiles electores, disfrazándolo con nobles motivos ideológicos o humanitarios, cuando sólo encubren una indignante trata de personas y su explotación.

Lo que sí no se vale, es que se generalice que todos los inmigrantes ilegales son criminales peligrosos y se les trate como tales, porque no se debe criminalizar la migración, y menos de gente que, ante la desidia, ineficiencia y corrupción de sus gobiernos nacionales, salen de sus países en búsqueda de un futuro mejor, esto es una cuestión administrativa y ante la cual procede la deportación, pero no se le persigue con tal saña, se le golpea, y se encierra peor que a cerdos y se le vulnera su dignidad humana, como parece ser en mucho el comportamiento de las fuerzas federales enviadas por Trump y su servil Secretaria de Seguridad Nacional Kristy Noem, tanto del ICE como de la Guardia Nacional.

Tomando en cuenta todo esto, es que debemos decir que estamos ante una lucha por el poder, simple y llanamente; es muy probable que ante la ruptura del consenso que garantizó la llegada de Trump a la Casa Blanca, los magnates globalistas, entre los que está Elon Musk, hayan decidido desatar un plan en su contra, para provocar un Juicio Político en contra del mandatario y derrocarlo, poner en su lugar al joven e inexperto, y bastante torpe, Vance, quien por sus años trabajando en Sillicon Valley e influido por las doctrinas de Nick Land y Curtis Yarvin sería probablemente más dócil a sus dictados, aunque su devota fe católica les puede resultar contraria, pero pueden apostar a que quedaría atemorizado y no intentaría desafiarlos como lo hace el neoyorkino.

Pero del lado de Trump quizá esté buscando el destruir al santuario Globalista-Woke que es California y acabar con la figura de Gavin Newsom, quien pese a que ha hundido a una entidad federativa que por sí sola era la quinta economía del mundo, debido a sus corruptelas y los elevados impuestos estatales para sufragar frivolidades y payasadas de género y homosexualistas, parecía ser el único liderazgo con quien podían contar los del "partido del burro" para los siguientes comicios presidenciales. Ya de hecho, comentamos aquí que el nuevo mandato del neoyorkino inició con los feroces incendios forestales que arrasaron los alrededores de la zona metropolitana de Los Ángeles, y que parecieron, intencionalmente, haberse dirigido para dar un golpe al estado.

Ahora, Trump supo por dónde atacar: por los migrantes mexicanos. Las actitudes negativas de Trump para con nuestro país no son gratuitas y no vienen de que sea un racista: tienen un sustento económico primordialmente, ya lo he comentado aquí: primero, los migrantes representan un costo enorme para el Estado norteamericano, su presencia y el hecho de que siendo ilegales puedan adquirir créditos, casas, autos y hasta pensiones, implica una corrupción desbocada y una economía subterránea que sangra a la formal, las remesas, implican fuga de capitales que salen del país y vienen a parar al sur del Bravo cómodamente, de ahí que en su reforma fiscal se plantee el gravarlas fuertemente, a fin de que el Estado norteamericano se quede con una parte de esa riqueza que se genera en su territorio, lo cual no me parece injusto del todo. De igual manera, el fracaso y hasta la connivencia de las autoridades mexicanas con los carteles del narcotráfico también es una realidad que verdaderamente debe preocupar a las autoridades norteamericanas porque sí representan un riesgo para ellos, sin embargo, han protegido a sus fabricantes de armas y su negocio de equipar a tales mafias en nuestro país, incluso refrendado esto por la Suprema Corte de EUA, donde ministros conservadores y liberales deciden proteger a una de las mayores industrias del país desestimando una demanda de México en contra de ellas, y tampoco combatiendo la demanda de drogas que evidencia una sociedad cargada de vicios y disfunciones.

Además, hay otra razón de la que habla Emmanuel Todd: la pérdida de identidad anglosajona de EUA. Si vemos películas del Hollywood clásico, de los años 50 y 60, veremos presente la cultura de origen británico en el país; incluso, personajes de origen no anglosajón, como Frank Sinatra, o Charles Bronson (el primero de origen italiano, el segundo, hijo de lituanos) estaban totalmente integrados a la cultura sajona, a grado tal que muchos anglicanizaban su nombre y apellido: ¿qué decir del actor mexicano Antonio Rodolfo Quintana Oaxaca, que fue mejor conocido como Anthony Quinn, por ejemplo, pese a sus evidentes facciones mestizas?, todavía en tiempos recientes, la actriz judía, nacida en Israel Natalie Portman, adoptó tal nombre de raíces británicas en lugar de su muy hebraico y ashkenazi nombre real Neta Lee Hershlag; sin embargo, su colega, compatriota y correligionaria, pero de la siguiente generación de actores Gal Gadot, ya mantuvo su nombre levantino sin problemas. En aquel entonces, sin embargo, el peso de los inmigrantes no era tan grande, y menos el de los Hispanos. El problema con la inmigración mexicana es que, al venir de un país contiguo,  es mucho más difícil que se de la integración porque se mantiene el cordón umbilical y familia al sur del Bravo, de forma tal que, aunque haya gente como la nefasta Selena Gómez que ya haya perdido el Español como lengua propia y esté netamente sumergida en EUA, la mayoría, incluso con ciudadanía norteamericana de tercera o cuarta generación, sigue sintiéndose mexicana, o salvadoreña, por ejemplo, y de ahí que se ondeen banderas mexicanas en las protestas, no como señal de una "invasión" mexicana o de que realmente el gobierno mexicano esté detrás, como por un lado la imprudencia de la Presidente Sheinbaum o del senador Noroña (aunque tuviese razón en sus dichos, porque efectivamente, California y otros territorios fueron arrancados por la fuerza de México, y eso quizá sea mucha de las causas que han frenado al desarrollo del país) como por otro la estupidez y maquiavelismo de la Secretaria Noem lo quisieran hacer ver. Esto en realidad es como los judíos y muchos defensores de Israel en EUA lucen las banderas israelíes, o el día de San Patricio, los descendientes de irlandeses sacan la bandera de la república irlandesa o incluso hacen lo mismo los italoamericanos.

Por el contrario, los casos de la esposa de Vance, de Patel al frente del FBI o del magnate Ramaswamy son diferentes, porque debido a la larga e influyente presencia británica en la India, mucho hindú de clase alta está ya bastante anglicanizado desde muchas generaciones atrás y por tanto, su integración a EUA es mucho más sencilla y hasta natural. En el caso de Marco Rubio, su anticomunismo recalcitrante le hace un sujeto leal al sistema y al Partido Republicano.

Un Estados Unidos multicultural carecería de identidad nacional y de unidad, como se está viendo ahora, así que en la búsqueda de acentuar la identidad anglosajona, Trump busca de cierta manera, poner coto a la decadencia de su país y fortalecerlo.

Pero así, si Trump ataca a los inmigrantes, lo que hace es atacar uno de los principales motores económicos de California, cuya agricultura e industria de la construcción dependen de la presencia de jornaleros y albañiles mexicanos y centroamericanos. Si se limita el flujo migratorio, y como es muy poco probable de ver a un joven WASP trabajar bajo el sol recolectando uvas o naranjas, ni a negros regresar al trabajo que hacían sus antepasados esclavizados, estos sectores entrarían en crisis. Los Ángeles, lo mismo que San Francisco es una ciudad santuario para los inmigrantes ilegales, no por humanitarismo, sino por la conveniencia de contar con una mano de obra barata y abundante. Así que Trump está decidido a arruinar California con tal de quitarles a los Demócratas y Globalistas su principal bastión electoral y de poder. Además, ha provocado las protestas, donde estos han mordido el anzuelo y han infiltrado a grupos pro-palestinos, bandas de saqueadores afroamericanos y uno que otro de sus activistas anglos a fin de generar inestabilidad, poner al Gobernador Newsom como un mártir y líder de la oposición contra un "régimen fascista" y provocar una "Revolución de Colores" en el propio EUA, de generalizarse las protestas en todo el país.

Noem y otro grupo al interior de la administración Trump, por su parte, están evidentemente buscando romper la hasta ahora existente alianza entre "Don y Clau", de la que hemos hablado aquí, y quizá, provocar una intervención armada en México, al utilizar al vecino del sur como chivo expiatorio de lo que está pasando en Los Ángeles. Veremos qué pasa en este contexto en la reunión del G7 a celebrarse en Canadá el próximo día 15 de junio, y donde ambos mandatarios se verán las caras personalmente por primera vez.

En resumidas cuentas, podemos decir que ya ha estallado la Segunda Guerra Civil Estadounidense, aunque aún no se hayan disparado balas de verdad, pero estamos sobre la cuerda floja de que esto se de en cualquier momento, cuando alguien, de los dos bandos, cometa una estupidez, lo cual no es de descartar que esto pase hoy, dentro de cinco minutos, o mañana; el próximo sábado será vital para ello, cuando se celebre un estrambótico y poco frecuente desfile militar en Washington para conmemorar, oficialmente, los 250 años de fundación de las Fuerzas Armadas norteamericanas cuando estalló la Guerra de Independencia y se armó una milicia insurgente contra Gran Bretaña, misma que de no haber contado con los apoyos de Francia y España, habría sido aplastada con facilidad, pero que aparentemente tiene también la intención de celebrar el ego de Donald Trump el día de su cumpleaños, si no es que ya dar pasos para la instauración de un régimen militarista.

Porque hay una cosa que nos debe quedar clara: el Estado Liberal Democrático de Derecho, en EUA, México, Europa y otras partes de Occidente está ya prácticamente muerto. Esto no es culpa de Trump únicamente, o de AMLO, o de Úrsula Von der Leyen; es un proceso que comenzó en mayo de 1968, y en el que el Wokismo, con su cultura de cancelación y el cambio de la concepción iusnaturalista de los derechos humanos a la concepción de estos como privilegios o concesiones otorgadas por el Estado a grupos vulnerables o identitarios, con la cultura de la cancelación, censura y sanción a quien los cuestione, hizo mucho por debilitarlos, lo mismo que el inmenso poder acumulado por magnates como Musk, Gates, Soros o Bezos, o en el caso mexicano Slim, quien ha quedado claramente mostrado como el cerebro detrás de MORENA y a quien prácticamente se le ha regalado PEMEX a fin de que ahora el potentado de origen libanés pueda intervenir en el vital negocio de la energía. Estos millonarios, con su poder económico pueden moldear los regímenes políticos a su antojo y conveniencia.

Así, lo que pase en EUA va a significar una transformación mucho más profunda de lo que creemos: gane quien gane, el coloso norteamericano no va a volver a ser el mismo: Trump tendrá por sí o por sí, lo quiera o no, que adoptar un régimen autoritario y prácticamente dictatorial, al fin de someter a esos magnates a la obediencia del Estado y destruir sus planes, muchos de ellos verdaderas chifladuras. Estos, de ganar, ya han dado muestras con su cultura de la cancelación y su imposición del discurso woke, su vocación totalitaria, incluso necesaria para sus plataformas digitales que viven de invadir la privacidad y la información propia de las personas. Estamos viendo la muerte, tanto a nivel interno como a nivel internacional, del Derecho, para que quede sólo el Poder, tema que trataré en el siguiente post.

Entre tanto, abróchense los cinturones, que viene la turbulencia.

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